En el contexto del juicio por el atentado contra Cristina Kirchner acaecido en septiembre de 2022, la fiscal Mariela Labozzetta encuadró los hechos en un caso de violencia que se intensificó por la «condición de mujer política» de la entonces vicepresidenta. Labozzetta, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), introdujo en la audiencia del último miércoles una nueva definición del intento del magnicidio con el agravante de violencia de género.
La fiscal remarcó que el ataque partió de un acto «tendiente a impedir que (la víctima) pudiera seguir desarrollando su vida política y, a su vez, la conducta se inscribió en un contexto de violencia de la que ha sido objeto por su condición de mujer política«, de acuerdo con declaraciones reproducidas por la periodista Irina Hauser en Página/12.
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De acuerdo con el planteo de la magistrada, el atentado por el cual están siendo juzgados Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo fue «perpetrado con violencia de género en la modalidad de violencia política».
A la hora de fundamentar esta perspectiva, Labozzetta recordó que los hechos se enmarcaron en un turbulento contexto de «violencia generalizada contra las mujeres», que terminó recayendo individualmente en la figura de Cristina Kirchner, promoviendo «su debilitamiento» y dejándola expuesta a las agresiones por su condición de mujer política.
Asimismo, la fiscal sostuvo que a lo largo de 2022, durante los meses previos al intento de magnicidio, el clima de violencia social empeoró de modo tal que la expresidenta resultó víctima de diversos «actos de hostigamiento y hostilidad» (atribuidos tanto a personas como a agrupaciones opositoras).
La fiscal llamó la atención por actos de «hostigamiento» previos al atentado
De esta forma, argumentó la fiscal, se fue creando un escenario proclive a los ataques contra la dirigente y a su «pretendido aniquilamiento como sujeta política”. En este marco, la Justicia ofreció a Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo ampliar su indagatoria, pero ninguno de los acusados accedió.
En cambio sí declararon dos sospechosos que integraban un grupo de Whatsapp administrado por el imputado Carrizo: uno y otro plantearon que los chats que incluían referencias al intento de asesinato de Cristina Kirchner eran meros chistes de «humor negro» y «pavadas».
«Gabriel [Carrizo] me decía que él iba a terminar el trabajo que Fernando [Sabag Montiel] no pudo hacer», relató uno de los testigos, aclarando que esa afirmación no merece ser tomada «en serio» puesto que «siempre hacemos chistes así o peores incluso». «Gabriel me decía que iba a terminar el trabajo y yo le decía bueno dale, yo soy tu confidente y así. Era un chiste”, consignó Daniel Agustín Gómez, uno de los integrantes de este grupo que llevaba el nombre de “Los Girosos”, informó Sofía Caram en Ámbito.
De esta forma, Gómez procuró quitarle peso a las comprometedoras declaraciones de Carrizo, equiparadas según el testigo a «chistes» sin importancia, que a su vez no se referían de manera exclusiva a la víctima del atentado, dado que también se compartían en el grupo bromas sobre «judíos», «nazis», o «el atentado del 9/11» a las Torres Gemelas.
En lo que atañe al vínculo con Carrizo, Gómez comentó que no dialogaban sobre política y que solían organizar fiestas, donde terminó conociendo (aunque no de manera estrecha) a Sabag Montiel y también a Uliarte.
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A Carrizo le atribuyen también la siguiente frase en el contexto de este grupo de Whatsapp: «Amigo te lo digo hoy acá. Creo que yo voy a terminar ese trabajo (…) Si amigo esa puta ya está muerta. Hay cosas que no sabés. Por nada del mundo se te ocurra decir lo que estoy diciendo«. Gómez, que llevaba el apodo ‘Symme’, le habría respondido: «Hermano yo soy tu confidente y te apoyo al 1000».
David Ricciardone fue otro de los miembros de este chat grupal que aportó otros detalles durante la audiencia del miércoles: durante su declaración, reveló que en una de las conversaciones trascendió que Sabag Montiel «quería matar a Cristina» y que incluso había escrito mensajes para obtener balas y aprender a utilizar un arma. Ricciardone dijo que no se tomaba en serio este tipo de intercambios con Fernando Sabag Montiel e insistió ante el Tribunal con la versión de los «chistes», tal como sostuvo el otro testigo cercano a Carrizo.
CA/ML