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Opinión

Desmitificando Occidente: ¿EEUU es una democracia y país ejemplar como para señalar a otros?.

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La intención de esta serie de notas es poner sobre la mesa las cosas que no se dicen y que además están en la esencia del mismo Occidente. Vivimos tiempos convulsos, a nivel mundial con los anglosajones atizando siempre conflictos para su beneficio y seguidos localmente por políticos de la oposición que sienten hasta placer defendiendo los colores de EEUU y el Reino Unido en detrimento de los de nuestra Argentina. Rafael Ibañez.

Según el diccionario “democracia” es un “sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes” (1).
Más allá de las definiciones que la politología o el diccionario brinden, para la mayoría “democracia” implica que hay elecciones para decidir quienes nos gobernarán, sin restricciones ni proscripciones y que cualquiera puede elegir, ser elegido al tiempo que el Estado hará todo lo posible para que todos voten. Al mismo tiempo, democracia es sinónimo de pluralidad y aceptación de las decisiones de las mayorías.

Lo que llamamos Occidente, con EEUU a la cabeza más Europa y Oceanía en sus papeles de sumisos y sometidos sin soberanía, se autoproclaman  como los abanderados, ejemplos, guías y luces mismas de la democracia sobre el planeta.
EEUU incluso se arroga el derecho de patente de la “democracia” al punto de que decide qué países son o no democráticos, lo cual es una contradicción gigante. ¿Alguien les dio la “representatividad” planetaria de decir quién sí o quién no?. ¿No es acaso esta actitud dictatorial global algo absolutamente antidemocrático?. Cuesta creer que haya que explicar esto muchas veces.

Ser “hegemónico” es establecer la supremacía de un Estado sobre otro (2), es decir imponer sin consenso de mayorías lo cual es esencialmente antidemocrático.
Los estados tienen un ámbito acordado por la naciones para esto: la Asamblea de las Naciones Unidas, donde cada uno tiene un voto que vale un voto.
Pero EEUU sanciona o condena países por fuera de la ONU, no hace caso a las resoluciones, desprecia el llamado derecho internacional, incumple o cierra tratados según su antojo, en otras palabras EEUU se considera a sí mismo el jefe del planeta, es hegemónico, y tiene la misma conducta que la del matón que impone las reglas a las piñas.

Occidente en general, y Europa en particular, no tienen por otro lado una forma única o al menos “una plantilla genérica” de cómo es un “sistema de gobierno democrático” que sirva de patrón o modelo. Por ejemplo, para nosotros es intolerable la asociación de “democracia” con “monarquía” porque son contradictorias para cualquier latinoamericano y republicanista; pero eso pasa en media Europa con España, Reino Unido, Holanda, Suecia, Noruega, Bélgica, por nombrar algunos. Es decir que la soberanía no es toda del Pueblo, aún hay remanentes medievales, feudales y anacrónicos combinados con formas presidencialistas, semi presidenciales, parlamentarias, de voto más o menos directo y otras complejidades que hacen que esas “democracias” no sean tan ejemplares.

No es menor acotar que en la base de tanta arrogancia occidental, matizada por el desprecio por otras sociedades y culturas, está la nefasta y peligrosa mirada supremacista, que se expresa en las administraciones estadounidenses, inglesas y de muchos países de europa donde hay un resurgimiento de la ultraderecha, incluyendo neonazis.

¿EEUU es una cosa hacia afuera y otra puertas adentro?¿Es su democracia el ejemplo a seguir?.

Algunos dirán, bueno sí, para afuera una cosa, pero para adentro EEUU es una democracia, con libertad de expresión, libre voto y todo el paquete que ya consumimos en mil filmes de propaganda.

Siento desilusionarlos, más allá de las películas, las noticias y las caras sonrientes de candidatos hollywoodenses, EEUU no es precisamente el más democrático que digamos a la hora de elegir los destinos del país puertas adentro, solamente les voy a marcar algunas cuestiones.

