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Astrofotografía en Argentina: Cada vez más aficionados retratan el cosmos en fotos.

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Astrofotografía en Argentina: Cada vez más aficionados retratan el cosmos en fotos.

Impulsada por los avances tecnológicos que permiten «democratizar» las posibilidades de retratar el cosmos, sin la necesidad de recurrir a aparatos muy sofisticados y costosos, la astrofotografía suma cada vez más aficionados en el país, a través de talleres y safaris grupales, y se consolida como una herramienta de promoción turística.

«Es una disciplina que combina ciencia, técnica y arte. No hay astrofotografía posible sin conocer herramientas básicas de astronomía y de la parte técnica de la fotografía. Y hay un poquito de arte también a la hora de componer la imagen», sintetiza Mariano Ribas, responsable del área de divulgación científica del Planetario de Buenos Aires y uno de los astrofotógrafos de la vieja guardia que hacían foco en los cuerpos celestes con cámaras de rollo y revelado en la década del ’90.

Ribas dice que es un camino natural para los apasionados de la astronomía: «Cuando empezás a manejar telescopios y observar objetos en el cielo, incluso como hobby, llega un momento que los querés registrar«, afirma. Y remarca que el disfrute es aún mayor –con sorpresa incluida- porque la cámara fotográfica «registra muchísimo más de lo que el ojo humano puede ver en un telescopio».

En Argentina hay destacados astrofotógrafos y no es de extrañar, según asegura el especialista, teniendo en cuenta que es un país con alta cantidad de aficionados a la astronomía (se calcula en más de 10.000 activos).

Pero en los últimos años el interés por la disciplina fue creciendo tanto por parte de fotógrafos tradicionales, como de simples curiosos que se fueron sumando a cursos y talleres, especialmente durante la pandemia.

«Sobre todo en el segundo semestre de 2020 notamos que mucha gente se empezó a meter en estos temas de astrofotografía, del telescopio y de observación del cielo porque pasaban mucho tiempo en las casas. En los cursos on line del Planetario fue impresionante la cantidad de alumnos anotados. ¡Teníamos charlas de 1.500 personas en vivo hablando de Marte!«, recuerda Ribas en diálogo con Télam.

Pero el disparador principal del aumento de aficionados es la cuestión tecnológica que permitió que se «democratice» la disciplina, asegura Carlos Di Nallo, quien hace muchos años dejó su trabajo en el sector de los seguros para dedicarse de lleno a la astrofotografía y hoy organiza cursos y safaris grupales para hacer fotografías astronómicas en lugares alejados de la contaminación lumínica, lo que significa unos 150 kilómetros alejados de las ciudades.

Asegura que los celulares están abriendo una puerta importante y que hay cada vez más interés por la fotografía de paisaje con estrellas. También afirma que se acercan personas de las más diversas profesiones y algunos, incluso, sin conocimientos previo de astronomía.

Di Nallo hizo un camino progresivo en la disciplina. Tenía el hobby de la observación astronómica, pero sabía poco de fotografía. Un día apuntó su cámara al cielo y le gustó el resultado, desde allí empezó su curva de aprendizaje. «Mis primeras fotos con telescopio fueron de la Luna, y más allá de que tengo en mi haber galaxias y nebulosas, es como que siempre me atrapó muchísimo, tiene volumen cuando la mirás y te permite jugar mucho con luces, sombras, captar su textura… La Luna es mi consentida«, admite.

El 16 de julio de 2014, una fotografía que tomó de la ocultación de Saturno por la Luna fue elegida por la Nasa y publicada en su sitio de la Imagen astronómica del día (APOD). También Mariano Ribas logró ese reconocimiento el 18 de diciembre de 2020 con una fotografía que sacó en Valcheta, Río Negro, durante el eclipse total de sol.

«La APOD es la vidriera astrofotográfica del mundo, es como ganar el Mundial para nosotros», grafica Ribas, que -al igual que Di Nallo- remarca que se reciben miles de imágenes diarias para la selección y que los argentinos no acceden a los equipos de alta sofisticación que tienen muchos astrofotógrafos del hemisferio norte.

