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Sociedad Sucesos

A 20 años del estallido: la represión sufrida por las Madres en la Plaza de Mayo.

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A 20 años del estallido: la represión sufrida por las Madres en la Plaza de Mayo.

“El recuerdo que tengo de ese día es nefasto”, dice Taty Almeida, de la Línea Fundadora, que ese jueves estaba también la Plaza con otros integrantes del movimiento de derechos humanos como Laura Conte, fundadora del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y  Adolfo Pérez Esquivel, el Premio Nóbel de la Paz y dirigente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj). “También nos tiraron gases. En un gobierno constitucional dejaron tantos muertos y atacaron a las Madres. Eso era atacar a los 30.000 porque nosotras existimos desgraciadamente porque nos han arrebatado lo más preciado que tiene una mujer que es un hijo”, dice.

Hebe de Bonafini había estado la noche anterior en las calles. Cuando De la Rúa declaró el Estado de sitio, en la Asociación improvisaron un documento para juntar firmas para repudiar esa medida. Carmen “Tota” Ramiro de Guede llegó temprano el 20 de diciembre a la Casa de las Madres. Tenía 66 años y venía de trabajar desde San Martín. Decidieron ir todas juntas, con una mesita de plástico, unas sillas y llevar el documento para juntar adhesiones. “La gente nos empezó a decir que nos fuéramos porque iba a haber represión. Nosotras pusimos la mesa y nos quedamos esperando que viniera el resto de las Madres”, cuenta “Tota”.

Alrededor de las 10.30 se escuchó por altoparlante un anuncio: en quince minutos había que desalojar la Plaza. La gente desafío la orden. Empezaron los cantos y los aplausos. Por la esquina de Rivadavia y Reconquista avanzaban,mientras tanto, los distintos cuerpos de la Policía Montada que ese día estaban a cargo del subcomisario Ernesto Sergio Weber –hijo del represor Ernesto Frimon Weber, que actuó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA),donde se ganó el apodo de “220” por su destreza para empuñar la picana–.

El cordón de las Madres de Plaza de Mayo

Las Madres se agarraron de las manos para hacer un cordón humano que impidiera el paso de los policías con sus caballos. Los animales las terminaron golpeando, a algunas las pisaron y les arrancaron las uñas de los pies. Los policías les disparaban con perdigones de goma. Una Madre, de las más mayores, quedó tendida en el suelo.”Tota” y otras compañeras se debatían si levantarla o no. Unos pibes con pelos largos vinieron a socorrerlas. “Yo les grité que la dejaran porque pensaba que eran policías de civil pero me dijeron que eran de la radio La Tribu, que tenían una camioneta ahí para que nos subiéramos”.

Una causa que espera el juicio

La represión a las Madres –uno de los capítulos más dolorosos de la democracia– jamás se juzgó. El fiscal Franco Picardi le encargó a la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) que identificara a los policías que habían avanzado contra siete integrantes de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y contra un grupo de manifestantes.

Con ese trabajo, Picardi imputó a Weber, a Fernando Héctor Villegas –que entonces era principal y se lo ve en las imágenes pegándoles con un rebenque a las mujeres de pañuelo blanco– y a Luis Oscar Rodríguez, un cabo que era parte de uno de los grupos de combate de la Montada de la Policía Federal. Pese a que Claudio Bonadio buscó que la causa prescribiera, el expediente está elevado a juicio desde el año pasado y en poder del Tribunal Oral Federal (TOF) 6 que deberá avanzar con la prueba y fijar fecha para el debate oral.

Muchas de las Madres, víctimas de esa represión, fallecieron en estos 20 años que pasaron. La justicia llega tarde – esta vez también–. “Fue terrible esa represión: contra las Madres, contra los jóvenes, con tantos muertos y nadie se hace cargo”, dice “Tota” Guede. “¿Por qué la justicia siempre es así de lenta? –se pregunta– Siempre hablamos nosotras y los culpables de la represión no dicen nada”.

/Pagina12

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Identificaron al hombre hallado muerto en un canal de Albardón

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Identificaron al hombre hallado muerto en un canal de Albardón

El hombre que fue encontrado muerto en una acequia venía de una pelea. Por el hecho hay un detenido.