Arrancaré con una definición que da la embajada de EEUU en Argentina:
Aun cuando a menudo se cataloga a Estados Unidos como una democracia, es más preciso definirlo como una república federal constitucional. ¿Qué significa eso? “Constitucional” se refiere al hecho de que el gobierno de este país se basa en una Constitución. “Federal” significa que al lado del gobierno nacional existen los gobiernos de los 50 estados. La “república” es una forma de gobierno en la que el pueblo detenta el poder, pero elige representantes para que lo ejerzan”. (3)

La definición es acertada, el centro de la forma política adoptada no está en torno a la  “democracia”, veamos algunos puntos interesantes y no por todos conocidos.

En EEUU no se elige Presidente directamente, sino que en cada uno de los 50 estados se vota una lista de electores que juran que votarán por el que dicen que van elegir cuando se junten en el Colegio Electoral que tiene 538 miembros. Para que un presidente gane debe tener 270 electores, es decir la mitad más uno. En Argentina se usó el mismo esquema hasta 1994. 

Cada estado tiene una cantidad fija de electores y esto produce distorsiones enormes haciendo que los estados con mayor población tengan menos peso relativo que los pequeños. Por ejemplo, Wyoming tiene una población de casi medio millón y posee 3 electores, lo que representa 165 mil habitantes por voto del Colegio Electoral; en cambio, California tiene una población de 34 millones y solo 55 electores que hacen 600 mil habitantes por voto en el Colegio Electoral.

– Para seguir con los criterios no democráticos tenemos que cuando en un estado gana una lista se lleva todos los los electores, no es proporcional. Así sea por un voto.
La combinación de estas dos formas no democráticas de electores por estado fijos y la no proporcionalidad de los “decididores electos” hace que se den cosas como que un presidente “más votado” pierda y gane uno con menos votos. Eso pasó con Hillary Clinton que perdió con Trump aún teniendo más votos.

– Hay otras cuestiones técnicas que afectan el acceso y la transparencia, como por ejemplo en EEUU no hay documento tipo DNI federal, no hay una Registro Nacional de las Personas como acá, por lo que tampoco hay padrones electorales automáticos cuando se cumple la mayoría de edad, sino que cada uno de manera voluntaria debe ir a empadronarse. ¿Hay oficinas nacionales de empadronamiento?. No, cada estado decide. Ni hablar de la cantidad de errores, voluntarios o no, que esto puede generar.

– Hay que sumarle a lo anterior que el voto tampoco es obligatorio, así que la motivación por parte del Estado es inversa: hace de todo para que no vayas y no votes.
Cómo es de suponer, para los más pobres es más difícil empadronarse porque los centros cercanos son menos.

No hay un sistema único de votación tampoco, cada estado decide cómo hacerlo. La suma de todos estos factores hacen que haya margen para manipulaciones y posibles fraudes al no tener un control federal del mismo, al menos en primera instancia. Basta recordar el año 2000 cuando en Florida daba apenas 1700 votos a favor de Bush contra AlGore (4), y con eso se llevaba todos los electores y de ahí la presidencia. Se pidió recuento y se descubrió que los votos en papel en Palm Beach eran confusos solicitando una nueva elección en ese condado. Luego vinieron largas semanas con intervención hasta de la Corte Suprema y finalmente después de idas y vueltas legales se le dio a Bush la presidencia. Ah, el gobernador de Florida era el hermano de Bush. El nivel de irregularidad que tiene este sistema es tan grande como su inmensa burocracia.

EEUU hacia afuera divide a los países entre quienes se someten y a quienes hay que someter. Podés ser una monarquía absolutista y patrocinar el terrorismo de AlQaeda y al mismo tiempo ser “amigo”, como es el caso de Arabia Saudita. O podés no ser reconocido como democrático aunque te elijan por voto popular en elecciones libres, como el caso de Luis Arce en Bolivia.

Si no sos un gobierno sumiso automáticamente sos un régimen, un dictador o algo peor. Si sos su trapo de piso ya sos un líder, un amigo y un socio. De palabra claro, es sobada de lomo nomás.

