El papa emérito Benedicto XVI, el alemán Joseph Ratzinger, falleció este 31 de diciembre, a la edad de 95 años, tras reportarse un agravamiento de su estado de salud, informó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
«Con dolor les comunico que el papa emérito Benedicto XVI falleció hoy a las 9.34 horas en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano», declaró Bruni.
El fallecimiento ocurre después de que el propio papa Francisco, sucesor de Ratzinger, pidiera a sus feligreses elevar una oración para el exsumo pontífice tras reportarse un agravamiento del estado de su salud.
Desde hace al menos un año, distintos periodistas que han logrado entrevistar a Ratzinger afirman que el exlíder de la Iglesia católica tenía varias complicaciones físicas que le impedían hablar fuerte y claro.
En una entrevista para el diario italiano Corriere della Sera, Benedicto XVI habló de su renuncia en 2013, motivada, de acuerdo con el sumo pontífice, precisamente al deterioro de su salud, aunque muchos lo adjudicaron a los escándalos que enfrentó durante su papado.
«Pienso en las teorías de conspiración que siguieron [a la renuncia]: algunos dijeron que fue culpa del escándalo de Vatileaks, algunos de una conspiración del lobby gay, algunos del caso del teólogo conservador lefebvriano Richard Williamson. No quieren creer que fue una elección consciente. Pero mi consciencia está bien», declaró en 2021 el papa emérito.
Un papa alemán
Joseph Ratzinger nació en Marktl am Inn, diócesis de Passau, en Alemania, el 16 de abril de 1927. Vivió su adolescencia en Traunstein, cerca de la frontera con Austria, en un ambiente muy religioso.
Durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, fue enlistado en los servicios auxiliares antiaéreos del Ejército alemán. Al terminar la guerra, en 1946, iniciaría sus estudios de filosofía y teología en la Escuela Superior de Filosofía y Teología de Freising y en la Universidad de Múnich.
Al concluir sus estudios, en 1951, recibió la orden sacerdotal y un año después inició su carrera como profesor también en la Escuela Superior de Freising. Desde entonces, y hasta 1977, ejerció como profesor en distintas instituciones de Bonn, Münster, Tubinga, y en la Universidad de Ratisbona, donde, además de catedrático, fungió como vicepresidente.
El 25 de marzo de 1977, el papa Pablo VI lo nombró arzobispo de Múnich y Freising. El 28 de mayo recibió la consagración episcopal y se volvió el primer sacerdote diocesano, después de 80 años, en asumir el gobierno pastoral de la arquidiócesis bávara.
También en 1977, el 27 de junio, el papa Pablo VI lo volvió cardenal del título presbiteral de Santa María de la Consolación en Tiburtino, con lo cual pudo participar en el cónclave de 1978 en el que se eligió a Juan Pablo I, y, posteriormente, en octubre del mismo año, en el cónclave donde se eligió Karol Wojtila como el papa Juan Pablo II.
Durante el pontificado de Juan Pablo II ocupó el cargo de prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe y presidente de la Pontificia Comisión bíblica y de la Comisión Tecnológica Internacional de noviembre de 1981. Un año después, renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Múnich y Freising y fue elevado a la orden de los obispos, a cargo de la sede suburbicaria de Velletri Segni.
Entre 1986 y 1992, presidió la comisión para la preparación del catecismo de la Iglesia católica, lo que derivó en la presentación del nuevo catecismo. Para finales de la década de los 90, Ratzinger fue elegido como vicedecano del Colegio Cardenalicio y, en 2002, consiguió ser designado como decano.
Dentro de la curia romana ocupó varios cargos: miembro del Consejo de la Secretaría de Estado para las Relaciones con los Estados; de las Congregaciones para las Iglesias orientales, para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para los obispos, para la evangelización de los pueblos, para la educación católica, para el clero y para las causas de los santos; de los Consejos pontificios para la promoción de la unidad de los cristianos y para la cultura; del Tribunal supremo de la Signatura apostólica, y de las Comisiones pontificias para América Latina, Ecclesia Dei, para la interpretación auténtica del Código de derecho canónico y para la revisión del Código de derecho canónico oriental.
Además de ser autor de diferentes títulos de teología, entre los que destaca La sal de la tierra y En la escuela de la verdad, también recibió varios doctorados honoris causa como el que le otorgó el College of St. Thomas in St. Paul; la Universidad Católica de Eichstätt; la Universidad de Lima; la Universidad de Navarra, y por la Facultad de Teología de la Universidad de Wroclaw.
