El Pasillo hoy se toma licencia como tal, el Día de la Niñez ha hecho que nuestras colegas se aboquen a estos festejos y el domingo a la mañana quedó en manos de dos amigos de la casa.
Una semana donde los mensajes de inauguraciones, planes de gobierno y actos de campaña quedaron empañados con la foto de hace un año del festejo del cumpleaños de Fabiola Yañez en la residencia de Olivos.
El Pasillo toca el tema con Rafael Ibañez quien entre otras cosas afirma que “no deja de ser la espuma en el agua y lo que está de fondo sigue ahí, lo que se logra por acierto de unos e impericia de otros, es que de lo importante no se hable. De generar trabajo, salir de la pobreza y mejorar la salud de millones quedan fuera de esta telenovela”.
-Semanita cargada de fotos! (risas). ¿Cómo estás Rafael?. Hoy nos toca hacer este café virtual dominguero a los dos. ¿Qué opinás de lo que pasó con lo del cumple de la mujer del presidente?.
Arrancó nuestro amigo y colaborador a quien apodamos “el colado” al presentar a Rafael Ibañez nuestro amigo, consultor y colaborador.
-¡Así es!. (risas). Nada nuevo sobre la faz de la tierra. Si miramos el mapa político podemos ver que hay dos grandes grupos políticos e ideológicos que disputan sus espacios. A diferencia de lo que pasaba antes, están concentrados en alianzas, por un lado toda el ala conservadora, antiperonista por ser expresión mayoritaria popular y por otro los peronismos y el amplio arco progresista y de izquierda tradicional. Uno es Juntos por el Cambio, la coalición de las derechas y el otro el Frente de Todos con los peronismos como eje.
Lo primero que hay que preguntarse es qué representan cada uno, qué intereses, a quienes responden y a quienes defienden.
No se trata solo de personas, más allá de lo que se quiera esconder con marketing, detrás de los candidatos hay posturas ideológicas, intereses económicos y actores sociales concretos.
Las derechas tienen desde hace rato muy claro su sentido de pertenencia, saben qué intereses defienden y qué promueven. ¿Qué es lo que impulsan o defienden?. Los intereses de los sectores más concentrados de las finanzas y la economía, de los más ricos, siempre pro estadounidenses, pro británicos y así. No es un grupo homogéneo, hay de todo. Pero esta postura central los aglutina.
Son implacables y no tienen ni pudores ni ataduras éticas. El objetivo de poder y de defensa de su sector está por encima de todo, por eso no titubearon cuando quisieron imponer su modelo de país con dictaduras y no tienen ningún drama de cambiar de discurso de un día para el otro, porque lo que jamás pierden es el objetivo.
-Disculpá que te interrumpa, ¿pero que tiene que ver todo esto con el escándalo de las fotos del festejo de Fabiola en Olivos?. Es como que trataras de justificar algo.
Arremetió nuestro colega seguramente esperando una respuesta a lo comida rápida.
-¿Qué tiene que ver? ¡Todo! (risas). Sigo aunque sea tedioso, pero si quedamos mirando la espuma no entenderemos qué la provoca, ¿no?.
Las derechas no dan explicaciones, su discurso es un eslogan del momento, hablan de que los otros son ideologizadores cuando ellos son los más ideologizados y no hay problema si ayer eran anticuarentena, negacionistas antivacunas y pro apertura y hoy recriminan que faltan vacunas, que no se cumplió la cuarentena y que no se hizo todo para defender la salud. No tienen drama de decir que está bien que la policía mate por la espalda cuando es un ladrón o poner bolsas mortuorias en la Casa Rosada y al mismo tiempo decir que defienden las dos vidas. La incongruencia desde su lógica no es tal, porque no les importa la forma del contenido, ya que el mensaje es siempre claro: estos no sirven, hay que sacarlos como sea, literal, y debemos estar nosotros. Siempre fue y será así porque tienen muy claro, y esto es esencial, el sentido de pertenencia a la clase social que defienden.
Del otro lado no es así, no se tiene esa claridad ideológica y metodológica. El arco progresista o llamado campo nacional y popular, es más heterogéneo. Están desde los que también defienden sectores concentrados que consideran menos malos, pasando por los capitalistas moderados que creen en el rol del Estado como rector hasta los que ven que es necesario avanzar hacia una sociedad donde la propiedad pública sea la principal en todos los ámbitos.
A diferencia de las derechas, este sector no tiene un discurso único y lo que aglutina es que hay una dirección “hacia las mayorías” más atento al Pueblo que el otro lado. Al no tener una postura tan marcada ideológica como las derechas hace que el lenguaje sea más moderado, buscando complacer a todos los sectores, mostrarse desde la corrección ética y en muchos casos intentando no molestar a los poderosos. Tener que actuar en concordancia entre lo que se dice y lo que se hace es central desde este lado. Suena bonito, pero en política no siempre esto es bueno y tampoco esa es una regla de oro.
-¿Entonces desde el gobierno deberían haber sido más agresivos?.
-Es más profundo el tema que una foto, que es la espuma. Atañe a las izquierdas y progresismos del mundo que han caído en la trampa de atar sus discursos y modos a lo políticamente correcto y no a los objetivos políticos que se buscan. Las derechas, repito, esto lo tiene súper claro y llevan la delantera.
El punto es que el barco no debe dejar de poner proa a donde se quiere ir, y si surge una cosa así, no se le da de comer a los leones más de lo que ya mordieron.
Se pasa la hoja levantando la vara, “¿sí y qué? Éramos 12, nos aislamos, y festejamos el amor de nuestra pareja en casa mientras ustedes en la calle pedían que se abriera todo”. Pero para eso hace falta carácter, liderazgo fuerte, saber salir de la trampa discursiva y poner la pelota en campo ajeno. Excepto Cristina, a pesar de muchos, el resto no tiene esa capacidad de este lado.
Si no sabés sobreponerte ante el golpe del adversario sin demostrar derrota terminás desmoralizando la tropa y eso es lo que pasó al demostrar debilidad y por eso tanto revuelo en este sector. En política como en cualquier ámbito de la vida no solo hay que ser prudente, sino también defenderse y atacar. No somos ángeles, somos humanos de carne y hueso con nuestras mezquindades y cosas buenas. Bichos complicados (risas).
En definitiva, como siempre , la derecha no pierde la oportunidad para cambiar el eje de la agenda y sacarlo de lo que no quiere que se hable. En este caso la imprudencia propia del gobierno le hace el juego. Esto no deja de ser la espuma en el agua y lo que está de fondo sigue ahí, lo que se logra por acierto de unos e impericia de otros, es que de lo importante no se hable. De generar trabajo, salir de la pobreza y mejorar la salud de millones quedan fuera de esta telenovela.
La charla continuó un rato largo, los ejemplos internacionales empezaron a aflorar pero se nos hace demasiado largo para este El Pasillo. Hasta el próximo domingo.