Hacia adentro tiene todos los controles para que el gobierno formal no caiga en manos de “populistas democráticos” que puedan engatusar a las masas de pobres y laburantes, que encima en su mayoría son latinos, asiáticos y afroamericanos. Por ello el Estado de EEUU hará todo lo posible para dificultar que estas masas expresen su voto.
Para asegurarse de que gane siempre “uno de ellos” hay un sistema con dos partidos que dicen casi lo mismo, que tienen una interna tan costosa y millonaria en dólares que casi nadie puede abordar y los dueños del país le darán un apoyo inmedible a su preferido. Pasó en las últimas internas demócratas, trabajó todo el poder real para que llegue Biden y no Sanders que tenía más apoyo.

Ah, si por alguna cosa extraña llegase a pasar un “populista no deseado” está el hipotéticamente manejable Colegio Electoral, bastaría con “comprar” a los que faltan para llegar a los 270. No duden que los que se den vuelta dirán que fue por “salvar a la patria”.
Si todo eso fallara queda el último resorte de la república federal basada en una constitución: la Corte Suprema.

Estados Unidos no es uno hacia afuera y otro hacia adentro, actúa con el mismo y calcado criterio: como herramienta al servicio de los poderes económicos que representa, definitivamente siempre en beneficio de los “verdaderos dueños” de este Estado.
No casualmente es el país desarrollado con menos cobertura social, no hay jubilación ni vacaciones pagas, ni aguinaldos, ni defensa gremial de ningún tipo de conquistas sociales. No es un Estado de bienestar o al servicio del “Pueblo americano”, está al servicio de los multi mil millonarios que pagan menos impuestos, o no pagan, a diferencia del 90% que sí lo hacen.

1- https://dle.rae.es/democracia
2 –https://dle.rae.es/hegemon%C3%ADa
3- https://ar.usembassy.gov/es/education-culture-es/irc/el-gobierno-de-los-estados-unidos/
4- https://elpais.com/diario/2000/11/09/internacional/973724403_850215.html


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan

Opinión

Los Ramos, un emblema de fe.

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Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Este domingo vemos, en unas cuantas plazas y calles de nuestras ciudades, gente llevando en la mano un ramo de olivo. Buscan la bendición para participar de un acontecimiento del cual hacemos memoria: la entrada Mesiánica de Jesús en Jerusalén.

Hoy estamos ante el inicio de la Semana Santa, durante la cual reviviremos los momentos culminantes de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Celebración que es también actualización de la entrega del amigo por amor, de su mensaje y de las actitudes de quienes protagonizaron esa parte de la historia. Por eso estos días tienen varias dimensiones o niveles de profundidad, y es necesario revisar nuestros sentimientos y disposiciones para reconocer cómo vamos a transitarlos.

Por un lado, recordamos acontecimientos históricos que sucedieron realmente; no son una novela o fábula sino narraciones de dramas y tensiones que pusieron al descubierto las intenciones ocultas en el corazón de muchos. Escribas y fariseos, autoridades políticas y militares, discípulos y seguidores, envidiosos y enemigos, adherentes ocasionales, su Madre, los apóstoles. Y allí estamos también nosotros.

No solo hacemos memoria; también celebramos. Esos acontecimientos se actualizan sacramentalmente. El mismo Jesús presente en sus ministros y en la comunidad cristiana vuelve a realizar lo sucedido en Jerusalén. No es simplemente una teatralización que se repite año tras año, sino actualización de la Pascua.

Jesús entra en Jerusalén para celebrar su Pascua. El Rey Mesías, prometido y esperado durante siglos, llega a su casa y a su Templo. Es un Rey especial, particular. No tiene ejército numeroso y bien armado, ni corte lujosa, ni riqueza que impresiona, ni deseos de dominación que dan miedo. Trae un Reino de paz, justicia, amor, libertad. No viene montado en un caballo adornado de lujos, sino en un sencillo burrito. Está acompañado por hombres humildes, trabajadores, pescadores y algunas mujeres.

Por eso miremos a quienes salen a recibirlo: los niños, los pobres, los pequeños y simples de corazón. Los que no tienen vergüenza o miedo al papelón. Lo aclaman con cantos, y a su paso adornan el camino con ramas de árboles y hasta con sus propios mantos. ¡Cómo no estar contentos! Este Rey no viene a llevarse nada. No entra para saquear y oprimir. Viene a servir. La entrada de Jesús en la vida de cada uno es así: no quita nada, nos da todo.