El punto cumbre de su carrera eclesiástica vendría el 19 de abril de 2005, cuando fue elegido como nuevo jefe de la Iglesia católica, tras la muerte de Juan Pablo II. Dicho cargo lo ocuparía con el nombre de Benedicto XVI hasta el 11 de febrero de 2013, cuando renunció a su puesto, tras varias polémicas y críticas por escándalos de corrupción dentro de la Iglesia.
Además de ser el primer papa alemán en más de 500 años, también fue el primero, en más de 800 años, en retirarse del cargo voluntariamente.
Un papa polémico
El papado de Benedicto XVI fue uno de los más polémicos de los últimos años, con críticas y señalamientos que se mantuvieron incluso tras la renuncia de Ratzinger.
Uno de los escándalos más sonados fue cuando Benedicto XVI suspendió la excomunión del obispo Richard Williamson, perteneciente a la Fraternidad San Pío X, quien en febrero de 2009 aseguró ante la televisión sueca que durante el Holocausto no se usaron cámaras de gas.
Aunque ofreció una disculpa pública por sus polémicas declaraciones, no fue suficiente para la élite católica, por lo que Ratzinger retiró la excomunión a Williamson, al igual que a otros tres obispos de consagrados por el arzobispo Lefebvre, sin autoridad ante la Santa Sede.
Sin embargo, el escándalo que marcaría el papado de Benedicto XVI y que, para algunos analistas, fue la causa de su renuncia, es el llamado caso Vatileaks, una serie de filtraciones de documentos secretos del Vaticano en el que se exponían desde situaciones de corrupción y encubrimiento, hasta casos de acoso contra prelados homosexuales.
El escándalo explotó a principios de 2012 cuando en el programa italiano The untouchables se difundió una carta de Carlo Maria Vigano en la que le advertía al entonces sumo pontífice sobre los sobrecostos de un proyecto de construcción en la Santa Sede.
En febrero, el periodista Gianluigi Nuzzi publicaría el libro Su santidad: los papeles secretos de Benedicto XVI, en donde detalla más casos de corrupción al interior del Vaticano, el acoso que viven los sacerdotes homosexuales dentro de la Iglesia católica y, en general, la lucha de poderes que se vive al interior de la cúpula católica, a partir de correspondencia personal del entonces sumo pontífice.
Sería hasta mayo cuando el entonces vocero del Vaticano, Federico Lombardi, informaría que se abrió una investigación para encontrar al culpable de filtrar documentos secretos. Posteriormente, Benedicto XVI haría mención del caso y lo calificaría como «rumores» que resonaron en la prensa internacional.
«A pesar de que algunos rumores gratuitos se han multiplicado y amplificado en algunos medios, los cuales van más allá de los hechos, ofreciendo una imagen de la Santa Sede que no corresponde a la realidad, quisiera reiterar mi confianza y mi apoyo a mi equipo, y a aquellos que día a día, con fe y espíritu de sacrificio, me ayudan a cumplir mi deber», declaró Ratzinger el 30 de mayo de 2013.
La Iglesia católica halló culpable al exmayordomo de Joseph Ratzinger, Paolo Gabriele, tras una investigación encabezada por los cardenales Julián Herranz, Salvatore De Giorgi, y el exarzobispo de Palermo Josef Tomko.
Aunque Gabriele fue hallado culpable de robo y condenado a 18 meses de prisión, Benedicto XVI le otorgó un indulto el 22 de diciembre de 2012.
Meses después, el 11 de febrero de 2013, Benedicto XVI presentaría su renuncia. Si bien la razón oficial, aún defendida por Ratzinger, fue su estado de salud, especialistas consideraron que parte de su salida se debió al duro golpe que representó para la Iglesia católica el escándalo de Vatileaks.
Los escándalos de Joseph Ratzinger no terminaron al renunciar a su papado. En los últimos años, han surgido diversas acusaciones contra el papa emérito por presuntamente haber encubierto a diversos sacerdotes acusados de abuso sexual, cuando fungió como cardenal, en la década de 1970.
Las acusaciones fueron presentadas en un informe realizado por la barra de abogados Westpfahl Spilker Wastl, quien representa a las víctimas. En junio de 2022, se presentó una denuncia ante el tribunal regional de Traunstein por parte de una víctima del cardenal Friedrich Wetter. El denunciante, un hombre de 38 años, aseguró que Benedicto XVI tuvo conocimiento de su agresión sexual, pero intentó encubrir el caso.
Ante las acusaciones, Joseph Ratzinger se limitó a expresar su solidaridad con las víctimas y a pedir perdón por este tipo de situaciones en el corazón de la Iglesia católica.
/SPUTNIK/