Sociedad Relatos de Vida
Lo simple y cotidiano de misionar: más allá de la religión.
La fe llega a las personas de distinto modo. Algunos bajo las circunstancias de un hecho que marca la vida de las personas, otros simplemente lo viven desde su nacimiento, como una actividad familiar innata. Misionar es «llegar con la palabra y trabajar ayudando al prójimo. Escuchar», expresa Yanet Soledad Quezada, misionera, a Ahora San Juan.
Yanet empezó a misionar cuando era una adolescente, impulsada por la religión que siempre estuvo presente en su familia y el llamado a «hacer algo más». Se unió al grupo de la Parroquia San Francisco, que esta dirigido por Oscar Ceballos a fines de los 80′. Oscar vino desde Buenos Aires misionando y quizo quedarse en San Juan para siempre.
«Lo más cerca a la parroquia por el 87′ era un grupo de familias que vivía cerca de la bodega Pringles, un asentamiento de unas 15 familias. Así empezamos a trabajar», asegura Oscar, que acompaña a Yanet por petición de la misma.
La mujer de 51 años se nota algo tímida, pero con un gran corazón, de esos que pueden ver más allá de lo visible. Quizás sus circunstancias de vida la dotaron de esa cualidad. Hoy se encarga de su madre, que está con internación domiciliaria y de su hija de 14 años.
Si bien la actividad netamente misionera para Yanet hoy está en pausa, «tengo que cuidar a mi mami», asegura, la honestidad y humildad con que abre las puertas de su casa son casi una tarea de misión al corazón.
Para llegar a la casa de Yanet preguntamos en un almacén de la esquina si conocían a «Yanet, la misionera», el almacenero se le iluminó la cara y dijo «sí, acá en la esquina». Al entrar a su casa, las sonrisas y saludos hacen creer que uno es amigo de toda la vida.
Iniciar la tarea, entrar al hogar de un lugar que tiene necesidades, muchas veces sociales, económicas y espirituales no es sencillo. «En el 87 fuimos al patio de una vecina con el Padre Paco Pérez, nos juntamos a rezar y así conocimos a Yanet. Fue muy fácil desde el principio, nos hicimos amigos de todos», recuerda Oscar con mucha capacidad de orador.
«Cuando ingresamos al asentamiento ya había unos chicos de la Iglesia Metodista y empezamos a trabajar juntos. Ellos desde la Iglesia Metodista y nosotros desde la Iglesia Católica, con el tiempo quedamos nosotros», dijo textualmente Oscar mientras Yanet lo observa. Esa frase marca que la fe va más allá de las instituciones, señala el verdadero fin del misionero, eso que quizás quien lo ve de afuera no logra comprender, es aunar fuerzas para el bien del otro «difundir la palabra», aseguran que Oscar y Yanet, desde Ahora San Juan interpretamos que es llevar calma en momentos de caos y por eso las instituciones dejan de importar y la ayuda, en este caso de Dios, viene a poner en valor a la humanidad.
«Nos reuníamos los días sábado, hacíamos el encuentro de la palabra. Nos ayudaba a la comunidad con cosas que nos hacía falta. Consiguieron un señor que entregaba la leche, un señor que donaba alimentos de panadería, ropa, también en ayudar a arreglar la vivienda», relata Yanet como aquello que la conquistó para unirse al grupo de misioneros de la Parroquia San Francisco.
Yanet se encarga de dar catequesis, esa es su principal tarea dentro del grupo. «Donde yo vivía quería que los chicos conocieron la palabra de Jesus, es lo que llevó a que me interese unirme». En aquel momento la coordinadora del grupo era Ana María, quien era la esposa de Oscar y falleció hace un tiempo.
«Ana María era y es un ejemplo a seguir», dice entre sollozos Yanet al revivir aquellos momentos con la mujer que llegó a la villa y le mostró un camino distinto. «Me emociono mucho porque es recordar los 34 años de cosas vividas con ella».
Oscar, cuenta cómo se conocieron con Ana María, cómo la fe unió a esas dos almas que tuvieron 10 hijos y marcaron a miles de personas, como a Yanet, desde Buenos Aires a San Juan. «Vayan y difundan la palabra», asegura que era el objetivo que motivaba a la pareja.