Viene vestido con ropa sencilla. Pide tu respuesta de fe. Y vos podés dejarlo entrar, ¿por qué no? Pensemos en la puerta del corazón ante Jesús, ¿Cómo está hacia Él?, ¿abierta, cerrada, atrancada para que no nos acompañe? Es el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Después de aclamar a Jesús como Rey, ingresamos al Templo y leemos en el Evangelio de San Marcos el
relato de la Pasión y Muerte de Jesús. Enseguida nos cambia el clima, de festivo a sentimientos de dolor. Jesús asume el sufrimiento y la muerte de la humanidad. Presencia fuerte de una ausencia que reclama desde la soledad del abandono y la muerte. El dolor adquiere sentido por el amor de Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre.

Otras personas en el mundo posiblemente hayan sufrido tormentos más horribles en su muerte. Lo que contemplamos en Jesús es su valor transformante de la muerte en vida nueva, de la humillación en exaltación. Lo expresa el Centurión, un pagano, con un claro acto de fe: “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!”. (Marcos 15, 39) ¿Para qué son los Ramos que nos llevamos a casa? Tienen una doble finalidad. Solemos colocarlos junto a una cruz que tenemos en la pared, o al lado de una imagen o estampita de la Virgen o los Santos. Así, al mirar ese Ramo nos acordamos que hemos aclamado a Jesucristo como Rey. La otra
finalidad es misionera. Es muy bueno llevar algún ramito a quienes no pudieron ir a la bendición y a la Misa. Siempre hay que pensar y tener en cuenta a los vecinos, familiares, o alguien enfermo.

En la Semana Santa Jesús nos invita a entrar en un clima religioso y de oración. Celebraremos la última cena, el lavatorio de los pies, los artilugios del traidor, el momento en que es llevado preso, la negación del amigo, el juicio fraudulento, la pasión, el dolor de la madre, la cruz, la Pascua… Son momentos intensos de amor, elocuentes para algunos, tal vez no tanto para otros. Caminemos con Jesús para ser colmados de su bendición.

El 24 de marzo de 1976 se produjo el golpe de Estado que trajo violencia, torturas, muerte. Recemos por la paz en todo el mundo. Mañana, 25 de marzo, cumplo 24 años de obispo. Le pido a la Virgen me siga cuidando con su ternura de Madre. Acompañame con tu oración, que tanto necesito.

@MonseñorJorgeEduardoLozano

/Fuente de imagen: Archivo Google

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Opinión

24M en Argentina, Serbia y Rusia: Tragedias unidas por el mismo hilo, enhebradas por la misma mano.

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NOTA DE OPINION de Rafael Ibañez.

En una misma fecha se conmemoran momentos trágicos que están unidos por el mismo hilo, enhebrados por la misma mano y pensados por la misma cabeza.

En plena Guerra Fría (léase EEUU vs Unión Soviética), los estadounidenses tenían como objetivo debilitar y destruir a la URSS. En su relato decían que querían impedir la expansión del comunismo considerado maligno, totalitario, destructor de los valores occidentales y apátrida, entre otras barbaridades. 

Con esa excusa invadieron países en nombre de la democracia, mataron cientos de miles personas en todo el planeta, desde Corea y Vietnam hasta Panamá, saquearon recursos e instalaron dictaduras con sus títeres en Latinoamérica – entre ellas la de Videla – , además de África y Asia. Ganaron esa guerra, el estado sovietico se desmembró pero eso no los contentó.
Bombardearon 8 años después de la caída de la URSS a la República Federativa Socialista de Yugoslavia. Propiciaron una guerra fratricida que dividió a ese país en varias repúblicas e inventó un estado terrorista no reconocido llamado Kosovo.

Hoy en Argentina nos gobiernan los herederos del golpe del 76, los mismos que reivindican a los que cometieron terrorismo de Estado y que abrazan al régimen neonazi de Zelensky y ocultan el genocidio Israelí en Gaza.
Memoria, Verdad y Justicia es educar en el humanismo sin olvidar jamás los crímenes, los nombres de los asesinos, quienes fueron sus patrones y que se complete el juicio y castigo a todos los genocidas.

