Ahora San Juan dialogó con Noelia Sanchez, coordinadora oyente del curso de Lengua de Señas (LSA) que dicta la Asociación a través de la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes. Áreas ya conquistadas por la comunidad de sordos y las que faltan, eso y un poco más de la mano de una de las oyentes de confianza.
La asociación se creó en 1960 con un grupo de ocho sordos. En sus inicios solo tuvo fines recreativos y de a poco se fue formalizando para llegar a revalorizar y posicionar la cultura sorda.
En 1999, Cristina Graffigna, sorda, actual directora del curso de Lengua de Señas en la FFHyA, ya formaba parte de la Asociación de Sanjuanina de Sordos en las actividades deportivas. Ella, decide ponerse en contacto con el instituto Crescomas de Córdoba, quienes eran los encargados de enseñar lengua de señas, con el fin de traer algunos profesores a la provincia para que enseñen y profesionalicen sordos.

A partir de aquella acertada decisión la asociación dio un giro de 180º, oyentes empezaron a acercarse para aprender sobre la LSA. Cristina decidió dar un paso más y presentó un proyecto en la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes (FFHyA) el cual fue aceptado. Así fue el inicio del curso de LSA en esta casa de altos estudios, curso que ya es un emblema del lugar.
La lucha de las comunidades sordas del país es constante. Durante el 2007 se dio un movimiento que permitió que las comunidades de Sordos, congregados en la Confederación Argentina de Sordos decidan empezar a luchar para que la LSA sea reconocida como patrimonio cultural de la comunidad sorda. La FFHyA se suma al pedido. Se logró que se empezara a reconocer a la persona como sorda, sin importar el grado de sordera que tuviera o si eran implantados o no.
Se trabaja para que la LSA sea reconocida como su lengua propia, que les permite desarrollarse de manera íntegra. Esto permitirá que accedan a una educación de mayor calidad y “normal”, Noelia ejemplifica que muchos piensan que en no pueden acceder a una educación formal común, pero “en realidad si, lo tienen que hacer a través de un blingüismo”.
Así es como se toma la decisión que el curso de LSA sea de preparación de personas oyentes para que sean comunicadores e intérpretes empíricos para así los sordos puedan acceder a lo mismo que accede la sociedad oyente, “se está luchando para que pueda traerse la carrera de lengua de señas a la provincia y poder profesionalizar a personas oyentes, que sea reconocido como un trabajo más”.
Noelia explica que la comunidad de sordos no tiene tanto apoyo o visibilidad y que por esto tiene que exponerse a constantes re victimizaciones, por ejemplo “cuando va a la policía se le pone muchas barreras comunicacionales, tienen que buscar un intérprete que quizás no tienen la suficiente confianza como para contar que les sucedió”.
El curso de Lengua de Señas que de dicta en la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes, esencialmente pretende acercarse lo más posible a profesionalizar a personas oyentes para que puedan ser intérpretes de Lengua de Señas. De este modo las barreras comunicacionales que existen para la comunidad Sorda se cortarían.
El Acceso para sordos a educación formal y de calidad es una cuestión compleja, si bien se viene trabajando desde el Ministerio de Educación, sigue siendo complejo para la comunidad sorda. Las escuelas, según Noelia y algunos sordos pertenecientes a la Asociación de Sordos de San Juan, es muy antigua, se enseña desde la oralidad y no desde un real bilingüismo. “Se toma a la persona como incapaz de aprender cuando solo tiene una barrera en la lengua. No necesita un interprete que sea psicólogo, solo un intérprete que sepa lengua de señas y que conozca a la comunidad sorda”.
Noelia nos cuenta que, a modo de chiste, la pandemia por coronavirus vino a favorecer a la comunidad. “Por suerte los pedidos que hemos hecho al gobierno han sido escuchados. Pedimos que pongan alguien que señe en los mensajes, porque sordos/as estaban muy perdidos, no sabían si podían salir o no, si era peligro, no sabían que pasaba, había una gran confusión. Por suerte el pedido tomado y pusieron un intérprete”. En cuanto a educación, se está avanzando, a paso lento, pero se avanza “desde el año pasado hay algunos interpretes en la escuelas para sordos”. Este es un gran avance, aunque lo ideal, según expresó la coordinadora del curso de Lengua de Señas, es que este estuviera en la formación docente.
Actualmente, en estudios de formación superior también hay un gran progreso. Noelia comentó que hace no mucho tiempo un sordo no podía ingresar ni al cursillo de ingreso universitario con un intérprete porque los docentes le decían “yo no sé si sos vos el que estudio o el intérprete es el que estudia por vos” actualmente esto no sucede y en la FFHyA se les han abierto las puertas.
Noelia, cuenta que ella inició el curso de LSA por una invitación de su hermana. Invitación que le cambio la manera de ver al mundo. “Yo creo que aprender lengua de señas te saca el miedo y te abre la posibilidad de ver más allá” puntualiza.
