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Argentina perdió contra Uruguay en la Bombonera.
La Albiceleste perdió por 2-0 ante la Celeste, dirigido por Marcelo Bielsa, en el estadio de Boca, por la quinta fecha de las clasificatorias sudamericanas. Ronald Araujo y Darwin Núñez, los tantos de la visita.
Argentina, campeón del mundo en Qatar 2022, perdió sin atenuantes este jueves por la noche por 2 a 0 ante el Uruguay de Marcelo Bielsa, por la 5ta. fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, en partido jugado en La Bombonera.
El defensor Ronald Araujo y el delantero Darwin Núñez marcaron los goles de la victoria que cortó el invicto del seleccionado dirigido por Lionel Scaloni. Su anterior derrota fue el 2-1 ante Arabia Saudita, en el comienzo del Mundial de Qatar 2022.
A su vez, Argentina dejó en el caminos sus primeros puntos en las Eliminatorias Sudamericanas donde se mantiene primero con 12 unidades. Uruguay, que venía del resonante triunfo ante Brasil en Montevideo por 2-0, quedó a dos puntos (10).
El seleccionado «charrúa» se llevó un triunfo enorme de La Bombonera a fuerza de concentración y tenacidad. Lo jugó como una final, a dientes apretados y con vocación ofensiva, lastimó cuando debía y dejó con las manos vacías al campeón del mundo.
Uruguay jugó un destacado primer tiempo aunque no resultó una sorpresa teniendo en cuenta su rendimiento en partidos recientes y por la filosofía de su entrenador.
Con Manuel Ugarte como eje, Uruguay copó el mediocampo y le cerró los caminos a la Argentina, especialmente por las bandas. Tagliafico y Nico González prácticamente no tuvieron contacto con la pelota y sólo Nahuel Molina logró algunas proyecciones. Además, tanto MacAllister como Enzo Fernández se vieron superados en número frente a la marea «celeste» que se movió en bloque.
Argentina se mostró errática ante la presión de Uruguay. Buscó resquicios, pero sin claridad. Y sólo Messi, sin el auxilio de Rodrigo De Paul, ofrecía algo distinto en pinceladas.
La primera llegada de riesgo la tuvo Uruguay en los primeros minutos. Una mala salida de Nicolás Otamendi propició el pelotazo de Ronald Araujo para el veloz Darwin Núñez. El delantero de Liverpool de Inglaterra le ganó en carrera a Otamendi, pero definió cruzado y desviado ante la salida de Emiliano Martínez.
En la primera etapa también se produjeron algunos cruces fuertes entre los futbolistas. El clásico rioplatense fue intenso y de mucho roce ante la mirada un tanto pasiva del árbitro colombiano Wilmar Roldán.
Mientras Núñez se mostraba como una amenaza constante para Argentina, el campeón del mundo esbozó una llegada con el intento forzado de Julián Álvarez.
Sobre el cierre, Molina perdió la pelota ante la marca insistente de Matías Viña, quien lanzó el centro para la llegada sin marcas de Araujo. El gol de Uruguay, que cortó 753 minutos de valla invicta para «Dibu» Martínez, silenció La Bombonera.
Para el segundo tiempo, Argentina ganó metros en campo contrario, ya con Lautaro Martínez en el ataque y un retrasado Julián Álvarez, en un juego más cercano a su actualidad en Manchester City. Asimismo, MacAllister dejó la cancha y Enzo Fernández se paró de número «5».
Messi generó la única situación más peligrosa para el campeón del mundo con la ejecución de un tiro libre que dio en el travesaño, ante la atenta mirada de Sergio Rochet.
Los ingresos de Ángel Di María y Exequiel Palacios intentaron otorgarle soluciones a un equipo que chocaba contra la tenacidad «charrúa». Para progresar en el campo, Di María o Messi debían recurrir de manera obligada a gambetas y daba cuenta de lo complejo que resultó el partido para los campeones del mundo.
A esa altura, los nervios también se apoderaron de la gente que de a ratos exclamaba tibios cánticos de apoyo en la primaveral noche porteña y a veces dejaban cierto fastidio por un pase mal realizado.
El broche de oro para Uruguay lo aportó Núñez, en una escapada solitaria con Argentina jugada en ataque tras una pérdida de Messi. Otamendi, en su partido más flojo, volvió a perder en velocidad y la resistencia de «Dibu» Martínez fue escasa para el 2-0 que generó el grito desaforado de un puñado de uruguayos. Los argentinos respondieron rápido, en un claro apoyo al campeón del mundo.