Argentina

El 24 de marzo es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia para conmemorar a las víctimas y sobrevivientes del golpe terrorista de Estado iniciado en esa fecha en 1976.
30.000 fueron las personas detenidas y desaparecidas durante los años que duró esta dictadura militar. Las Fuerzas Armadas nunca brindaron a ningún gobierno constitucional los datos sobre la cantidad de detenciones ilegales, torturas, bebés apropiados y asesinatos.


El golpe fue un eslabón del Plan Cóndor, una campaña de represión política y terrorismo de Estado organizada por Estados Unidos y dirigida por la CIA y el Comando Sur del ejército yanki, que incluía operaciones de inteligencia y el asesinato de opositores. 

Fue implementado oficial y formalmente el 25 de noviembre de 1975 por los líderes de los servicios de inteligencia militar subordinados a la CIA de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, e implementada luego por las cúpulas de los regímenes dictatoriales y gobiernos democráticos de América del Sur.

Durante este período de políticas neoliberales, el nivel de endeudamiento contraído por las dictaduras militares aumentó considerablemente respecto a los gobiernos anteriores. Bajo la propuesta de Ronald Reagan definiendo que el Estado no es la solución, sino el problema, Estados Unidos junto con el FMI llevó a cabo una táctica para implantar el modelo económico en los países de Latinoamérica, calificado habitualmente como liberal o neoliberal, ya que estos contaban con numerosos recursos y bienes nacionales que significaban mucho valor para las empresas privadas y que, apropiándoselos, debilitarían la capacidad económica soberana y sometería a los países a la voluntad económica del imperio estadounidense. Y así fue, y así es hoy 48 años después.

Yugoslavia

El 24 de marzo de 1999, las fuerzas de la OTAN lideradas por Estados Unidos comenzaron a bombardear Belgrado (hoy Serbia) en la ex república de Yugoslavia. Fue el primer bombardeo dentro de Europa luego de la segunda guerra mundial, una operación iniciada unilateralmente por la OTAN sin autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que constituye crímen de guerra.
La independencia europea y el orden jurídico internacional se quebraron y comenzó la expansión desmedida de la OTAN hacia Rusia.

Se llevaron a cabo ataques contra civiles y se utilizaron todo tipo de armas prohibidas contra ellos. Murieron 1700 civiles (400 de ellos niños). Unas 10 mil personas resultaron gravemente heridas. El bombardeo duró 78 días, hasta el 10 de junio de 1999.

Ninguno de los países de la OTAN respondió por este crimen, ni tampoco Estados Unidos, que fue el motor de toda esta crueldad. Especialmente Joe Biden, quien dijo directamente a todos: “¡Sí, fui yo quien sugirió iniciar el bombardeo de Yugoslavia!”.

Hoy Putin declaró: “Una tragedia enorme. Lo que hizo Occidente es inadmisible. Sin ninguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, comenzó las operaciones militares, de hecho, una guerra en el centro de Europa”.

Rusia

Hoy 24 de Marzo de 2024 es declarado día de luto nacional en Rusia por la masacre en la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú.
A este momento se cuentan 137 personas fallecidas y 154 heridos. Los terroristas, ya atrapados por los servicios de seguridad rusos, mataron a sangre fría e incendiaron el teatro con gente escondida en baños y escaleras.
Los videos que circularon de la masacre muestran la barbarie, el horror y el temor que también sufrieron en Argentina y Yugoslavia las víctimas de un terror dirigido por la misma cabeza.

Reproduzco las palabras de la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, en su cuenta de Telegram: “Hasta que concluya la investigación del atentado terrorista del Crocus City Hall, cualquier frase de Washington que justifique a Kiev debe considerarse como prueba”.

Es que rápidamente, antes de saberse siquiera quienes eran los perpetradores, los yankis salieron a decir que Kiev no tenía nada que ver y el régimen subordinado de Zelensky rápidamente expresó que lo hicieron los mismos rusos. ¿La mano del titiritero se hace demasiado evidente?.


