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Guerra Rusia Ucrania: los costos y efectos para la economía argentina y los mercados globales.

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Nota de Alfredo Zaiat publicada en Pagina12 el 28/02/2022

En la versión que circuló del borrador del acuerdo con el FMI, más allá de que sea el definitivo o no, aparece una definición que excede el contenido de la negociación con ese organismo internacional. Es un concepto que debería servir de guía para evitar caer en el reduccionismo economicista que tanto disfruta el análisis convencional, y en el cual sectores de la coalición de gobierno han quedado atrapados.

En ese apunte de la negociación con el Fondo se dice: “Nuestro escenario base está sujeto a importantes incertidumbres, lo que implica que es posible que las políticas tengan que recalibrarse según corresponda”.

Para algunos esta afirmación es la prueba de que habrá indefectiblemente un ajuste, sólo con el recurso repetido de la conjetura, y para otros es una definición analítica que debería orientar la evaluación política de la cuestión económica.

La economía, ¿ciencia exacta?

Como se sabe, aunque muchos insisten en ocultar, la economía no es una ciencia exacta y mucho menos una serie de pronósticos de variables macro, sino que es un espacio de poder donde se dirimen intereses contrapuestos de diferentes actores económicos.

Quedar encerrado exclusivamente en cifras proyectadas para brindar sentencias acerca de la situación económica exhibe una notoria falencia en la comprensión política acerca de la dinámica de la cuestión económica.

La pandemia es un caso bien cercano que permite abarcar en toda su magnitud lo que significa el factor incertidumbre en la gestión económica, puesto que la crisis sanitaria alteró en forma fulminante el funcionamiento de la economía mundial. Este repentino evento global obligó a los países a adaptar la política económica modificando su orientación y descartando postulados y metas previas.

Los efectos económicos del conflicto Rusia Ucrania

Ahora, en estos días, otro evento extraordinario está modificando la dinámica de la economía mundial con el consiguiente impacto local: la guerra Rusia-Ucrania (OTAN).

Los efectos se pueden resumir del siguiente modo:

  1. Aumento de los precios de las materias primas: más dólares de exportaciones de soja, trigo y maíz, más inflación y más recaudación impositiva por retenciones.
  2. Aumento de los precios de la energía: menos dólares por importaciones de gas, más subsidios a las tarifas de luz y gas y mayor tensión con el FMI por el sendero fiscal comprometido para este año.

El acuerdo con el FMI es político

La enseñanza que deja el antecedente de veintiún programas en 65 años de relación de Argentina con el Fondo es que los acuerdos son políticos. Existe un plano geopolítico, en el cual Estados Unidos utiliza a ese organismo internacional para sujetar países endeudados a su estrategia global. Otro financiero, que consiste en determinar el monto del crédito y el plazo de repago, dólares que históricamente han sido utilizado para facilitar la salida de bancos y fondos internacionales de economías en crisis, además para allanar la fuga de capitales.

Un tercer plano es el económico, que es el capítulo de la relación con la burocracia de técnicos del FMI y el que genera más debate en el espacio público, puesto que en esa instancia se comprometen metas de variables clave y planes tributarios, previsionales, laborales, entre otros.

Concentrar la discusión exclusivamente en este último plano termina minimizando los otros dos, que son igualmente importantes. Un aspecto que se pierde de vista cuando se desconoce la interrelación de esos tres aspectos de la relación con el FMI es que, como se mencionó antes, los acuerdos son políticos.

El insólito préstamo por un total de 57 mil millones de dólares entregado al gobierno de Macri, de los cuales se desembolsaron casi 45 mil, es la prueba más reciente y contundente del carácter político de los programas con el FMI.

Así fue siempre y otros acuerdos con el FMI lo prueban, como los que pactaron en la década del ’90 el gobierno de Carlos Menem y su ministro de Economía Domingo Cavallo. El alineamiento total a los objetivos geopolíticos de Estados Unidos (por ejemplo, el alistamiento de embarcaciones militares para apoyar la Operación Escudo del Desierto dentro de la Guerra del Golfo, en 1990) condicionaba al staff técnico del Fondo a los postulados macroeconómicos (en especial, el tipo de cambio fijo determinado por la convertibilidad) presentados por Cavallo, pese a que no los compartían. 

Pese a las tensiones que existen alrededor de la actual negociación, el FMI también avanza en un acuerdo político con el gobierno de Alberto Fernández, que se expresa en los siguientes aspectos:

  • No incluye las tradiciones recomendaciones de implementar las reformas previsional y laboral.
  • Convalida la necesidad de mantener un estricto control a la entrada de capitales especulativos, como también a la de un férreo control del mercado de cambio.
  • Acepta la idea de factores multicausales para explicar la inflación argentina.
  • No exige una fuerte devaluación.
  • Accede a que la reducción del déficit fiscal sea una combinación de más ingresos por crecimiento de la actividad y mayor recaudación por mejoras en la administración tributaria (combate a la evasión y elusión).

