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Lenny Kravitz y la celebración de un hedonista

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Lenny Kravitz y la celebración de un hedonista

En su cuarta llegada a la Argentina, el músico repasó sus hits y mostró su reciente álbum Blue Electric Light.

“Les presento a mi familia”, dijo Lenny Kravitz casi al final de su segundo show en el Movistar Arena. No se refería a su hija Zoë sino a los músicos de su banda. Después de introducirlos, haciendo énfasis en la baterista Cindy Blackman Santana y el violero Craig Ross, su mano derecha desde el inicio de su carrera, el público coreó el nombre del rockero estadounidense. Si bien no lo necesitaba, alguien debía hacerlo, como para no romper con el ademán en ese pasaje recitalero. Sin embargo, el artista, en lo que parecía un gesto de humildad, mostró la palma de su mano para detener a la muchedumbre, lo que reforzó moviendo esa cabeza minada de rastas en señal de negativa. Y es que era el momento protagónico de los suyos. Pero, tras el silencio, se presentó a sí mismo, arengando a continuación la ovación con ambas manos.

Mientras colegas suyos como Jon Bon Jovi (otrora heavy salvaje), Anthony Kiedis o Keith Richards (prometió que iba a dejar de beber… menos vino y cerveza) practican en esta época el estoicismo, Kravitz aún cultiva el hedonismo. Y no le es que le gusta: ¡le fascina! A tal punto que puede parecer divertido o redundante. Dos décadas más tarde de su debut local, antes de encarar esta gira que lo trajo de regreso, se lo pudo ver en Instagram ejercitando en el gimnasio con botas vaqueras, jean y el torso desnudo.

Lenny Kravitz @irishsuarez-16

En tiempos de deconstrucción, este Adonis afro sigue consumando los hábitos de la performance del rock. Se restriega el pie del micrófono en la entrepierna sin pudor, quiebra las caderas en señal de provocación mientras baila, amaga con sacarse los anteojos de sol (la marca Ray Ban lanzó un modelo inspirado en él), poniendo atención en alguien en particular del público, y sexualiza a su guitarra. También ubica al bajo en lugares estratégicos para tocar unas pocas notas. En la conclusión del show, como parte del espectáculo, el nativo de Manhattan bajó al campo del predio para subirse en esa línea que dividió al sector popular del vip sólo para levantar su puño. No era una “pomeleada”, ni nada por el estilo: él es uno de los últimos bastiones del rock tal como se lo conocía. Y al público eso aún le encanta, aunque Kravitz exagere un poquito.

De todas formas, desde que se dio a conocer a fines de los años ’80, el multiinstrumentista, cantante, compositor y productor siempre vivió en esa constante recreación del pasado. Esto se magnificó en 1991 tras la salida del disco consagratorio Mama Said, símbolo de esa avanzada de artistas que hicieron de lo retro setentoso una estética e incluso una forma de vida. Hasta que en algún momento esa situación se estacionó y Kravitz consiguió concebir arte a partir de la atemporalidad, algo que una vez más quedó patente en esta cuarta visita a Buenos Aires (la anterior había sido en 2019, como parte de Lollapalooza Argentina), en la que el frontman y sus músicos rindieron tributo a la era de los afros, a los pata de elefantes, y a una manera de comprender el rock y el groove.

Por eso lo que sucedió tanto en la noche del jueves como el día anterior, en esos Movistar Arena celebrativos y lujuriosos, fue un manifiesto a la terquedad. O más bien a la vigencia. A sus 60 años, el artista norteamericano, amén de continuar arando en su vanidad y en el glam, dejó en evidencia su estatura musical. Y en esta instancia del partido ya tiene el tamaño de la del Coloso de Rodas. Kravitz no sólo es un musicazo sino que no dejó que su voz se empañara. Además, pese a que podría dedicarse a nada más que recrear sus hits, todavía es capaz de producir música nueva, lo que no es poca cosa. En mayo pasado, a seis años de su anterior disco de estudio, Raise Vibration, apareció su más reciente álbum, Blue Electric Light, en el que exploró el amor propio y su crecimiento personal.