Este domingo, en horas de la tarde, fue encontrado el cuerpo de un hombre sin vida en un canal ubicado en calle Rawson, Albardón. Tras las primeras investigaciones, las autoridades lograron identificarlo como Carlos Quiroga, un vecino que vivía a pocos metros del lugar del hallazgo.

Carlos Quiroga residía solo en un conventillo situado a 300 metros de la Ruta 40. Según los testimonios de vecinos, Quiroga había pasado la noche del sábado y la madrugada del domingo consumiendo alcohol. Cerca del mediodía del domingo, protagonizó una pelea con un vecino que también vivía en el mismo lugar.

Horas después, alrededor de las 17.30hs, su rastro se perdió, y finalmente, su cuerpo fue hallado en el canal, a aproximadamente un kilómetro de su vivienda.

Avances en la investigación

Los médicos legistas encontraron heridas y raspones en distintas partes del cuerpo de Quiroga, algunas de las cuales podrían ser consecuencia de arrastre en el agua. Sin embargo, la causa exacta de su muerte será determinada por la autopsia.

Ante estos indicios y la pelea previa, la Unidad Fiscal de Delitos Especiales N°1 ordenó la detención del hombre con quien Quiroga había tenido el enfrentamiento, mientras se profundizan las investigaciones.

/DH

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Sociedad Sucesos

Diego, de Fiorito

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Diego, de Fiorito

Es pequeño. Eléctrico en su desplazamiento. Sin perder elegancia parece controlar todo lo que gira a su alrededor, a sus compañeros, a los contrarios, a la tribuna y al planeta entero, incluido mi sofá, la mesa y mi respiración. Estamos todos suspendidos en una nube. ¿Qué va a hacer? ¿Hasta dónde va a llegar? Él sigue en su carrera. Valor. Determinación. Lo que un cuerpo decidido transmite. Es solo un juego. Sí, tan serio y enigmático como la vida misma. Ese niño, niña que somos. Eso que transmite un juego. El recurso para decir presente sin necesidad de la agresión o la ofensa. El talento como única arma. El encuentro con la maravilla. Inalcanzable.

La imagen es clara y contundente. Él sigue adelante. Un vacío inenarrable nos atrapa. Una sideración. Estamos fuera del tiempo. Es el acontecimiento. Eso que se sale de toda categoría, clasificación o estereotipo. Un milagro. No es más de lo que imaginábamos. Es lo inimaginable. Lo que se sale de cualquier parámetro o dimensión. Es la herida que te acaricia. El gesto superior que te visita. El dolor de la mano de la piedad, del abrazo, del calor. Eso que se incrusta en la memoria porque no entra en los ojos. No puede ser que se anime a tanto. No, no, pará. No podemos. No llegamos hasta ahí, querido. Esperanos, esto nos supera, es demasiado. ¿Qué vas a hacer?

Pero él sigue. La dimensión de la fantasía, de la fábula, de lo imposible emerge sin aviso previo. Estamos ante un momento inolvidable, crucial, una hazaña que toca el arte. Es el arte en un cuerpo. Es el cuerpo del arte. La épica en un cuerpo. Un cuerpo pueblo. Pueblo. Es Aquiles. Porque la filosofía de Sócrates, Platón y el resto no hubieran existido sin Aquiles. Sin la épica, para nombrarla de una vez. No hay pensamiento sin un cuerpo. Sin el atrevimiento. Sin el desafío. Sin el desenfado de este pibe que nos está matando para hacernos renacer. Para mostrarnos ese as en la manga que la existencia a veces nos dona.

