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NacionalPolítica & Economía 

Alberto Fernández anunció las medidas contra la inflación.

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Alberto Fernández anunció las medidas contra la inflación.

El presidente Alberto Fernández presentó la declaración de “guerra contra la inflación”, con un paquete de medidas económicas, y convocó a empresarios y gremios a apoyar el plan contra la suba de precios. En su discurso, que fue grabado desde Olivos, apuntó a los especuladores, criticó en endeudamiento externo que tomó la gestión de Mauricio Macri, y dio lineamientos generales de lo que será el programa anti inflación.

A continuación el mensaje completo.

Querido Pueblo Argentino:

Anoche hemos dado un paso muy importante para empezar a solucionar otro de los enormes problemas de los que tuvimos que hacernos cargo. El Congreso de la Nación convirtió en Ley el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Ha sido un momento histórico. Por primera vez la refinanciación de una deuda con el FMI se discute y se aprueba en el Congreso. Fue una decisión de mi gobierno que me enorgullece: nunca más un presidente podrá endeudarse a espaldas de los argentinos y las argentinas.

Es también un día especial porque llegamos a esta ley con el consenso de legisladores de distintas fuerzas políticas que lograron encontrar los puntos de acuerdo para responder con responsabilidad democrática a una situación que así lo requería.

El acuerdo obtuvo una abrumadora mayoría en las dos cámaras del Congreso. Pero llegamos hasta aquí también con el consenso y apoyo de gobernadores y gobernadores, empresarios, sindicatos, organizaciones sociales y dirigentes de muchos sectores que comprendieron la gravedad del momento y unieron su esfuerzo para hacerlo posible.

A todos y todas, mi sincero reconocimiento.

Una vez más, la convicción y el trabajo responsable ha servido para superar desafíos que se nos imponen.

Así lo hicimos también cuando debimos enfrentar la pandemia, cuidando la salud de los argentinos y argentinas y llevando adelante el plan de vacunación más grande de la historia. Hoy el mundo observa el enorme esfuerzo que fuimos capaces de hacer.

De la misma manera estamos actuando cada día en pos de la recuperación de la economía que viene demostrando un crecimiento sostenido del empleo registrado, de la producción, de las exportaciones y del consumo.

Nos ha tocado gobernar en un contexto muy adverso. Hemos podido superar los obstáculos que se nos han cruzado. Pero sabiendo de todo lo que hemos logrado, tengo la certeza de que nos encontramos en un momento bisagra de la historia argentina y mundial. Me doy cuenta que hoy se suman nuevas tensiones a viejos desafíos que no supimos o pudimos encarar.

La inflación es un fenómeno histórico en la Argentina, casi una maldición con la que muchos y muchas hemos crecido. Ha sido un callejón recurrente del que pareciera ser imposible salir. Hemos visto paquetes, planes, grandes anuncios. También los vimos fracasar una y otra vez.

Llevamos diez años consecutivos con una inflación de dos dígitos. Cuando asumí mis funciones en diciembre de 2019, Argentina registraba una inflación que orillaba el 54 % anual.

En el 2015, quien me precedió en la Presidencia, aseguraba poder resolver el problema de la inflación de un día para el otro. Aseguraba que era muy sencillo hacerlo. Lo cierto es que se equivocó, profundizó notablemente el problema y dejó su cargo revelando una inflación anual promedio de casi el 41 %.

Resolver el problema de la inflación en Argentina nos exige revisar nuestra experiencia, comprender la complejidad que tiene y darnos un camino de salida en el que todos nos comprometamos.

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional nos permite comenzar a ordenar las variables macroeconómicas centrales en la lucha contra la inflación que es, como lo decimos siempre, un fenómeno multicausal. Para atacarla debemos acumular reservas, mejorar el crédito público, desacoplar los precios internos de los internacionales, trabajar sobre las políticas de ingresos y precios al mismo tiempo y tomar una batería de medidas en las que múltiples actores son imprescindibles.

Este punto de partida nos permite que Argentina pueda contar con más reservas y calmar las expectativas de devaluación que algunos generan solo mirando su propio provecho. Fortaleceremos nuestras reservas y podremos terminar con los que siembran expectativas devaluatorias que solo aceleran la inflación.

