La intención de esta nota es exponer elementos que no son los más mencionados o conectados entre sí por los medios masivos de este lado del planeta.
Es una interpretación a partir de las noticias que pueden corroborarse desde varias fuentes y no sobre un evento particular por más impactante que sea y siempre entendiendo que hoy lo esencial es evitar que la crisis humanitaria se agrave aún más de lo que está, que se llegue a un entendimiento entre las partes y se encuentre el punto por el cual millones de personas se beneficien de un cese de hostilidades, a sabiendas que la paz definitiva y la vida normal tardarán en llegar.
Occidente es parte del conflicto.
Por las noticias que se difunden y siguiendo los acontecimientos por diversas fuentes veo que desgraciadamente todo eso ratifica cada una de las afirmaciones del título de este artículo. Veamos.
Un dato interesante y que se pasa por alto es que por parte de EEUU-OTAN, como co-actores y sostenedores necesarios de Ucrania en el conflicto con Rusia, no hay una sola propuesta desde antes del inicio la operación militar rusa hasta ahora que lleve a la desescalada, acuerdo de paz, negociación seria o garantías de seguridad para todo el continente europeo.
Las respuestas siempre han sido echar más leña al fuego, desoír de plano las peticiones rusas, presionar mediante sanciones comerciales-financieras y aumento del envío de armas, coordinación militar y despliegue de mercenarios a Kiev como respuesta para que Moscú haga un cese unilateral cuando desde el punto de vista bélico no está en una situación desfavorable.
Todo este paquete de medidas y presiones sería más que comprensible si estuviese la contrapartida: negociemos seguridad de todas las partes con un acuerdo o seguimos con las sanciones y el empeoramiento de la situación militar. Públicamente eso jamás estuvo sobre la mesa y por lo tanto Occidente actúa como lo que es: un actor principal y necesario y lo esconde con una enorme hipocresía.
Diferentes autoridades estadounidenses y británicas han revelado al periodismo que la inteligencia militar trabaja estrechamente con Ucrania, lo que implicaría que no únicamente le brindan información sino que coordinan las acciones militares con el apoyo de satélites, comunicaciones y otras acciones. Ya la parte rusa había declarado antes del conflicto que los militares ucranianos estaban integrados al mando de la OTAN.
Gran parte de los países de la OTAN junto a EEUU están enviando armas, especialmente antitanques y antiaéreas, junto a drones y otro material bélico. Este flujo se desarrolla junto al envío de mercenarios encubiertos como “voluntarios” con pagas alrededor de los 3000 dólares mensuales según se manifestó en diversos medios y dicho por el propio presidente ucraniano. ¿Quién paga esto?.
A diferencia de otros escenarios bélicos, aquí los mercenarios se enrolan bajo bandera, es decir serán oficialmente parte de las fuerzas armadas de Ucrania.
Estamos hablando de gente que va de diferentes partes del mundo, incluyendo quienes combatieron en Siria, Irak y Afganistán, por ejemplo.
Mientras, tanto desde la Unión Europea, EEUU y la OTAN dicen que no quieren enfrentarse a Rusia directamente, el riesgo de que algo salga de control es muy alto. Por ejemplo, hace un par de días un viejo dron soviético modernizado por Ucrania sobrevoló hasta caer en Croacia pasando sobre Hungría. Puede un misil de crucero ruso fallar, errar y caer en Polonia o Rusia atacar un convoy con armas de algún país europeo y que todo se termine de desmadrar. Ya advirtió que esos convoyes serán considerados objetivos militares.
El responsable de exteriores de la UE, Borrell, ya dijo que quieren ayudar a Ucrania todo lo posible pero hay que ver qué pasa si Rusia ataca a un país de la OTAN. Ya están planteando el tema.
El tema de los aviones reclamados por Zelensky, luego de que los rusos hayan aniquilado casi el 70% de su aviación y destruido la mayoría de sus aeródromos, es algo muy complejo. Si los aviones despegan desde una base de la OTAN y atacan a los rusos estos dijeron que devolverían el golpe y ya podemos imaginar lo que eso significaría: tercera guerra global.
El equilibrio es altamente inestable en cuanto a que el conflicto se restrinja a Ucrania y puede pasar cualquier cosa.
La enorme cantidad de sanciones sin registro alguno en la historia después de la segunda guerra hace que sea hasta imposible afirmar si hubo un área que no haya sido contemplada. Muchos dicen que la complejidad de su seguimiento es tal que es muy difícil que estas se cumplan y que eso ya ha sucedido.
