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Cultura Cosas Nuestras

Cuento de Reyes: No hay que perder la fe y la esperanza en el mayor regalo que es el “Amor”.

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Cada noche del 5 de enero, los niños de todo el mundo dejan sus zapatitos junto a un pote de agua y un plato con pasto que recogieron anteriormente, especialmente para que degusten los camellos de los famosos y legendarios tres Reyes Magos. Al día siguiente, al abrir sus ojos encuentran gratas sorpresas sobre ellos (algunas coinciden con lo pedido en sus cartitas) y en sus rostros se dibujan grandes sonrisas que hacen felices a todos los habitantes de cada hogar. Se sabe que los reyes fueron quienes siguieron una estrella para adorar al niño Jesús que nació en Belén y que hasta hoy, aún continúan llevando presentes a todos los más chiquitos alrededor de todo el mundo. Su magia proviene de quienes más aman a los bajitos de su familia, y con esfuerzo, compromiso y amor se hace cada vez más fuerte si todos ellos mantienen viva su inocencia y esperanza. A continuación les dejamos una bella historia para compartir con los más pequeños.

Un cuento de reyes para nuestros reyes:

Todo comenzó hace muuuucho tiempo, cuando no había internet, ni nada de tecnología y la única forma de comunicarse era mirar al cielo para convertirlo en brújula, guía del camino a seguir. Había que llevar consigo el don de la paciencia, para poder encontrarse con aquellos amigos y personas a quienes uno deseaba visitar. Las cosas demoraban lo que tenían que demorar, no se podía avisar nada y la vida se vivía en cámara lenta si la comparamos a la rapidéz de hoy.

Para quienes no lo saben, en la Biblia, ese libro muy antiguo que deja mensajes y enseñanzas de vida escritos por aquellos que transitaron las épocas en las que vivió Jesús, se menciona a estos seres ancestrales: Los que hoy llamamos: “Reyes Magos”. Pero no con este nombre, sino que aquí se los denomina: “Sabios de Oriente”, el Oriente es un lugar alejado que se encuentra en otro continente. Donde la arena cubre gran cantidad de sus suelos, el sol pega fuerte y la gente viste largas túnicas para cubrirse de los peligros del clima. Al parecer, eran hombres muy sabiondos e inteligentes. Según cuenta la historia, “en muchas cortes de Oriente, entre ellas las de la antigua Persia y la antigua Babilonia, los astrólogos solían ser asesores sacerdotales, expertos en el arte de la magia. En los siglos transcurridos y desde entonces, los tres magos han sido interpretados como reyes“. Esto quiere decir que nuestros protagonistas sabían leer muy bien a las estrellas del cielo, estos cuerpos brillantes que decoran nuestras noches y que son tan bellos de contemplar.

La principal fuente de información sobre estos tres señores tan amables y solidarios, es la biblia, y el Evangelio de Mateo que está especificado en ella. Aquí describe cómo fue que una estrella muy brillante y llamativa, guió a los magos desde Oriente hasta detenerse “sobre el lugar donde se encontraba el niño Jesús” y “al entrar a la casa, vieron al niño con María, su madre” (Mateo 1:24). Los tres Reyes Magos presentaron sus regalos a Jesús, y esto puede verse todavía plasmado en “La Adoración de los Magosde Sandro Botticelli (ca 1478), un florentino creador de varias obras famosas de esta escena. Este pintor popular oriundo de Florencia, Italia nos dio la oportunidad de imaginar cómo fue ese momento.

En esta imagen, podemos ver cómo los magos se arrodillaron ante el niño Jesús y “le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra” (dones muy preciados para la época, ya que de eso se trata el hecho de llevar un presente, dar algo especial para quienes consideramos importantes en nuestra vida). Según los datos recabados, es posible que sus regalos sean una alusión a la visión de Isaías de las naciones que rendían tributo a Jerusalén: “Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová” (Mateo 2:11, Isaías 60:6).