El acuerdo también nos permite mejorar la posición de nuestro país con el resto del mundo y fortalecer proyectos de inversión que ayuden a la inserción de nuestras empresas en el mundo global.

En estos dos primeros años de gestión, en cada país que visité, se encargaron de advertirme la importancia que tenía que Argentina tuviera regularizada su deuda con el Fondo Monetario Internacional. Eso era necesario para que las empresas argentinas pudieran acceder al crédito. Ahora podemos desatar todas las oportunidades productivas de nuestro país. Además, podremos financiar el gasto de capital de nuestro gobierno, con organismos internacionales y bilaterales, así como también seguir fortaleciendo el financiamiento interno. Esto nos permitirá depender menos de la emisión monetaria y hacer que nuestro Banco Central se fortalezca.

Pero esto no será suficiente. Necesitamos también fortalecer las expectativas. Esto solo lo conseguiremos si somos capaces de sentarnos en torno a una misma mesa, construyendo los entendimientos necesarios para construir el futuro. No podemos hacerlo mientras sigamos viviendo en un país en el que algunos, por las dudas, suben los precios con total desdén. No podemos seguir permitiendo que algunos aprovechen un momento de excepción para acumular ganancias en desmedro de la sociedad argentina.

Para enfrentar esta batalla necesitamos del compromiso de todos y todas. Este problema nos afecta como conjunto social que somos. Afecta a las empresas que no pueden planificar. Afecta a los bolsillos de las familias que no pueden llegar a fin de mes.

Un problema que es de todos se resuelve entre todos. Todos y todas debemos ser parte de la construcción de la solución.

Además, en las últimas semanas, otra situación se ha agregado para agravar este contexto inflacionario .

El mundo se ha visto convulsionado por un hecho muy desgraciado. Todos los días vemos imágenes en la televisión de la guerra con su muerte y su devastación.

Esta guerra afecta básicamente al país que sufre esta agresión y a sus habitantes. Allí están las principales víctimas. Pero el impacto de la guerra se extiende, bajo otras formas, a todo el mundo.

Es importante que sepamos cómo nos afecta esta guerra. Sus consecuencias ya están en Argentina.

Rusia y Ucrania son dos países muy importantes en la producción mundial de cereales. Proveen casi el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol.

Entonces el conflicto termina afectando al mundo entero, porque afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana. Estoy hablando de la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana.

Por eso, rápidamente todos los países comienzan a procurar proveerse de ese bien y los precios rápidamente comienzan a subir.

Un dato les permitirá dimensionar la gravedad del problema. La tonelada de trigo costaba, antes del 20 de febrero, el día en que estalló la guerra, menos de 300 dólares. El inicio del conflicto inició un alza inusitada que lo llevó a niveles récords.

En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzando valores superiores a los 400 dólares la tonelada.

Ningún país escapa a semejante escenario. Tampoco la Argentina.

El precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los 26.000 / 27.000 pesos por tonelada antes del 20 de febrero, se elevó rápidamente a valores superiores a los 30.000 pesos apenas iniciado el conflicto, y en los últimos días supera los 35.000 pesos por tonelada.

Esto claramente nos afecta y se suma a los muchos problemas que ya tenemos y que ya todos conocemos. Sería absurdo cargar en la guerra la culpa de nuestra inflación. Pero la verdad es que está incidiendo negativamente y causando mayores problemas. Tengo el deber de advertirles que este contexto internacional complica aún más las cosas.

La inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas. La guerra lo agrava.

He escuchado decir que la Argentina no debería tener problemas por ser un país productor de alimentos. Ojalá fuera así. Nosotros producimos muchos de los alimentos que consumimos en nuestros hogares. Pero la formación de sus precios no depende, enteramente, de nosotros. Estos se forman en los mercados internacionales, cuyos valores han trepado y lo seguirán haciendo y, consecuentemente, ya están presionando sobre los precios internos.

También he oído decir que esta guerra representa para la Argentina una oportunidad. Yo creo que una guerra, sin importar dónde sea, jamás puede volverse una oportunidad. Una guerra es siempre una mala noticia. Una tragedia desde lo humano, pero también desde lo social y lo económico. Desde el punto de vista humanitario ya lo hemos visto con las crudas imágenes que provienen desde Ucrania. Desde lo social, lo vemos con la enorme crisis migratoria desde sus países vecinos. Y desde lo económico, las consecuencias ya empiezan a hacerse ver.

