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La querella de Cristina Kirchner destrozó a Capuchetti: «La señora jueza tiene un curro en la Ciudad de Buenos Aires».

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La querella de Cristina Kirchner destrozó a Capuchetti: «La señora jueza tiene un curro en la Ciudad de Buenos Aires».

«De la propia designación de María Eugenia Capuchetti en el Instituto Seguridad Pública (ISSP) surge que es una instancia de apoyo a la conducción política del sistema de seguridad integral» del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, «es totalmente incompatible con la función judicial», advirtió Marcos Aldazabal, uno de los abogados de la querella de Cristina Fernández de Kirchner, en la audiencia por la segunda recusación planteada contra la jueza a cargo de la causa del intento de magnicidio. «El ISSP es un aguantadero o una caja política (…) es un instituto dedicado a la violación de la independencia de poderes«, señaló, luego de recordar que el propio ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, de quien dependía ese organismo, se consiguió una designación como profesor allí apenas se tomó licencia en el cargo tras el escándalo de los chats donde habla de fallos de su interés con un colaborador del supremo Horacio Rosatti. El otro punto crítico que expuso el letrado y que completó José Manuel Ubeira, es que Capuchetti no investigó hasta ahora la responsabilidad de la policía porteña, también bajo órbita de D’Alessandro, en el ataque a CFK, pese a que tenía desplegados gran cantidad de agentes de la zona de su casa ese día y los previos.  

Razones para recusar

El posible interés de Capuchetti en la causa que le toca investigar sobre el ataque a la vicepresidenta y la falta de imparcialidad dado que «asesora a un órgano político» del gobierno porteño fueron el eje de la exposición de la querella para pedir su apartamiento de la causa. Es la segunda vez que la recusan. La primera, los abogados señalaron un sinfín de irregularidades y demoras en la investigación. Pero el camarista Leopoldo Bruglia rechazó el planteo, que ahora está a estudio de la Cámara de Casación Penal. El mismo juez deberá decidir por el nuevo pedido. Este jueves dirigió la audiencia en la que sólo estuvieron Aldazabal y Ubeira, quienes se quejaron de las «lastimosas páginas» de respuesta a su recusación, en la que no explicó qué tareas cumple en el ISSP, ni la autorización «de superintendencia» para ejercer esa función. Sólo habló de que desempeña «actividades académicas». El propio instituto había emitido un comunicado donde decía que trabaja allí desde 2014 y que se dedica a la docencia. Su última designación, de comienzos de este mes, es como «investigadora senior». Los abogados dijeron que no tiene antecedentes para ese cargo y que el único trabajo que se le atribuye como tal es sobre erradicación de la violencia contra las mujeres. «No lo encontramos en ningún lado», dijeron. 

«La señora jueza no es investigadora, no era docente, tiene un curro en la Ciudad de Buenos Aires que le facilita 75 mil pesos por mes por no hacer nada«, estalló Ubeira en la sala de audiencias. «No importa el monto. Si se lo pagaba el Rotary Club me importa un rábano», agregó. «Pero la jueza recibe un estipendio de un organismo que tiene carácter ejecutivo y debe ser investigado. Y que genera toda la estructura previa que facilitó el atentado», remarcó Ubeira, en relación al operativo de la policía porteña montado en los alrededores de su domicilio en Juncal y Uruguay. También sostuvo que le llamaba la atención que habiendo hecho un trabajo sobre violencia contra las mujeres llevara la causa con parsimonia y omisiones, más aún teniendo en cuenta que hubo un pronunciamiento del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belem do para de la OEA que señaló «repudio y preocupación» por el intento de magnicidio contra CFK. 

