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Sociedad Relatos de Vida

José Casas, reconocido intelectual sanjuanino y ferviente defensor de los derechos humanos.

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Lleva en su historia de vida el recuerdo de los jóvenes estudiantiles, de las luchas sociales pero también la persecución y el miedo que impusieron las dictaduras militares.

Ahora San Juan conversó con José Casas, sociólogo formado académicamente en las aulas de la Universidad Nacional de San Juan. Hasta hace un par de años dictaba clases en la casa de altos estudios donde llevaba a sus alumnos a debatir y repensar conceptos y situaciones. Actualmente jubilado, disfruta su tiempo escribiendo libros de poesía, de investigación y de análisis con la mirada puesta en la última dictadura militar.

“Yo he estado 9 veces detenido como preso político en distintos momentos y circunstancias“, comienza diciendo José Casas y agrega” El ultimo fue en Chile en la época de la dictadura de Pinochet. He sido detenido lamentablemente en épocas de dictadura”.

Dictaduras desde el ´66 hasta  el ´73 , Onganía, Levingston, Lanusse”, repasa José Casas y agrega con cierto temor y angustia “Y después la ultima (Videla). Una gran diferencia entre una dictadura y la otra“.

Poder entender las razones y los motivos que hicieron de José Casas un preso político de todas las dictaduras militares, implica ahondar en su pasado para conocer su historia de vida y comprender su ferviente convicción en las luchas sociales.

La militancia y las luchas sociales.

Jose Casas es un jachallero, hijo de una familia muy humilde y muy trabajadora que con mucho esfuerzo logró instalarse en San Juan para darle a sus hijos un futuro mejor. “Nos pusieron a estudiar, terminamos el secundario y empezamos la universidad“, recuerda José al hablar sobre su familia y hermanos.

Mis hermanos lamentablemente no pudieron terminar pero yo si, la familia puso mucho para que yo pudiera terminar“, dice José y expresa con orgullo su título como Licenciado en Sociología por la UNSJ. Sin embargo agrega que “ya era militante en el secundario, empecé la militancia en el partido comunista”.

Fue durante su juventud que presenció el estallido de “los procesos de luchas estudiantiles secundarios que reclamaban por sus derechos“. Estos jóvenes que se revelaban ante las injusticias demostraron a José Casas la importancia de luchar y defender los derechos.

“Estamos hablando de mayo de 1969 antes del Cordobazo. Eran expresiones populares obrera y estudiantiles, época de cientos de miles de jóvenes que se volcaban a la lucha. Una época particular de nuestro país donde la vanguardia obrera y la lucha obrera era una realidad”, explica José al recordar aquella época.

“Una gran parte de los estudiantes universitarios forjados a la lucha de izquierda y no solamente del PC (Partido Comunista) sino de muchas otras cosas de izquierda que habían en aquel entonces, con mucha capacidad de movilizarse una juventud ganada para esa lucha” , agrega Casas y explica que “Todo ese proceso desemboca en que la dictadura tuvo que retroceder, la vencimos en la calle y en urnas después”.

Con la dictadura vencida llegó lo que Casas llama “un tiempo provisorio” en que “los mejores sueños de los argentinos se convirtieron en la peor de las pesadillas”. El breve gobierno de Cámpora fue derribado por el poder de la derecha “de la derecha fascista“.

Perón llega al poder y se hacen nuevas elecciones. Se hace la formula Perón- Perón digamos, un hombre muy hábil como Juan Domingo Perón y una mujer muy inhábil, no porque fuera mujer, como fue su esposa Isabelita”, explica brevemente Casas. “Comienza una etapa de luchas internas de facciones dentro del partido peronista y de fracciones económico sociales”, señala José.

Denunciar el genocidio de la última dictadura militar.

José Casas además de ser un ferviente defensor de los derechos humanos, también es un excelente escritor. Además de escribir poesía, plasma en las hojas sus investigaciones y análisis sobre temas de su interés.

Sin embargo en estos últimos años, su experiencia de vida como preso político lo llevó a analizar desde una mirada sociológica el “genocidio que hubo en Argentina” durante la última dictadura militar. José Casas decidió que todo este periodo oscuro de la historia Argentina quede escrito en un libro que se llama “Produccion de la muerte” .

“Es un análisis, un tipo ensayo y también investigación histórica que tiene distintas miradas para discutir la violencia y los tipos de matanzas masivas como genocidios y la crueldad y la maldad en la historia humana”.

Hago el análisis particular de la lucha de esa etapa ´73 y ´76 del gobierno peronista, una lucha de una etapa  que en poco tiempo se condensaron muchas contradicciones, conflictos de todo tipo, lucha de facciones y  fracciones, casi haciendo un juego de palabras pero que también indican como se daba el proceso muy violento” , explica José.

Una lucha muy violenta donde se concentró toda la forma del conflicto y donde además como presión de eso estaban las organizaciones de izquierda armada y las organizaciones armadas, ultraderecha fascista. Fundamentalmente las Triple A y los montoneros que eran peronistas”, resume Casas y agrega que “Fue una época muy particular en la historia argentina de una creciente movilización de masas y de luchas de masas y de luchas armadas, porque hubo varias organizaciones político militares que actuaron”.

En el libro “Producción de la muerte” José Casas se sumerge en el periodo más oscuro de la historia Argentina para denunciar las situaciones que se vivían en aquellos tiempos para que no se repitan nunca más.

Nadie se imaginó, nadie pensó la magnitud que iba a tener el golpe de estado. Habíamos pensado que iba a ser un golpe violento como lo mas avanzado pero no que iba a ser lo que fue”, confiesa José al hablar sobre la última dictadura en Argentina.

En esos meses anteriores al golpe vivía trágicamente porque había muchas muertes, muchos asesinatos cotidianos, mucha violencia”, recuerda José. “Me detuvieron en diciembre del ´75 siendo gobierno constitucional todavía, no sé porque me detuvieron. Me detuvo la Policía Federal, tuve que hablar con el Jefe de la Policía Federal en San Juan, era el Comisario Patetta, pero después Patetta terminó “patete” unos meses después, porque el 23 de marzo del ´76 precisamente unas pocas horas antes de que ya el golpe fuera una cosa abierta lo mataron en un atentado” , comenta José y en su relato se puede dimensionar la violencia de aquella época y el peligro que corría su vida.

Ya con el golpe, el terrorismo de Estado y el genocidio, una magnitud que jamás habíamos pensado” afirma y explica que en esta guerra hay una gran desigualdad en la lucha porque “la fuerza poderosa del estado, de la fuerza armada, el aparato represivo del estado, contra el pueblo en su conjunto tanto en las luchas de masas, las luchas de paro y de ese tipo como las revoluciones político militares no tenían tanta gente. Los militares dijeron que eran 15 mil guerrilleros para tratar de justificar lo que hicieron”.

José Casas explica que el golpe de estado tuvo esa magnitud de violencia porque pretendía acabar con todo “con el peronismo, con la izquierda no armada, la izquierda armada, la clase obrera como fuerza que pusiese en peligro la estructura del poder de las clases dominantes.”

Casas afirma que en aquellos años “había un sector, una fracción de las clases dominantes que venían en ascenso que era el capital financiero“. Y agrega que “venían ascendiendo en términos internacionales en el paso del capitalismo mundial de la fase industrial a la fase financiera que es la que domina en aquella etapa. Se estaba pronunciando el mayor peso del capital financiero sobre el industrial“. “Eso también tuvo que ver con el golpe de estado en argentina”, sentencia Casas.

Desde su mirada sociológica Casas explica que “Todas estas cosas, todos estos conjuntos complejos ,son muchos más, de fenómenos que actuaron para tratar de explicar porque el genocidio, porque lo que nos sucedió dolorosamente a los argentinos”.

Siguiendo su análisis sociológico sobre la última dictadura militar, José Casas remarca que a pesar de que toda América Latina quedó en gobiernos militares, solamente en Argentina hubo genocidio.

El genocidio es cuando el estado puede imponer la muerte masiva de una parte de la sociedad, prácticamente sin oposición“, define Casas y explica que “Cuando hay resistencia armada y condiciones de cierto equilibrio” se puede hablar de guerra.

Sin embargo, en Argentina “no hubo equilibrio porque había 2 mil guerrilleros y cien mil militares, según mis estimaciones y mis investigaciones“, asegura Casas y sostiene que “La forma de represión era igual, pero la magnitud era distinta porque dependía de la cantidad de fuerzas del enemigo de ellos, que ellos consideraban que eran enemigos”.

Lo dijo Videla, “nosotros no podíamos hacer lo que hicieron en Chile que fusilaron ahí en el Estadio Nacional. Nosotros teníamos que hacerlo de otra manera: Campo de concentración”, agrega Casas para cerrar la explicación de porque en Argentina hubo genocidio.

Ellos empezaron por las provincias mas alejadas, como estrategia militar, era todo un plan orquestado. No fue nada improvisado. De ahí iban eliminando a todos los que pudieran ser resistencia. Luego concentraron en las provincias mas importantes, mas resistentes como Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe”, explicada detalladamente José.

La última dictadura militar avanzó en el país sembrando miedo y arrastrando hacia la muerte a todo aquel que considerara enemigo.

Yo estuve detenido poco tiempo del golpe, menos de un mes después del golpe. Los primeros días yo pensaba que no iba a sobrevivir. Yo consideraba que no iba a sobrevivir” confiesa Casas y en sus palabras se puede distinguir la angustia y el temor que sintió en aquellos años.

Con el tiempo fuimos aprendiendo que nosotros fuimos sobrevivientes” , agrega Casas y afirma que “Además de los 30 mil desaparecidos, están los miles de presos políticos y los miles de exiliados, antes del golpe y otros después del golpe”, finaliza José Casas.

Han pasado 45 años desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 en Argentina, el último y más sangriento de los seis golpes de Estado que el país sufrió durante el siglo pasado. José Casas es uno de los sobrevivientes que desde San Juan trae al presente a las víctimas de ese genocidio para buscar justicia y dar luz a los terribles acontecimientos de aquella etapa oscura a la que fue sometido el país.

Solo con la memoria y con la verdad se evita repetir el capitulo más doloroso de la historia argentina.

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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