La industria turística es otro escenario donde está empezando a gravitar la astrofotografía. La provincia de San Juan es uno de los sitios con mejores condiciones para el astroturismo, pero también hay propuestas para retratar la Vía Láctea con las sierras cordobesas, las Cataratas del Iguazú o el glaciar Perito Moreno. El espejo en la región es Chile que tiene un gran desarrollo astronómico en el Desierto de Atacama, no sólo para fines científicos y educativos, sino también para miles de aficionados que realizan tour o alquilan telescopios para sacar fotografías en forma remota.

Tras pasar una temporada en la Antártida fotografiando los cielos australes, Jorgelina Álvarez decidió volcarse al astroturismo en su pueblo natal de Las Flores, en el interior de Buenos Aires, junto con la desarrolladora Laura Müller y en interacción con el municipio.

La propuesta articula la calidad del cielo sin contaminación lumínica, el cuidado de las aves del contexto y la energía que «debe utilizarse para la armonización del ecosistema«, dice y subraya que ese «estado de conciencia diferente» que cultiva como promoción turística fue gestado, en buen parte, a partir de su trabajo en el continente blanco. Ahora, además, estudia técnicas sobre turismo accesible con lenguaje de señas.

«Fotografiar el cielo nocturno en la Antártida fue fascinante y con mucho aprendizaje. La bóveda celeste va cambiando a medida que nos movemos de latitud y me encontré fotografiando por ejemplo la constelación ‘La Cruz del Sur’ -que suele estar sobre el punto cardinal sur en Buenos Aires- sobre mi cabeza todo el año. A la vez de poder captar instantes únicos como la salida de la Luna, un amanecer/atardecer, el esplendor fulguroso del brillo de la Vía Láctea debido a la casi nula polución lumínica, entre otros», sintetiza esta emprendedora conocida como Astrolina que comenzó hace diez años con la astrofotografía de paisaje.

También Andrea Anfossi practica esa rama de la disciplina. Cuenta que cuando vio las primeras fotografías astronómicas en la revista Si Muove del Planetario de Buenos Aires «fue como un click» y se dio cuenta que eso era lo que quería hacer. Con algunos conocimientos sobre el cosmos –por sus estudios en Cartografía-, pero ninguno sobre fotografía, recorrió su camino en la última década como autodidacta, con un ejercicio de prueba y error y con el intercambio que mantiene con otros aficionados hasta llegar el año pasado a ser tapa de aquella revista que la inspiró.

Dice que cuando puede se va de viaje a fotografiar cielos oscuros sin contaminación lumínica urbana, pero asegura que también pueden lograrse imágenes gratificantes en la ciudad. Ella misma empezó en su jardín, subiéndose incluso a los techos para lograr una mejor posición. «Lo mío es más artesanal porque es la cámara, el trípode y hago un solo disparo de varios segundos y después la edito un poco a gusto. También pongo la cámara en el telescopio, pero con una sola toma«, explica, diferenciando otras técnicas que demandan horas de exposición.

Difunde sus trabajos desde su cuenta de Instagram (@andrea_anfo) y tiene el deseo de contagiar su pasión por la astrofotografía: «Se cree que es algo muy difícil o muy costoso, pero ahora hay celulares con los que se puede hacer perfectamente. Hay que animarse», subraya.

La nebulosa de la hélice y una astrofotografía que llevó tres años.

Paciencia, minuciosidad y pasión es lo que llevó al astrofotógrafo Ignacio Díaz Bobillo a dedicarle 120 horas de exposición, durante tres años, a la Nebulosa de la Hélice –ubicada a 700 años luz de la Tierra, en la constelación de Acuario- para crear una sorprendente imagen detallada que fue reconocida internacionalmente.

«Es como una especie de obsesión y persecución de la perfección que le vas agregando todos los años», asegura este aficionado a la fotografía de espacio profundo, que empezó a retratar el cosmos en su adolescencia, cuando las cámaras eran de rollo y los telescopios con control manual, y que fue mejorando su trabajo hasta lograr varios reconocimientos del Real Observatorio de Greenwich y de la Nasa, entre otros.

Hace tres años, Díaz Bobillo armó un observatorio en el jardín de su casa en la localidad bonaerense de General Pacheco, desde donde sortea la polución lumínica con experiencia y filtros de banda angosta. Tiene un «refinado» telescopio refractor construido por el famoso óptico americano-alemán Roland Christen con un bloque de cristal de fluorita que data de la caída del Muro de Berlín, y asegura que se entretiene mucho.