Es por ello que como Presidente de la Nación tengo la obligación y la responsabilidad de proteger de esas consecuencias económicas a la mesa de los argentinas. Nuestro objetivo debe ser, por un lado, garantizar la provisión de insumos para que la cadena de abastecimiento se cumpla. Y, por otro, asegurar que los precios de los productos de consumo más relevantes sean accesibles para las familias argentinas. En nuestro país ninguna familia sobra y por lo tanto ninguna familia quedará sola.

No voy a permanecer pasivo ante esta situación. No hacer nada tendría consecuencias muy claras: el aumento del trigo haría que aumenten los costos de producción del pan, de los fideos, de la harina que millones de argentinos y argentinos consumen. Y no se trata de aumentos que lamentablemente padecemos debido al desorden macroeconómico que nos tocó afrontar, sino de un impacto que golpearía aún más a los hogares con subas inusitadas en la canasta básica.

He tomado una decisión para proteger a los argentinos y argentinas de este fenómeno inesperado y que ojalá sea transitorio.

He decidido constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional al precio que pagan los argentinos y argentinas. He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana.

Garantizar el pan en la mesa de las argentinos es fundamental y está en el centro de las decisiones que estamos tomando ante esta emergencia. Pero es apenas una parte.

He decidido que el gabinete económico se concentre desde este momento en implementar todas las medidas necesarias para enfrentar a la inflación, en particular la que vemos en los alimentos. He dado indicaciones a mis ministros y ministras para que construyan acuerdos con los diferentes sectores pero que no duden en aplicar todas las herramientas del estado para fijar y hacer cumplir las medidas necesarias. Ellos y ellas serán los encargados de mantenerlos informados diariamente sobre las medidas que se irán implementado desde este mismo momento.

Estamos en una situación extraordinaria que requiere soluciones extraordinarias.

Por eso convocaré desde este lunes a los representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil a una mesa de acuerdo que nos permita diseñar un mañana en la lucha contra la inflación.

Confiamos en encontrar acuerdos que ayuden a bajar la inflación y a garantizar el aumento del poder adquisitivo de los salarios. No vamos a dejar de controlar y fiscalizar precios, aplicar la ley de abastecimiento si es necesario y utilizar todos los instrumentos con los que cuenta el estado para cumplir con el objetivo de controlar los precios.

Nuestra batalla hoy es contra los especuladores. Contra los codiciosos. Contra quienes buscan aún en situaciones tan complejas sacar una renta extraordinaria. Contra los agoreros de siempre, que intentarán instalar el sálvese quien pueda o buscar culpables rápidos y respuestas sencillas.

No me cansaré de repetirlo: nadie se salva solo. Escucharé sus propuestas y sus preocupaciones y les transmitiré los caminos que estamos recorriendo. Es hora que cada sector pueda pensar cuál es su contribución a este momento crucial del mundo y de la Argentina.

En el mismo camino dialogaré con cada gobernador y gobernadora y con todos los intendentes para que las medidas que adoptemos lleguen a cada rincón de la Argentina. Necesitamos luchadores contra la especulación y la inflación en cada comercio, en cada mesa, en cada casa. Esta batalla necesita de cada uno de nosotros y nosotras.

Vamos a consolidar nuestras reservas del Banco Central. Vamos a promover la inversión y la producción nacional. Vamos a mejorar el financiamiento de las políticas públicas. Vamos a profundizar el diálogo y la búsqueda de acuerdos para contener los precios y mejorar los ingresos.

Nos pusimos al frente de este problema que nos afecta a todos y a todas. Un problema de todos se resuelve entre todos. Todos y todas debemos ser parte de la construcción de la solución.

Nos pusimos al frente de los problemas en 2020. Y salimos a combatir la pandemia con una campaña de vacunación histórica.

Nos pusimos al frente de la recuperación en 2021. Y logramos un crecimiento económico del 10% con récords en industria, construcción, turismo y metalúrgica, entre otros sectores.