Para ese entonces, en los años en que los reyes llevaron ese primer regalo, quien gobernaba el lugar natal de ese primer niño (Jesús), era el rey Herodes. Un ser que en base a lo descripto en la biblia fue muy malvado. Había oído rumores del nacimiento de un nuevo “rey” y, celoso, buscó al bebé (aunque con fines para nada buenos). Según el Evangelio de Mateo, los tres magos se detuvieron en el palacio de Herodes de camino a Belén y el rey les pidió que le hicieran saber dónde estaba este niño recién nacido, para “poder ir a adorarlo“. Pero, en un sueño, se advirtió a los Reyes Magos de que no regresaran con Herodes, de forma que “se volvieron a su tierra por otro camino” y nunca se volvió a hablar de ellos (Mateo 2:12).

Por lo que podríamos decir que además de magos, fueron heróicos y salvaron a ese primer agasajado por ellos (Jesús), que además de todo nació en un viejo establo, acompañado solamente de su mamá María y su esposo José. Más algunos animalitos del lugar, y toda la magia y poder del “la santísima trinidad” que su papá del cielo (Dios) envió para él. Esto no es más que esa señal de la cruz que nos hacemos al rezar: padre, hijo y espíritu santo. Es la bendición que Dios también le obsequió a Jesús como hijo y como ser humano. De allí se relaciona que sean tres los reyes y tres la cantidad de regalos.

Esta es una historia basada en el amor, la fe y la esperanza. Y las narraciones posteriores de ella consiguieron dar más detalles de estos tres jinetes de camellos tan misteriosos: Melchor de Persia, Gaspar (también llamado Caspar y Jaspar) de la India y Baltasar de Arabia. Sus presentes también tenían significados simbólicos especiales: el oro representaba la condición de Jesús de “rey de los judíos”; el incienso, la divinidad del niño y su identidad como Hijo de Dios; y la mirra se refería a la mortalidad de Jesús.

No se confundan, no todo pasó tan rápido, las representaciones populares de la Navidad parecen comprimir la historia de la Natividad para hacer que parezca que los tres Reyes Magos se presentaron en Belén en Navidad, pero las celebraciones tradicionales sitúan su visita 12 días después en realidad. La conmemoración oficial de la llegada de los Magos, denominada Epifanía o día de Reyes, es una de las festividades cristianas más antiguas. Los católicos romanos celebran la Epifanía el 6 de enero, mientras que laa fe cristiana ortodoxa la celebran el 19 de enero. Hoy, despertamos de esta hermosa epifanía que significó la alegría tanto para los chiquitos como para los más grandes que disfrutamos sólo de ver el brillo en sus ojos. Y las casas de muchos lugares alrededor del mundo, compartieron el más importante de los momentos: el de pasar tiempo en familia.

Finalmente, hay que recordar que hasta la actualidad, esta historia sigue dejando sus grandes huellas de camellos. Y estos viejitos llevan sus capas mejores puestas que cualquier superhéroe de historietas. Ya que hacen realidad los sueños de quienes creen en ellos, se portan bien y son buenos con sus papás. Pero lo importante a saber, es que es indiferente cuál haya sido su presente. A veces puede ser algo físico que puedan ver, como ese juguete que tanto deseaban. Y otras veces, se convierte en ese abrazo, beso y calidez de hogar que no muchos tienen. Es el corazón de cada niño, el único que sabe el verdadero valor de eso que pidió en su cartita, así como también es el guardián de los recuerdos compartidos con estos reyes que al ser adultos conocerán. No vale perder la inocencia, la fe y la esperanza para que el amor sea el mayor de los regalos.

/National Geographic, losreyesmagos.tv, Hey Kids, youtube, web.

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La Noche de las Vinotecas llega con intervenciones artísticas.

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Este 19 de abril se llevará a cabo en la provincia la Noche de las Vinotecas, organizada por la Cámara Argentina de Vinotecas, con el apoyo del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte. Esta edición promete ofrecer una experiencia inigualable para los amantes del vino y la cultura.

Desde las 18:00 hasta la medianoche, más de 20 vinotecas participantes abrirán sus puertas para ofrecer una velada llena de encanto y sofisticación. Los asistentes podrán disfrutar de degustaciones exclusivas, charlas con enólogos expertos, descuentos especiales en una amplia variedad de vinos y una serie de actividades diseñadas para cautivar los sentidos y enriquecer el conocimiento sobre el mundo del vino. Lo que hace que esta edición sea aún más especial es la inclusión de intervenciones artísticas en algunos establecimientos. Desde música en vivo hasta exposiciones de arte relacionadas con la viticultura, cada vinoteca ofrecerá una experiencia cultural única que complementará la degustación de vinos.