«La misión no termina nunca, hasta que Dios nos llame», asegura Oscar. La fe hace que los dolores se sientan pero puedan sobrellevarse mejor, explican los dos misioneros. El fallecimiento de un ser querido, enfermedad, situaciones de la vida.
Una de las experiencias que le deja el misionar a Yanet son los recuerdos de los viacrucis. «Hacíamos un viacrucis con la gente de la villa, en el barro, pero no importaba porque nos sentíamos acompañados, más allá de las circunstancias».
«Una vecina de la villa adoptó un niño sordo mudo y un día él quería hacer la comunión con sus amigos de la Villa. Ana María me incentivó a animarme a darle la catequésis al pequeño, me animé y la palabra llegó a Jorge-nombre del niño- como por obra divina. Es una experiencia que me encantó porque la fe llegó a Jorge a pesar de las condiciones, no por mí, sino por Jesús», narra Yanet.
Ahora San Juan preguntó a Yanet «¿qué busca la comunidad en el misionero?», no dudo en responder «contención». «Jesús no viene a imponer una doctrina sino a entender al humano que necesiten que lo ayuden», agrega Oscar.
En conjunto con el grupo de misioneros Construyendo Caminos, se da apoyo escolar en la zona donde vive Yanet. En los alrededores hay un asentamiento muy precario. «Vienen y ayudan a los chicos. En época de pandemia imprimían las guías, las descargaban porque muchos no tenían ni un celular donde les llegara el material ni los recursos para llegar hasta sus escuelas para retirarlo de ahí».
Llegar a sobrellevar las necesidades de la comunidad, no hacer la vista al costado. «Siempre tratamos de estar», aseguran. En este caso desde la fe, pero como el relato construido entre Yanet y Oscar ambos aseguran que el «único fin de la iglesia es la misión, ayudar al otro, salir».
«Nosotros encontramos la felicidad en misionar, en difundir y por eso invitamos a los demás. Queremos contagiar esta felicidad», concluyen Oscar y Yanet.
Sociedad Relatos de Vida
Festejaron cumpleaños en la Residencia de Adultos Eva Perón.
El pasado viernes 19 de julio, fue un día que quedpo en la memoria de las personas mayores que residen en el Residencia del Adulto Mayor. Es que en esa jornada se hizo un festejo de cumpleaños para 10 ancianos que nacieron en los meses de junio y julio. “Desde esta nueva gestión se realizarán los festejos cada fin de mes”, señaló la directora de la Residencia, Fernanda Vives.
En total fueron 5 hombres y 5 mujeres los agasajados con mucho cariño de parte de sus compañeros y del personal de la Residencia. El festejo se llevó a cabo durante la mañana. Los agasajados disfrutaron con música, el infaltable canto de “Feliz cumpleaños”, soplaron las velas y desayunaron en el comedor central donde se comparten las comidas a diario.
No faltó una torta de gran tamaño que todos compartieron. Durante el festejo, varias personas mayores se emocionaron por los momentos que estaban viviendo y que atesorarán entre sus recuerdos. Según agregó Vives, todos los fines de mes continuarán los festejos para los cumpleañeros.
Los cumpleañeros en esta oportunidad fueron: Caputo Cesar (5 de junio), Mirta Penz (8 de junio), Videla Guillermo (25 de junio), Lucía Nuñez (1 de julio), Fany Andino (8 de julio), Hilda Cortinez (12 de julio), Aguirre Faustino (18 de julio), José Quiroga (20 de julio), Noema Figueroa (22 de julio) y Miguel Ochova (27 de julio).
@SiSanJuan
/Fuente de imagen: SiSanJuan
Sociedad Relatos de Vida
Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.
Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.
El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.
Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.
Sociedad Relatos de Vida
“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.
Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.
Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.
En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.
Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.
‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.
‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.
Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.
Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro», expresó la profe.
‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.
Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.
Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.
Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.
En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su «1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena», y Romina no dudó en presentarse.
El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).
Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.
Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. » Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente», nos comentó.
Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como «una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos«.
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