Política & Economía Latinoamérica
La apasionante vida de Simón Bolívar, el hombre de las dificultades.
Hace 240 años, nacía en Caracas Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, figura esencial de la liberación hispanoamericana. Conocido principalmente como el Libertador, su vida estuvo llena de giros impredecibles y supo anticipar tendencias que siguen marcando las relaciones en América incluso hoy día.
«Yo conocí a Bolívar una mañana larga, en Madrid, en la boca del Quinto Regimiento, Padre, le dije, eres o no eres o quién eres? Y mirando el Cuartel de la Montaña, dijo: «Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo».
Pablo Neruda, poeta y político chileno
En una tarde de verano de 1805 un joven caraqueño subió a lo alto del monte Aventino —una de las colinas que rodean a Roma— acompañado por su maestro. Allí, tras posar su mirada por la Ciudad Eterna, y lleno de todas las ideas revolucionarias de la Ilustración, pronunció un juramento a su maestro:
«¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!«.
El resto de su vida lo dedicó a cumplir este juramento.
El reino de las cosas mundanas
Era el hijo menor de una de las familias más ricas del país. Sus primeros años estuvieron marcados por la tragedia: Bolívar quedó huérfano de padre cuando tenía tan sólo dos años y medio, y de madre a los nueve.
A los 16 años fue enviado a España, para recibir la «educación» corriente de los jóvenes de entonces. Durante esos años se destacó en las altas esferas sociales europeas gracias a sus habilidades y riqueza: fue un excelente espadachín, destacado jinete y muy buen bailarín. Los sastres de Londres copiaban sus trajes, y en París se vendía el chapeau Bolívar.
Su vida dio un giro drástico cuando conoció a la española María Teresa del Toro, Bolívar se enamoró de ella y se casaron. Desafortunadamente, su joven esposa moriría unos meses después de la boda en Venezuela por fiebre amarilla. Este hecho afectó profundamente a Simón y fue, quizás, lo que transformó para siempre su vida.
«Me sacó del reino de las cosas mundanas para centrar mis pensamientos en los problemas de mi país oprimido«, comentó Bolívar sobre la muerte de su esposa.
Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana
Tras esto, Bolívar busca nuevamente a su maestro y comienza así una intensa vida que lo convertiría en uno de los hombres más importantes de todo el siglo XIX.
Como dato curioso, Bolívar fue testigo en 1804 de la coronación de Napoleón Bonaparte como emperador en la catedral de Notre Dame, en París. A la sazón, el futuro Libertador comentó: «Este acto me pareció la fulminación del infierno. Aquella corona que puso sobre su cabeza era una reliquia de siglos tenebrosos«.
El 3 de julio de 1811, durante el célebre discurso conocido por la expresión: «Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana, vacilar es perdernos», Bolívar pronuncia en público por primera vez la palabra «libertad» y exige a España la total independencia de sus colonias.
Su sueño por una nación libre, fuerte e independiente llamada Gran Colombia le hizo luchar durante quince años haciendo caso omiso de las fronteras y dando batalla contra los realistas –Ejército español— en cualquier lugar donde los encontrase. Dirigió cerca de 500 batallas y liberó una zona que comprendía los territorios de las hoy repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Una de las más grandes hazañas militares de la historia y, tal vez, la mayor proeza de Bolívar sucedió entre finales de junio e inicios de julio de 1819: el cruce de los Andes. Fue una marcha desde Angostura, hoy Ciudad Bolívar, en la parte baja del río Orinoco, cruzando la cordillera de los Andes.
En la primera etapa de la marcha recorrieron 450 km de sofocantes llanuras y selvas bajo el inclemente calor de la época y el incesante aguijoneo de toda clase de insectos. La segunda etapa, los Andes: Bolívar decidió usar la ruta de poco tránsito que cruza uno de los pasos más elevados para así tener a su favor el factor sorpresa y atacar a los realistas por donde menos se lo esperaban.
Ascendieron durante seis días hasta llegar al páramo Pisba, a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar. De 3.000 combatientes que iniciaron la marcha, solo unos 1.200 fatigados lograron culminarla. A pesar de ello, tras tres días de descanso, las fuerzas de Bolívar derrotaron a un ejército de veteranos españoles en el Puente de Boyacá.
Plagar la América de miserias, en nombre de la libertad
Bolívar no fue famoso solo por sus hazañas militares, ya que sus palabras inspiran a los pueblos de Latinoamérica de ayer y hoy. Durante su gesta escribió más de once mil cartas, de las cuales se conservan apenas alrededor de 4.000; en ocasiones dictaba dos o tres cartas al mismo tiempo, requiriéndose de varios escribientes. Para cada uno de los países liberados escribió una constitución, organizó todos los detalles de sus gobiernos: congreso, finanzas, política interna y de exteriores.
Desde el nacimiento de las jóvenes naciones, Bolívar comprendió la amenaza que representaba EEUU para ellas. El 5 de agosto de 1829, el Libertador Simón Bolívar escribió una carta al coronel Patricio Campbell, en la que proféticamente alerta sobre las intenciones de su vecino del norte contra los pueblos del sur.
