A partir de hoy, 10 de abril, a las 00 se pusieron marcha las nuevas restricciones para frenar, o contener, la segunda ola de contagios de coronavirus. El Gobierno Provincial siguió las directivas del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) nacional. Varias son las aristas a tomar en cuenta, pero el sector gastronómico, nuevamente, se ve limitado en su desempeño.
Desde Ahora San Juan, contactamos a empresarios gastronómicos de la provincia para que nos dieran su visión sobre el tema.
Bárbara Dávila es propietaria de un carro de comida rápida, “Es una situación muy triste, porque no alcanza. Se vende menos, no trabajamos la misma cantidad de horas. Algunos empleados se enojaron porque cobran menos, pero no se podía pagar como antes. Se trabaja menos horas y por eso cobran menos. Sienten que el dinero no les sirve.” Además, contó que la gente compra menos, “no sé si es porque no les alcanza o salen menos, pero hay menos venta. Nosotros tenemos mucha competencia porque somos ocho carros en una misma cuadra”. Los carros de comida rápida en el Parque de Mayo (que ahora están sobre calle San Luis, entre calles España y Las Heras) siempre tuvieron un horario fuerte de ventas durante la madrugada, pero eso horario no está permitido desde que inició la pandemia. Sumado a que ya no tienen los sábados y domingos, donde muchas familias visitaban el lugar.
Facundo Suarez, de La Pericana (cerveza artesanal) comentó en sus historias de Instagram que “nosotros –La Pericana- encaramos un préstamo (…) la verdad es que es bastante difícil porque yo estoy en una vereda de enfrente con el gobierno y con todas las normativas y todas las restricciones. Quisiera decir que se tomen decisiones acertadas (…) dejen trabajar a la gente (…) van a fundir a todos y vamos a tener que salir a la calle”.
En noviembre 2019 empezó un gran proyecto gastronómico en Jáchal, uno de los socios Santiago Robledo, comentó su experiencia Covid-19/gastronomía. El local llamado Marías, ubicado frente a la plaza municipal, llevó posibilidades laborales para jachalleros y una opción distinta para turistas y locales. “Creo que mataron a todos, al sector gastronómico mucho más. Primero lo cortaron, después habilitaron el delivery (…) solo alcanzaba para pagar al personal, la reposición de materias primas era muy difícil. Los descartables, en especial por el delivery, se utilizaba mucho y el precio estaba por las nubes”. El DNU había establecido el congelamiento de tarifas, de alquileres y prohibió los desalojos, pero fue complicado sobrellevar la situación financiera del local. “Cuando habilitaron el Salón al 30% los primeros que cayeron a cobrarte fueron los de CAPIF y SADAIC para cobrar los derechos de música”. Marías, hoy tiene sus puertas cerradas. “La queja de los gastronómicos y bolicheros era estar en una fase que permita desarrollar la actividad, pero ya sabían que con la llegada de las bajas temperaturas iban a volver las restricciones”.
En cuanto a los espectáculos que suelen brindarse en restaurantes, Ahora San Juan, estableció contacto con Claudio Páez, intérprete de canciones. Claudio, comento que el 2020 fue muy difícil para su profesión, que ya no sabía cómo reinventarse “pensé en vender todos mis equipos de sonido”. El intérprete explico que es muy difícil para para los dueños de los locales invertir en shows porque tienen la capacidad del local reducida y el horario restringido. Por las nuevas limitaciones, Claudio, está negociando sobre los shows para sábados y domingos al medio día, en lugares abiertos, que permiten tener mayor cantidad de personas.
Jorge Paredes, de Il Pilonte, también nos contó su panorama “el impacto ha repercutido – con respecto al 2020- en todo, básicamente. A nivel empresa, clientes, empleados, todo”. Durante la época de normalidad, el horario fuerte, en Il Pilonte, era de 23 a 3:30 de la madrugada. El horario por turnos que se planteó durante el año pasado, según la experiencia de Jorge, ”funcionó en parte” porque a los clientes del primer turno había que pedirles que se retiren para cumplir con la normativa impuesta. “A partir de ahora hemos tenido reunión con todo el personal, hemos explicado la situación. Ellos no son ajenos, saben que es cuestión de cumplir con los protocolos(…) Nos ajustamos al protocolo establecido y seguir trabajando”
Sonia Alleva, trabaja la cantina del Club de Contadores. Sonia cuenta que estas nuevas medidas no la afectan de modo directo, porque podría seguir trabajando. El problema es si tiene que volver a cerrar la cantina, como en el 2020, cuando no sólo no pudo abrir sino que perdió mucho de lo invertido en el lugar.
Un empresario de la iluminación nos comentó que las restricciones no tienen sentido, “todos saben que los focos de contagio suceden en las fiestas clandestinas. Nos piden mil protocolos en vano, porque no ponen el personal para controlar lo que en verdad sucede”.
Ahora San Juan intentó tener la palabra de alguna autoridad de UTHGRA, pero no tuvimos respuesta.

 
                                    