Política & Economía Latinoamérica
Los padres y su visión acerca de las modalidades escolares. Argentina – Brasil.
¿Qué piensan algunas familias tanto de Argentina como de Brasil, sobre la presencialidad y la virtualidad?
Las horas que dedican a tareas educativas, sus experiencias con los cambios, las rutinas que
implementaron durante la pandemia y su visión acerca del aislamiento con sus consecuencias en los
niños.
* Débora Lorenzo. desde Florianópolis, Brasil.
En continuidad a lo que se viene hablando sobre los nuevos mecanismos implementados en las
instituciones educativas de cada lugar (presencial, híbrido o remoto), entrevisté a algunos padres de
Argentina y de Brasil para saber su opinión al respecto. Y sobre cómo ven que el Estado resuelve las
necesidades escolares que son un derecho para sus hijos, más allá de que en cada caso sea diferente
debido a la situación con el COVID 19 que no es igual en todas partes.
En Argentina: Luciana, Magalí, Eliana, Giselle y Leonardo de Córdoba; envían a sus hijos a colegios
privados entre 3 y 4 horas de manera presencial, semana de por medio. Viviana comentó que su hija va
a una escuela estatal y optó por la opción virtual ya que se trata de una alumna con cormobilidades y la
situación actual de pandemia la pondría en riesgo. Mariana que antes llevó a sus hijos a un colegio
privado, ahora cambió por una escuela pública y mencionó que hace 4 horas los días presenciales.
Noelia de San Luis advirtió que sus hijas asistieron la primer semana de marzo y que actualmente están
haciendo actividades virtuales. «Tienen casi 5 horas de clases por la compu», manifestó.
En el caso de Brasil: Ana y Juliana no enviaron a sus hijos a la escuela desde que empezó la pandemia. Lorena dijo que si bien no han asistido de manera presencial, han llevado a cabo todo desde casa. Y Camila reveló que envía a su hijo a un jardín privado, ya que lo necesita debido a su trabajo y
no tener con quién dejarlo. En un comienzo por 4 horas y ahora varía entre jornadas de 6 y 8 horas.
Experiencias personales con los cambios: Entre las cosas que dejó el COVID, están las
modificaciones en el ámbito educacional. En este sentido, para muchos padres no resulta fácil acatar las nuevas restricciones y mecanismos que intentan suplir en cada caso las necesidades de aprendizaje.
Quienes tuvieron la opción de la presencialidad expresaron: «Notamos que hay menos cantidad de
niños, se sientan banco de por medio, con las ventanas abiertas. Las actividades son menos lúdicas y
menos prácticas desde que comenzó la pandemia. En cuanto a la asistencia, no creo que sea la
principal fuente de contagio», relató Leonardo. Por su parte, Eliana dijo que su experiencia fue favorable:
«Nuestra hija se adaptó bien, necesitaba relacionarse con otros niños. Pensamos que le ayudó en su
maduración, sociabilización y crecimiento».
Algunas cosas captaron su atención, en este sentido Magalí advirtió: «Hay que adaptarse a nuevos protocolos como no llevar nada de casa, las meriendas por ejemplo». Por otro lado, advirtió: «Hasta hace poco pensaba que lo mejor era la escuela presencial, pero estos últimos días hubo varios casos de contacto estrecho. Prefiero que en invierno sea todo virtual, ya que estamos exponiendo a los niños y a sus familias». Finalmente Luciana reveló: «Lo duro es que no pueden disfrutar de los recreos y sus compañeros. Aunque pienso que no es correcto ya que todavía no todos estamos vacunados. Y mientras ésto continúe así, seguirán los contagios».
Giselle agregó como punto positivo: «Concurrir a la escuela lo ayudó en su desenvolvimiento personal y
hacia los demás, aunque él es desinhibido. Lo importante es no perder años de escolaridad, que los
niños aprendan a compartir, a relacionarse e interactuar entre chicos de su misma edad. Que no se
destruya la mejor etapa que es la niñez».
Quienes sólo tienen la opción de virtualidad: «Más que todo son los niños de la edad primaria los que
están perdiendo conocimientos que no volverán a recuperar», remarcó Noelia.
