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Sociedad Relatos de Vida

Una forma de combatir la desigualdad de género: Carina, la sanjuanina que trabaja donde siempre lo hicieron solo hombres.

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Carina Luján se encuentra a cargo de suministros y depósitos de la empresa de transporte de pasajeros 20 de Junio, una de las más importantes en la provincia de San Juan. Su comienzo no fue sencillo, pero con perseverancia supo armar su camino y ganar su lugar dentro de la empresa.

Es importante destacar que por lo que ella sabe y por lo que pudimos averiguar es la única mujer en San Juan, y probablemente en el país, que asume responsabilidades en puestos del transporte de pasajeros que siempre estuvieron a cargo de hombres. El espacio ganado a fuerza de esfuerzo y voluntad es un reflejo de los tiempos que se viven donde la mujer gana con lucha cada vez más espacios y derechos.

Carina Luján es una sanjuanina que tiene una personalidad fuerte que irradia confianza y compromiso con las metas que se propone alcanzar, posee también una actitud proactiva que se complementa con una mirada minuciosa, lo que hace que se convierta en una mujer que disfruta enfrentar cualquier tipo de desafío con el objetivo de demostrar que todas las situaciones siempre se pueden mejorar.

“Hace 8 años que trabajo en la empresa 20 de Junio” comienza contando Carina “Empecé primero por un reemplazo. El reemplazo era por 10 días en la lavandería”. En ese época Carina trabajaba en la cocina de un restorán “de 19 de la tarde a 3 de la mañana y en la lavandería tenía que estar tipo 8 hasta las 15 de la tarde. Pero bueno, por 10 días nada”, explica entre risas.

Carina cargando combustible en un micro de la 20 de Junio.

En ese momento Carina nunca se imaginó que esos 10 días se convertirían en un mes, luego en dos meses hasta llegar a dos años. “Así estuve dos años repartiéndome, durmiendo tres horas por día pero me gustaba, porque acá era como que estaba a cargo” comenta Carina y reconoce que no tuvo inconvenientes el día en que decidió dejar su trabajo en el restorán por el que hacia en “la 20 de Junio”.

“Yo soy muy controladora y muy observadora. Ahí empecé a conocer la empresa desde el rinconcito de la lavandería”, dice a modo de confesión. Las cualidades que Carina resalta son las que permitieron que asuma cargos cada vez más importantes dentro de la empresa de transporte más renombrada en la provincia de San Juan.

Un día totalmente inesperado recibió un llamado por parte del director de la empresa, quien le comentó una inquietud sobre algunos procesos y tareas que consideraba había que reforzar. ¿Se podía mejorar la situación? Por supuesto y la persona indicada para esa tarea era Carina. A partir de ese día, asumió una nueva responsabilidad.

“Me llama el gerente y me dice “mira  hace tiempo que estoy viendo tu manera de trabajar. Yo quiero saber una cosa ¿Te harías cargo de insumos? Yo te voy a pasar en una descripción de todo lo que serían las tareas que hay que hacer”.

Carina junto a sus compañeros de trabajo.

A su trabajo en lavandería se sumó la labor de insumos que es la provisión de elementos para el servicio a bordo que llevan los colectivos, consiste en controlar y preparar por ejemplo los saquitos de té, las cosas de limpiezas, todo lo que forma parte del colectivo que emprenden un viaje. Era para las líneas de San Juan, Buenos Aires, Córdoba y de las líneas que iban desde Buenos Aires hasta Tucumán comenzó a ser controlado por ella.

“También te harías cargo de los depósitos” le agregó el directivo. A partir de ese momento, Carina sumó otro desafío más y demostrando su compromiso y entusiasmo le propuso al dueño “este fin de semana doy una mirada por los depósitos a ver como están”.

“Todo ese fin de semana me dediqué a observar y ordenar depósitos para empezar el día lunes bien. Para no empezar a ciegas”. Fue a partir de ese momento que Carina quedó a cargo del trabajo de insumos, servicio a bordo y depósitos, mientras continuaba con el trabajo en lavandería. Cuatro trabajos para una sola persona cuyo objetivo era mejorar los servicios que brindaba la empresa de transporte.

“Yo soy muy controladora y me gusta hacer y estar en todo, le puse mucho empeño todo, mientras estaba en la lavandería, veía que se podía ir mejorando”, explica Carina y agregar “Me empeciné en trabajar para poner todo  en orden“.

Poner “todo en orden” era una gran responsabilidad que “caía sobre los hombros” de Carina sin embargo ella no se achicaba ante los desafíos porque estaba convencida de seguir avanzando para mejorar todo lo que pueda ser posible.