Putin en su discurso luego del atentado dijo que “Es obvio que nos enfrentamos no solo a un ataque terrorista meticulosamente y cínicamente planeado, sino a un asesinato en masa de personas pacíficas e indefensas, preparado y organizado”.
Y agregó que los terroristas “Intentaron ocultarse y se dirigieron hacia Ucrania, donde, según datos preliminares, se les preparó una ventana en el lado ucraniano para cruzar la frontera estatal.”

La guerra en Ucrania comenzó formalmente con el golpe de Estado de 2014, promocionado y apoyado abiertamente por Estados Unidos, que sin ningún disimulo decían que había que bajar al gobierno y poner uno antiruso y pro yanqui, justamente en una tierra cuya población tienen la misma raíz y durante siglos fueron partes de la misma patria rusa. 

Es la misma idea de guerra civil propiciada durante los últimos cinco siglos por europeos y heredada por los estadounidenses. Hoy el mundo cruje por la criminalidad de esta gente que está en Occidente y que no duda en reivindicar al nazismo o ponderar a ISIS si es necesario para cumplir sus deseos de expansión y sometimiento.



LAS DECLARACIONES Y OPINIONES EXPRESADAS EN ESTE ARTÍCULO SON DE EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD DE SU AUTOR Y NO REPRESENTAN NECESARIAMENTE EL PUNTO DE VISTA DE AHORA SAN JUAN.

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Argentina: una política exterior sumisa y nociva

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NOTA DE OPINIÓN POR TELMA LUZZANI.

Sobreideologizada, muy limitada y antipragmática. Así es la política exterior del gobierno de Javier Milei. Entrevista con Carlos Raimundi. 

Con recetas radicales y comportamientos contradictorios (cuando no erráticos) el presidente Javier Milei, formado en Economía, tiene una visión hiperideologizada y, por lo tanto, muy limitada de la política internacional. Como en otros campos, su enfoque en relaciones exteriores no cruzó la barrera de los siglos ya que sus análisis parecen anclados en el mundo bipolar de la Guerra Fría al aludir a Rusia como un país comunista; o creer que todavía Europa o Estados Unidos tienen una economía pujante y son un modelo a seguir.

Parte de su estrategia comunicacional es mostrar una irreverencia extrema y un lenguaje sin censuras. Ambas conductas son, claramente superficiales ya que quedan en el mundo de los (malos) modales, pero no aplican a las decisiones esenciales que toma su gobierno, medidas neoliberales archiconocidas que, lejos de toda rebeldía, acatan el dictado de los poderosos y se ensañan con los más vulnerables.

La política exterior es una de las más dañadas. Milei insultó públicamente al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, calificándolo de “comunista y corrupto” y al de Colombia, Gustavo Petro, llamándolo “comunista asesino” en una entrevista para la CNN. A China no sólo la ofendió acercándose a Taiwán –una de las líneas rojas más conocidas de la diplomacia mundial- sino que, además, aseguró a la agencia Bloomberg: “La gente no es libre en China, no pueden hacer lo que quieren y cuando lo hacen, los matan”. Es sabido que Brasil y China son nuestros dos socios comerciales principales.

“El distanciamiento entre Argentina y Brasil es un enorme perjuicio para nuestro país, pero también para la geopolítica mundial”, reflexionó el ex embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi. “La fisura de la alianza estratégica entre Brasil y Argentina fue y sigue siendo un objetivo buscado por el capitalismo financiero globalizado para evitar el desbalance que podría producirse si se concreta la unidad latinoamericana. La fractura entre ambos países, lamentablemente, impide que, en un momento inmejorable, toda la región latinoamericana se convierta en un bloque de poder que tenga una voz propia en la disputa geopolítica. Imaginemos cómo se desequilibraría el mundo si la Argentina hubiera hecho sonar su voz de la misma manera que lo está haciendo Lula en relación a una necesaria paz en Palestina.”