El contexto de estos lineamientos en el marco político del acuerdo tiene su origen en el propio interés de las autoridades del Fondo para, firmando un nuevo programa con Argentina, dar vuelta una de las páginas más negras de su historia por el fiasco mayúsculo del crédito otorgado a Macri.

Una de las conjeturas alrededor de esta “flexibilidad conceptual” del Fondo indica que, además de cerrar el capítulo Macri, se trata de un acuerdo político de “transición” para aliviar el último tramo de la administración Fernández, para luego negociar un nuevo programa con el gobierno que surja de las elecciones de 2023, y en esa instancia incorporar cada una de las tradicionales exigencias de la receta del ajuste regresivo.

Esta especulación es probable pero no segura. En lo que no hay postergación, en cambio, es en las presiones al gobierno de Fernández para que se incorpore al orden geopolítico de Estados Unidos, que quedan expuestas diariamente en el dispositivo de medios de comunicación de derecha, que actúa como vocero militante de esos intereses (Venezuela, Cuba, Nicaragua, China y ahora se agregó el conflicto con Rusia por la guerra en Ucrania).

La excusa del Fondo Monetario

En más de una oportunidad se ha afirmado en estas páginas que el regreso del FMI a la Argentina de la mano de Macri es una tragedia por las implicancias políticas, económicas y sociales de estar atado a ese brazo financiero de sometimiento geopolítico de Estados Unidos.

Esto no significa, sin embargo, que el escenario político y económico local quede totalmente dominado por el vínculo con el Fondo.

La centralidad del acuerdo en el actual debate político es sólo una excusa para el posicionamiento en disputas internas, tanto en el oficialismo como en la oposición.

El Fondo también será utilizado, como lo muestran las etapas en que el país estuvo bajo programas de ese organismo internacional, por sectores del poder económico para forzar medidas regresivas, como la flexibilización laboral o la liberalización financiera.

El aspecto no menor de esos manejos es que estos movimientos políticos y del poder económico terminan por confundir el debate económico y, además, exculpa las falencias en la gestión de la política económica. Si todo es culpa del FMI, las debilidades de la administración quedan desplazadas en la evaluación cotidiana.

El Fondo condiciona bastante pero no ata de manos la gestión de gobierno, que puede tener un sesgo progresivo pese al programa acordado, como cobrar impuestos a quienes tienen más capacidad contributiva, o disponer una segmentación de tarifas para que paguen más quienes tienen un holgado poder adquisitivo, u ordenar la política de asistencia social, entre otras iniciativas de equidad.

Avanzar en ese sendero de reordenamiento económico exige, además de capacidad de ejecución, fortaleza en la negociación no sólo con el staff técnico del FMI, sino con sectores del poder económico local que resisten ese tipo de medidas redistributivas.

El conflicto Rusia Ucrania y el acuerdo con el FMI

En el borrador del acuerdo con el FMI sobre los escenarios de incertidumbre que pueden generar adaptaciones en la política económica se menciona:

  • “Una intensificación de la pandemia”.
  • “El crecimiento de nuestros socios comerciales podría decaer”.
  • “Los precios mundiales de los productos agrícolas podrían caer marcadamente, por ejemplo como consecuencia de un endurecimiento inesperadamente rápido de las condiciones financieras mundiales”.

Se señala también que “las condiciones externas podrían tornarse más favorables, y la recuperación podría ser más vigorosa de lo previsto, en especial en los sectores, como el de servicios, que se vieron más duramente golpeados por la pandemia”.

En este apunte provisorio no estaba incluida la guerra Rusia-Ucrania, que ahora estará en el documento definitivo. El espacio de tiempo entre uno y otro escrito es de pocas semanas, lo que revela el elevado grado de incertidumbre global en el cual se debe desarrollar la política económica.

Esto debería aquietar los ánimos en el mundo político oficialista porque la economía, como en la definición del juego del fútbol del maestro-periodista deportivo Dante Panzeri, es la dinámica de lo impensado.

La aplicación de ese concepto enseña que la economía, como en el fútbol, no puede ser tratada como si fuera una ciencia exacta. “Nos querían hacer creer que una buena táctica bastaba como garantía del éxito”, decía Panzeri.

Resignificando esa idea, las proyecciones económicas no pueden ser consideradas en forma determinista, sino que acontecimientos inesperados –que son habituales- exigen adaptaciones de la política económica.

Una guerra, como la de Rusia-Ucrania, que altera el mercado de materias primas agrarias y de energía, es lo suficientemente disruptiva para no quedar atrapado en esquemas analíticos rígidos. Un dato que en estos días no fue lo suficientemente mencionado es que Ucrania es el tercer deudor del FMI detrás de Argentina y Egipto. 