Quizá por eso en esta ocasión “Believe” se la dedicó a Dios. Sin embargo, antes de que se manifestara el segmento místico, el repertorio despegó como debía suceder: rockeándola, de la mano del clásico “Are You Gonna Go My Way?”, en un inicio literalmente explosivo. Y es que tras el yeite introductorio, brotó la pirotecnia en el escenario, lo que endemonió aún más a ese estadio colmado. A continuación, le inyectaron cadencia a la psicodelia en “Minister of Rock ‘n Roll”, y se mantuvieron un cambio abajo con “Bring It On”. Le secundó el novel funk (libidinoso) “TK421”, en el que invitó a “ser libres” esa noche. Se volcó al pop en “I’m a Believer”, desenfundó el R&B obsceno “I Belong to You” y arremetió con otra nueva: “Paralyzed”, rock de matices árabes.

Luego de apelar por los funk “Low” y “The Chamber”, volvieron a rockearla sabroso en “Always on the Run”. Y siguieron con una más del disco Mama Said: la preciosa “It Ain’t Over ‘Til It’s Over”. Ahí ya estaban en escena los dos coristas, la terna de caños, tecladista y el bajista “The Wolf”: asiático que conoce los misterios del groove. Llegó el hit “Again”, y Kravitz peló la viola Gibson Flying V para su revisión minimalista de “American Woman”, original de The Guess Who. Invocaron de vuelta al funk con la hitera “Fly Away”, y se despidieron con una del álbum Blue Electric Light: la discotequera “Human”. Al regresar al tablado, Lenny eligió como único bis el R&B “Let Love Rule”, incluido en su disco debut, para cerrar el círculo de su perorata inicial, en la que había idcho: “Es una bendición: hoy es otro día de vida, otro día para amar”. 

/P12

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La feroz crítica de Edith Hermida contra la nueva edición de Gran Hermano

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La feroz crítica de Edith Hermida contra la nueva edición de Gran Hermano

La nueva edición de Gran Hermano fue muy comentada, pero sobre todo recibió muchas críticas. Aunque el rating cada vez estaba más lejos de la temporada de Marcos Ginocchio y Julieta Poggio, los participantes fueron el centro de las críticas por sus actitudes. Las quejas sobre ellos no dejaron de llegar.

En el programa BenditaEdith Hermida no se guardó nada y dijo: “¡No saben jugar y están todo el tiempo quejándose de todo!”. Hermida fue muy dura con los jugadores, dejando en claro que no le gustaba cómo se comportaban. Su crítica apuntó a la falta de ganas y compromiso de los participantes.

Agustín Guardis (Frodo) también opinó sobre el tema y no tuvo pelos en la lengua. “Lo lamento por del Moro si tienen bajo rating y metieron tres ‘Gran Hermano’ juntos y la gente ya está podrida de ver siempre lo mismo. No se les cae una idea, viven interviniendo la casa y no dejan que los chicos, adentro, jueguen en serio”, comentó.

Frodo fue directo al criticar la falta de ideas frescas y la intervención constante en la casa. Delfina Gerez Bosco también dio su opinión y dijo: “A mí también me parece que los que entran ahora se piensan que se las saben todas, entonces empiezan ‘uh no, hagamos esto o lo otro’”.

LAS CRÍTICAS CONTRA SANTIAGO DEL MORO

Según ella, los nuevos participantes no entendían cómo funcionaba el juego y trataban de cambiar todo sin pensar en la dinámica del programa. Horacio Pagani también opinó sobre el tema y dijo: “Ese no es un programa para Santiago del Moro, y lo dije siempre, es un tipo serio, tranquilo y está metido en ese carnaval y no es para él”.

Pagani consideró que del Moro no encajaba en el estilo del programa, y que su forma de ser no era la adecuada para ese tipo de show. En resumen, la nueva edición de Gran Hermano no logró enganchar a la gente como se esperaba. Las críticas hacia los participantes y la producción fueron muy duras.

/RP

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Metieron la pata o fue a propósito? La foto de las hijas de Wanda que demostraría que pasaron la tarde con la China Suárez

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Metieron la pata o fue a propósito? La foto de las hijas de Wanda que demostraría que pasaron la tarde con la China Suárez

Un detalle puntual en una de las historias de la mediática sembró dudas sobre el vínculo que las nenas tienen con la actriz que hoy por hoy, es relacionada con Icardi.

La novela de Mauro Icardi y Wanda Nara parece no tener fin. Cuando pasan unos días sin novedades aparentes y todos creen que llegó la calma, algo surge que hecha por tierra toda chance de paz.