Después de haber resuelto la deuda insostenible con los acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional, debemos defender nuestro desarrollo social y económico. Por eso también nos pondremos al frente en la lucha contra la inflación. Vamos a defender y proteger la mesa de las familias argentinas. Lo vamos a hacer juntos, unidos, entre todos y todas. Confiando en nuestra fuerza y nuestra perseverancia. Sabemos el rumbo, estamos en el camino.

Aunque tengamos que atravesar tiempos difíciles, vamos a construir esa Argentina que soñamos.

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Precios relativos antes y después de Javier Milei

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Precios relativos antes y después de Javier Milei

Estos últimos meses, las boletas de gas, agua y electricidad han tenido subas muy por encima de la inflación, no hace falta ir a ver los datos del INDEC o los cuadros tarifarios para confirmarlo, cualquiera que pague los servicios lo sabe.

Si bien es cierto que los precios relativos deben estabilizarse en función de las restricciones presupuestarias, también es cierto que una corrección de precios relativos no puede estar ajena a una política de ingresos de la sociedad. Las empresas y el gobierno se escudan en que el año pasado, año electoral, el gobierno “planchó” las tarifas haciendo que las empresas de servicios vieran afectados sus balances.

Al principio de este año, cuando el gobierno desembarcaba en el Estado, Caputo advirtió en una entrevista en LN+: “muchos nos acostumbramos a malgastar la energía porque es prácticamente gratis”. Aunque esto no tiene números que justifiquen semejante cambio de precios relativos en tan poco tiempo.

Desde que asumió el gobierno ha habido un cambio fuerte de precios relativos: si a fines del año pasado lo que empujaba la inflación eran los bienes transables, particularmente alimentos, este año lo que viene empujando los precios para arriba son los servicios.

Por poner un ejemplo bien claro: mientras que alimentos y bebidas no alcohólicas fue el rubro que más subió el año pasado, en lo que va del año (enero-octubre) es el segundo rubro que menos subió (quedando por debajo de la inflación acumulada); en cambio electricidad, gas y otros combustibles es el rubro que menos subió el año pasado y el que más subió en lo que va del año 2024 con la gestión de Milei. Entonces hubo una combinación de devaluación con un salto de 118% en el dólar y un reacomodamiento de los precios relativos, con impacto en parte, en la menor nominalidad de precios superado el primer trimestre, y dado por la recesión que provocó este shock, y en parte, en un cambio de ganadores y perdedores.

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Fuente: elaboración propia en base a Indec, BCRA, SIPA y Ámbito.

Un corte longitudinal más amplio permite poner las cosas en perspectiva: si el gobierno quiere llevar los precios de las tarifas a los valores del macrismo todavía hay camino por recorrer: para llegar al pico de abril 2018 los servicios tienen que subir un 20% más por encima de la inflación, ¿aguantan los bolsillos? ¿Aguanta la gobernabilidad? ¿Y si el dólar no fuera sostenible cuánta inflación con esta clase de ajuste generaría de manera adicional?

Lo que podemos ver es que hay una situación de salarios pisados desde 2019 que no logra recomponerse, pero al mismo tiempo se pisaron los servicios públicos, lo cual generó una situación de precios relativos muy difícil con sequía en 2023 e imposible que se recuperen a niveles históricos de este siglo, sin la participación del Estado. Estas recomposiciones sin una mirada social sobre los ingresos generan muchos problemas para el acomodamiento de precios sin afectar el consumo de la sociedad. En este contexto lograr que los ingresos en su conjunto mejoren actualmente sobre la situación que tenían al año pasado luce casi imposible.

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Fuente: elaboración propia en base a Indec, SIPA y BCRA.

Fuente: elaboración propia en base a Indec, SIPA y BCRA.

¿Y la carrera salarios-inflación?

Luego de la acelerada inflacionaria y de la fuerte caída salarial de fines del año pasado, entre abril y julio, los salarios subieron por encima de la inflación. Sin embargo, los últimos datos (de agosto y septiembre) muestran otro escenario: los salarios ya no suben por encima de la inflación y se estancan a niveles más bajos que los de noviembre de 2023 (nivel que ya era históricamente bajo). Los años en que la economía sufre una devaluación y un salto inflacionario parecen perdidos para los salarios, regla que se cumple históricamente, sin embargo, la ausencia de devaluaciones en sí misma no garantiza mejoras salariales, tal como ha ocurrido en la convertibilidad.