El Instituto

Aldazabal explicó que el ISSP es una suerte de academia de policía, para las/los policías de la Ciudad y para los funcionarios que se ocupan de diseñar e implementar las políticas. Pero aclaró que no tiene carácter académico, como una universidad. La policía porteña, de hecho, tiene un instituto universitario específico. Las universidades son autónomas, eligen sus propias autoridades, pero el instituto de seguridad no. A sus miembros y autoridades los elige el ministro de seguridad, en este caso D’Alessandro. Recordó, como habían planteado por escrito, la paradoja de que las autoridades pertenecen al Ministerio Público Fiscal de la ciudad. El director, Gabriel Unrein, es fiscal ante la Cámara del fuero penal contravencional y de faltas; el número dos es el jefe de todos los fiscales; el director académico es Alan Nessi, que tuvo que renunciar a un concurso para fiscal «luego de que lo descubrieron copiándose en un examen». Todo esto, insistió Aldazabal, ilustra la parte de la «violación a la independencia de poderes». «Imagínese si el fiscal ante esta Cámara tuvieran un cargo de director en el Ministerio de Justicia de la Nación», le dijo a Bruglia. 

«D’Alessandro tenía una relación laboral con Capuchetti. Es quien se dedicaba a armar causas y cobrar coimas según los chats», que se deben investigar, señaló Aldazabal y recordó su participación en el viaje a Lago Escondido con jueces, el jefe fiscal, un exespía y un consultor. «El instituto está reservado a la política, de ningún modo a un juez», dijo. «Es realmente grave que Capuchetti trabaje ahí (…) no es una universidad«, agregó. «El propio comunicado del ISSP dice que ella se desempeña en el Observatorio de Políticas de Seguridad de la CABA, que orienta el diseño de políticas públicas y toma de decisiones por parte de las autoridades, proponer normas vinculadas a la seguridad». 

La policía 

La querella recordó que Capuchetti abrió un legajo especial para investigar a las fuerzas de seguridad, pero decidió poner el foco en la custodia de la Policía Federal que cuida a la vicepresidenta. Sin embargo, no profundizó en el papel de la policía porteña, fuerza que está bajo el mando de D’Alessandro, que desplegó decenas de efectivos en los días previos al intento de magnicidio alrededor de la vivienda de CFK. Reprimieron a manifestantes que iban a darle apoyo en los días en que el fiscal Diego Luciani desplegaba su alegato en el juicio de Vialidad (para pedir 12 años de cárcel), sacaron fotos desde los balcones, «no impidieron circular a personas violentas», «dejaban pasar hasta el edificio a personas cuya consigna era matar a la vicepresidenta«. «No les llamó la atención que se vendan copos de azúcar en ese lugar (…) en la causa sobre Revolución Federal surgió que sus miembros tenían buena relación con la Policía de la Ciudad«, repasó Aldazabal. Remarcó que el 27 de agosto, a días del ataque, ya estaba allí Fernando Sabag Montiel, armado, y nadie lo advirtió. Días después intentaría disparar. «Aquí puede haber delitos y omisiones», dijo el abogado. 

Las asesoras de Milman

En otra audiencia, también ante la Cámara Federal, los abogados plantearon que el contenido de los celulares de las secretarias del diputado del PRO Gerardo Milman –señalado por un testigo como quien dijo «cuando la maten voy a estar camino a la costa» — se debe analizar desde al menos un mes antes del ataque. La jueza quería usar solo los mensajes y otros elementos posteriores. Todavía no se analizó nada de los teléfonos. Ya se cumplieron cuatro meses del intento de magnicidio. 

«Donde tocamos a Milman salta pus por todos los costados. La jueza y el señor fiscal (Carlos Rívolo) están todavía muy pendientes de si el testigo que estaba en el bar era veraz o no. Y cuando rascamos la pintura, este Milman hace agua por los cuatro costados. Si ustedes quieren darle algún tipo de contexto a esta investigación, hay que ir a donde la investigación nos lleve, caiga quien caiga«, sostuvo Ubeira. 

/Página12.

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Dólar hoy y dólar blue hoy minuto a minuto: a cuánto opera este martes 26 de noviembre

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Diego Bossio: «La solución no tiene por qué ser arreglar la macro y que la gente se arregle»

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Diego Bossio: «La solución no tiene por qué ser arreglar la macro y que la gente se arregle»

Diego Bossio sostiene que «El Gobierno no busca consensos y prefiere manejarse sin presupuesto». Para él, esta decisión perjudica a las provincias, que enfrentan recortes en obras públicas y transferencias. «Un presupuesto es clave para garantizar previsibilidad en la economía», sostuvo en  Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). 

Diego Bossio es economista y socio fundador de la Consultora Equilibra. Fue director ejecutivo de Anses entre 2009 y 2015, diputado nacional de 2015 a 2019 y jefe de campaña de Juan Schiaretti en su apuesta electoral. 

¿Qué punto de comparación hay entre Racing y Argentina? Ambos pasan del “cielo al infierno”, por decirlo de alguna manera. ¿Podría ser Racing una metáfora de la Argentina?

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

Estoy todavía desbordado de felicidad. Los Argentinos vivimos haciendo causalidades, y con Racing pasa más o menos lo mismo, hay una mística. No sé si hacer una causalidad con la Argentina, de que las cosas que le pasan a Racing le pasan a la Argentina. Lo que sí, somos muy pasionales, y pasamos de las híper crisis a la híper euforia.

¿Qué consecuencias tiene pasar de ser el país más barato en dólares, a ser el más caro del mundo, o al menos de los países en vías de desarrollo?

La apreciación cambiaria es un problema para un país que necesita acumular reservas, exportar, ser competitivo y recibir turistas, etc. Entiendo que hay un sector que crece independientemente del tipo de cambio, por las condiciones naturales. Estoy hablando de Vaca Muerta, el campo, la minería, donde los costos son en dólares y el funcionamiento queda un poco “ajeno” al tipo de cambio, más allá de que impacta.  

Pero todo lo que es nuestro complejo industrial, turístico, la ubicación que tenemos en el mundo; todo lo que tiene que ver con la competencia incluso, va a requerir de un tipo de cambio alto que nos permita acumular reservas, ser más sólidos, cumplir con los compromisos, y después sí quizás transitar un período de tipo de cambio bajo, pero para eso necesitás tener mucha competitividad y productividad, para salir al mundo de manera muy eficiente. Estamos lejos de eso.

Creo que hemos vivido situaciones en las que la Argentina ha tenido apreciación cambiaria, y el entramado productivo ha sufrido. Nosotros creemos que tenemos que transitar de un tipo de cambio alto hacia un tipo de cambio bajo, que no es momento de tener un tipo de cambio alto. 

Cuando un café en Buenos Aires es más caro que un café en Madrid, bueno, acá hay un problema. Si los niveles de productividad de Argentina fueran muy superiores, bueno, bien, pero con los niveles de productividad que tenemos y en un mundo que además se vuelve hostil en términos de comercio, podemos tener problemas para competir, problemas para producir, problemas para generar empleo, problemas para poder, en definitiva, organizarnos como economía y funcionar mejor.

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Problema y síntoma a la vez. ¿Qué significa ese problema? ¿Qué genera o qué puede generar a posteriori?

Básicamente, que no tenés competitividad en las exportaciones y, fundamentalmente, las industriales. Básicamente, que tenés una salida de turismo. El síntoma se va a ver en el turismo en enero, febrero, marzo, en la salida de muchos turistas, donde es más conveniente ir a Brasil que a Mar del Plata, o que los aviones a Miami van repletos. Esos síntomas generan mucha demanda de dólares y todos sabemos que necesitamos dólares no solo para sostener la inflación, sino para el funcionamiento de nuestra economía.

Vamos a suponer que gracias a Vaca Muerta, a la minería, al cobre, al litio, a la electromovilidad, a las energías renovables, al viento que también nos regaló la naturaleza, nosotros podamos tener la suficiente cantidad de exportaciones como para financiar todo eso sin que haya falta de equilibrio en nuestro sistema comercial. ¿Qué significa para el país? Porque eso puede significar que, desde el punto de vista macroeconómico, tengamos una economía ordenada, pero el 60% de la población viva en situación de pobreza. La famosa “enfermedad holandesa” que enseñan en economía. ¿No?

Sí, exacto, la enfermedad sobre oferta de dólares, porque tenés algún sector muy productivo. ¿Pero cuándo van a estar los dólares de Vaca Muerta definitivamente para generar una enfermedad holandesa?

La tendencia es clara: se revirtió un déficit comercial muy grande, todavía no se llegó al 2006, que había un superávit muy grande, pero hay una tendencia, sobre todo en petróleo. En gas cuesta más, porque hay que vender los contratos, hay que tener contratos a largo plazo, etc. De hecho, había un boom de plantas de licuefacción, y hasta ahora hay una sola, la principal empresa privada de la Argentina. La empresa estatal argentina o privada-estatal, todavía no ha configurado el tema de la planta de licuefacción, pero en petróleo hay potencialidad. En minería, claramente uno ve potencialidad, como vos decís, los vientos, el sol, el agro tiene una capacidad muy grande, pero me parece que una cosa es el corto plazo y otra cosa es el mediano plazo. 

Los huesos de esa economía pueden generar exceso de dólares, y ese exceso de dólares puede generar de alguna manera una apreciación cambiaria, pero en la medida en que no se realicen ese tipo de exportaciones, que llevan tiempo, que tienen que madurar, que hay que vender los contratos, que hay que exportar, que hay que hacer los gasoductos, que hay que hacer las plantas de licuefacción, hay un problema de timing

Luis Caputo
«Caputo es alguien que maneja el tema de la deuda con mucha habilidad.»

Segundo punto, esta economía de sectores primarizados y con un tipo de cambio apreciado que deja la industria de lado, es una economía que te achica, que no está pensada para los millones de argentinos que siempre aspiramos a ser clase media. Es una economía muy dicotómica, en donde los pobres son cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos, de concentración. Y me parece que esa es una gran disputa hoy, que se manifiesta en ciertas cuestiones: la educación pública, la atención de la salud, los servicios públicos, el acceso a la vivienda. Son cuestiones que formaban parte del ADN de la Argentina y que hoy están corridas de lado. El Gobierno dice “no importa, ordenemos la macro, y después que la gente se ordene, que se arregle”, y no es así. 

El proyecto del oficialismo para eliminar las PASO genera tensiones con el PRO | Perfil

Advierto que es importante tener una economía de mercado, pero no una sociedad de mercado. No una sociedad en donde, evidentemente, se excluya una parte importante de la sociedad.

En los 90, cuando había este tipo de circunstancias, la gente agarraba el diario, agarraba los clasificados, iba y entregaba el currículum en algún lugar. Hoy ha habido cambios , entonces no vemos desempleo, lo que vemos es precariedad laboral. Se multiplican otro tipo de trabajos: cuentapropistas, informales, actividades que tienen que ver con las aplicaciones, Uber, Rappi. Ha cambiado la forma de producir, pero en definitiva estamos hablando de lo mismo: una Argentina muy deteriorada.

Alejandro Gomel: El gobierno está haciendo político y negociando con el tema presupuesto. Más allá de estas típicas negociaciones de la política, ¿le conviene al oficialismo no tener presupuesto para el año que viene y poder manejar de manera discrecional los fondos?

Hace 20 años atrás no tenías presupuesto y se derrumbaban los mercados. Hoy pareciera que no fuera así esa causalidad, pareciera que el Gobierno y los mercados están en la misma sintonía. El Gobierno gasta lo que le entra, genera superávit, y que haya o no haya presupuesto, por lo menos a priori, al mercado no le parece de interés ni le afecta en términos de precios.

Quiero relativizar un elemento. Los precios de los bonos argentinos todavía están muy fuera de línea de América Latina. Excepto Ecuador y Bolivia, el resto de los países tienen un riesgo país muy bajo. Argentina está muy fuera de línea. Pero, más allá de relativizar esto, creo como vos decís que el Gobierno se siente cómodo sin presupuesto, y creo sube al ring de la negociación diciendo: «Si no tengo presupuesto, no me importa, aceptá esto o nada, no estoy dispuesto a hacer cambios». Y juega muy fuerte en ese sentido.

Tiene la carta de poder prorrogarlo, que se lo habilita la ley de administración financiera, tiene la carta de poder gastar a discreción. No entra en una negociación que naturalmente le implica erogar más gastos o generar alguna situación de resolver temas de las provincias. Ahora bien, la prudencia fiscal y la responsabilidad fiscal de Argentina depende de una sola persona, y evidentemente no tiene el consenso ni las necesidades propias de otros niveles de gobierno, como las provincias u otros actores importantes en el presupuesto.

Si el Gobierno quisiera tener presupuesto, primero hubiese ido el ministro de Economía a defenderlo, que es lo que hacía habitualmente. Yo fui presidente de la comisión de presupuesto durante 4 años y venía siempre el 15 de septiembre el ministro de Economía, por lo general venían otros funcionarios también y cerraba el ministro de economía. Pedía el presupuesto, habilitaba una mesa de negociación. Había un proceso por el cual se armaba un dictamen, se modificaban distintos artículos y, naturalmente, eso generaba el consenso necesario para que haya presupuesto en la Argentina.

Evidentemente, no está los planes de gobierno, y sí está en los planes del gobierno casi someter diciendo: «Mirá, yo no necesito presupuesto. Lo querés, tomalo. Si no, nada». Y en política eso es complicado.

Elizabeth Peger: Los gobernadores se quejan pero se ven bastante tibios. La reunión del otro día que mantuvieron ahí en el CFI pasó sin pena ni gloria. No hay como una decisión de los gobernadores de pararse firme a negociar cuestiones relevantes que advierten, y lo vemos todos, cada uno en su distrito, por los recortes que ha aplicado el Estado nacional. No se ve una decisión de los gobernadores de enfrentar en serio al gobierno nacional o tratar de resolver estas cuestiones…

Creo que la realidad de cada provincia debe ser muy distinta, y me da la sensación de que, por un lado está la convicción; por otro, la necesidad de gestión; y por otro, la realidad política. Llamativamente, después de una crisis muy fuerte y profunda, excepto minería y energía, o en el agro, que hubo una buena cosecha con respecto al 2023, la crisis es muy profunda, la actividad ha caído muy fuerte, cayó el salario real y, sin embargo, lo llamativo es que los niveles de popularidad del gobierno siguen siendo altos. 

Esa correlación, esa causalidad entre crisis económica e imagen del gobierno, evidentemente está mostrando otro tipo de comportamiento por parte de la sociedad. Entonces, por un lado, los gobernadores deben mirar con un ojo la sociología de cada una de las provincias, los apoyos a Milei, las necesidades y la solución puntual de algunos temas. Por otro lado, me parece que no hay ocasión de grupo como para decir: «Bueno, vayamos todos, tengamos una postura y no nos movemos de esta postura». Y por otro lado me da la sensación de que el Gobierno juega muy fuerte. O sea, no le interesa tener presupuesto, porque si le interesara tener presupuesto, se sube al ring de otra manera. Él dice: «No tengo presupuesto, no importa». Lo dijo ayer el jefe de Gabinete, lo dice el Presidente de la nación. Entonces, contra la intransigencia es muy difícil pelear. Y esa intransigencia hoy está avalada por una parte importante de la sociedad.

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Yo creo que los gobernadores están defendiendo sus recursos provinciales y están defendiendo una paz propia del funcionamiento de las provincias. Del otro lado te señalan: «son degenerados fiscales». “No, mirá, yo quiero terminar las obras, quiero cubrir los equilibrios fiscales, quiero pagar en tiempo y forma”. Entonces, frente a esa descalificación, es muy complejo subirse a un ring cuando vos querés, en definitiva, dialogar, o lo que querés es poder, frente a la sociedad, encontrar una solución para que haya un presupuesto, que es saludable para la Argentina, porque le da previsibilidad, etc. 

Veremos qué pasa en estas últimas horas. A mí me parece poco viable, si no es en extraordinarias y si no es en un proceso formal, que la Argentina encamine un presupuesto. Porque hay que llamar a comisión, hay que entablar un orden de negociación, hay que cumplir con la lógica del reglamento de la cámara de diputados y la cámara de senadores, y la vocación ahí tiene que ser del Gobierno.

Así que veremos. Los gobernadores evidentemente han sido uno de los grandes perdedores. Parte del ajuste lo explica el recorte en las transferencias a las provincias. Naturalmente, los jubilados y, naturalmente, la obra pública, a pesar de que el presupuesto que presenta muestra una expansión, lo estrictamente cierto es que será un tercio de hace dos años atrás. Y, bueno, la Argentina necesita mantenimiento de rutas, necesita mantenimiento de puertos, mantenimiento del sistema ferroviario. La verdad que es un tema que hay que mirar con lupa porque el deterioro continúa. Yo puedo entender que en los cinco o seis primeros meses digas: «Bueno, paremos hasta que nos ordenemos», pero la Argentina necesita un funcionamiento de la infraestructura mínimo para poder funcionar.

Claudio Mardones: Bueno, ni rutas, ni mantenimiento, ni PASO, tampoco. Porque parece que las negociaciones no están caídas, tampoco que no existan posibilidades de que convoquen a sesiones extraordinarias. El tema es que, ahí en ese temario, podría estar el presupuesto si es que hay algún acercamiento en las próximas horas, pero el otro costado de la ecuación es el futuro de las PASO. Ya hemos podido confirmar que, primero, el Gobierno ya presentó los dos proyectos para eliminar las PASO y modificar la ley de partidos políticos, pero eliminarlas y utilizar ese fondo como parte de la negociación con los gobernadores. ¿Cuál es su opinión respecto a esa negociación planteada así? Porque, además, los gobernadores están hablando de todo menos de las PASO. Nadie sale a defender las PASO. ¿Qué crees que va a pasar en el marco de esta negociación?

Yo divido la negociación en dos. Una cosa es el presupuesto, que hace a un plan de gobierno, a previsibilidad, y hace a que haya orden en las cuentas públicas, y que efectivamente ese orden sea institucional. Eso es hablar de las cosas muy concretas del día a día y que, evidentemente, le hacen bien a la salud macro y micro de la Argentina. Independientemente de si uno está de acuerdo o no con los postulados, pero es bueno tener un presupuesto en la nación. Veremos cómo el Gobierno lleva adelante esa negociación.

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Hay un tema no menor, que vos mencionabas, que es la ley de administración financiera, que es una excepción al Congreso de la nación para el tratamiento de la deuda. Recordemos que de ministro de economía tenemos a Caputo, que es alguien que maneja el tema de la deuda con mucha habilidad. El Congreso le delega, bajo la ley de administración financiera, las facultades para reorganizar, reestructurar o hacer administración de pasivos al Ejecutivo. Pero yo pondría especial atención a un tema que no es de menor envergadura, que es una facultad del Congreso delegada al Ejecutivo, y cuál es el rango y los grados de libertad que tiene el Poder Ejecutivo para poder avanzar en ese sentido.

El tema de las PASO tiene que ver más con la política, con el año que viene, con lo electoral. Evidentemente, por un lado está la faceta de los gastos, que es una faceta que me parece que la gente hoy está con una vocación de ser austeros y demás, y por otro, la vida institucional de los partidos, que está muy deteriorada, no en todos los ámbitos. 

En nuestro ámbito, el peronismo, el pamperonismo, las expresiones que no estamos en el peronismo, pero que nos formamos ahí, y ni hablar el radicalismo y el Pro. Yo creo que es una solución que tienen que encontrar ahora, porque evidentemente el año que viene es un año electoral. No creo que sea moneda de cambio por el presupuesto. Las provincias no quieren… muchas han salido de las PASO porque ordenan la política de otra manera. Me consta en La Pampa, me consta en Córdoba y demás. Con lo cual, las PASO muchas veces entorpecen los procesos electorales. Y, por otro lado, que haya vida partidaria activa y elecciones es bueno.

La Cámara Federal sobre Seguridad Social de la ciudad acaba de reconocer en un fallo la inconstitucionalidad de la forma de actualización de la previsión social de Alberto Fernández. Más allá de esa en particular, podría ser la inconstitucionalidad de todas las otras posteriores, ¿no? Y vos, que sos un experto en ese tema, ¿nos podrías dar una síntesis de esto que ocurrió?.

Mirá, no leí el fallo, pero la historia es simple: en la medida en que el Poder Ejecutivo no actualice de forma sistemática las jubilaciones, la Justicia levanta la mano y dice: «Che, vos tenés que actualizarlas». 

Nosotros habíamos hecho una ley que, al principio, fue muy criticada y que, durante 15 años, hasta el 2016 2017, no tuvo grandes inconvenientes en la justicia. No tuvimos ningún inconveniente, funcionó, y no solo funcionó, sino que, además, la sociedad la tomó como propia. Y a partir de ahí hubo toda una serie de manoseos, siempre tendiendo a reducir  el gasto fiscal, y siempre la variable de ajuste fueron los jubilados, que evidentemente termina en este zafarrancho. 

Yo fui muy claro y contundente: si algo funciona, no solo desde lo institucional, sino porque la sociedad lo adopta como tal, yo soy de la idea de preservarlo hasta que estén maduras otras ideas.

Bueno, las idas y venidas terminan en estas cuestiones que terminan perjudicando a los jubilados, que son siempre variable de ajuste. Con lo cual, a mí no me llama la atención que la Cámara dicte inconstitucional una fórmula que fue en detrimento de los jubilados, y puede pasar nuevamente porque, bueno, la Justicia siempre ha tenido una conducta en ese sentido.

FM

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Javier Milei atomiza a las ligas de gobernadores para negociar mano a mano el proyecto

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Javier Milei atomiza a las ligas de gobernadores para negociar mano a mano el proyecto

Las negociaciones por el Presupuesto 2025 entre la Casa Rosada y los gobernadores entraron en una nebulosa. Con el reloj corriendo, el oficialismo desestima los reclamos de las provincias y evita convocar a los mandatarios, que presionan para ser recibidos junto a los jefes de los bloques aliados, como el PRO, Encuentro Federal y la UCR. Sin acuerdo hasta el momento, en el oficialismo repiten su mantra de cabecera: «El déficit cero no se negocia».

Tras una semana de alta tensión, que reavivó fantasmas del pasado, la pulseada quedó freezada ante la intransigencia de La Libertad Avanza (LLA). En los últimos días, la posibilidad de que Javier Milei prorrogue el Presupuesto vigente -que es el del 2023- cobró fuerza. Así las cosas, los jefes provinciales juegan sus últimas fichas antes de resignarse a empoderar al Presidente a asignar fondos de manera discrecional.

Negociaciones bilaterales por el Presupuesto 2025

Entre los gobernadores dialoguistas, el bloque no es monolítico. Algunos líderes de distritos más pequeños, sin gran poder de fuego frente a Nación, temen que ese escenario ocurra y que sus pares de grandes provincias terminen negociando por su cuenta. «Que cierren la suya y listo», tradujeron al criollo desde una gobernación.

No es una advertencia al aire. Ante la falta de una convocatoria oficial, existe la chance concreta de que las conversaciones se desarrollen de manera bilateral. «Algunos van a preferir sentarse y negociar partidas individualmente, más en un año electoral», reflexionó una voz con injerencia en el diálogo. Y agregó: «Los gobernadores entienden que hay que tener equilibrio fiscal, pero los reclamos por las deudas van a seguir estando».

En el Gobierno interpretan que ese juego permitiría apuntalar el proyecto mano a mano, atomizar y quitarles volumen a los gobernadores y, además, dejar afuera a los mandatarios intransigentes, como el peronista Axel Kicillof.

«Es más barato y no favorece a la provincia de Buenos Aires», graficaron desde territorio amarillo. Dentro del campamento libertario admiten que no tienen problemas en mover partidas de un frente a otro, pero sí en engrosar los números. «Muchos de nosotros tenemos equilibrio fiscal en nuestras provincias, ya hicimos los deberes. La pelota la tiene Nación», responden del otro lado.

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Los diez gobernadores de Juntos por el Cambio en la previa del Pacto de Mayo.

Por estas horas, el oficialismo atraviesa uno de sus mejores momentos. Envalentonado por números positivos en la macroeconomía, el Presidente no da el brazo a torcer ante la insistencia de provincias y legisladores. Poco importan, de momento, las escasas bancas con las que LLA cuenta en el Congreso. La tensión permanente con sus contendientes es una de las marcas de la administración que comanda Milei.

Concretamente, gobernadores dialoguistas como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) realizaban gestiones para reunirse esta semana en Casa Rosada junto a los jefes de bloque de la UCR, Rodrigo de Loredo; Encuentro Federal, Miguel Pichetto; y del PRO, Cristian Ritondo, para acercar posiciones. Como es habitual, sus interlocutores serían el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su segundo, Lisandro Catalán. Sin embargo, la cumbre fue freezada desde Balcarce 50.

El Presupuesto no es un tema más para ninguna de las partes. Las provincias lo necesitan para diagramar sus propias hojas de ruta, mientras que la Argentina debe enviar señales de seguridad a los mercados y al FMI. Como es habitual, buena parte del arco político desea acompañar el proyecto de Milei, pero reclama un gesto que destrabe cuestiones puntuales. «Es mejor una ley mala a que no haya ley», confió días atrás una diputada a Ámbito.

Los reclamos de los gobernadores

Obra pública, cajas previsionales, mayor volumen de Coparticipación Federal, distribución equitativa de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y deudas del Consenso Fiscal 2017 son algunos de los ítems que agitan los mandatarios. En otros reclamos, como la disolución del Fondo Nacional de Incentivo Docente y del Fondo Compensador del Interior, los distritos parecen haberse resignado.

En concreto, Milei profundiza un proceso que comenzó tiempo atrás y que sostiene de manera exitosa: la separación de las ligas de gobernadores. Lo hizo tanto con las alianzas partidarias como con las regionales. Por ejemplo, semanas atrás, recibió por separado a los caciques de la UCR y del PRO y aliados, alejándolos del extinto abroquelamiento de Juntos por el Cambio (JxC).

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Javier Milei, junto a gobernadores provincialistas y peronistas díscolos en la Quinta de Olivos.

Javier Milei, junto a gobernadores provincialistas y peronistas díscolos en la Quinta de Olivos.

Presidencia

También logró alejar a provincialistas como Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro) de Unión por la Patria (UP), fuerza de la que fueron aliados hasta el año pasado. Lo propio hizo con los peronistas Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), cultores de una posición autónoma con la Casa Rosada.

Además, el movimiento apunta a aislar a los opositores más duros: Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur), Ricardo Quintela (La Rioja), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Buenos Aires (Axel Kicillof).

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