«En la astrofotografía, hay una comunidad muy amigable, colaborativa y generosa. Eso es en gran medida porque no hay nada comercial por detrás y los egos, por suerte, juegan poco», remarca en diálogo con Télam.

En octubre del año pasado, una imagen de la Nebulosa de la Hélice fue seleccionada como «Foto Astronómica del Día« por la Nasa, cuando tenía 90 horas de exposición. Pero Díaz Bobillo agregó otras 30 horas, con lo que es la foto con más integración que ha realizado hasta ahora.

«Los objetos tienen estacionalidad», aclara y explica que por eso hay que hacer «visitas» en distintas épocas del año, de acuerdo a sus posiciones, para ir obteniendo tomas parciales.

Díaz Bobillo sostiene que la pasión por fotografiar el cosmos crece cada día más, remarca que hay foros en todo el mundo y que Argentina tiene buenas condiciones para el desarrollo de turismo astronómico.

Un factor clave, considera, es la introducción de productos chinos que hizo bajar los costos: «El mercado para aficionados era chiquito. Una buena cámara astronómica salía en Estados Unidos 15.000 dólares y actualmente una cámara igual o mejor sale 3.000 dólares», precisa.

Y subraya «hoy te podés entretener en todos los niveles, lo divertido es el camino que uno hace, como sucede con los deportes».

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La herramienta gratuita e indispensable para evitar engaños

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La herramienta gratuita e indispensable para evitar engaños

Cada vez son más frecuentes las estafas virtuales. Enterate cómo evitarlas en el mail de Google.

Gmail es uno de los servicios de correo más populares del mundo, con miles de millones de usuarios activos. Esto les da a los estafadores una enorme base de potenciales víctimas a las que dirigirse.

Los estafadores aprovechan la confianza de los usuarios en correos electrónicos para enviar mensajes que parecen legítimos. Muchas personas asumen que un correo recibido es confiable, especialmente si tiene el diseño o el lenguaje de una empresa conocida.

Aparte, enviar correos electrónicos masivos requiere muy poca inversión, especialmente con técnicas de automatización y bots. Esto permite a los ciberdelincuentes lanzar millones de mensajes en minutos, esperando que incluso un pequeño porcentaje de posibles víctimas responda.

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Qué es el pishing

El phishing es una técnica de estafa digital en la que los delincuentes intentan engañar a las personas para que proporcionen información confidencial, como contraseñas, números de tarjetas de crédito, datos bancarios o información personal.

Los atacantes fingen ser una organización confiable, como un banco, una red social, un servicio de correo electrónico o una empresa conocida. Incluyen enlaces que llevan a sitios web falsos, diseñados para parecerse a los originales. En estos sitios, las víctimas ingresan su información sin saber que están compartiéndola con los estafadores.

Aunque parezcan auténticos, muchos mensajes de phishing contienen pequeños errores ortográficos o direcciones de correo sospechosas como banc0.com en lugar de banco.com

La herramienta de Gmail para evitar estafas

  • Filtro de spam: Gmail identifica correos sospechosos y los redirige automáticamente a la carpeta de Spam. Esto incluye mensajes que contienen enlaces maliciosos, patrones típicos de estafa o remitentes no confiables.

  • Advertencias de seguridad: Gmail muestra alertas visibles en correos que considera potencialmente peligrosos, como aquellos con intentos de phishing o enlaces a sitios inseguros. Estas advertencias suelen incluir mensajes como «Este correo podría no ser seguro» o «Este mensaje podría ser una suplantación de identidad».

  • Verificación de remitentes: para ciertos dominios, Gmail verifica si el correo fue enviado por un servidor legítimo utilizando tecnologías como DMARC, DKIM y SPF. Si no pasa estas verificaciones, el mensaje podría marcarse como no confiable.

  • Protección contra enlaces maliciosos: Gmail analiza los enlaces incluidos en los correos para detectar si redirigen a sitios peligrosos. Si un enlace es identificado como malicioso, Gmail bloquea el acceso o muestra una advertencia al usuario antes de que haga clic.

  • Bloqueo de archivos adjuntos sospechosos: Gmail evita que los usuarios reciban correos con archivos adjuntos peligrosos, como ejecutables (.exe) que puedan contener malware.

