Opinión
¿Dónde está la educación pública? Mercantilización, egoísmo y diferencias en los autoconvocados.

NOTA DE OPINIÓN por Luis Hernández Monte.
En las exigencias de los autoconvocados hay un gran ausente. Si bien el salario es algo de gran importancia sobre todo en estos tiempos, pero no por ello puede dejarse de lado la educación pública, que es un derecho. La docencia es una función social fundamental, no puede ser degradada únicamente a condiciones de salario. Hay dos elementos clave en toda esta situación que gira alrededor de los autoconvocados: la mercantilización absoluta de la educación y el egoísmo, la pérdida de la visión de conjunto como sociedad. No se puede dejar de mencionar también que los intereses electoralistas cruzan y conducen todo lo que está ocurriendo. Hay muchas dificultades para que estas luchas puedan sostenerse en el tiempo, y las diferencias internas en los autoconvocados se van haciendo cada vez más claras.
La cuestión del ingreso, del salario si bien es algo determinante en una situación de ajuste como esta, en la que la inflación no para a pesar del crecimiento macroeconómico y del aumento del consumo. Existen pérdidas notorias del poder adquisitivo. Aunque esto es fundamental, hay otros elementos que lo tapan.
En el petitorio de los autoconvocados, o en todas las exigencias que han expresado de una u otra forma, no hay mención a la educación pública, gratuita y obligatoria de nuestros niños, niñas y adolescentes. Lo cual es un derecho, no olvidemos. Que no haya ninguna mención a este derecho ni a los elementos necesarios para que se pueda cumplir, llama poderosamente la atención.
Como decíamos, el componente salarial es uno de los componentes relacionados con la educación pública, pero no el único ni el más importante. La docencia es además de una actividad laboral, una función social de gran importancia. Es como si un médico se preocupase solamente en lo que va a cobrar, pero no en la salud del paciente. Preocuparse sólo por el oficio, y no del desempeño para con la sociedad. Los docentes están formando a la infancia y juventud. En el marco de una mirada que ellos sean la sociedad a futuro, deberían de merecer más atención en la búsqueda de mejoras en una educación en la que también son protagonistas. En este sentido no hay ninguna propuesta, ningún tema que toque esto. Solamente condiciones laborales.
Existen dos elementos clave que corren en paralelo en esta situación. Uno es la mercantilización absoluta, reducir la educación a una mercancía, a un producto a consumir. Vendría a ser como decir: “yo vendo este servicio, pero me desligo de la responsabilidad asociada al trabajo”. Así queda claro en el petitorio al no estar explícito lo contrario, queda descartada la educación pública.
El otro elemento está relacionado con el egoísmo. Desde el punto de vista laboral, o sindical, no hay una apertura de cuerpo de solidaridad de los distintos sectores que trabajen para el Estado, o para el sector privado. Es una lucha sectorial pura y exclusiva en la se torna una preocupación grande el que nadie más pueda ser beneficiado si se consiguiese algo. Está limitada únicamente al ingreso salarial. No hay una mirada colectiva.
Es por ello que las propuestas pasan por la eximición del impuesto a las ganancias. Lo que implica tener salarios muy altos y que no tiene sentido si en paralelo se habla de que el salario mínimo tenga un monto por encima de la canasta básica. Tampoco se habla de los beneficios de los ratios y similares que llevan a que gente cobre muchísimo. Ha de haber un sinceramiento de la escala salarial en todos los órdenes. Es necesario que esté presente la responsabilidad social del trabajo y el compromiso que conlleva. Si no, hay una degradación de la docencia, termina siendo solamente una búsqueda de trabajo por beneficio económico y nada más. Le baja la categoría a un rol tan importante en la sociedad.
Terminamos encontrándonos en una situación de egoísmo, de mezquindad, con una mirada corta muy personalista. Lo cual se exagera por estar en épocas de carrera electoral. En términos políticos por un lado está el aprovechamiento de los docentes para querer sumar votos y restarle al contrario (con la total indiferencia de qué resulte para los docentes al final) que viene aplicando Juntos por el Cambio. También se ve en sectores que pertenecen al frente de San Juan por Todos, como el giojismo, PTP y otros, quienes obran pensando que mientras peor le vaya al uñaquismo mejor les irá a ellos. Un error de lectura total, dado que con la ley de lemas unos necesitan al otro.
Todo se reduce a pequeñas tribus que tienen una visión egoísta, cada uno mira para su lado, nadie mira el conjunto. En un sálvese quien pueda a la deriva, el cartel de “Aumento SOLO para docentes” muestra la degradación del tejido social, la pérdida de empatía, del sentido de cuerpo de la sociedad, de la responsabilidad y de los valores verdaderos de la educación.
Este tipo de luchas es muy difícil sostenerlas en el tiempo, supone mucho desgaste por todas las partes. El tiempo va diluyendo la posibilidad de una negociación más acertada. La historia de los movimientos sociales, y las experiencias a nivel global muestran claramente que para un grupo que pretenda ser autogestionado y funcionar de manera democrática, la auto-organización es fundamental.
El cómo se articulan la toma de decisiones internamente y cómo se actúa de cara a decidir un curso de acción son las claves que terminan definiendo al grupo. Si no se hace el trabajo auto-organizativo se termina siendo una copia mal hecha de aquello a lo que se criticaba, de aquello a lo que en contraposición surgen los nuevos grupos. Terminan tomándose las decisiones por intereses particulares de algunos individuos, la ineptitud toma protagonismo. El sentir colectivo se pierde en beneficio de unos pocos con ansias de poder y notoriedad. Ya hay algunos autoconvocados que están capitalizando una lucha que aún no finalizó a través de candidaturas políticas para las próximas elecciones.
En este caso llevan a la “dirigencia” de los autoconvocados a una toma de decisiones que no es posible contabilizar democráticamente, acaban siendo como “autoelegidos”. No hay una manera de contabilizar que una persona ha sido elegida, o qué si ha decidido si o no a una propuesta. El conteo a mano alzada no es transparente, no queda registro, no se sabe quién, no se sabe cuánto, no hay porcentajes. Terminan llevando a sus bases a un callejos sin salida, al “todo o nada”, sin cuestiones intermedias que no por ello significan abandonar un plan de lucha más integral. Aquí es dónde se introducen con fuerza los intereses electoralistas, todo se mezcla.
Finalmente, con esta situación que se alarga y se complica las divisiones crecen, algunos sí aceptan la propuesta del Gobierno y vuelven a las aulas, otros no y pretenden seguir en la calle. Se ve claramente que no existe el mismo acatamiento, la misma sensación de impacto que produjo este movimiento el año pasado, hay un debilitamiento.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.
/ Imagen principal: Foto Diario de Cuyo /

Opinión
En distintas geografías hay caminos que se parecen.

NOTA DE OPINIÓN por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Existen momentos en la vida de las comunidades y las personas que están marcados por acentos particulares.
En la Iglesia estamos llevando adelante procesos de renovación en diversos niveles y lugares de modo coincidente. Y esto no es por casualidad. Tenemos la certeza de que es el Espíritu Santo que está presente y nos impulsa.
En la Arquidiócesis de San Juan, comenzando por lo más local, estamos realizando nuestra Asamblea desde hace unos años en el mes de marzo, proceso suspendido parcialmente por la pandemia, pero pronto retomado por decanatos en templos amplios y con las limitaciones de cantidades de personas y modos de las reuniones. Este viernes pasado realizamos nuevamente el encuentro de agentes pastorales en el Colegio Don Bosco, reuniendo cerca de 1000 personas de diversas vocaciones. El objetivo: seguir creciendo en comunión y misión. Estamos queriendo asumir e implementar las orientaciones de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe desde nuestra propia realidad. Para llevar adelante una acción pastoral integral e integradora debemos abarcar simultáneamente seis dimensiones: la Dimensión kerigmática y misionera; la Dimensión profética y formativa; la Dimensión espiritual, litúrgica y sacramental; la Dimensión sinodal y participativa; la Dimensión socio-transformadora; y la Dimensión ecológica.
Estas Dimensiones recogen los desafíos propuestos en la Primera Asamblea Eclesial América Latina y el Caribe de noviembre 2021. En ese entonces participaron más de 1000 delegados de los países y realidades pastorales, en un trabajo de discernimiento para elaborar las líneas pastorales a implementar.
A su vez, y ya en el 2023, desde la segunda quincena de febrero hasta mitad de marzo se desarrollaron cuatro asambleas a nivel regional en América Latina y el Caribe: Centro América y México; Caribe; países bolivarianos; y finalmente Cono Sur. Una semana en cada lugar. Entre las cuatro sedes participaron poco más de 400 personas de diversas vocaciones, países, culturas, edades… Tuve la alegría de participar de las últimas tres por mis responsabilidades como Secretario del Celam, organismo encargado por el Vaticano de organizar y llevar adelante estas instancias de participación del proceso del Sínodo convocado por el Papa. Ha sido una experiencia honda de comunión, encuentro, y deseos de discernir lo que el Espíritu Santo nos muestra como caminos, impulsándonos a recorrerlos. Después de esas semanas de escucha y discernimiento, con un equipo nos hemos dedicado a escribir la síntesis Continental para entregar a quienes coordinan la preparación del Sínodo Universal que se celebrará en octubre del 2023 y del 2024 en Roma, junto al Papa. Ese equipo también estuvo conformado por vocaciones diversas de distintos países.
Entre los planteos recurrentes puedo destacar la insistencia en el rol protagónico de la mujer, la necesidad de dar mayor espacio a los jóvenes, estar cerca de los pobres, los enfermos, los abandonados. Si Dios quiere esta semana se entregarán las conclusiones y se darán a conocer.
Este sábado 25 de marzo he cumplido 23 años de obispo. He vivido tiempos intensos en los cuales el Buen Pastor me fue guiando para apacentar a su pueblo. Renuevo mi compromiso de servicio y entrega.
Así como el Ángel Gabriel irrumpió en la vida de la Virgen enviado por el Espíritu Santo, y no se fue sin el Sí de María, también Dios nos desinstala, nos llama a cada uno y cada una para servir a su pueblo desde la propia vocación.
Con el salmo le digo a Dios: “Te doy gracias, Señor, por tu amor; no abandones la obra de tus manos”. Me confío a tu cariño y oración.
/Imágen principal: foto archivo/
Opinión
24 de marzo: un día para educar en memoria.

Este 24 de marzo, se cumplen 47 años del golpe cívico militar, próximos a los 40 de la recuperación democrática, y nos encuentra en un país que esta sufriendo la situación económica, social, educativa, en un contexto mundial caótico donde todavía existen sectores que prefieren acudir a la falta de memoria, quienes insisten en minimizar, negar o mirar para otro lado.
Por Daniela Albarez, Jefa de Redacción Ahora San Juan, Coordinadora de la Comisión de Género y Juventud de la Federación de Mutuales de San Juan.
La dictadura o el “Proceso de Reorganización Nacional” fue un período oscuro de Argentina, las ideas no podían ser expresadas y la violencia sacudía día a día generando muertes y desapariciones. Este día, de la Memoria, la Verdad y la Justicia nos debería atravesar por completo y sin distinción de ningún tipo porque con la democracia vienen los derechos y libertades, la igualdad y la justicia.
El golpe fue planificado por las grandes empresas para aumentar la explotación de la clase trabajadora y la entrega del país. Fueron apoyados por el imperialismo y el FMI, y dejaron un salto enorme en la deuda externa: de 8 mil a 47 mil millones de dólares.
Hoy ante una situación de crisis, existen muchas personas que con sus discursos faltan a la verdad, incitan al odio, facilitan la creación de un contexto propicio para que los hechos atroces puedan repetirse, porque de ese odio viene el hostigamiento y la matanza. También están quienes son complices o adhieren a ese negacionismo de una forma disfrazada: medios, redes y personajes centrales de la política Argentina que despiden con “gran tristeza” a los genocidas y a los complices de la dictadura cívico-militar.
Como es el último caso, la muerte de Carlos Pedro Blaquier, quien murió este mes a los 95 años sin llegar a sentarse en el banquillo de los acusados por los secuestros ocurridos en plena dictadura en la zona de influencia del ingenio Ledesma, provincia de Jujuy, fue despedido con más de 200 avisos fúnebres y mensajes en redes sociales por empresarios, miembros de la aristocracia argentina y políticos argentinos, entre ellos el expresidente Mauricio Macri y el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. Se sumaron a los mensajes de despedida, además, empresarios como Luis Pagani, Alberto, Pablo y Alejandro Roemmers, y el ex ministro Domingo Cavallo.
Parece que algunos perdieron la memoria o eligen perderla, porque si tal vez eligen no acordarse de esa época atroz, dónde Blaquier,-no sólo fue amigo de Onganía y Martínez de Hoz sino que en la denominada Noche del Apagón de 1976 fue el responsable de 500 detenciones y la desaparición de 36 trabajadores-, se deberían acordar del “diario del lunes”, en el que se constata que, según la documentación de la Escuela de Yoga de Buenos Aires,-una secta dedicada a reclutar mujeres con engaños para reducirlas a una situación de servidumbre y explotación sexual con el fin de ofrecerlas a una acaudalada cartera de clientes,- Blaquier hasta sus 87 años habría sido cliente premium de la prostitución vip.
Por eso, hoy más que nunca es necesario expandir, educar en memoria y reaprender sobre los hechos vividos en la dictadura, para que las generaciones presentes y futuras “nunca más” cometan estos errores, que parecen no ser tan pasados.
Hoy se saldrá a las calles por los 30.000, por las y los nietos que como país nos faltan recuperar, por Memoria, Verdad y Justicia. Este mundo nos necesita más humanos que nunca, necesita de la solidaridad de todos en una causa que nos atraviesa como sociedad. Que el pedido de Justicia no se apague jamás y que los que niegan esta etapa de nuestra historia sean cada vez menos.
30 mil desaparecidos: ¡Presentes!
Opinión
Tiempo al tiempo.

Por monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina) y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)
Hay gente que tiene por costumbre llegar tarde. Cuando vamos a un casamiento es común que la novia llegue tarde. Cuando en un partido de futbol un defensor “llega tarde” a la pelota comete una infracción y puede lastimar al otro jugador. También solemos ver que unas cuantas personas llegan tarde a misa sin ningún motivo; cuando no el sacerdote. Y entre nuestros familiares y amigos encontramos a quienes suelen llegar tarde a todo, casi como por deporte. La impuntualidad es “no estar a punto”, pasarse de la hora, no llegar en el momento indicado.
¿Significa no valorar la actividad o las personas que esperan? No me animo a decirlo. Tal vez cada caso es distinto.
Puede ser la consecuencia de quedarse dormido, o estar disperso en tantas cosas que impiden calcular adecuadamente el paso del tiempo.
Más allá del sentido cronológico, en una dimensión existencial puede implicar no valorar la oportunidad. También “dejar para mañana lo que se puede hacer hoy”. No tomar decisiones y dejar que las cosas fluyan. La palabra que define esta actitud es “procrastinar”.
No querer resolver es propio de la inmadurez o el miedo. Aceptamos la libertad pero hasta ahí, sin compromiso.
Estamos ya en el cuarto domingo de la Cuaresma. Es importante aprovechar el tiempo; no llegar tarde. Tenemos que tomar opciones; no se trata de poner piloto automático hasta la Pascua. Hace falta ser proactivos. Aprovechar el llamado de Dios ahora.
Este es el tiempo de Dios.
Este 19 de marzo celebramos la solemnidad de San José, esposo de la Virgen María y Padre adoptivo de Jesús.
En él reconocemos a un varón cabal, íntegro. Varias escenas evangélicas lo pintan de cuerpo entero. Dios le habla en sueños y José obedece. No tiene todas las evidencias en claro, pero se juega acompañado por la gracia de Dios. Confía en esas señales que Dios le muestra aún en forma borrosa, pero que en su corazón resuenan a modo de interpelación e impulso audaz. No posterga las decisiones y compromete su libertad.
Un hombre de su pueblo, valorando la historia, con una firme esperanza en el cumplimiento de las promesas de la Salvación. Conocedor y practicante de su religión, el Evangelio nos lo muestra como varón piadoso acompañando a María y al Niño Jesús a las celebraciones en el Templo. Tanto a los 40 días del nacimiento para presentar al Primogénito, como en la Peregrinación con muchas familias vecinas a Jerusalén cuando Jesús tenía siete años de edad.
Fue migrante en la huida a Egipto ante la persecución de Herodes que buscaba al Niño para matarlo. Y allí partió José cuidando a su familia. Le tocó vivir en un país extranjero, sin vecinos de su pueblo ni amigos, sin conocidos. La dura experiencia que hoy atraviesan tantas familias desplazadas por razones étnicas, religiosas o políticas. Los que buscan escapar del hambre o los desastres naturales.
Hombre trabajador en la carpintería para ganar el sustento familiar. Tanto es así que a Jesús lo conocían por el oficio de José: “el hijo del carpintero”.
Es patrono de la Iglesia y por eso confiamos en que, así como cuidó a María y a Jesús, nos protege a todos nosotros.
Miremos a José y reconozcamos los varones en él un modelo a imitar. Miremos a José y pidamos que interceda por quienes sufren a causa de la paternidad. Por quienes tienen a sus hijos enfermos, presos, en la pobreza. Por quienes ven con dolor a sus hijos encadenados en el consumo de drogas, en el alcohol o el juego. Por quienes están impedidos de acercarse a sus hijos y abrazarlos. Por quienes lloran la muerte temprana y absurda.
Miremos a José.
El miércoles 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, una oportunidad a nivel planetario para ser conscientes de la escasez del agua dulce. Aprovechemos para reflexionar respecto de la crisis que vivimos en nuestra Provincia y otros lugares de la Argentina.
El próximo viernes tendremos nuestra Asamblea Arquidiocesana, de la cual participarán representantes de las Parroquias, Movimientos, Áreas Pastorales. Las diversas vocaciones, carismas y ministerios del Pueblo de Dios. Podremos discernir cómo seguir caminando juntos como Iglesia. Nos unimos en la oración.
@Monseñor Jorge Eduardo Lozano
/Fuente de imagen: Archivo Google
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