El listado de “horrores” y errores de Milei y de su canciller, Diana Mondino, son tantos que no caben en un artículo periodístico, pero hay tres que pasan los límites: 1) despreciar la oportunidad de integrar los BRICS, organización que por su peso actual nos abría un enorme abanico de oportunidades; 2) el entreguismo en relación a las Islas Malvinas y la falta de reacción del gobierno ante las provocaciones británicas que incluyen no sólo la construcción de un puerto en el Atlántico sur sino la visita del canciller David Cameron a las islas y 3) la sumisión colonial a Estados Unidos al que se le permite instalar ingenieros del Pentágono en una de las cuencas de agua dulce más importantes del mundo: la Hidrovía Paraná-Paraguay, entre muchos otros sometimientos.

“Creo que uno de los posicionamientos más negativo de Argentina fue haber renunciado a la pertenencia al área de los BRICS que representa, a nivel mundial, el bloque de poder en ascenso no solo en el aspecto económico sino también político y tecnológico”, opina Raimundi.

“Se ha renunciado a esta pertenencia por acentuar su alineamiento, prácticamente incondicional, a un gobierno y a un país que representan significativamente la decadencia. Estados Unidos, a través de una apuesta a la guerra, a la militarización, al complejo militar industrial, está disecando las economías (tanto la doméstica como la de sus aliados de la OTAN). Y el gobierno estadounidense está representando, en este momento, la decadencia ética más inimaginable que podía sufrir la humanidad y esto es el genocidio que está perpetrando el gobierno de Israel en la Franja de Gaza.”

– ¿Se puede afirmar que la actual gestión de Diana Mondino ha roto con los principios históricos de la política exterior argentina? 

– Si respondiera en términos tradicionales diría que sí, que los ha roto, fundamentalmente, en materia de defensa universal de los derechos humanos, en defensa irrestricta a la soberanía argentina sobre Malvinas y a la posibilidad de comerciar con todo el mundo independientemente del signo político del gobierno que sea la contraparte. Pero creo que una etapa como la actual en Argentina no debe caracterizarse como un momento normal porque no se trata de un gobierno sino de un plan de negocios. Un plan de negocios que tiene, en espejo, una serie de enunciados en materia de política internacional que se reproducen a nivel de la política doméstica y que podría resumir como la entrega de todo el poder y todos los recursos a las grandes corporaciones.

– Con esta desatención a nuestro lugar como latinoamericanos y el realineamiento con el Norte ¿Argentina deja de ser una voz importante en la región?

– Por sus dimensiones, por su importancia, Argentina nunca deja ser una voz. El problema es en representación de cuáles intereses. El actual presidente se ha convertido en un  personaje muy conocido a nivel mundial y, por lo tanto, representa una voz, pero no en nombre de la dignidad o de los derechos humanos, sino de los negocios de las fortunas más estrepitosas del mundo, de los sectores más radicalizados de la ultraderecha. El ser una voz a favor de las actitudes violentas, misóginas, negacionistas tiene consecuencias graves porque, justamente, demoran la posibilidad de que Argentina se inserte desde otros valores como los antes mencionados al sistema internacional.

– Argentina ignora las organizaciones regionales orientadas hacia la integración como la CELAC y, en cambio, busca encolumnarse en otras en las que somos jugadores marginales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Qué opina sobre esto?

– A veces, se habla de organismos internacionales alternativos como CELAC, Unasur, que tienen que ir más allá de las ideologías (como se intentó originalmente con Unasur que congregó a gobiernos de derecha como fue en aquel momento el gobierno de Colombia de Alvaro Uribe o de Sebastián Piñera en Chile), pero eso no funciona. La última reunión de la Celac fue saboteada por los gobiernos de derecha y, en las anteriores habían concurrido, pero no se había podido llegar a grandes consensos. Es decir no se consigue una fortaleza de despliegue de esos organismos multilaterales alternativos. Yo creo en los grandes bloques que no expresan categorías ideológicas sino valores que puedan ubicar a nuestros países en un lugar propio y autónomo de decisión en el concierto mundial. Es decir, creo en organismos integrados por países que tienen una lectura similar de la agenda global, porque cuando se trata de grupos que en su interior equilibran dos lecturas antagónicas de la agenda mundial se gasta en vano mucho esfuerzo y eso termina en una parálisis.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

@ElDestape.

/Imagen principal: Archivo/

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