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Opinión

La violencia política en la Argentina del siglo XX: El radicalismo entre el heroísmo y la vergüenza.

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Por Aldo Duzdevich

La presente forma parte de una serie de notas sobre la violencia política en la Argentina, en las que intento un análisis del contexto, la oportunidad, los costos, y los limites de la violencia política.

Cuando hablamos de violencia política en Argentina, la experiencia mas cercana, los años 70 nos remiten  a hablar del peronismo. El golpe de 1955. La siguiente etapa de la resistencia popular. El nacimiento de los grupos guerrilleros, a partir del 1966. En el 73-76 la suma de guerrilla y Triple A y finalmente el proceso militar.

Pero, haciendo este recorrido histórico del siglo XX que inicié la nota anterior hablando de la Revolución del Parque,  uno se encuentra primero, con un relato poco difundido:  la gesta revolucionaria  del radicalismo en su lucha  por el sufragio universal. Y luego, como si alguien quisiera reafirmar la idea que la historia nunca es lineal, sino que esta plagada de tropiezos y contradicciones;  se nos presentan tres grandes hechos de represión estatal,  que solo serán superados por el terrorismo de estado impuesto a partir de 1976.

Hace pocos días en un programa de TV Pepe Mujica decía: “Muchos se equivocan al pensar que la historia transcurre en blanco y negro. La realidad dice que la historia transcurre en una infinita gama de grises”. Comparto ese pensamiento e intento reflejarlo en lo que escribo. Soy un convencido que la lógica binaria aplicada a la historia y la política ademas de poco inteligente paraliza e impide avanzar hacia objetivos superiores. Blanco o negro, buenos o malos, son simplificaciones validas en las películas de cowboys o cuentos infantiles; pero no para entender la complejidad de los procesos politico-sociales.

Por eso revisar la historia sirve, para ampliar nuestro conocimiento y comprensión,y nos permite discernir el presente con una mirada de mayor amplitud. Confieso que mi intención, es generar mas preguntas que respuestas; porque entiendo que dudar es el ejercicio mas sano de la inteligencia humana.

La violencia revolucionaria del radicalismo

En mi nota anterior hablé de la Revolución del Parque de 1890, realizada por la Union Cívica, que tres años después se dividirá para dar nacimiento a la Union Cívica Radical . Su primer líder fue Leandro N Alem, quien luego de su suicidio en 1896, será reemplazado por su sobrino Don Hipólito Yrigoyen.

Eran las épocas del “voto cantado”. Se votaba a viva voz y obviamente la policía y los matones al servicio de los caudillos conservadores controlaban que nadie les vote en contra. El dirigente  radical santafesino Marcial Candioti había expuesto: “Vamos a ir a los comicios con el arma de la ley; pero si se nos cohíbe, si se pretende cortarnos el paso con amenazas o robarnos con fraude el triunfo, iremos también, pero con la constitución en la mano y el revólver en el cinto”

Tres levantamientos armados derrotados lideró el radicalismo 1890, 1893 y 1905 reclamando el voto secreto, hasta lograr en 1912 la Ley 8.871 (Sáenz Peña) de voto masculino, universal, secreto y obligatorio. Una de las razones por la cual el voto fue solo masculino, fue que el único registro o padrón de la época era el de varones, usado para reclutarlos en el servicio militar obligatorio.

 Luego del golpe contra Yrigoyen en 1930, las minorías conservadoras retomarán las practicas del “fraude patriótico” , y grupos radicales en la Mesopotamia volverán a tomar las armas en 1931, 32 y 33.

Como sostiene en sus últimos trabajos Hilda Sabato, los actores que por esos años apelaban a la vía armada “entendían que en algunas circunstancias recurrir a la violencia no estaba reñido con la civilidad sino todo lo contrario […] La figura del ciudadano en armas y de la representación de la revolución como derecho y deber del pueblo frente a la opresión constituían elementos centrales de un imaginario político liberal-republicano de gran arraigo”

Al radicalismo y sus líderes Leandro N. Alem y Don Hipólito Yrigoyen le debemos el haber parido con su sangre nuestra incipiente democracia en 1916, primer gobierno surgido de elecciones libres.