Es sin dudas una guerra comercial y financiera contra Rusia, así lo entendieron desde el Kremlin según su vocero y el propio ministro de economía ruso aseveró que la mitad de las reservas están bloqueadas, unos trescientos mil millones de dólares. Está claro que impactan e impactarán en la economía y las finanzas, difícilmente Rusia logre el crecimiento que esperaba para este año y el incierto costo y destino de la guerra hace aún más indescifrable lo que sucederá.
Es importante decir también que no todos los países adhieren a estas sanciones y que varios buscan cómo mantener los vínculos comerciales o ampliarlos al ver una oportunidad de negocios ante la huida de Occidente del mercado ruso.
La historia siempre tiene dos lados, y así como hay crisis, también hay ventana para nuevos negocios. Es el caso del petróleo, puede Rusia vender menos, pero paradójicamente el desmedido aumento de los precios puede hacer que tenga mayor rentabilidad produciendo menos.
Las sanciones no siempre dan el resultado que se espera, los mercados tienen sus propias leyes en este caso. Por eso el presidente estadounidense, Biden, salió a pedir que los productores pongan más barriles de petróleo en el mercado para no beneficiar la maquinaria bélica de Putin con el alza de precios. Por eso ya negocian con Venezuela, además de Arabia Saudí y le piden a su pueblo comprensión por los aumentos.
En esta guerra, que es militar, financiera y comercial, no podía faltar el combate informativo y cultural. En este ámbito se pueden generar daños enormes a largo plazo, no por la propaganda de guerra y las noticias falsas que se diluyen cuando haya un “ganador”, sino por la elevación de discursos de odio étnico, con censura de medios y destrucción de todos los lazos con algo que sea ruso, incluida su cultura. Claramente esto lleva a potenciar un extremismo que se parece cada vez más con el totalitarismo fascista. El propio presidente turco dijo que es fascista el cómo se ataca la cultura rusa.
Que Facebook e Instagram permitan discursos de odio en Ucrania y otros países, que censuren todos los medios estatales rusos o que bloqueen o den de bajas cuentas no es precisamente algo que comulgue con la libertad de expresión y los pedidos de las Naciones Unidas de eliminar los discursos de odio. Es el camino elegido también por Google y Youtube. ¿Por qué impedir la transmisión de la televisión estatal rusa con canales como RT?. Existen miles de canales de youtube nazis y racistas y no pasa nada. ¿Es realmente porque Rusia es agresora o es algo más?. ¿Y la OTAN y EEUU en Afganistán, Yugoslavia, Siria, Libia qué fueron los agresores, qué pasó con sus medios ?.
Todo lo antedicho es para decir que este no es solamente un conflicto entre Rusia y Ucrania, sino que hay una guerra híbrida de Occidente con Rusia con un campo de batalla donde la sangre es rusa y ucraniana, pero no europea ni estadounidense.
Es como dice el presidente Serbio, el mayor conflicto bélico en Europa luego de la segunda guerra, pero no el mayor de ellos en el planeta. Hay que recordar que entre los mayores estuvieron Vietnam y Corea, también con EEUU como actor principal.
Catástrofe humanitaria
Todas estas cosas expresadas de los intereses en pugna no pueden soslayar la enorme catástrofe humanitaria con un flujo de refugiados nunca visto desde la Segunda Guerra. Hay al menos dos millones y medio de ucranianos que huyeron del conflicto ahora en Europa, colapsando todos los sistemas de países como Polonia o Moldavia, incluso la propia Alemania advierte que ya no puede albergar más y más refugiados. Se estima que esta cifra se duplicará.
Hacia Rusia se han evacuado al menos doscientas cincuenta mil personas sin contar los casi dos millones desde el 2014 cuando se inició la guerra civil. Denuncian que no es mayor la cifra ahora porque Kiev no abre y no deja que se abran corredores humanitarios a Rusia en el este ucraniano. Es una postura al menos cruel ya que una cosa es evacuar a unos pocos cientos de kilómetros y otra hacer deambular por las zonas de batallas por cientos y cientos de kilómetros a miles de civiles para que sigan en Ucrania. No puede ser esto visto desde la mirada de la ganancia política o militar, sino de lo mejor para salvar vidas humanas.
Es un tema tan espinoso que hay opiniones cruzadas donde ambas partes se echan la culpa. ¿Quienes pierden?.
Tres puntos que podrían haberlo evitado, que aún son posibles, y tres puntos que no permiten solucionarlo.
Si alguien se detiene un instante a mirar la película completa podrá ver que esta situación es muy posible que se pudiera haber evitado si se hubieran cumplido estas tres cosas:
1- Los tratados de Minsk sobre la guerra civil en Ucrania, que proponía autonomía a las repúblicas independentistas de Donetsk y Lugansk, reformar la constitución para ello, realizar plebiscito a tal efecto, retirar tropas y desmilitarizar el conflicto interno.
Kiev nunca hizo nada para cumplirlos, al contrario, desde hace 8 años los ultranazionalistas vienen atacando y bombardeando a los ucranianos rusoparlantes del Donbás. Ucrania ha prohibido el ruso, eliminado prensa opositora, cerrando canales, alimentando un discurso antiruso basado en lo étnico cultural.
2- EEUU y la OTAN se hubiesen sentado a la mesa con Rusia y acordar un planteo de seguridad global para Europa y Rusia, considerando las inquietudes de todas las partes. Planteo al que adhiere y promueve ahora China, además. Esto incluiría alejar las bases militares de las fronteras rusas, eliminar misiles, sacar armas nucleares estadounidenses y desactivar la respuesta militar rusa a estas cuestiones que ve como amenazas a su seguridad. La tan mentada expansión de la OTAN. ¿Se imaginan si Rusia quisiera poner bases y misiles en Canadá o México?.
3- Que Europa hubiese tenido dirigentes de la talla de Merkel y hubiese negociado con Rusia y no someterse completamente a los pies de EEUU. Hoy es una perjudicada donde el único beneficiario es el poderío estadounidense, no solo por la ocupación militar de hecho (hay 100.000 tropas en europa más misiles, aviones, etc) sino por aceptar seguir una serie de sanciones económicas que dinamitarán la economía europea en beneficio de la de EEUU. El mejor ejemplo de esta sumisión es Alemania, que siente que su competitividad se verá afectada porque no contará con la energía barata rusa y esto elevará los costos de producción. China en silencio está agradecida de este favor inesperado.
Como contrapartida a los tres puntos anteriores observo que EEUU plantea otros sin mucho disimulo:
1- Intensificar y prolongar las sanciones, que le costarán más a Europa que a ellos, con el doble objetivo de ralentizar o destruir la economía rusa y propiciar un ambiente de malestar interno que haga probable una desestabilización política en Rusia.
2- No quiere acabar con el conflicto militar, sino mantenerlo lo más posible, uno de mediana o baja intensidad como lo que hizo en Libia, Siria o Afganistán. Le sirve de control al desgastar a su “enemigo” (Así es como considera a Rusia oficialmente en su doctrina militar) y alimentar con mucho dinero a su complejo militar industrial. La guerra es un negocio gigante, desde las armas y la acción hasta la reconstrucción y el saqueo de recursos.
3- No implicarse directamente, sino usar a otros como carne de cañón (guerra proxy o subsidiaria). En este caso los ucranianos, meros peones sacrificables en esta disputa hegemónica y geopolítica. Algo debe quedar claro, esta no es una guerra ideológica, no es capitalismo vs comunismo o los sinónimos que les quieran poner.
A modo de corolario.
Todo indica esta parte del conflicto Rusia-Ucrania no se detendrá hasta que los objetivos militares de una de las partes se cumpla. Sea que Rusia termine su “operación militar especial” y logre sus objetivos declarados de “desmilitarización y desnazificación de Ucrania”, léase destruir las fuerzas armadas ucranianas, su complejo militar industrial y la eliminación de los grupos ultranacionalistas de neto corte nazi que están en el ejército y la conducción política.
Por el lado de Ucrania es que logre con el apoyo de Occidente empantanar el conflicto, generar la mayor cantidad de pérdidas rusas posibles, estirarlo y llegar a un acuerdo a partir de esa posición fuerza. Es decir, una cierta rendición rusa, que por ahora se ve poco probable.
Y desde Occidente que la guerra comercial y financiera haga sucumbir a Rusia de tal manera que tenga el mismo impacto que una derrota bélica.
Está claro que aún cumplidos cualquiera de esos objetivos, y esperando que no se desate un conflicto más grande, el problema entre Occidente y Rusia continuará hasta que no se encare una cumbre EEUU-Rusia donde se realice un acuerdo amplio con garantías a futuro y que este se ratifique legalmente en cada país. Sin ello no habrá paz y ambos deberán negociar, veo poco probable la rendición total de alguno de los dos. Mientras, China sigue mirando atenta con un ojo puesto en Taiwan.
¿En que nos impacta a nostros?
En todo lo imaginable. Sobre llovido mojado con una inflación en EEUU creciente, con aumento de todos los precios de materia prima, energía y transporte a nivel global por el conflicto. Sumemos lo que se asumió como compromiso con el FMI y tenemos un tablero muy complejo.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan