La intención de esta serie de notas es poner sobre la mesa las cosas que no se dicen y que además están en la esencia del mismo Occidente. Vivimos tiempos convulsos, a nivel mundial con los anglosajones atizando siempre conflictos para su beneficio y seguidos localmente por políticos de la oposición que sienten hasta placer defendiendo los colores de EEUU y el Reino Unido en detrimento de los de nuestra Argentina. Rafael Ibañez.
Según el diccionario “democracia” es un “sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes” (1).
Más allá de las definiciones que la politología o el diccionario brinden, para la mayoría “democracia” implica que hay elecciones para decidir quienes nos gobernarán, sin restricciones ni proscripciones y que cualquiera puede elegir, ser elegido al tiempo que el Estado hará todo lo posible para que todos voten. Al mismo tiempo, democracia es sinónimo de pluralidad y aceptación de las decisiones de las mayorías.
Lo que llamamos Occidente, con EEUU a la cabeza más Europa y Oceanía en sus papeles de sumisos y sometidos sin soberanía, se autoproclaman como los abanderados, ejemplos, guías y luces mismas de la democracia sobre el planeta.
EEUU incluso se arroga el derecho de patente de la “democracia” al punto de que decide qué países son o no democráticos, lo cual es una contradicción gigante. ¿Alguien les dio la “representatividad” planetaria de decir quién sí o quién no?. ¿No es acaso esta actitud dictatorial global algo absolutamente antidemocrático?. Cuesta creer que haya que explicar esto muchas veces.
Ser “hegemónico” es establecer la supremacía de un Estado sobre otro (2), es decir imponer sin consenso de mayorías lo cual es esencialmente antidemocrático.
Los estados tienen un ámbito acordado por la naciones para esto: la Asamblea de las Naciones Unidas, donde cada uno tiene un voto que vale un voto.
Pero EEUU sanciona o condena países por fuera de la ONU, no hace caso a las resoluciones, desprecia el llamado derecho internacional, incumple o cierra tratados según su antojo, en otras palabras EEUU se considera a sí mismo el jefe del planeta, es hegemónico, y tiene la misma conducta que la del matón que impone las reglas a las piñas.
Occidente en general, y Europa en particular, no tienen por otro lado una forma única o al menos “una plantilla genérica” de cómo es un “sistema de gobierno democrático” que sirva de patrón o modelo. Por ejemplo, para nosotros es intolerable la asociación de “democracia” con “monarquía” porque son contradictorias para cualquier latinoamericano y republicanista; pero eso pasa en media Europa con España, Reino Unido, Holanda, Suecia, Noruega, Bélgica, por nombrar algunos. Es decir que la soberanía no es toda del Pueblo, aún hay remanentes medievales, feudales y anacrónicos combinados con formas presidencialistas, semi presidenciales, parlamentarias, de voto más o menos directo y otras complejidades que hacen que esas “democracias” no sean tan ejemplares.
No es menor acotar que en la base de tanta arrogancia occidental, matizada por el desprecio por otras sociedades y culturas, está la nefasta y peligrosa mirada supremacista, que se expresa en las administraciones estadounidenses, inglesas y de muchos países de europa donde hay un resurgimiento de la ultraderecha, incluyendo neonazis.
¿EEUU es una cosa hacia afuera y otra puertas adentro?¿Es su democracia el ejemplo a seguir?.
Algunos dirán, bueno sí, para afuera una cosa, pero para adentro EEUU es una democracia, con libertad de expresión, libre voto y todo el paquete que ya consumimos en mil filmes de propaganda.
Siento desilusionarlos, más allá de las películas, las noticias y las caras sonrientes de candidatos hollywoodenses, EEUU no es precisamente el más democrático que digamos a la hora de elegir los destinos del país puertas adentro, solamente les voy a marcar algunas cuestiones.
Arrancaré con una definición que da la embajada de EEUU en Argentina:
“Aun cuando a menudo se cataloga a Estados Unidos como una democracia, es más preciso definirlo como una república federal constitucional. ¿Qué significa eso? “Constitucional” se refiere al hecho de que el gobierno de este país se basa en una Constitución. “Federal” significa que al lado del gobierno nacional existen los gobiernos de los 50 estados. La “república” es una forma de gobierno en la que el pueblo detenta el poder, pero elige representantes para que lo ejerzan”. (3)
La definición es acertada, el centro de la forma política adoptada no está en torno a la “democracia”, veamos algunos puntos interesantes y no por todos conocidos.
– En EEUU no se elige Presidente directamente, sino que en cada uno de los 50 estados se vota una lista de electores que juran que votarán por el que dicen que van elegir cuando se junten en el Colegio Electoral que tiene 538 miembros. Para que un presidente gane debe tener 270 electores, es decir la mitad más uno. En Argentina se usó el mismo esquema hasta 1994.