  • Inteligencia Artificial: Gmail utiliza aprendizaje automático y algoritmos avanzados para identificar patrones de comportamiento asociados con correos fraudulentos o no deseados, mejorando continuamente su capacidad para detectar amenazas.

Ambito

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Ciencia & Tecnología

Un helicóptero de reconocimiento de la NASA descubrió restos de una nave espacial en Marte

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Un helicóptero de reconocimiento de la NASA descubrió restos de una nave espacial en Marte

A pesar de las especulaciones se comprobó que eran de una nave de origen terrestre.

El helicóptero de reconocimiento de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), llamado Ingenuity, descubrió restos de una nave espacial en Marte. La nave estaba esparcida por la tierra roja. 

Las imágenes del hallazgo de viralizaron en redes sociales, con teorías sobre la nave encontrada. A pesar del debate sobre la existencia de tecnología avanzada en el planeta rojo o de extraterrestres, más tarde confirmaron que el origen de los restos era terrestre.

La administración tiene el plan es recoger muestras de rocas y suelo para analizar la composición del material y entender cómo llegó la nave a la superficie, de esta manera mejorar en futuras misiones.

La NASA bajo la misión de explorar Marte, diseño dos vehículos para desplazarse por el planeta y capturas diversas imágenes además de datos para futuras investigaciones. Las maquinas son el rover Perseverance y el helicóptero Ingenuity.

/Filo.news

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“Llegar a la Facultad” será posible para estudiantes de Sociales

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“Llegar a la Facultad” será posible para estudiantes de Sociales

En la Facultad de Ciencias Sociales se implementó un
proyecto denominado “Llegar a la Facultad” que tiene como objetivo facilitar el
acceso al transporte público a estudiantes avanzados/as a fin de que puedan
sostener de manera regular el cursado de sus carreras y lograr el objetivo
final que es el egreso. La inscripción para interesados/as en el incentivo,
cierra el próximo 13 de noviembre.

El proyecto que se lleva a cabo en conjunto entre la FACSO y
los estudiantes de Trabajo Social: Ignacio Galán (coordinador), Micaela
Moreyra, Martina Ponce y Lucas Tejada (equipo evaluador), consiste en el
otorgamiento de becas de apoyo (incentivo dinerario) a estudiantes con
dificultades económicas que estén cursando los últimos años de sus carreras.
Con el objetivo de mantener una asistencia regular, la beca está destinada
exclusivamente a solventar el gasto mensual de transporte público.

La beca está dirigida a los estudiantes universitarios de la
Facultad de Ciencias Sociales (FACSO), que estén cursando 3°, 4° o 5° año de su
carrera, que asistan a la universidad al menos 4 días a la semana, que cursen
prácticas pre-profesionales (no es excluyente), que toman 2 o más colectivos
por día y que enfrentan barreras socioeconómicas para acceder al boleto del
transporte público.

Para determinar a las personas beneficiaras, el equipo del
Proyecto viene trabajando en el relevamiento de estudiantes con dificultades
económicas, de manera coordinada con los departamentos académicos, delegados y
delegadas de curso y alumnos y alumnas guías. Luego, un equipo evaluador
analizará las situaciones de vulnerabilidades para determinar el listado de
quienes están en condiciones de acceder a la beca. Una vez realizada la
selección, la beca se hará efectiva a través de una transferencia bancaria al
beneficiario/a, a fin de que pueda recargar la tarjeta SUBE. El proyecto estará
vigente durante los meses de cursado activo (septiembre a noviembre de 2024 y
de abril a junio de 2025).

Al respecto de este beneficio Ignacio Galán, coordinador del
Proyecto “Llegar a la Facultad” manifestó que “esta iniciativa surge a partir
de la conformación de un grupo de estudiantes de Trabajo Social, denominado FAUAT
NETA, que empezamos a realizar acercamientos a las aulas y comenzamos a
percibir una importante deserción de compañeros/as, por lo que se decidió
generar un proyecto planteando estas problemáticas, en el cual obtuvimos el
acompañamiento y abrazo por parte de la Facultad de Ciencias Sociales para que
se lleve adelante el proyecto”.

Personas interesadas pueden inscribirse en el siguiente link


UNSJ/

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