Los que escogieron el modo remoto: «Hoy Argentina cursa su segunda ola y por eso considero que la
virtualidad es lo mejor», informó Viviana.
Y los papás que aún no tienen claras las nuevas condiciones: «Son confusas las modalidades
impuestas, las plataformas, horarios y demás», reflexionó Mariana.
En Brasil:
Quienes optaron por la presencialidad: Camila manifestó que debido a su trabajo no tuvo más opción, y
aunque tiene miedo, está segura de que es bueno para su hijo tener contacto con otros niños. Con una
visión más amplia resaltó: «La escuela presencial es fundamental para toda la sociedad, ya que muchos dependen de ella para comer. Y salva tantas vidas como una vacuna. Lo que se le quita a un niño, nunca será devuelto. Espero que el gobierno brasilero, en este sentido, no destruya nuestras vidas».
Los que están en modo remoto: Juliana expresó: «No me parece adecuado que los shoppings estén
abiertos y muchas escuelas no. O que sólo sea todo virtual mientras hay lugares en los que se aglomera
la gente». Lorena se mostró conforme con este mecanismo: «Prefiero esperar a que todo mejore».
Y los que no escolarizaron directamente: «Yo trabajo así que mi hijo se queda con su padre, y hacen las
actividades que pueden», comentó Ana.
Con diversas miradas sobre el tema, pero todos preocupados de igual forma por el bienestar de sus
hijos; vale rescatar que éstas son las diferentes posturas y experiencias frente a un mismo tema
principal: cómo cumplir con los deberes educativos, recreativos y de desarrollo de los niños.
Independientemente del contexto, es necesario tener las herramientas necesarias para ello. Y tanto en
un país como en el otro, el Estado cumple un rol fundamental.
Rutinas en pandemia: Es difícil mantener entretenidos a los más pequeños durante el aislamiento. Sin
embargo, resultó un desafío positivo el hecho de descubrir diversas actividades para realizar en familia,
como así también aprovechar para obtener conocimientos en diferentes áreas. Así es el caso de
Mariana que añadió que su hija comenzó un curso de inglés y clases de tela.
La tecnología tomó las riendas: «En casa aumentaron las horas de internet, tratamos de hacer
actividades deportivas pero nos resultan inconstantes por el contexto «, describió Leonardo. Al parecer,
permitirles ver el celular o la computadora se sumó a los quehaceres del día a día: «Además de las
tareas del jardín, jugamos juntos y vemos videos infantiles«, contó Viviana.
Organizarse se tornó más complejo: «Al estar más tiempo en casa, nos costó levantarnos y acostarnos
temprano», Mencionó Eliana.
Arte y manualidades, las estrellas del momento: «Pintamos con témpera, coloreamos, y salimos al patio
a jugar cuando el día está lindo», dijo Magalí. Eliana agregó: «Implementamos juegos con plastilina y
acuarelas».
Las caminatas son una buena alternativa: «Por la mañana tiene clases virtuales y por las tarde salimos
juntos a caminar», advirtió Luciana.
Y un popurrí, nunca viene mal: «Las actividades van desde juguetes , tareas manuales como cortar ,
pegar, dibujar; o rayar pisos y paredes (aún sin mi consentimiento sonrió). Hasta ver programas
infantiles, de aprendizaje o arte. O cocinar juntos, aprovechando para divertirnos», describió Giselle.
Las rutinas más escogidas por los brasileros para realizar con sus hijos son: Juegos con agua,
pileta, fútbol y deportes en general, pintar, bailar, karaoke. Y actividades sensoriales y educativas para
los más pequeños. Pero también se disfruta de una caminata o una película: «Nos gusta salir a dar un
paseo, contarnos historias», manifestó Camila. «Con mi hija jugamos a las muñecas, vemos televisión o
el celular«, acotó Juliana.
Aislamiento perjudicial o benefactorio: Si bien es necesario en cuanto a la salud acatar las nuevas
medidas de distanciamiento , hay ciertos factores que resultan difícil afrontar frente a la falta de
sociabilización y recreación.