Por poner un ejemplo, en septiembre el Índice salarial de INDEC reflejó una subida real del sector privado de solo 0,26% y del sector público del 0,41%. Por supuesto los empleos más protegidos de nuestro ecosistema laboral son los que más rápido pueden recomponerse, pero bajo la lógica del modelo actual, con un ajuste endógeno dado por el superávit financiero, no parece posible que la mejora de un segmento pueda lograrse sin empeorar los otros.

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Fuente: elaboración propia en base a Indec, SIPA, Ripte, Anses.

Fuente: elaboración propia en base a Indec, SIPA, Ripte, Anses.

¿Alcanza con bajar la inflación para que los salarios se recuperen?

Los salarios y la inflación muestran, a grandes rasgos, una relación inversa: cuando la variación interanual de la inflación es más alta, la variación interanual salarial es más baja. Sin embargo, en los últimos 30 años en Argentina, los salarios crecieron más (en términos reales, por supuesto) en los años en los que la variación interanual de la inflación se sitúa entre 4 y 25 puntos. Cuando la inflación es mayor, las estrategias indexatorias no parecen poder acompañar el ritmo de los aumentos, y cuando la inflación es menor (tendiente a 0%, como sucedió en los 90’), la recesión surge como un factor que lleva a una puja por el ingreso que no tiene resultados concretos.

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Fuente: elaboración propia en base a SIPA, Indec y consultoras privadas.

Fuente: elaboración propia en base a SIPA, Indec y consultoras privadas.

Algo similar parecería estar sucediendo en este momento: hoy el gobierno festeja que baja la inflación y hace unos meses festejaban las subidas reales que tenían los salarios. La variación mensual real de los salarios (lo que aumentan mes a mes por encima de la inflación) es cada vez menor. La pregunta que queda abierta es cómo estabilizar una baja inflación con mejores niveles de ingreso para la sociedad y los trabajadores. No creemos que pueda haber respuestas sin un Estado activo en la búsqueda de una mejor y mayor igualdad, políticas industriales y de exportaciones con valor agregado creciente.

Ambito Financiero

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Hidrovía: el Gobierno oficializó el llamado a licitación para la privatización

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Hidrovía: el Gobierno oficializó el llamado a licitación para la privatización

Este jueves, el Gobierno de Javier Milei oficializó el llamado a licitación pública nacional e internacional para la privatización de la Hidrovía, proyecto por el que se transporta el 80% del comercio exterior de la Argentina. La propuesta se realizó a través de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, a cargo de la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía.

La medida, que fue anticipada el pasado martes por el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Guillermo Francos, desde la Administración General de Puertos (AGP) en Puerto Madero, fue oficializada mediante la publicación de la Disposición 34/2024 en el Boletín Oficial.

Se ofrece un contrato a 30 años, que puede prorrogarse por 30 años más, y busca convocar a empresas interesadas que realicen obras de dragado y balizamiento en ríos y mares. Las presentaciones podrán realizarse hasta el 29 de enero del 2025 a las 12.00 horas.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

Axel Kicillof le dijo ‘vendepatria’ y ‘figureti’ a Javier Milei y se opuso a la privatización de la Hidrovía

Por su parte, la apertura del Sobre N°1 se realizará una hora después del cierre de presentaciones, el 29 de enero del 2025 a las 13.00 horas a través del portal CONTRAT.AR https://contratar.gob.ar/

Como indicó el artículo 2° del texto oficial, se decidió «llamar a licitación pública nacional e internacional N°1/2024 por el régimen de concesión de obra pública por peaje en el marco de la ley 17.520 y sus modificatorias, para la modernización, ampliación, operación y mantenimiento del sistema de señalización y tareas de dragado, redragado y mantenimiento de la Vía Navegable Troncal».

Hidrovía

En la normativa se precisó que la vía en cuestión comprende «entre el kilómetro 1238 del Río Paraná, punto denominado Confluencia, hasta la Zona de Aguas Profundas Naturales, en el Río de la Plata exterior, hasta la altura del kilómetro 239,1 del canal Punta Indio, por la vía del Canal Ingeniero Emilio Mitre y el Río Paraná de las Palmas, Río Paraná Bravo, Río Paraná Guazú, Río Talavera, Río Paraná–Océano Atlántico».