En esta carta lanza su proclama: «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias, en nombre de la libertad«.
A pesar de que las traiciones, intrigas, secesionismo y los intereses egoístas no lograron que el sueño de la Gran Colombia de Bolívar pudiera consolidarse, su pensamiento antiimperialista y lucha por los pueblos siguen vigente en la mente y corazones de millones de americanos a casi doscientos años de su muerte.
El Libertador está vivo en la conciencia de los pueblos y es un ejemplo para las naciones que luchan contra la opresión y el expansionismo.
@Sputnik
/ Imagen principal: © Foto : Public Domain
Latinoamérica
México: 10 años sin respuestas desde la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
Hasta ahora, solo se han identificado los restos de tres jóvenes a partir del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), mientras la lucha de los familiares por la verdad y la justicia sigue firme.
A pocos días de cumplirse diez años desde la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el caso sigue siendo una herida abierta en México. A pesar de las promesas de justicia y las múltiples investigaciones, las familias de los jóvenes siguen exigiendo respuestas mientras los hechos no terminan de esclarecerse. Si bien el 26 de septiembre es la fecha oficial de la desaparición, las movilizaciones y actividades conmemorativas comenzaron en los últimos días.
La previa al aniversario
El viernes, los familiares de los estudiantes desaparecidos y alumnos actuales realizaron un acto frente a un cuartel del Ejército mexicano en Guerrero, en el que denunciaron el rol de las Fuerzas Armadas en el caso. Más tarde, un grupo de manifestantes encapuchados lanzó petardos y provocó incendios en los alrededores del lugar.
El jueves, madres de las víctimas participaron en una misa en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que celebró el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio. De acuerdo a la revista mexicana Proceso, en la homilía las madres hicieron un llamado: “A las personas que se llevaron a nuestros hijos, que operaron esa noche del 26 de septiembre de 2014, que se les ablande el corazón y que hablen y que nos digan a donde están nuestros hijos”.
En diálogo con Página/12, el sacerdote y director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello, una de las varias organizaciones que apoyan a los padres en su lucha, indicó que al cumplirse 10 años desde la desaparición de los jóvenes, el sentimiento predominante es la impotencia, aunque destacó: «Al final, lo que sigue motivando a los padres es el amor que tienen por sus hijos, y también creo que el compromiso que adquirieron al hacer pública su exigencia. Es el compromiso de toda una nación. Esto dañó y afectó a un país como México, porque demuestra el grado de impunidad, de violencia, de colusión de las autoridades con el crimen organizado, y el nivel de descomposición social que existe». Y agregó: «Resolver este caso no es solo conocer la verdad y encontrar a sus hijos, sino también sanar una herida que en México hemos tenido abierta por muchos, muchos años».
El miércoles miles de personas salieron a las calles de la ciudad de Chilpancingo, en Guerrero, para exigir respuestas sobre los 43 estudiantes. «Decir que han pasado 10 años es fácil, pero caminar, luchar y exigir no lo ha sido. Nos ha costado mucho trabajo, pero aquí estamos, impulsados por el amor que le tenemos a cada uno de nuestros hijos», expresó Cristina Bautista, madre de uno de los desaparecidos, a la agencia de noticias AFP.
Melitón Ortega, otro de los padres, añadió: «Esperamos que la nueva presidenta pueda retomar el caso Ayotzinapa de manera integral, abarcando las líneas de investigación, las extradiciones, nuevas carpetas, detenciones, entre otras cosas», refiriéndose a Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia el próximo 1 de octubre.
La caída de la «verdad histórica»
Los estudiantes desaparecieron entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, cuando se dirigían al municipio de Iguala para tomar un colectivo hacia Ciudad de México y participar en la manifestación anual en conmemoración de la masacre de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco, cometida por militares el 2 de octubre de 1968.
Durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se negó cualquier participación de militares en los hechos y se defendió la denominada «verdad histórica», que sostiene que los jóvenes fueron detenidos por policías locales de Iguala, en complicidad con criminales, y entregados al cártel Guerreros Unidos. Según esa versión, los estudiantes habrían sido asesinados y sus cuerpos incinerados en un basural en Cocula.
Mientras tanto, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuya participación fue clave para el avance de la investigación, comenzó a trabajar como perito independiente a pedido de los familiares de los desaparecidos. Este equipo, al igual que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar el caso, no coincidió con la «verdad histórica» debido a inconsistencias en la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) y la falta de evidencias que respaldaran esta versión. En 2016, los investigadores de EAAF indicaron que era imposible que un fuego pudiera incinerar completamente a los estudiantes como se afirmaba.
La versión de la PGR se derrumbó definitivamente durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con la identificación de los restos no calcinados de dos víctimas: Christian Alfonso Rodríguez en 2020 y Jhosivani Guerrero de la Cruz en 2021, ambos encontrados en la barranca de la Carnicería, a 800 metros del basural de Cocula. Estas identificaciones se sumaron a la de Alexander Mora Venancio, cuyos restos fueron hallados en el río San Juan en 2014. Hasta ahora, son los únicos tres identificados entre los 43 desaparecidos.