Este domingo por ejemplo, Wanda subió una captura de una videollamada que hizo con sus hijas Isabella y Francesca, pues ambas se quedarán en casa de su papá hasta el 25 de diciembre. Y aunque para el ojo común no hubo nada llamativo en esa imagen, Juariu llegó más afilada que nunca para desentrañar la verdad.

«¿Las rejas no son acaso las mismas de la casa de la China?», se preguntó la infliencer que inmediatamente sentenció: «¿Mauro llevó a las hijas a la casa de la China Suárez y las nenas hicieron video llamada con Wanda desde la casa de la mismísima China?»

Estas imágenes serían entonces la prueba más clara de que algo hay entre Mauro Icardi y la China Suárez. Wanda ya le había dicho a Susana Giménez que él solía hacer videos desde la casa de la actriz con sus hijas, por lo que esta teoría de Juariu tiene aún más asidero. Los más inocentes podrían hablar de amistad, otros de romance pero lo cierto es que se frecuentan.

/Pronto

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Eduardo Feinmann se despidió de LN+ con unas palabras muy emotivas: «Mi mejor Martín Fierro son ustedes»

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Eduardo Feinmann se despidió de LN+ con unas palabras muy emotivas: «Mi mejor Martín Fierro son ustedes»


Eduardo Feinmann le puso fin a su conducción en El Noticiero de LN+ este viernes 20 de diciembre, y se despidió del canal con unas palabras emotivas por todo su recorrido. El periodista desembarcará al Grupo América con la incorporación de Juan Cruz Ávila como director general.

¿Cómo fue la despedida de Eduardo Feimann en LN+?

«Qué fuerte es haber escuchado a un asistente en el piso decir 10 segundos. Tres, dos, uno… aire. Es mi último programa aquí en esta pantalla de La Nación +. Un canal que me ha dado cuatro años de felicidad absoluta», comenzó diciendo.

«Yo le quiero agradecer especialmente a Esteban Talpone (gerente de noticias) que ha confiado en mí periodísticamente. A Juan Cruz Ávila, obviamente. El gran armador de este canal. A los hermanos Saguier, a Fernán y Luis, que confiaron en mí ciegamente en el primer momento que los conocí», continuó.

«A José del Río, el secretario general de redacción del grupo La Nación. A todos mis compañeros que me acompañaron aquí en la mesa y seguramente me van a seguir acompañando en otra pantalla», agregó.

En sus palabras, también agradeció a su productor periodístico, a los camarógrafos, los sonidistas y todo el staff técnico de los Estudios La Corte.

«Ser líder en un segmento horario de 18 a 20 no es por mí. Yo pongo la cara, puedo ser el 10 del equipo, pero hay todo un equipo. Como  un equipo de fútbol, son 11 en la cancha. No soy yo solo. Yo por ahí llevo la cinta de capitán de este horario, nada más», reflexionó el conductor. «A Pablo Pettiti que fue mi productor periodístico y seguramente vamos a seguir trabajando mucho con él», aseguró.

«Compartimos muchos momentos lindos, agradables, que me han demostrado el cariño, la generosidad. Para mí personalmente y profesionalmente fue impactante pertenecer a el Grupo La Nación. Es el segundo grupo periodístico más importante de este país. Tiene 152 años creo,  y confiaron en mí cuatro años», enfatizó.

«Un medio que fue fundado ni más ni menos que por Bartolomé Mitre, el primer presidente constitucional que consolidó el Estado moderno, aquí en la  República Argentina, y que hizo grandes transformaciones. Haber pertenecido al diario que él creo, para mí fue un honor monumental», siguió.

Por otro lado, el conductor le dedicó unas palabras a los televidentes que siempre apoyaron su programa con un alto rating y cerró: «Por último, gracias a ustedes que están del otro lado, por la confianza. Gracias por habernos convertido… mi mejor Martin Fierro son ustedes todos los días. Yo con este programa gané dos Martín Fierro por labor periodística, pero el mejor Martín Fierro yo lo tengo todos los días con ustedes por la confianza que me dan entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche».

«Que me hayan permitido ser líder absoluto cuatro años, se los debo a ustedes que están del otro lado. Espero que nos encontremos en algún otro lugar. Gracias por todo», concluyó Eduardo Feinmann con mucha emoción.




Exitoina

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