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Sociedad Relatos de Vida

Darío Torrens, un sanjuanino trotamundos: “Mi consejo de la vida es disfrutar de lo simple”.

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“Sean apasionados en lo que hacen”, indicó el dueño de la pintoresca Feria en Santa Lucía “La Bordeta”. Darío es un ejemplo de lucha ante adversidades como adicciones e inestabilidad emocional, por las cuales pelea sus batallas internas día a día. Manifestó que desde 2019 mantiene un equilibrio en su vida gracias a su poder de voluntad, el tratamiento que lleva y al amor por su hijo y familia. En este sentido expresó: “siempre se sale adelante, aún cuando uno está en un pozo, es posible aprender que a veces te toca estar mal. En mi caso, utilizo una habilidad que me enseñaron que se llama acción apuesta. Se trata de poner el polo positivo a lo negativo, y a lo malo dejarlo transitar”. Hasta el año pasado, fue tema de noticias, en el último caso, por su recuperación. Hoy tiene planes de avanzar en la remodelación de su negocio (con nuevas prendas y muebles hechos exclusivamente por su padre), y encarar la realización de su historia para un posible audiovisual, con el objetivo de concientizar acerca de estas dos grandes problemáticas.

Ahora San Juan conversó con Darío Torrens, comerciante, ex modelo y actor de los 90′. Tiene 40 años, es nacido en San Juan pero pasó gran parte de su vida en Buenos Aires donde incursionó en el modelaje y la actuación. Dueño de la Feria americana: La Bordeta desde hace 8 años en Santa Lucía, la cual cuenta con más de 2000 prendas. Es apasionado por la vida casera junto a su familia y acompañado siempre por un buen mate o tereré. Vive con sus padres y su hijo en tiempo compartido (con la mamá del pequeño). Le gusta hacer gimnasia y asiste a un tratamiento por sus adicciones dos veces por semana: “Mi vida cambió para bien desde que logré dejar las drogas y el alcohol, antes viví un infierno“, reveló. Y agregó: “Tener a mi hijo fue lo mejor que me pasó, hoy soy feliz“. Resiliente, explicó la dificultad que le significa no sólo su lucha contra las adicciones, sino también contra sus cambios emocionales que físicamente lo afectaron en reiteradas ocasiones: “Tengo que agradecer que estoy vivo, tuve episodios de ataques de manías, donde puse en riesgo mi vida“, comentó.

A continuación compartimos el relato de vida de este sanjuanino, que como muchos otros, se enfrenta cada días contra dos grandes monstruos, y que con la frente en alto le dio vida a una noble misión: Ayudar al medio ambiente con la venta de ropa usada de su feria.

Darío se levanta muy temprano por las mañanas, pone el agua a calentar para sus tradicionales matecitos, y organiza su día en La Bordeta. Escucha música de Rosario Ortega, alguien que, según contó, una vez conoció y por quien aún tiene afecto. Sus canciones lo relajan. A veces sus manos le tiemblan, pero él prefiere seguir el ritmo de los latidos de su corazón que hoy resuenan fuerte. Para él, su presente es más poderoso que su pasado famoso: Modelo de importantes marcas desde los 13 años, e integrante de la agencia de Pancho Dotto en su adolescencia, participó de video clips musicales y novelas de aquel entonces. Como Chiquititas y Calientes de Polka. Dos veces pasó por el programa de Susana Giménez junto a otros modelos reconocidos, quien lo apodó: “El Di Caprio argentino“. Reveló haber tenido romances como con Celeste Cid y Camila Sodi por ejemplo… pero todo eso quedó atrás. “La fama está buena, todo es más fácil, te hace ganar dinero y te dan desde la ropa, hasta peluquería, gimnasio, restaurante, todo gratis. Lo malo es que no la supe aprovechar“, enfatizó en una charla amena. Y agregó: “En este momento la Feria es mi refugio y mi cable a tierra”.

Gentileza de Darío, extraída de una hoja de revista.

Este hombre de mente y corazón valiente, se impuso el concepto de reciclar con la moda: “Me hace muy bien saber que tengo cierta misión de despertar esa consciencia en la gente para cuidar el agua. Un jean contamina alrededor de 12 mil litros de agua”, recalcó nuestro entrevistado, que pese a todo se define como tímido, aunque ésto no se note bajo su amabilidad y predisposición al contestar.

¿Cuál sería el mayor aporte de tu feria La Bordeta?

La industria textil es la que más contamina el mundo, luego de la petrolera. Y por estar a la moda siempre estamos consumiendo. A mí me hace sentir muy bien saber que mi negocio mueve la ropa usada para que otros la consuman y de esa forma reciclar, realmente me hace bien al corazón poner un granito de arena en eso“.

Falta poco para las vacaciones de invierno, Torrens se está preparando para que no le falten las pilchas lindas a sus clientes. Y, aunque a veces la vida se le hace cuesta arriba, resulta importante destacar que siempre la buena acción preponderará: “Mi primer adicción fue el casino, luego el alcohol y las drogas. Hoy, estoy en equilibrio, me apasiona mi trabajo, dejar la feria cada vez más linda. Saber que empecé con poco y que pese a los obstáculos: diversas internaciones en hospitales psiquiátricos, épocas de consumo, de gastarme toda la plata, y demás. Ahora tengo las energías puestas sólo en mejorar mi negocio”.

Como gladiador supera sus batallas diarias:Es difícil pero haciendo las cosas bien y cuidándose mucho se puede vivir bien. El mejor remedio es descansar “. Además, explicó: “Cuando uno está en manía se siente fuerte, con gran estado físico, muy activo. Lo que funciona para mí, es tomar consciencia y ser responsable con la medicación”, aseveró.

Las enemigas más desleales: las drogas. “La vida sin ellas es mucho mejor“, resaltó Torrens. E indicó que los tratamientos para dejarlas solamente funcionan para quienes tienen una gran voluntad: “En mi caso lo logré por dos cosas: toqué fondo y se lo juré a mi hijo que estaba sufriendo a la par mía. Hoy no tomo ni alcohol, y lo hago por mí. Logré ser más feliz así. Gracias al universo pude salir después de 15 años de adicción. Hoy llevo más de 3 años, para mí es un milagro, sentirme tan bien sin nada“. Su fecha de quiebre fue: “Un 17 de febrero, el último día que consumí, remarcó.

Rompiendo discriminaciones y prejuicios: Darío definió a la droga como una enfermedad: “No está bueno discriminar a un enfermo. A la mayoría de las personas les encanta juzgar. Pero lo que no saben es que todos los enfermos necesitamos ayuda, en mi caso, cuento con mis viejos y mi hermana Emiliana, además del grupo en el cual hago terapia: “Programa Callana” donde me reúno con psicólogas y adictos“.

La luz al final del túnel: Tras un altercado indicó que quedó preso por 3 meses. Darío contó que sintió que este acontecimiento lo afectó laboralmente al salir, ya que nadie quería darle trabajo: “Unos amigos de Buenos Aires que fabricaban ropa me dieron la posibilidad de venderla a comisión. Me sentía marginado y estaba sin un peso, así que fue una gran ayuda”, describió. Y así comenzó el camino que lo llevó a su negocio actual: “La feria me significó muchísimo esfuerzo, sacaba y metía la ropa a la entrada del garage que da a mi casa todos los días, pasaba siestas ahí. Fue moverme por todos lados para conseguir ropa usada que pueda revender. Hoy es mi pasión, me encanta dejarla cada vez más linda. Es mi refugio“, aseveró.

Por otro lado, Darío expresó su visión acerca de la belleza. Es que ésta es una cualidad que genera grandes polémicas en la vida de muchos: “Una persona tiene que ser linda por dentro y por fuera, si falta el brillo interno deja de ser bella. También creo que uno mientras mejor esté por dentro, ésto más se reflejará por fuera. Es un conjunto”. Al mismo tiempo, subrayó que: “ser lindo/a influye mucho, todo entra por los ojos, puede abrir muchas puertas”. Este maestro de la moda, ratificó que el sanjuanino es coqueto: A la mayoría les gusta estar a la moda y cada uno tiene su estilo. Por ejemplo, tengo clientes de alto poder adquisitivo que vienen a la feria a buscar algo más vintage. Las chicas jamás se van a llevar algo que no les guste sólo porque esté barato, tiene que gustarles”.

Gentileza de Darío, extraído de una hoja de revista.
Gentileza de nuestro entrevistado.

Para este gran sobreviviente de la vida, San Juan no es un lugar más del montón, aún al haber viajado y conocido paisajes maravillosos de varios países como Méjico y España, dijo: Es una provincia hermosa, recuerdo con cariño en mi niñez pasar los veranos yendo al Club Banco Hispano. Amo donde vivo, frente a la plaza de Santa Lucía, en la casa que dejaron mis abuelos. Estoy muy aferrado a este lugar“.

Casi al término de la charla, con sus últimos mates, contó que su momento más importante, fue el 2 de octubre del 2011 cuando nació su hijo, y el más duro fue:estar una semana esposado a una cama de cemento en el penal de Chimbas, con pleno brote de mi enfermedad”. Estas dos antítesis definen al Darío Torrens que hoy es, quien tiene un sueño a futuro que lo mantiene ilusionado: “Planeo escribir mi historia para la posterior realización de un filme, mostrar cómo pasé del living de Susana Giménez a estar esos 3 meses en el penal por ejemplo. Entre otras cosas que vivencié “, confesó.

Y para concluir, este jóven trotamundos de ojos azules enunció: “Mi consejo de la vida es disfrutar de lo simple, unos mates con la vieja, tratar de vivir en el presente y soltar el pasado. El mío me pesa, pero espero al futuro con mucha ilusión. Vivir el día a día, es lo mejor, disfrutar el camino, sin ansiedad“. Darío Torrens hoy no es el mismo de los 90′, pero sin dudas el haberse reinventado una y otra vez, lo llevó hasta su mejor versión. Una simple pero no menos divertida: “Disfruto de la vida sana, acostarme temprano y madrugar. Soy muy feliz con nada en especial. Junto a mi hijo, mi familia, mi matecito y mi querida Feria La Bordeta.

Junto a su hijo de 10 años, al cual se le preserva su identidad al ser menor de edad.

Para conocerla: Dirigirse a la calle Hipólito Irigoyen 2151 (este). Frente a la plaza de Santa Lucía.
Su número de WhatsApp es: 2644672161
El Instagram: la_bordetaferia
El facebook: La Bordeta

Recomiendo mi tienda por la gran variedad de prendas que hay, los precios son muy accesibles, es un lugar agradable y en un punto de paso. Me falta un montón para dejarla como quiero, de hecho nunca voy a terminar de ir haciéndole más cosas, esa es la pasión de la que hablo. Lo cual me motiva a seguir adelante siempre“, cerró.

Imagen extraída de su cuenta de Facebook personal.

Si sufrís y/o conoces a alguien que esté atravesando por algún problema de adicciones, podes acercarte a las oficinas de la Dirección de Abordaje Integral de Adicciones que funcionan en el Centro San Benito en calle San Francisco del Monte 189 oeste, Trinidad. O consultar al 264-6294345. Además, hay 19 unidades de asistencia por departamento disponibles.






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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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