Y luego la locura. El grito. La euforia. Las lágrimas. Los abrazos. No entra en el cuerpo. Lo que hiciste no nos entra en el cuerpo, Diego. Hay que moverse. De la cocina al comedor. De la puerta al patio. En las calles. En los balcones. Gritarlo. Es mucho, demasiado. Sos lo más. Una y mil veces. ¿Cómo hiciste, querido? ¿De dónde viniste? Barrilete cósmico, te dicen. ¿Qué extraña alquimia se forjó allí en tu niñez de pobreza? Se llama Villa. Se llama Fiorito. Tu niñez se llama Fiorito. Y no la dejaste nunca. Por eso, ahí, desde donde arrancaste cuando tomaste la pelota y en un pase de magia te sacaste tres tipos de encima, fuiste con toda esa historia en el cuerpo. Y con nuestra historia también, Diego. Cuando arrancaste en mitad de cancha te nos pusiste a todos al hombro. Y le metiste para adelante. Nos hiciste himno, canción, bandera. Diego, todavía no entendemos lo que hiciste. Hay que verlo. Una y mil veces. ¿Esto pasó? ¿Esto pasó en el partido con los ingleses? ¿Diego les hizo este gol a los ingleses? ¿Justo a ellos? Sí, sí, pasó la mitad de cancha. Dejó uno, dos, tres, ya van cinco, seis, otros lo miran, nadie sabe qué va a hacer. Pero él sigue. Inalcanzable. Maradona sigue. Ya está en el área. Se te tiran encima. El defensor, el arquero. Pero la pelota que estaba en la mitad de cancha ahora está en el fondo del arco inglés. Para siempre. La tienen adentro, como te gusta decir a vos. Para siempre. Perdón, perdón, pero este gol es un símbolo nacional. Una ofrenda “a los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”, como dice la canción. Un gol que arrancó desde la mitad de la canchita en Fiorito hasta hoy Diego querido, 25 de noviembre de 2024, en que te seguimos recordando. Hasta hoy que, con tu ejemplo, le seguimos diciendo No al horror, al odio, a la destrucción. Diego querido, donde estés. Te quiero contar. Ya sé. Ninguna novedad para vos. Pero acá siempre hay que pelearla. Ya van más de cuarenta años de democracia. Y parece que las personas somos raras. Le terminamos creyendo a cualquier vende humo y nos olvidamos de lo bueno que tenemos. Por eso siempre. Por eso, hoy como nunca. Nos queremos acordar de vos, que jamás dejaste a Fiorito. Una y mil veces. Por más que algunos se coman el amague, no se puede atrapar ni ofender el corazón de Maradona. Tu gambeta es infinita. Se escurre entre las vanas ambiciones para luego dibujarnos una sonrisa y así marcharse en su infinito retorno. Con la mano de Dios, siempre envuelta en el puño.

Sergio Zabalza es psicoanalista. Doctor en Psicología por la Universidad de Buenos Aires

/P12

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Tragedia en San Martín: la conductora se habría quedado dormida

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Tragedia en San Martín: la conductora se habría quedado dormida

El Ministerio Público Fiscal informó que la alcoholemia resultó negativa para la conductora. Su marido murió en el lugar producto del fuerte accidente.

En la madrugada de este sábado, una familia protagonizó un accidente de tránsito en San Martín con un auto al estrellar el vehículo contra un árbol eucalipto, que resultó con la muerte del acompañante, marido de la conductora y padre del nene que iba en el asiento de atrás. Con el avance de la investigación, se conocieron más precisiones del siniestro vial.

El Ministerio Público Fiscal informó que en el lugar del accidente no se observaron rastros de frenada del vehículo ni ningún otro indicio que indique intervención de terceros. Esto llevó a los investigadores a la hipótesis de que la conductora del auto se habría quedado dormida y eso provocó que perdiera el control del vehículo. Estos indicios son el resultado de la inspección ocular realizada entre el personal de la División Delitos y de Criminalística.

En tanto que el test de alcoholemia digital portátil a la conductora arrojó resultado negativo.

Lamentablemente, el hombre murió en el lugar. En tanto que la mujer y el niño sufrieron lesiones y fueron trasladado en ambulancia al Servicio de Urgencias del hospital Guillermo Rawson. ambos se encuentran fuera de peligro, según informó el Ministerio Público Fiscal.

Intervino personal de la UFI Delitos Especiales a cargo del fiscal Iván Grassi y el ayudante fiscal Pablo Orellano.

El trágico hecho en San Martín

El hecho ocurrió a las 5 de la madrugada, en calle Nacional y Sarmiento, en San Martín. En un Fiat Argo rojo, circulaba la conductora Silvana Del Valle Muñoz (46) junto a su marido Cristian Leonardo Páez (49) como acompañante y el hijo de ambos de 9 años en el asiento de atrás.

El auto circulaba por calle Nacional de norte a sur y unos 800 metros antes de llegar a Sarmiento, por causas que se investigan, perdió el control del vehículo y se estrelló contra un eucaliptus en la banquina este.

/SJ8

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