Los que piensan que el encierro afecta de manera directa: «A nuestra hija le costó mucho la
sociabilización. Hace natación y eso ayudó bastante para su integración en el jardín», reveló Eliana. A lo que se acopló Noelia: «Necesitan el contacto con sus pares y espacios de divertimentos. Es una locura que las clases sean virtuales y que el fútbol por ejemplo sea escencial. Tendrían que habilitar estos lugares por lo menos con un respectivo control sanitario. En cuanto a la educación creo que debería ser lo último que se cierre y lo primero que se abra». Por último Giselle agregó: «No considero sano que permanezcan aislados, prohibidos de jugar y relacionarse con otros».
El aire libre es el escenario más buscado: «El aislamiento afectó más que nada a los niños. Pero en el
hogar se busca suplir esta falencia con actividades en el patio, o lugares abiertos», describió Viviana. En cuanto a este tema, Magalí dijo afligida: «Es difícil porque ya ni a la plaza pueden ir. No tienen lugar para descargar su energía». Giselle, más alarmada por el exceso del uso de la tecnología exclamó:
«Necesitan distracción al aire libre, sin tanta tecnología e internet».
Los que presentan una mirada más amplia: «Los niños se acostumbran más rápido que los adultos. En
cuanto al sistema educativo debería mutar a un sistema híbrido dónde la tecnología y la presencialidad puedan fusionarse. Desde luego que en un país donde las necesidades más básicas aún no están
cubiertas, los obstáculos son mayores», reflexionó Leonardo.
La posición de los brasileros:
Los que esperan a que todos estén vacunados: «Lo mejor es hacer actividades en la casa, ya sea
artísticas, educativas o recreativas y no exponer nuestros hijos», explicó Lorena sobre el aislamiento.
Las consecuencias del encierro: «Nuestra hija engordó más de 6 kilos en la pandemia debido a la
ansiedad de estar todo el día en casa. Y los programas de televisión no ayudan, debería haber más que
sean educativos», destacó Juliana.
Y quienes lo encuentran completamente perjudicial: «Es terríble para todas las edades, pero en el caso
de los niños es peor. Ellos necesitan socializar, precisan ser chicos. Salir, respirar, correr», concluyó
Camila.
En conclusión, en cuanto al ámbito escolar, todas las modalidades conviven en simultáneo dependiendo
del lugar y cada padre tiene su visión y experiencia con ellas. Lo que se puede percibir es que sea
remota o híbrida, es importante que las actividades se cumplan de la mejor manera posible teniendo en
cuenta el contexto de pandemia en que vivimos.
Según los testimonios obtenidos, son diversas las tareas que pueden realizarse en casa y en familia como entretenimiento. Y todos en sus hogares también pueden descubrir otras, para afianzar el desarrollo de los chicos y hacer más ameno lo que dure el aislamiento.
Latinoamérica
México: 10 años sin respuestas desde la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
Hasta ahora, solo se han identificado los restos de tres jóvenes a partir del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), mientras la lucha de los familiares por la verdad y la justicia sigue firme.
A pocos días de cumplirse diez años desde la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el caso sigue siendo una herida abierta en México. A pesar de las promesas de justicia y las múltiples investigaciones, las familias de los jóvenes siguen exigiendo respuestas mientras los hechos no terminan de esclarecerse. Si bien el 26 de septiembre es la fecha oficial de la desaparición, las movilizaciones y actividades conmemorativas comenzaron en los últimos días.
La previa al aniversario
El viernes, los familiares de los estudiantes desaparecidos y alumnos actuales realizaron un acto frente a un cuartel del Ejército mexicano en Guerrero, en el que denunciaron el rol de las Fuerzas Armadas en el caso. Más tarde, un grupo de manifestantes encapuchados lanzó petardos y provocó incendios en los alrededores del lugar.
El jueves, madres de las víctimas participaron en una misa en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que celebró el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio. De acuerdo a la revista mexicana Proceso, en la homilía las madres hicieron un llamado: “A las personas que se llevaron a nuestros hijos, que operaron esa noche del 26 de septiembre de 2014, que se les ablande el corazón y que hablen y que nos digan a donde están nuestros hijos”.