La Disposición compartida este jueves por el Gobierno también dispone la conformación de una comisión evaluadora integrada por Ariel Romeo Cherubini, Francisco Mansanta y Cristian Luis Rigueiro, como miembros titulares, y Mariana Cantando, Juan Ignacio Devincenzi y Pablo Esteban Sofio como miembros suplentes. Dicho conjunto analizará las propuestas que se presenten en el proceso licitatorio.

El Gobierno anunció la licitación de la hidrovía: “Es un hito fundamental para la competitividad de nuestra economía”

Actualmente, la red troncal de la Hidrovía incluye 79 puertos y pasa por 7 provincias: Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. Su administración en manos del Estado implicó gastos por 200 millones de dólares anuales y entre 2023 y 2024 acumuló un déficit operativo de US$ 90 millones hasta que se produjo un aumento de tarifas.

Hasta mediados de 2021 el contrato de concesión para el dragado y balizamiento de la Vía Navegable Troncal en los ríos Paraguay y Paraná estuvo a cargo de la empresa belga Jan de Nul y la argentina Emepa, luego volvió a estar bajo control estatal y ahora regresará, una vez más, a estar en manos de un privado.

 

 

AS.

LT

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José Pepe Mujica habló de la relación con el gobierno de Javier Milei: Es difícil

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José Pepe Mujica habló de la relación con el gobierno de Javier Milei: Es difícil

Ante la consulta de un periodista, Mujica expresó que “hay que tratar de que sea lo mejor posible, pero es difícil”, el vínculo con la Argentina.

El exmandatario de 89 años citó como ejemplo algunas medidas del gobierno argentino que perjudican el comercio en vías navagables para los países de la región. «Por ejemplo, la medida de la Cuenca del Paraná, subiendo los peajes enormemente, nos castiga a nosotros y a Paraguay, es bravo” enfatizó.

José Pepe Mujica habló del gobierno de Javier Milei

Consultado sobre el gobierno de Javier Milei, el exmandatario uruguayo señaló que la Argentina “es un semejante país que no lo vamos a cambiar nosotros, los países no se mudan. Así que tenemos que llevarnos bien”.

En otro momento a la salida de la escuela 149 de El Cerro luego de emitir su voto, Mujica tuvo un cruce con un periodista que manifestó que la pobreza en la Argentina había bajado en las últimas semanas. “Sí, claro, ¿pero cuánto aumentó antes?”, retrucó el expresidente uruguayo.

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Pepe Mujica votó este domingo en la escuela 149 de El Cerro (gentileza de Diario La R Uruguay).

@diariolaruy

El periodista redobló la apuesta y se refirió a que esa suba se debía a medidas de la gestión del exministro de Economía, Sergio Massa, y a la gestión del expresidente Alberto Fernández. “A los que usted apoyó”, acusó.

La respuesta de Mujica no se hizo esperar y de forma categórica dijo: “No, querido. No entreveres los tantos. Haga periodismo serio. Se equivoca, es muy joven”.

“Lo de Milei es de los argentinos, no es un problema en el que nos tengamos que inmiscuir. Es un semejante país que no lo vamos a cambiar nosotros, pero como los países no se mudan, tenés que tratar de tener la mejor relación posible, sea el gobierno que sea”, agregó Mujica.

Uruguay elige a su próximo presidente en un ajustado balotaje entre Yamandú Orsi y Álvaro Delgado

El balotaje 2024 que enfrentará a Yamandú Orsi y Álvaro Delgado se desarrollará este domingo desde las 8 de la mañana, momento en que abran los centros de votación para recibir a los primeros electores.

En una jornada que se anticipa como soleada y calurosa, tras un sábado que los militantes del Frente Amplio y el Partido Nacional cerraron a todo color, más de 2,7 millones de uruguayos están habilitados para votar.

En total, son 7.225 los circuitos electorales repartidos en todo el país, en los cuales se espera que alrededor del 90% de los ciudadanos emitan su sufragio, si se toma en cuenta la participación de las generales (90,12%) y el promedio de las instancias previas.

Ambito Financiero

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