En la próxima fecha, Argentina visitará a Brasil y Uruguay, que no podrá contar con Mathías Olivera por su segunda amarilla, será local ante Bolivia.
@Telam
/Imagen principal: ©foto Telam
Deportes
River perdió el partido y los estribos, y quedó envuelto por el escándalo: qué dijo Gallardo
No dio la talla. Faltó juego, asociaciones, temple y sobraron errores, desinteligencias, nerviosismo. La derrota 2 a 1 de River ante Independiente Rivadavia, en Mendoza, anuló la ilusión de los millonarios de batallar por el título. Ocho puntos separan al equipo que conduce Marcelo Gallardo del líder Vélez, con 12 unidades en juego. El gol de Ham, en el noveno minuto de adicional, decretó la caída y avivó el escándalo en la cancha y en el gimnasio del estadio Malvinas Argentinas, con una persecución de jugadores a Sebastián Villa y escenas que multiplicaron el descontrol. El final fue caótico, con corridas, gestos y golpes.
Un rato largo después de la derrota, Marcelo Gallardo dio la cara. El DT de River fue claro en su opinión: “Fue una reacción en caliente por un gesto que hace un adversario, y termina el partido. Nada justifica el comportamiento de los dos equipos. Nada lo justifica, esas cosas se dan a veces cuando estas en caliente. Creo que se metió mucha gente y fue muy confuso, no puedo detectar bien qué fue lo que pasó. No esta bueno, no me gusta. Hay que asumir la bronca y guardarse”. Y no eludió la autocrítica por el pobre rendimiento de su equipo: “Jugamos un muy mal segundo tiempo, no queda otra que reconocer que no nos salió nada”.
Una jugada repetida, pero que no deja de tener efectividad. Una acción conocida, que los directores técnicos remarcan, aunque las precauciones que se toman en la teoría se derrumban en la práctica. El pase de Tonetto al espacio, la corrida de Villa, el enganche del colombiano para la pierna hábil ante la marca de Gattoni y el latigazo de derecha para que resultara improductivo el revolcón de Armani.
Sencillo, pero vigente, el festejo del delantero es una escena que River padeció por cuarta vez: ahora, con la camiseta de Independiente Rivadavia; las anteriores, con la de Boca. Un gol que remarcó la endeblez de la fórmula de zagueros centrales, donde quien tomó al atacante fue engañado y González Pirez –que miraba de reojo al juez asistente Facundo Rodríguez– habilitó en el inicio de la jugada. En apenas siete minutos, los mendocinos descubrían la desnudez de un rival que debía marcar el pulso.
El resumen de la derrota de River
Para revertir el resultado, River necesitaba tiempo, pero las acciones polémicas consumieron minutos para un equipo que manejó la tenencia de la pelota, aunque careció de creatividad para desarticular al rival. Un remate de Echeverri y otro de Bustos –tras un desborde de Colidio–, las situaciones de riesgo que levantaron al público millonario, que se vistió de neutral sin disimulo. Tres minutos se recuperaron en el primer tiempo de los casi diez que estuvo detenido, después de los dos penales que sancionó el árbitro Arasa: en el primero, Lucas Novelli –árbitro del VAR– anuló la mano de Sheyko Studer por posición adelantada de Solari. Más tarde, el mismo defensor bloqueó un remate de Echeverri y desde el VAR convocaron al árbitro principal para que repasara la jugada. Arasa defendió su interpretación y Colidio, con un remate de derecha y cruzado, igualó el marcador.
El escándalo del final
Nublado en ofensiva y errático en defensa, River sufrió tres veces en la misma jugada en el inicio del segundo tiempo, después de un error de Villagra: Sequeira, Ramis y Cardillo no pudieron con Armani, la gran figura riverplatense en la noche mendocina. La urgencia por un triunfo que mantuviera viva la esperanza de pulsear por el título invitaba a jugar a campo abierto: Villa pecó de individualista y definió desviado, cuando Ramis reclamaba el pase. Agazapado, Independiente Rivadavia era inteligente para romper los circuitos y veloz para correr hacia el arco rival. Armani con sus respuestas, como en el disparo de Tonetto, sostenía la ilusión.
La mejor respuesta colectiva de River la compusieron Meza y Echeverri, que de cabeza dejó la pelota en el techo del arco. Los ingresos de Borja, Mastantuono, Pity Martínez, Aliendro y Bareiro no modificaron el escenario, más allá de alguna situación –un cabezazo de Borja, una atropellada de Aliendro que no tuvo tiempo y espacio para definir- que puso en aprieto a Centurión, arquero que se forjó en las divisiones inferiores de los millonarios.