En diálogo con Página/12, el sacerdote y director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello, una de las varias organizaciones que apoyan a los padres en su lucha, indicó que al cumplirse 10 años desde la desaparición de los jóvenes, el sentimiento predominante es la impotencia, aunque destacó: «Al final, lo que sigue motivando a los padres es el amor que tienen por sus hijos, y también creo que el compromiso que adquirieron al hacer pública su exigencia. Es el compromiso de toda una nación. Esto dañó y afectó a un país como México, porque demuestra el grado de impunidad, de violencia, de colusión de las autoridades con el crimen organizado, y el nivel de descomposición social que existe». Y agregó: «Resolver este caso no es solo conocer la verdad y encontrar a sus hijos, sino también sanar una herida que en México hemos tenido abierta por muchos, muchos años».
El miércoles miles de personas salieron a las calles de la ciudad de Chilpancingo, en Guerrero, para exigir respuestas sobre los 43 estudiantes. «Decir que han pasado 10 años es fácil, pero caminar, luchar y exigir no lo ha sido. Nos ha costado mucho trabajo, pero aquí estamos, impulsados por el amor que le tenemos a cada uno de nuestros hijos», expresó Cristina Bautista, madre de uno de los desaparecidos, a la agencia de noticias AFP.
Melitón Ortega, otro de los padres, añadió: «Esperamos que la nueva presidenta pueda retomar el caso Ayotzinapa de manera integral, abarcando las líneas de investigación, las extradiciones, nuevas carpetas, detenciones, entre otras cosas», refiriéndose a Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia el próximo 1 de octubre.
La caída de la «verdad histórica»
Los estudiantes desaparecieron entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014, cuando se dirigían al municipio de Iguala para tomar un colectivo hacia Ciudad de México y participar en la manifestación anual en conmemoración de la masacre de estudiantes en la Plaza de Tlatelolco, cometida por militares el 2 de octubre de 1968.
Durante la presidencia de Enrique Peña Nieto (2012-2018), se negó cualquier participación de militares en los hechos y se defendió la denominada «verdad histórica», que sostiene que los jóvenes fueron detenidos por policías locales de Iguala, en complicidad con criminales, y entregados al cártel Guerreros Unidos. Según esa versión, los estudiantes habrían sido asesinados y sus cuerpos incinerados en un basural en Cocula.
Mientras tanto, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), cuya participación fue clave para el avance de la investigación, comenzó a trabajar como perito independiente a pedido de los familiares de los desaparecidos. Este equipo, al igual que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para investigar el caso, no coincidió con la «verdad histórica» debido a inconsistencias en la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) y la falta de evidencias que respaldaran esta versión. En 2016, los investigadores de EAAF indicaron que era imposible que un fuego pudiera incinerar completamente a los estudiantes como se afirmaba.
La versión de la PGR se derrumbó definitivamente durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, con la identificación de los restos no calcinados de dos víctimas: Christian Alfonso Rodríguez en 2020 y Jhosivani Guerrero de la Cruz en 2021, ambos encontrados en la barranca de la Carnicería, a 800 metros del basural de Cocula. Estas identificaciones se sumaron a la de Alexander Mora Venancio, cuyos restos fueron hallados en el río San Juan en 2014. Hasta ahora, son los únicos tres identificados entre los 43 desaparecidos.
La salida del GIEI
López Obrador creó por decreto una «Comisión para el Acceso a la Verdad», reconoció la responsabilidad de los militares, autorizó la apertura de archivos que revelan su participación en el caso e incluso se llevaron a cabo algunas detenciones. Sin embargo, el GIEI se retiró hace un año del caso Ayotzinapa, tras ocho años de investigación, denunciando obstrucciones significativas en su acceso a información crucial, especialmente la relacionada con el Ejército. En su último informe, manifestaron que hubo un ocultamiento sistemático que ha dificultado el esclarecimiento del paradero de los 43 estudiantes.
Miembros del grupo de expertos, como Carlos Beristáin y Ángela Buitrago, señalaron que la falta de cooperación por parte de las autoridades y el Ejército fue un obstáculo constante. Aunque se lograron algunos avances, como la detención de militares involucrados, insistieron en que no se entregó toda la documentación necesaria para avanzar en la investigación, y que aún queda mucho por hacer para llegar a la verdad sobre las desapariciones.