– Cada estado tiene una cantidad fija de electores y esto produce distorsiones enormes haciendo que los estados con mayor población tengan menos peso relativo que los pequeños. Por ejemplo, Wyoming tiene una población de casi medio millón y posee 3 electores, lo que representa 165 mil habitantes por voto del Colegio Electoral; en cambio, California tiene una población de 34 millones y solo 55 electores que hacen 600 mil habitantes por voto en el Colegio Electoral.
– Para seguir con los criterios no democráticos tenemos que cuando en un estado gana una lista se lleva todos los los electores, no es proporcional. Así sea por un voto.
La combinación de estas dos formas no democráticas de electores por estado fijos y la no proporcionalidad de los “decididores electos” hace que se den cosas como que un presidente “más votado” pierda y gane uno con menos votos. Eso pasó con Hillary Clinton que perdió con Trump aún teniendo más votos.
– Hay otras cuestiones técnicas que afectan el acceso y la transparencia, como por ejemplo en EEUU no hay documento tipo DNI federal, no hay una Registro Nacional de las Personas como acá, por lo que tampoco hay padrones electorales automáticos cuando se cumple la mayoría de edad, sino que cada uno de manera voluntaria debe ir a empadronarse. ¿Hay oficinas nacionales de empadronamiento?. No, cada estado decide. Ni hablar de la cantidad de errores, voluntarios o no, que esto puede generar.
– Hay que sumarle a lo anterior que el voto tampoco es obligatorio, así que la motivación por parte del Estado es inversa: hace de todo para que no vayas y no votes.
Cómo es de suponer, para los más pobres es más difícil empadronarse porque los centros cercanos son menos.
– No hay un sistema único de votación tampoco, cada estado decide cómo hacerlo. La suma de todos estos factores hacen que haya margen para manipulaciones y posibles fraudes al no tener un control federal del mismo, al menos en primera instancia. Basta recordar el año 2000 cuando en Florida daba apenas 1700 votos a favor de Bush contra AlGore (4), y con eso se llevaba todos los electores y de ahí la presidencia. Se pidió recuento y se descubrió que los votos en papel en Palm Beach eran confusos solicitando una nueva elección en ese condado. Luego vinieron largas semanas con intervención hasta de la Corte Suprema y finalmente después de idas y vueltas legales se le dio a Bush la presidencia. Ah, el gobernador de Florida era el hermano de Bush. El nivel de irregularidad que tiene este sistema es tan grande como su inmensa burocracia.
EEUU hacia afuera divide a los países entre quienes se someten y a quienes hay que someter. Podés ser una monarquía absolutista y patrocinar el terrorismo de AlQaeda y al mismo tiempo ser “amigo”, como es el caso de Arabia Saudita. O podés no ser reconocido como democrático aunque te elijan por voto popular en elecciones libres, como el caso de Luis Arce en Bolivia.
Si no sos un gobierno sumiso automáticamente sos un régimen, un dictador o algo peor. Si sos su trapo de piso ya sos un líder, un amigo y un socio. De palabra claro, es sobada de lomo nomás.
Hacia adentro tiene todos los controles para que el gobierno formal no caiga en manos de “populistas democráticos” que puedan engatusar a las masas de pobres y laburantes, que encima en su mayoría son latinos, asiáticos y afroamericanos. Por ello el Estado de EEUU hará todo lo posible para dificultar que estas masas expresen su voto.
Para asegurarse de que gane siempre “uno de ellos” hay un sistema con dos partidos que dicen casi lo mismo, que tienen una interna tan costosa y millonaria en dólares que casi nadie puede abordar y los dueños del país le darán un apoyo inmedible a su preferido. Pasó en las últimas internas demócratas, trabajó todo el poder real para que llegue Biden y no Sanders que tenía más apoyo.
Ah, si por alguna cosa extraña llegase a pasar un “populista no deseado” está el hipotéticamente manejable Colegio Electoral, bastaría con “comprar” a los que faltan para llegar a los 270. No duden que los que se den vuelta dirán que fue por “salvar a la patria”.
Si todo eso fallara queda el último resorte de la república federal basada en una constitución: la Corte Suprema.
Estados Unidos no es uno hacia afuera y otro hacia adentro, actúa con el mismo y calcado criterio: como herramienta al servicio de los poderes económicos que representa, definitivamente siempre en beneficio de los “verdaderos dueños” de este Estado.
No casualmente es el país desarrollado con menos cobertura social, no hay jubilación ni vacaciones pagas, ni aguinaldos, ni defensa gremial de ningún tipo de conquistas sociales. No es un Estado de bienestar o al servicio del “Pueblo americano”, está al servicio de los multi mil millonarios que pagan menos impuestos, o no pagan, a diferencia del 90% que sí lo hacen.
1- https://dle.rae.es/democracia
2 –https://dle.rae.es/hegemon%C3%ADa
3- https://ar.usembassy.gov/es/education-culture-es/irc/el-gobierno-de-los-estados-unidos/
4- https://elpais.com/diario/2000/11/09/internacional/973724403_850215.html
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan