Luego de su viaje al Vaticano, convocado por el Papa Francisco, Ahora San Juan dialogó con el Arzobispo de San Juan, Monseñor Jorge Eduardo Lozano, quien comentó sobre las reflexiones y camino a tomar por parte de la Iglesia Católica luego del Sínodo del pasado 10 de octubre. La «Consulta del Pueblo de Dios» que marca el «modo de ser y actuar de la Iglesia Católica».
«Desde hace un año, aproximadamente, me han designado como Secretario General de un organismo latinoamericano de la iglesia, del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)» dijo el arzobispo sobre el motivo por el cual fue seleccionado para ser parte del Sínodo.
«Cuando el Papa inicia el 10 de octubre esta “Consulta al Pueblo de Dios” invitó a algunos representantes de los continentes, a 10 de cada continente, Obispos, Religiosas, Sacerdotes, Laicos. A mi me tocó ser parte del contingente de los 10 de América Latina y el Caribe al ser secretario General de CELAM«, detalló Lozano.
CELAM «es un organismo de servicio a los 22 países de la región. En este organismo promovemos tareas misioneras, formativas, organizamos una serie de servicios y propuestas».
«En el ámbito de lo personal poder participar de un evento donde había personas de distintas vocaciones y culturas de distintos lugares del mundo ha sido una experiencia realmente muy enriquecedora «, detalló a lo que respecta al intercambio de vivencias entre los partícipes del encuentro.
Para la iglesia de San Juan ser parte de este evento mundial «ayudó mucho para poder motivar y movilizar esta fase de consulta que se abrió hasta marzo del 2022. Ahora vamos a ir trabajando en San Juan, como en todas las Diócesis del mundo, en el proceso de consulta y escucha»
El objeto de la Consulta del Pueblo de Dios es llegar a » La gente que habitualmente no es tenida en cuenta o no es escuchada». Monseñor profundizó detallando cómo se llevará a cabo y en qué lugares.
«Por un lado va a estar en los ambientes orgánicos de la iglesia: capillas, parroquias, iglesias, colegios. Además queremos que participen otros espacios como por ejemplo los que están en la unidad penal, quienes están en alguna comunidad de recuperación de drogas, en los barrios más pobres. La gente que habitualmente no es tenida en cuenta o no es escuchada. La consulta quiere llegar a estos espacios, ya hemos hecho algo en esta línea entre mayo y agosto de este año para otro proceso más Latinoamericano, donde también nos hemos propuesto, además de los espacios eclesiales, poder estar presente en los otros lugares que el Papa llama de “Periferias Geográficas y Existenciales” y de ese modo poder acercarnos a ellos«.
Los cambios dentro de las estructuras institucionales se han visto aceleradas desde el arribo de la pandemia del coronavirus. Claramente la Iglesia Católica no es la excepción de esto. Al respecto el Arzobispo expresó que: «en tiempo de pandemia hemos avanzado mucho en cuestiones que nos costaban, por ejemplo, el uso de la tecnología.«
«La mitad de las parroquias han hecho las misas por Facebook, han tenido catequesis por medios virtuales. Con lo cual por un lado se pudo mantener lo que se estaba haciendo y por otro también poder llegar a personas que habitualmente no participaban de la misa. Por ejemplo, a una parroquia iban 10 personas por día de manera presencial a misa, y cuando se empezó a realizar por facebook participaban más de 50/80 personas. Esto nos llamó mucho la atención porque es la muestra de la necesidad espiritual en medio de esta situación tan dura», especificó sobre algunas de las estrategias que debieron tomar para seguir cerca de los fieles.
«En el tiempo más álgido de la pandemia potenciamos los lugares de servicio a los pobres, en ese tiempo se multiplicaron por tres la cantidad de merenderos y comedores que había a cargo de Cáritas«, especificó sobre el rol social-comunitario que tiene la iglesia católica en la provincia en particular.
«Ahora estamos intentando poder llegar con mensaje de aliento, de escucha. Este proceso de escucha también tiene que ver con esto, con una cercanía al corazón de la gente. Ir nosotros con una respuesta a las preguntas que la gente nos está haciendo, cuáles son estas situaciones que anidan en el corazón humano, ver desde la fe, desde el camino de Jesús qué es lo que podemos aportar en el crecimiento de la gente», aseguró sobre el camino a seguir.
«Sin duda diciembre del 2019 no volverá más, nadie será igual, ni la iglesia, ni la sociedad, ni la comunidad educativa. Si nuestro planteo es volver a diciembre del 2019 estamos muy equivocados», dictaminó Lozano.
«La sociedad ha cambiado, nos tratamos de modo distinto«, afirmó. «En algunas cosas está bien que así sea, en otras tal vez sea algo exagerado, pero que necesitamos ir replanteándonos. Desde la iglesia tenemos que ir viendo en esta situación responder a las preguntas de la gente. No tenemos que tener un discurso pre-armado, ver qué es lo que la gente necesita y qué de eso le podemos dar, teniendo en cuenta su situación anímica, su situación familiar, situación laboral. Esto nos muestra que en cada barrio, en cada lugar hay distintas situaciones» comentó afirmando que el camino y el rol de la iglesia ha iniciado un camino de cambios.
«Por ejemplo, próximamente la celebración del 2 de noviembre, el Día de Todos los Difuntos. va a ser un año muy particular, hay mucha gente que perdió amigos, familia, que no los pudieron velar, ni acompañar. Esta celebración no será igual a la de otros años, y si lo hacemos igual es que estamos entendiendo mal la situación. Tenemos que entender esto como una situación emocional muy fuerte para luego poder transformarlo en oración. Así tendríamos que ir viendo los niños que tuvieron que abandonar la catequesis, aquellos que no pudieron continuar con el ritmo educativo por no contar con los elementos necesarios», puntualizó sobre la diferencias que se avecinan.
«Nos estamos preparando, porque nadie estaba preparado para esto que sucedió con la pandemia. Este camino de reflexión, de escucha que hicimos entre mayo y agosto nos sirvió aunque sea para ir cuestionándonos», dijo al especificar la ruta que tomará la iglesia en San Juan.
«Este otro camino que ahora nos propone el Papa hasta marzo del año que viene es como volver a replantearnos, preguntarnos cómo estamos trabajando porque no alcanza con que yo como obispo decrete algo, es necesario que haya convicción en la gente, que los cambios vengan por convicción desde las comunidades y no por disposición en una carta pastoral. Lo que estamos promoviendo juntamente es una revisión y replanteo de cada comunidad y que luego entre las mismas comunidades puedan intercambiar lo que van viendo para no estar en una actitud de “mirarse el propio ombligo” y creer que ahí se acaba el universo. En este proceso ir viendo qué es lo que hay que replantear en cada comunidad y en la iglesia en general«, concluyó el Arzobispo Monseñor Jorge Lozano.