El presidente saliente defendió el trabajo del gobierno y las Fuerzas Armadas, asegurando que se realizaron esfuerzos significativos para esclarecer el caso. «No hay impunidad y se está actuando. Respeto su punto de vista (del GIEI) pero no lo comparto, porque si se ha avanzado es precisamente por la colaboración de la Marina y Defensa», sostuvo en una de sus ruedas de prensa diaria, tras conocerse el informe.
Próximo gobierno
La próxima presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se reunió en julio por primera vez con las familias de los 43 estudiantes, ocasión en la que la se comprometió a dar seguimiento en la búsqueda de la verdad y la justicia del caso.
Vidulfo Rosales, abogado de las familias de los 43 estudiantes, informó tras el encuentro en el Museo de la Ciudad de México que los padres pidieron a la próxima mandataria que el caso Ayotzinapa ocupe un lugar central en su Gobierno. Ante la prensa, Sheinbaum reafirmó su compromiso, asegurando: «Vamos a seguir trabajando con ellos, vamos a encontrar un método de trabajo que nos permita cumplir con lo que están pidiendo: verdad, justicia y saber dónde están los jóvenes».
Aunque han pasado casi diez años, la determinación de los padres no ha disminuido. Su lucha se mantiene firme, impulsada por la esperanza de que algún día conocerán el destino de sus hijos. A pesar del tiempo y los obstáculos, siguen alzando la voz, recordando al país que la justicia aún está pendiente.
@Página12 // Informe: Axel Schwarzfeld
InternacionalPolítica & Economía Latinoamérica
Los presidentes de Bolivia y Brasil asistirán a la cumbre de los BRICS en octubre en Kazán (Rusia)
El dirigente boliviano, Luis Arce, así como su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, tomarán parte en la XIV Cumbre de los BRICS que se celebrará en octubre en la ciudad rusa de Kazán, informaron a Sputnik los embajadores de los países latinoamericanos en Rusia.
«El presidente de Bolivia fue invitado a la cumbre de los BRICS en Kazán y aceptó con placer esta invitación del presidente [ruso, Vladímir] Putin», aseguró.
Al mismo tiempo, el embajador de Brasil en Rusia, Rodrigo Baena Soares, confirmó la participación de Luiz Inacio Lula da Silva en la cumbre.
«Ahora lo estamos organizando incluso con otros mandatarios que vendrán aquí [a Kazán]. Por supuesto, prepararemos una reunión con el presidente Putin», agregó.
Ambos presidentes planean reunirse con su homólogo ruso, Vladímir Putin, al margen de ese evento, agregaron los representantes de los países.
Rusia asumió el 1 de enero pasado la presidencia rotatoria del grupo BRICS para 2024, año que empezó con la admisión de nuevos miembros. Además de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, a los que el grupo debe sus siglas, ahora lo integran también Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Rusia organiza más de 250 eventos en 11 regiones en el marco de su presidencia, incluida la XIV Cumbre de los BRICS que tendrá lugar en la ciudad de Kazán del 22 al 24 de octubre.
Sputnik/
Política & Economía Latinoamérica
A 51 años del golpe de Estado en Chile
El golpe militar Chile que marcó un antes y un después en la política latinoamericana
Un día como hoy, el 11 de septiembre de 1973, Chile sufrió un golpe de Estado liderado por el general Augusto Pinochet, el cual puso fin al Gobierno socialista de Salvador Allende y marcó el inicio de 17 años de dictadura.
Tres años antes del fin de su mandato constitucional, el gobierno de Salvador Allende terminó abruptamente el 11 de septiembre de 1973 debido al golpe de Estado del que participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas y el cuerpo de Carabineros.
Ese mismo día, después de que el Palacio de La Moneda fuese bombardeado por aviones y tanques, Salvador Allende se suicidó. Tras el fin de su gobierno, el general Augusto Pinochet encabezó una dictadura militar que se extendió por casi 17 años.
Cuando el Palacio de La Moneda estaba rodeada por los militares, a las 10:15, a través de Radio Magallanes —la única favorable al gobierno que aún no era silenciada— Allende emitió su último mensaje a la Nación. “Colocado en el tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo, y les digo que tengan la certeza de que la semilla que entregamos a la conciencia de miles de chilenos, no podrá ser cegada definitivamente… Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas, por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor. ¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!”, dijo Allende.
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