Carina Luján en su momento de descanso.

Todo hermoso hasta que el 19 de marzo del 2020, llegó la pandemia y fue un caos“, recuerda y comenta que “Me dieron la opción de quedarme en mi casa hasta que todo se mejorara o seguir yendo a la empresa. Yo le dije “quiero seguir yendo a la empresa, no quiero estar en mi casa”, me iba a volver loca de estar a mil todo el día a no hacer nada”

A pesar de que la pandemia por Coronavirus paralizó buena parte del trabajo y de la sociedad, no logró pararla .

Empecé a estar de guardia, como éramos 5 personas para cuidar la empresa me aburría“, dice Carina y sigue contando que un día le propuso a la gerencia limpiar los colectivos.

“Cada tanto teníamos que hacer arrancar los colectivos, entonces yo le dije al gerente: ” ¿Quiere que me ponga a limpiar los colectivos? y aceptó”. Así fue que durante los primeros meses de la pandemia, Carina sumó una nuevo labor dentro de la empresa: limpiar los colectivos. Ni la pandemia, ni la cuarentena podían frenar el compromiso.

Cuando comenzaron a levantar las medidas de restricción por el Coronavirus, la empresa de transporte regresó al trabajo con la minería. En ese momento, Carina era la encargada de darle la charla a los nuevos choferes. “Se ganó una licitación y asumieron unos 12 choferes. Mi jefe me pidió que le diera la charla de inducción para que sepan cómo es la empresa y como se arma los colectivos con las herramientas que solicitan en Veladero“, explica Carina.

Para fin de año, la pandemia ya estaba siendo controlada por parte del gobierno provincial quien llevó a cabo un plan sistemático de vacunación contra el Coronavirus. De esta manera, el número de contagios y muertes por Covid comenzaron a bajar estrepitosamente pero se mantenían algunas restricciones.

Carina junto a su familia.

En diciembre arrancó la larga distancia y obviamente por la pandemia no tenia servicio a bordo. Entonces lo que me dieron a mi fue el control de cubiertas, parabrisas, filtros, etc“, comenta y ejemplifica con una breve situación “el jefe de mantenimiento si tiene que hacer un cambio de filtro me tiene que pedir las cosas a mi”.

Asumí esa tarea y la portería, en la mañana estoy yo en la portería, eso implica que al recibir los colectivos hay que fijarse el par de novedades y decírselo a la gente del taller, cargar gasoil, etc”, comenta y agrega que “Muchos me ven y me dicen ¿te hacen cargar gasoil? A ver tenés que saber hacer de todo y no tengo ningún problema en ponerme a cargar gasoil, no es nada de otro mundo, y manejar todo lo que se me solicitó en la empresa”.

Carina junto a sus compañeros de trabajo.

Sin embargo, a pesar de que tiene en sus manos una parte importante del quehacer de la empresa, Carina reconoce que para llegar a donde hoy está, el camino no fue nada fácil.

Soy la única mujer y al principio tuve muchísimos problemas” comenta Carina al recordar sus inicios en la 20 de Junio y cuenta resumidamente algunas situaciones a las que se tuvo que enfrentar para derribar los prejuicios por el simple hecho de ser mujer y trabajar en un lugar que era solo de hombres, “el tema es que te quieren rebajar. Te molestan con “¿Qué vas a saber vos de correas?” No, yo si sé de correas o te desafían con “a ver tráeme los filtros, a ver si sabes”, si sé cuales son los filtros. “Cambia el disco, fíjate que tienen que coincidir” si sé”, dice firmemente y agrega “Si yo me pongo a hacer algo es porque lo sé hacer y lo sé hacer bien”.

A pesar de que su inicio en la empresa no fue de color rosa, Carina supo abrir su propio camino y armar su lugar. El tiempo reafirmó que es una mujer que puede hacerse cargo de todo lo que se proponga.

Carina se muestra satisfecha de todo su trabajo y de la responsabilidad que delegan hacia ella. 

“Estoy a cargo de mantener la limpieza, a la empresa de limpieza le arme un cronograma y tengo que andar viendo que  hagan las cosas bien. Soy así. Me encargo de la ropa de los choferes ahora los he cambiado, los he modernizado un poco, la ropa de la gente del taller y cuando hay visitas, armar todo el tema, servir café y todo eso. Soy como un ama de casa de la empresa” finaliza Carina.

@Escrito por Luciana Vignoli.

/Imagen principal y contenido: ©fotos redes sociales/

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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