River resultó un equipo con poca chispa, adormecido, indolente, alejado de las formaciones con el sello que impuso Gallardo. Decidió jugar un ida y vuelta en el desenlace, pero no tuvo contundencia y mucha fragilidad en defensa e Independiente Rivadavia, un rival que estaría perdiendo la categoría si no fuera porque la AFA anuló los descensos en esta temporada, explotó con el tiro del final de Ham. River estaba obligado a ganar para sostener un sueño. Perdió y quedó envuelto por el escándalo.
LN
InternacionalDeportes
“Había olor a porro”: la desopilante revelación de Franco Colapinto tras sus primeras vueltas en el Gran Premio de Las Vegas
El piloto argentino explicó que se siente un fuerte aroma a marihuana en las inmediaciones del circuito callejero
Un desopilante momento se vivió en la zona mixta una vez finalizada la segunda práctica libre en el circuito callejero de Las Vegas. Tras finalizar la entrevista con los medios, Juan Fossaroli, periodista de ESPN, le hizo una inesperada observación sobre el olor que sobrevuela en las inmediaciones del predio al piloto argentino, quien fiel a su estilo, soltó una frase que desató la risa de los presentes.
“Sí, había olor a porro. Si nos hacen doping ahora a los pilotos creo que todos positivos, te lo juro boludo”, soltó con una sonrisa pícara en su rostro el joven piloto albiceleste, quien culminó 17° y 18° en las primeras prácticas libres en Nevada. “Cuando demos todos positivos, un quilombo”, concluyó el oriundo de Pilar.
Vale destacar que Colapinto no fue el único piloto que hizo mención a esta inesperada situación en Las Vegas. Mientras analizaba las diferencias entre la pista del año pasado y la actual en Las Vegas, el mexicano Checo Pérez realizó una similar apreciación. “Se corre muy poco, la práctica 1 fue un desastre total, estaba muy sucia. Lo que sí se nota muchísimo alrededor de todo el circuito es el olor a marihuana durante toda la noche. Ya estoy un poco cansado, es increíble la cantidad. Es algo que seguro todos los pilotos hablarán de eso”, manifestó el deportista de Red Bull.
“Es un circuito medio complicado, con muy poco grip, patinamos todo el tiempo. Está muy sucia la pista. La práctica uno parecía una pista de Rally, había tierra por todos lados. No se veía nada, fue un día difícil”. No obstante, luego añadió: “En la primera práctica libre anduvimos bastante bien, hice mi mejor vuelta y quedé bastante cerca”
Prosiguiendo con su análisis, el argentino esbozó: “En la segunda nos costó demasiado encontrar el grip, íbamos patinando muchísimo, las gomas muy frías. Fue complicado. Habrá que ver por dónde ir para mañana, qué cosas hay que mejorar. La pista está muy fría a esta hora, hay que entender un poco mejor para mañana y mejorar”. La actividad continuará este viernes por la noche, con la tercera práctica libre (desde las 23.30 de Argentina). Luego, el sábado, a las 3 de la mañana, se llevará adelante la clasificación. La carrera, que será a 50 vueltas, se disputará el domingo a las 3.
“Es media rara, tiene mucha suciedad. Teníamos menos grip que en Brasil cuando estaba inundada la pista; pero bueno, el show está muy bueno, la gente, las luces… La pista es medio aburrida, mucho frenaje y curvas a 90 grados. Parece un chancho dado vuelta la pista. No es muy divertida, pero creo que la carrera va a estar buena, tiene rectas muy largas. Hay que tratar de controlar las gomas, porque hace mucho frío, venimos de carreras con calor, que había que controlarlas por el sobrecalentamiento. Hay mucho que trabajar y por suerte ya tenemos la información”, concluyó Colapinto.
Este será el séptimo fin de semana que tendrá acción el argentino desde su desembarco en la Máxima para reemplazar al estadounidense Logan Sargeant y ser el compañero de equipo en Williams del tailandés Alex Albon. El bonaerense, pese a sus pocas carreras, ya logró hacerse un nombre dentro del paddock de la F1 al sumar cinco puntos, producto de su octavo lugar en el circuito callejero de Azerbaiyán y el décimo en el Gran Premio de los Estados Unidos.
Aunque no tenga asegurado una butaca para la próxima temporada (la escudería británica tiene asegurados los contratos de Albon y el español Carlos Sainz, que llegará desde Ferrari), su nombre está vinculado a Red Bull para ser compañero de Max Verstappen o como piloto de Racing Bull. También se rumoreó que se encuentra dentro de la órbita de Alpine.