Rusia Ucrania: 7 puntos clave para entender qué pasa con los mercados globales y Argentina

Cuál será la duración, la eventual extensión territorial y, en especial, el desenlace de la guerra determinarán la magnitud de su impacto en la economía argentina.

En este escenario de incertezas, las actuales reacciones de variables clave de los mercados globales derivan en un saldo ambiguo. Respecto al mercado de materias primas agrícolas de exportación, la Bolsa de Cereales junto al Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales elaboraron un informe, cuyos puntos principales son los que siguen:

  • “El conflicto bélico entre Ucrania y Rusia es una realidad, y los efectos ya comenzaron a sentirse en diversos mercados. Ambos actores (y la región) tienen relevancia en la producción y exportación de granos y subproductos, por lo que los precios de diversos commodities han acusado la creciente incertidumbre que este conflicto genera”.
  • “Si bien el conflicto entre Rusia y Ucrania se vislumbra desde hace meses, la magnitud con la que estalló tomó por sorpresa a los mercados internacionales”.
  • “Estos dos países suman el 78 por ciento del comercio mundial de aceite de girasol, el 28 por ciento del de trigo y el 19 por ciento del de maíz. La posibilidad real de una restricción se tradujo en un aumento de los precios, pero también en una elevada volatilidad en estos mercados reflejando el nivel de incertidumbre reinante”.
  • Sin embargo, el panorama es también alcista para los mercados de insumos agrícolas, con presiones tanto en combustibles como en fertilizantes”.
  • En el corto plazo, el valor exportado por Argentina podría incrementarse, como consecuencia del aumento de precios, en aproximadamente 1800 millones de dólares. Es un resultado condicionado a la captura de los actuales precios, y a las cantidades de granos finalmente producidas en un escenario de déficit hídrico”.
  • Pero el valor de las importaciones de combustibles e insumos agropecuarios también se incrementaría, afectando negativamente la balanza comercial, y limitando las posibles ganancias que podrían capturar los productores respecto al mayor precio de las commodities”.
  • “De mantenerse el conflicto en el mediano plazo, los resultados de simulaciones muestran efectos al alza en los precios, con respuestas positivas en la producción argentina, que varían dependiendo de la intensidad del conflicto y las partes involucradas”.

Más inflación y más recaudación ¿cuál gana?

En esta evaluación de la Bolsa de Cereales faltan dos aspectos sustanciales. Por un lado, el alza de los precios internacionales de estas materias primas arrastra a un aumento de los precios locales de alimentos, sumando más tensión a un panorama inflacionario ya de por sí complicado.

Dependiendo de la extensión de la guerra, el desafío de la gestión económica será intensificar el desacople de los precios internacionales de los domésticos.

Para esa tarea cuenta con las retenciones, que si fueran móviles facilitaría la tarea, pero para aumentarlas se enfrenta a un bloque económico-político poderoso que las rechaza.

Otra vía tras ese objetivo consiste en avanzar en la constitución de fideicomisos de trigo y maíz –iniciativa que está impulsando la secretaría de Comercio-, medida que también despierta la oposición del sector (de las Mesas sectoriales del Trigo y el Maíz y de la Bolsa de Cereales).

Otro aspecto poco mencionado es que el mayor ingreso de dólares de exportación de materias primas agrícolas generará un incremento de la recaudación de la AFIP con las actuales alícuotas de retenciones.

Estos ingresos adicionales deberían aflojar las dudas fondomonetaristas acerca del cumplimiento del sendero fiscal comprometido para este año por parte del equipo económico.

Una guerra entre menos dólares y más subsidios 

El Centro de Estudios Políticos y Económicos difundió el reporte “Conflicto Rusia-Ucrania: incidencias en la economía argentina”. En uno de los puntos señala que “es previsible que el precio internacional del gas siga aumentando, lo que implica, en el corto plazo, que Argentina deba utilizar más dólares para importar este bien. Pero ocurre que esta misma situación puede ser favorable a mediano plazo, porque le brinda más oportunidades a Vaca Muerta para recibir fuertes inversiones”.

En lo inmediato, una porción del abastecimiento interno de gas registrará un fuerte aumento de costos. El año pasado se importaron 56 buques de Gas Natural Licuado (GNL) a un precio promedio de 8,33 dólares por millón de BTU. En estos últimos días, esa cotización trepó a 38 dólares.

Este incremento de costos implica necesariamente un aumento en los subsidios para no trasladarlo a tarifas, situación que agrega tensión en la negociación con el staff técnico del FMI acerca del cumplimiento de las metas fiscales.

Sin embargo, como se indicó, en un contexto internacional inesperado por la guerra Rusia-Ucrania, cuestión que no puede ser ignorada por el FMI como no lo hizo con los impactos devastadores de la pandemia, y reconociendo que todo acuerdo es político, el margen de negociación no será tan restringido como se supone y sólo será cuestión de afilar la habilidad en la gestión de esta situación explosiva por parte del gobierno de Alberto Fernández. 


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


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