En este contexto, habrá Tango, con baile y mini clases, en BACO, ubicada en Avenida Libertador San Martín 2360, en Capital, de 19 a 20:30 hs, y en American Bar, también ubicada en Avenida Libertador San Martín 3136, en Rivadavia, de 21:30 a 23 hs.

En Ugarte, en calle Nueva España, en Santa Lucía, se presentará Ana Paula Torres de 19 hs a 20:30 hs. La cantante también se presentará en “La vieja casona”, en calle Abraham Tapia 1300, en Rawson, de 21:30 a 23 hs.

Entre las intervenciones artísticas habrá una jornada de lectura de cuentos y poesía a cargo de Pablo Montemurro, que se llevará a cabo en “Ritual del vino”, en General Acha 113 norte, de 19 a 20:30 hs, y en “Club amigos del vino”, en Rivadavia 251(O), de 21:30 a 23 hs.

También, el ilustrador Jorge Rodríguez estará en “El Negro”, en Rastreador Calivar y Esquina, Ivonne Barud de Quattropani, en Rivadavia, de 19 a 20:30 hs, y en “El Bodegón 74”, también en Rastreador Calivar Sur 579 sur, de 21:30 a 23 hs. La participación en la Noche de las Vinotecas es libre y gratuita, pero se recomienda a los interesados reservar con anticipación para asegurar su lugar en las actividades especiales con cupo limitado.

Para obtener más información sobre las vinotecas participantes y el programa detallado de actividades, visite el sitio web www.camaradevinotecasj.com o en redes sociales @camaradevinotecasj.

@TurismoCulturayDeporte

/Fuente de imagen: Turismo Cultura y deporte

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Italia: descubren frescos inspirados en la guerra de Troya

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El tema principal de estas elegantes pinturas es el heroísmo a través de los hombres y deidades. El material descubierto se encontró en una imponente sala de banquetes de dimensiones imponentes. 

Varios frescos inspirados en la guerra de Troya que adornan una sala de banquetes fueron descubiertos en Pompeya, en un famoso yacimiento arqueológico situado cerca de Nápoles, Italia.

Esta habitación de dimensiones imponentes (15m x 6m) presenta refinadas decoraciones de temas mitológicos en paredes de fondo negro y mosaicos, que atestiguan sobre el modo de vida lujoso reinante en la ciudad antigua, enterrada bajo las cenizas en el año 79 por la erupción del Vesubio.

El tema dominante del ciclo de frescos es el heroísmo, a través de representaciones de parejas de héroes y deidades protagonistas de la guerra de Troya. Pero estas pinturas también evocan el destino y las maneras en que los seres humanos pueden cambiarlo.

Los detalles de los Frescos

Entre los personajes representados figuran Paris y Helena, el príncipe troyano que secuestró a la mujer del rey de Esparta Menelao, lo que desató la guerra de Troya.

Se puede observar también a Casandra, hermana de Paris, y al dios Apolo, del que recibe el don de ver el futuro, aunque sus predicciones nunca fuesen creídas, ni siquiera por su familia.

Así advierte en vano a sus compatriotas que el caballo ofrecido por los griegos era un subterfugio que llevaría a Troya a su perdición.

“La presencia frecuente de figuras mitológicas sobre los frescos en las habitaciones de recepción de las casas romanas tenía precisamente la función social de entretener a los invitados y comensales, proporcionando temas de conversación y reflexión sobre el sentido de la existencia”, explica la dirección de Pompeya.

Las paredes estaban pintadas de negro para evitar que se vieran las huellas de humo de las lámparas de aceite.

En esta sala, “se reunían para banquetes después de la puesta del sol. La luz de las lamparillas daba la impresión de que las imágenes pintadas se movían, sobre todo después de algunas copas de buen vino“, señala poéticamente el director de Pompeya, el italo-alemán Gabriel Zuchtriegel.

Pompeya “nunca termina de sorprendernos porque cada vez que cavamos encontramos algo bello y significativo“, se alegra por su parte el ministro de Cultura Gennaro Sangiuliano.

La historia de Pompeya

La ceniza volcánica escupida hace 2.000 años por el Vesubio se sedimentó en la mayoría de las viviendas de Pompeya, lo que permitió preservarlas casi íntegramente, al igual que muchos de los cuerpos de los 3.000 muertos que causó la catástrofe.

Catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Pompeya, el segundo sitio turístico más visitado de Italia después del Coliseo de Roma, ocupa una superficie total de unas 22 hectáreas, de las cuales un tercio está aún enterrado bajo las cenizas.

@Página12.

/Imagen principal: AFP/

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¿Por qué el Escudo Ceremonial de Angualasto no está en San Juan?

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Una exquisita pieza realizada en cobre y piedras semipreciosas fue encontrada en Angualasto en 1920, un escudo ceremonial que salió de San Juan hacia Buenos Aires hace más de 50 años y nunca más volvió. ¿Dónde está esta pieza invaluable del patrimonio histórico y cultural de San Juan?

La historiadora y arqueóloga Teresa Michieli, junto al profesor Mariano Gambier, estuvieron entre los primeros en estudiar las ruinas de la “Aldea Angualasto”, y en su libro “Arqueología de Angualasto: historia, ruinas y cóndores” (2015), Michieli hizo referencia a este escudo.

“En 1967 Alberto Rex González publicó un artículo en el cual, y desde el título, considera a San Juan como parte del noroeste argentino. Este corto trabajo sería durante varios años de consulta obligada para la arqueología de San Juan ya que, dividido en dos partes, la segunda contenía una sintética revisión de lo que se conocía hasta el momento con las nuevas evidencias obtenidas por él mismo a través de cortos trabajos en el departamento de Iglesia”, señaló Michieli.

Relató luego que la primera parte se refería exclusivamente a la descripción de una pieza hallada en Angualasto y su comparación con objetos o técnicas similares provenientes del noroeste argentino o del resto de América.

“Se trataba de un ‘escudo ceremonial’ con mosaico de turquesas y otras piedras que consideró un objeto ‘excepcional’ para la arqueología del noroeste argentino. Si bien ponía reparos en la realización de un trabajo sobre un objeto particular sacado de su contexto, lo hacía porque consideraba que por sí mismo planteaba problemas en cuanto al origen y relación de estas culturas”.

Michieli agregó que cuando González conoció y estudió el escudo, éste ya estaba depositado en el Museo de Luján como parte de la Colección Agustín Gnecco.

“Lo que tiene adelante ese escudo es el cóndor y atrás tiene unas cabezas acorazonadas que para mí no es una serpiente. Esas cabezas acorazonadas generalmente van con la figura del cóndor. Después nosotros encontramos en Angualasto otro escudo un poco más chico pero que también tiene una figura abstracta que representa al cóndor, muy parecida al otro escudo que está en el Museo de Luján”, contó Michieli a Destino San Juan.

Una pieza única

Según constaba en el inventario del museo, la pieza había constituido parte del ajuar de un cuerpo encontrado en una tumba de Angualasto cerrada con palos y estacas que habría tenido también restos de telas, una manopla, un disco de oro y otros elementos.

Los investigadores destacaron que estas caras eran a su vez comparables con las que aparecen en el recipiente de calabaza hallado en Huanchín (Catamarca) depositado en el Museo Intihuasi de La Rioja y en la urna Sanagasta de Tinogasta (Catamarca).

El Escudo Angualasto formaba parte de las colecciones de Agustín Gnecco incorporadas al Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo de Luján (Provincia de Buenos Aires).

Michieli agregó que según información aportada por Anavadro Gnecco, hijo de Agustín, había sido encontrado en la llamada “Tambería de Angualasto” en 1920 formando parte del ajuar de una momia en una sepultura localizada en la barranca.  

“El cuerpo habría tenido cráneo deformado, prendas tejidas adheridas a la piel y una manta doblada bajo la cabeza. Con la mano derecha empuñaba el escudo y con la izquierda una manopla de metal y otros objetos integraban el ajuar.

Evidentemente los datos aportados por Anavadro Gnecco son de segunda mano ya que por su edad difícilmente participara del hallazgo; por otra parte, y salvo el escudo, se desconoce el destino de las piezas enumeradas por Gnecco”, marcó Michieli.

En el año 2014, Tiempo de San Juan publicó que el Gobierno de San Juan había solicitado al museo ubicado en Luján que restituya a la provincia dos piezas: el Escudo Angualasto y una corona de oro de la Virgen de la Inmaculada que estaba en la antigua iglesia de Concepción, que sucumbió luego del terremoto de 1944.

El escudo, a Buenos Aires

En el artículo “Redes de coleccionismo en Argentina. Objetos arqueológicos viajando en tren desde San Juan a Luján”, de Soledad Biasatti, se explica cómo terminaron afuera de la provincia varias piezas de la colección Gnecco.

Agustín Gnecco.

Según la autora, Agustín Gnecco realizó gestiones para ceder las piezas al Estado, preocupado de que su legado tuviera continuidad.

“Comenzó las negociaciones en 1909, y en 1917 hizo otro intento, ambos fueron frustrados. En la década del ’20, le propone al gobernador Federico Cantoni donar la totalidad de las piezas y además un terreno para que se construyera un museo y una imprenta que sostuviera económicamente a la institución, pero este ofrecimiento fue rechazado”.

Relató que la Provincia pretendía que el propio Agustín construyera el edificio para el Museo, y menciona las cartas intercambiadas entre Anavadro Gnecco y Enrique Udaondo en las que se evidencia la falta de colaboración del Gobierno provincial más allá del profundo interés que tenía la familia Gnecco para que quedara en la región:

‘Nosotros hemos estado dispuestos, siempre, a todo de modo que, si el Museo no queda en Cuyo, como lo quieren la culpa no es nuestra, que vaya donde lo valoren y sabrán apreciar. (Fragmento de carta de Anavadro Gnecco a Enrique Udaondo, del 06 de mayo de 1941)’.

“Agustín Gnecco muere en 1940 en San Juan, a los 83 años, y en 1941 comienzan las preocupaciones acerca del destino de la enorme colección. Anavadro, quien había tomado la posta en las tareas en el museo de su padre, visualiza una posible salida: el Museo Histórico-Colonial de Luján. Existe un apremio por mudar las piezas de la casona para luego venderla, aunque eso le llevará más tiempo del estimado”.

Reproduciendo cartas de alto valor documental entre Gnecco y Enrique Udaondo, se terminó de armar la historia de la mudanza de objetos de la casa de Gnecco al museo de Luján.

‘Referente al asunto del gran Museo que formó su señor padre, a quien conocí en 1910, y de quien fui amigo y admirador de la grandiosa obra que llevó a cabo, debo significarle que sería para mí un gran placer poder instalarlo en Luján, como le propuse a Ud. hace años pero la dificultad estriba en el gasto que supone el acarreo de ese material tan grande, pues no bajaría de varios miles de pesos el flete de los camiones en ésa y en Luján aparte del ferrocarril’ (Fragmento de carta de Enrique Udaondo a Anavadro Gnecco, del 23 de abril de 1941).

Biasatti señaló que luego de largas tratativas, gestiones, trabajos de embalaje e inventarios el Museo envió 18 vagones en los que viajan unas 10.000 piezas.

En el año 1946, la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires autorizó al Poder Ejecutivo mediante el Decreto Nº 4.040 a “la inversión de 316.559 pesos para adquirir el Museo Tradicionalista Gnecco e incorporar el acervo del mismo al Museo de Luján” (diario La Nación, del 30 de agosto de 1946).

“Ese dinero obtenido de Rentas Generales se habría completado con parte del legado del Sr. Félix Bunge hasta alcanzar los 425.000 pesos que es el monto total con el que se adquiere la Colección.

El interés del Gobierno para tal adquisición se basaba en que ‘se debe evitar por todos los medios a su alcance, que esa colección de indudable valor desde el punto de vista científico y cultural corra el riesgo de salir del país’ (Decreto Nº 4.040 del 27 de julio de 1946)”, aportó Biasatti.

Muchas piezas no expuestas que habían quedado en un depósito hasta principios de los 60, cuando por gestión del gobernador Américo García se logró que un conjunto de piezas regresara a San Juan.

Pero el Escudo Angualasto y la corona de la Virgen siguen en Luján.

@destinosanjuan

/Imagen principal: ©fotos destinosanjuan

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