/Infobae
Deportes
De a poco, la idea de Fernando Gago prende en un Boca que empieza a saborear victorias
La idea, de a poco, empieza a prender. Y cuando los resultados acompañan, todo parece más sencillo. Boca ya no es ese equipo melancólico y roto que deambulaba por la cancha en el confín de la era de Diego Martínez. El de Fernando Gago es un equipo que sabe a qué juega y juega a lo que sabe hacer. Al menos de a ratos, como en ese voraz inicio del primer tiempo que le bastó para volver a ganar en casa por la Liga Profesional y, a la espera del duelo decisivo frente a Vélez por Copa Argentina, prenderse en la pelea de arriba en la tabla general. Con el 1-0 a Unión, hilvanó su tercer triunfo y se acomodó en el quinto puesto de la temporada, aún en zona de clasificación para la Sudamericana, aunque mucho más cerca del objetivo central: el pasaje a la Copa Libertadores. Sin Edinson Cavani, el goleador fue Milton Giménez, que consiguió su noveno tanto en el torneo (quinto en Boca, tras los cuatro para Banfield).
Intensidad, velocidad, buen manejo de pelota y verticalidad en los últimos metros. Todo eso tuvieron los primeros 15 minutos de un Boca eficaz que golpeó en su primera llegada a fondo. Exequiel Zeballos desparramó a Lautaro Vargas por la izquierda, superó la marca de Franco Pardo y pinchó un centro perfecto para que Giménez cabeceara al gol.
Boca siguió ahogando a Unión contra su área y no lo dejó pensar. El cuadro tatengue, que también precisaba ganar para escalar en la tabla general (estaban a la par, con 56 puntos), demoró casi 30 minutos en descubrir la existencia del arquero Leandro Brey. Aún así, Boca no aprovechó su momento. Dominó el desarrollo, pero no el resultado. Y así como apuró al final del primer tiempo (tapada notable del uruguayo Thiago Cardozo ante un cabezazo de Tomás Belmonte), se quedó sin nafta en el segundo.
Con Kevin Zenón recuperado, Gago apostó nuevamente al 4-3-3, en el que el ex volante de Unión actuó como extremo por la derecha. Pero el 10 no tuvo una buena noche y Boca cayó en un pozo a mediados de la segunda mitad. Porque Unión desarmó su línea trasera de cinco y empezó a presionar arriba. Porque a Boca, aunque se mostraba firme en defensa, le faltaba crear más chances para ampliar la ventaja y evitar la reacción del rival. Porque Zeballos, el mejor del primer período, también se quedó sin combustible. Y porque los cambios no le sentaron bien a un equipo local que siguió intentando, pero ya sin el orden ni la fluidez de los minutos iniciales.
Corto de laterales, sin el peruano Luis Advíncula ni el uruguayo Marcelo Saracchi (convocados a sus selecciones), Gago invirtió dos cambios para cubrir la salida del lesionado Juan Barinaga. Primero, con la entrada de Jabes Saralegui en el puesto de marcador de punta. Y un rato después, con el ingreso de Gary Medel a la zaga y Nicolás Figal tirado contra una raya. Cavani, errático, tampoco aportó en ataque. Y Boca, ovacionado al final de la mitad inaugural, terminó pidiendo la hora ante un Unión que amenazó más que lo que concretó.
A pesar de los gestos ampulosos de Gago, Boca se replegó peligrosamente contra su área y el conjunto santafesino, con espacios, generó las chances más claras en el cierre del partido. Una volea de Adrián Balboa se fue apenas por arriba del travesaño. Y a la jugada siguiente, Marcos Rojo le dejó servido el empate a Lucas Gamba y el remate del delantero salió muy cerca del poste derecho.
Compacto de Boca 1 vs. Unión 0
Boca sufrió más de la cuenta, pero terminó celebrando un triunfo justo que implica mucho más que tres puntos en el tramo final de la temporada. Después de siete meses, sumó tres victorias en fila, y sacó provecho de las derrotas de Godoy Cruz y Huracán para meterse de lleno a la pelea por disputar las copas. Aunque la meta principal sigue siendo la semifinal de Copa Argentina frente a Vélez (el miércoles 27, en Córdoba), el Boca se Gago presenta batalla también en la Liga y, con una idea de juego todavía en cuentagotas, ya empieza a tomarles el sabor a los triunfos. La Bombonera aplaudió el juego del primer tiempo y la entrega del segundo, que por momentos no alcanzó. Así y todo, Boca festejó. Y no hay quien le quite la ilusión.
LN
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