La salida del GIEI
López Obrador creó por decreto una «Comisión para el Acceso a la Verdad», reconoció la responsabilidad de los militares, autorizó la apertura de archivos que revelan su participación en el caso e incluso se llevaron a cabo algunas detenciones. Sin embargo, el GIEI se retiró hace un año del caso Ayotzinapa, tras ocho años de investigación, denunciando obstrucciones significativas en su acceso a información crucial, especialmente la relacionada con el Ejército. En su último informe, manifestaron que hubo un ocultamiento sistemático que ha dificultado el esclarecimiento del paradero de los 43 estudiantes.
Miembros del grupo de expertos, como Carlos Beristáin y Ángela Buitrago, señalaron que la falta de cooperación por parte de las autoridades y el Ejército fue un obstáculo constante. Aunque se lograron algunos avances, como la detención de militares involucrados, insistieron en que no se entregó toda la documentación necesaria para avanzar en la investigación, y que aún queda mucho por hacer para llegar a la verdad sobre las desapariciones.
El presidente saliente defendió el trabajo del gobierno y las Fuerzas Armadas, asegurando que se realizaron esfuerzos significativos para esclarecer el caso. «No hay impunidad y se está actuando. Respeto su punto de vista (del GIEI) pero no lo comparto, porque si se ha avanzado es precisamente por la colaboración de la Marina y Defensa», sostuvo en una de sus ruedas de prensa diaria, tras conocerse el informe.
Próximo gobierno
La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se reunió en julio por primera vez con las familias de los 43 estudiantes, ocasión en la que la se comprometió a dar seguimiento en la búsqueda de la verdad y la justicia del caso.
Vidulfo Rosales, abogado de las familias de los 43 estudiantes, informó tras el encuentro en el Museo de la Ciudad de México que los padres pidieron a la próxima mandataria que el caso Ayotzinapa ocupe un lugar central en su Gobierno. Ante la prensa, Sheinbaum reafirmó su compromiso, asegurando: «Vamos a seguir trabajando con ellos, vamos a encontrar un método de trabajo que nos permita cumplir con lo que están pidiendo: verdad, justicia y saber dónde están los jóvenes».
Aunque han pasado casi diez años, la determinación de los padres no ha disminuido. Su lucha se mantiene firme, impulsada por la esperanza de que algún día conocerán el destino de sus hijos. A pesar del tiempo y los obstáculos, siguen alzando la voz, recordando al país que la justicia aún está pendiente.
@Página12 // Informe: Axel Schwarzfeld
InternacionalPolítica & Economía Latinoamérica
Los presidentes de Bolivia y Brasil asistirán a la cumbre de los BRICS en octubre en Kazán (Rusia)
El dirigente boliviano, Luis Arce, así como su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, tomarán parte en la XIV Cumbre de los BRICS que se celebrará en octubre en la ciudad rusa de Kazán, informaron a Sputnik los embajadores de los países latinoamericanos en Rusia.
«El presidente de Bolivia fue invitado a la cumbre de los BRICS en Kazán y aceptó con placer esta invitación del presidente [ruso, Vladímir] Putin», aseguró.
Al mismo tiempo, el embajador de Brasil en Rusia, Rodrigo Baena Soares, confirmó la participación de Luiz Inacio Lula da Silva en la cumbre.
«Ahora lo estamos organizando incluso con otros mandatarios que vendrán aquí [a Kazán]. Por supuesto, prepararemos una reunión con el presidente Putin», agregó.
Ambos presidentes planean reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, al margen de ese evento, agregaron los representantes de los países.
Rusia asumió el 1 de enero pasado la presidencia rotatoria del grupo BRICS para 2024, año que empezó con la admisión de nuevos miembros. Además de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, a los que el grupo debe sus siglas, ahora lo integran también Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Rusia organiza más de 250 eventos en 11 regiones en el marco de su presidencia, incluida la XIV Cumbre de los BRICS que tendrá lugar en la ciudad de Kazán del 22 al 24 de octubre.
Sputnik/
Política & Economía Latinoamérica
A 51 años del golpe de Estado en Chile
El golpe militar Chile que marcó un antes y un después en la política latinoamericana
Un día como hoy, el 11 de septiembre de 1973, Chile sufrió un golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet, el cual puso fin al Gobierno socialista de Salvador Allende y marcó el inicio de 17 años de dictadura.
Tres años antes del fin de su mandato constitucional, el gobierno de Salvador Allende terminó abruptamente el 11 de septiembre de 1973 debido al golpe de Estado del que participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas y el cuerpo de Carabineros.
Ese mismo día, después de que el Palacio de La Moneda fuese bombardeado por aviones y tanques, Salvador Allende se suicidó. Tras el fin de su gobierno, el general Augusto Pinochet encabezó una dictadura militar que se extendió por casi 17 años.
Cuando el Palacio de La Moneda estaba rodeada por los militares, a las 10:15, a través de Radio Magallanes —la única favorable al gobierno que aún no era silenciada— Allende emitió su último mensaje a la Nación. “Colocado en el tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia de miles de chilenos, no podrá ser cegada definitivamente… Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”, dijo Allende.
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