El primer gobierno popular de Yrigoyen

Yrigoyen fue un férreo defensor de la linea nacional anti-imperialista. Fundó YPF para desprenderse de las del petroleras norteamericanas. Protegió la industria nacional. Estableció rigurosos controles a los ferrocarriles en manos de los británicos. Reglamentó el trabajo en obrajes y yerbatales. Creo las primeras cajas de jubilación para obreros y empleados de servicios públicos.  Jerarquizó a las organizaciones sindicales, y le dio voz para solucionar reclamos obreros. De 1916-1930 la economía creció a un ritmo del 8,1% anual . En materia educativa creó 3164 escuelas primarias; impuso el guardapolvo blanco; introdujo el bachillerato nocturno; redujo el analfabetismo del 20 al 4%; y acompañó e impulsó la Reforma Universitaria de 1918.

La UCR no controlaba el Senado, ni las gobernaciones de provincias . Su gobierno, estuvo condicionado por  un Congreso con mayoría conservadora, que impidió sus iniciativas mas revolucionarias como la creación del Banco Central estatal, paso previo a nacionalizar el comercio exterior manejado por las exportadoras de cereales. Tampoco pudo avanzar con la nacionalización del subsuelo y  una reforma agraria. Sin embargo realizó un gobierno que hoy podemos llamar progresista, nacionalista y popular.

Yrigoyen soportó la oposición por derecha de la entente conservadora-oligarquica que volverá al poder con el golpe de Uriburu en en 1930;  y por izquierda del partido socialista y del anarquismo que vivían la euforia de la revolución rusa de 1917.

Sin embargo, no podemos desconocer ni obviar que,  durante el gobierno de Yrigoyen, se produjeron  tres de las peores represiones a obreros, que registra nuestra historia. La “Semana Trágica”, la  “Represión en la Patagonia” y la “Forestal”.

Semana trágica

El conflicto comenzó en diciembre de 1918, con una huelga por mejoras laborales en la Casa Vasena -empresa metalúrgica de capitales nacionales y extranjeros- . En su inicio el gobierno intentó mediar, pero se encontró con la negativa de la patronal a aceptar los reclamos obreros y con el rechazo del sindicato a cualquier tipo de mediación, dada su adscripción a la FORA anarquista.

La violencia se desatará  -el 7 de enero de 1919-  con la represión, por parte de la policía  y los rompe-huelgas,  de un mitín de obreros,  que  provocó cinco muertos y decenas de heridos.

El enorme cortejo que acompaño el entierro de las víctimas fue durante reprimido y a partir de allí, la situación derivó en caos. El General Luis Dellepiane tomó el control de la ciudad y desató una feroz represión que duro varios días y dejó un saldo de 700 muertos 4000 heridos y miles de detenidos en todo el país.  El grupo para-policial la Liga Patriótica Argentina persiguió y asesinó a dirigentes obreros y anarquistas. Incluso su violencia se extendió al barrio judío de Once ejecutando  el único “pogrom” (matanza de judíos) realizado en continente americano.

Finalmente el sindicato metalúrgico logró que los empresarios, presionados por el gobierno, concedieran las reivindicaciones propuestas en su pliego; no obstante, la historia culmina con el cierre definitivo de los talleres Vasena hacia 1926.

La Patagonia Trágica

En 1920, en las estancias en las patagonicas -en su mayoría inglesas- los peones, trabajaban en turnos de 15 horas, arriando majadas con 18º bajo cero, por salarios insignificantes, y dormían apiñados en diminutas barracas. La Sociedad Obrera de Rio Gallegos y la Federación Obrera (FORA), de tendencia anarquista, impulsaron una intensa campaña de sindicalización de peones.

Se reclamaba un sueldo mínimo de 100 pesos, comida en buen estado, dignas condiciones de higiene, velas para alumbrar en la noche y que las instrucciones de los botiquines sanitarios estuvieran en español en lugar de inglés. 

Enterado de la crisis,  el presidente Hipólito Yrigoyen, envió a Santa Cruz en enero de 1921, a tropas del ejército al mando del teniente coronel Héctor Benigno Varela, con la orden de normalizar la situación. Inicialmente se impuso la vía del diálogo y, con la mediación del gobernador Izza, se llegó a un acuerdo por el cual los terratenientes se comprometían a cumplir con las exigencias de los peones. Varela y sus hombres volvieron a Buenos Aires, pero el quebrantamiento del convenio meses más tarde por parte de los hacendados hizo que el conflicto estallara con mayor virulencia. Se decretó paro general y se ocuparon haciendas. La organización obrera se fortaleció y se proveyó de armas para la autodefensa. Los principales líderes del movimiento libertario eran el español Antonio Soto y el entrerriano José Font, conocido como “Facón Grande”.

A fines de 1921 Varela regreso a Santa Cruz al mando de dos regimientos de caballería. Varela exigió a los huelguistas que volvieran a sus actividades, en el plazo de un día, y dictó una resolución en donde decía que cualquier obrero armado sería fusilado sin más tratamiento. Tras la negativa respuesta de los trabajadores, cerca de mil quinientos  de obreros fueron fusilados. Uno de los sitios donde  fueron ejecutados cientos de peones, fue  la Estancia La Anita, de propiedad de la familia Braun-Menéndez (dueños de La Anónima) cerca de lo que hoy es El Calafate.

La Forestal

 La Forestal era una empresa inglesa establecida desde 1914 en el norte santafecino para explotar el tanino. En materia laboral la empresa eludía todo tipo de reglamentación, entregando como pago vales intercambiables en sus propios almacenes. A fines de 1919 estallaron huelgas dirigidas por el Sindicato de obreros del Tanino. La empresa luego de varias dilaciones dispuso cierre escalonado de fábricas y obrajes dejando alrededor de 7000 trabajadores desocupados. Un importante número de obreros  junto a sus familias se replegaron hacia la espesura del monte, permaneciendo allí por más de tres meses, resistiendo  el asedio de la “Gendarmeria Volante”. El resultado fue entre 500 y 600 obreros asesinados.

Si con los ojos del presente juzgamos el gobierno de Don Hipolito Yrigoyen, por un lado podemos afirmar que se trató de un gobierno defensor del interés nacional, con sensibilidad popular que llevo adelante importantes avances en lo económico y lo social. Pero, si lo juzgamos desde nuestra experiencia y visión actual de los derechos humanos, no nos equivocamos al decir que la sumatoria de estas tres masacres (casi tres mil muertos), solo han sido superadas por el terrorismo de estado impuesto por la dictadura de 1976. Como expuse al inicio, la historia no es blanco o negro, sino una infinita gama de grises. Y tampoco pretendo tener una respuesta para todo. Es bueno, interrogarse y dejar finales abiertos.

Voy a terminar con dos anécdotas que tienen el mismo hilo conductor en dos épocas diferentes.

La dignidad de las prostitutas.

Según cuenta Osvaldo Bayer, en la comisaría de San Julián, el 17 de febrero de 1922 estuvieron detenidas allí Consuelo García, Ángela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache y Maud Foster. Fueron popularmente conocidas como “Las Pupilas de la Catalana” . Cuatro jóvenes prostitutas que  se negaron acostarse con los soldados del Ejército Argentino, responsables de la masacre de 1500 peones rurales huelguistas. Fueron detenidas como castigo por la osadía de decirles en la cara a los soldados “con asesinos no nos acostamos”. Un gesto de dignidad ante tanta masacre.

Esto lo cuenta Nestor Verdinelli, jefe militar de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) en Taco Ralo, cuando caen presos en septiembre de 1968, y los trasladan a una comisaría en el gran Buenos Aires. Relata Verdinelli: “En un momento los milicos amenazan darnos una paliza “que recordaríamos si salíamos con vida”. Esto pasa una noche que justo habían hecho una redada de prostitutas. Serian como 20 o 30 prostitutas en la celda grande, que comenzaron a armar barullo cuando los canas se dirigían a nuestra celda. Gritos, amenazas de encender colchones, esas cosas…..terminó en negociación: las prostitutas aceptaban tener sexo a cambio de que no nos peguen. Los canas aceptaron y nos dejaron tranquilos. Desde entonces, tengo el máximo respeto por las prostitutas y me ofende cuando alguien usa la palabra como ofensa. Porque poca gente tiene la dignidad que esas mujeres demostraron  esa noche.”


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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