Antes que nada, deseo expresar que cada vez que hago menciones genéricas a un país o una alianza, me refiero a los sectores que detentan el poder económico y político, que no necesariamente coinciden con los que sienten sus pueblos.
Por otra parte, este artículo pretende ser un aporte al debate de lo que está ocurriendo en el conflicto Rusia-Ucrania desde una mirada no siempre contemplada, una opinión sobre las causas y siempre esperando una resolución pronta que haga posible un cese del fuego y que el fantasma de una guerra global desaparezca.
Un escenario incierto y complejo
Vivimos un momento bisagra hoy en el mundo, el conflicto bélico no es entre Ucrania y Rusia solamente, es una guerra en todo sentido entre Occidente y Rusia, pero la sangre y la tierra la ponen ucranianios y rusos.
No es un conflicto ideológico o de democracia versus tiranía, sino geopolítico, es decir las luchas de poder económico, político, militar y de influencia en el espacio físico de los países y potencias en pugna.
Para Argentina, por ejemplo, el reclamo político sobre Malvinas implica una postura geopolítica que supone soberanía y acceso económico exclusivo a enormes áreas del Atlántico Sur.
Desde la caída de la Unión Soviética la OTAN conducida por EEUU no ha dejado de expandirse hacia Rusia, esto es, aumentando bases, personal militar, misiles, incluso armas nucleares.
Ucrania luego del 2014 expresa que quiere ser parte de la OTAN, y para los rusos, es su línea roja como lo sería México o Canadá para Estados Unidos si alguien quisiera poner bases ahí. EEUU y la OTAN al seguir empujando sus fronteras militares hacia Rusia usando a Ucrania y a otros países de la ex URSS como peones “han acorralado a un gigante con armas nucleares” como dijo un funcionario chino.
De lo anterior algo se dice en los medios occidentales, pero casi no se menciona en estos lados del globo que en Ucrania hay una guerra civil que estalló luego del golpe del Maidán en 2014. En estos 8 años Kiev, con sus fuerzas armadas y batallones nacionalistas integrados al ejército, combate contra las milicias de los ucranianos ruso-parlantes del este en el Donbass. Este conflicto lleva más de 14.000 víctimas en un incesante caldero en la frontera rusa.
Era un polvorín que iba a estallar y Occidente lo sabía porque lo provocó esperando Rusia ceda ante semejante presión combinada: expansión, misiles de la OTAN de mediano alcance emplazados casi en la frontera, la militarización del Donbass y un juego de crecientes sanciones desde la incorporación de Crimea.
Esperemos que las chispas no terminen de encender las llamas de una tercera guerra mundial, que sería nuclear.
Alarman los pedidos desde Kiev y las amenazas de Zelensky de que esto es posible si Putin no firma un acuerdo de paz.
En este tablero China es muy clara: el tema lo resuelve EEUU-OTAN con Rusia, no los rusos con los ucranianos.
De este entrelazado ajedrez que tiene al mundo de rehén, resultará un nuevo esquema global, y es por eso que notamos cada vez más virulencia en el unilateralismo estadounidense entronizado como único líder occidental.
Así como para Rusia esta es una batalla de “vida o muerte” como lo dijo un vocero chino, para EEUU es la que define gran parte de su papel hegemónico a futuro.
Nos guste o no, simpaticemos con uno u otro o nos resulten repugnantes todas las cosas que hacen todos, hay en curso una modificación gigante del escenario mundial.
De cómo resulte la resolución del conflicto habrá un mundo diferente, a mi modesto entender al menos tres opciones:
- Un Occidente mucho más dominante y agresivo con un liderazgo similar al que tuvo en los 90.
- Un esquema bipolar EEUU-OTAN y China-Rusia en clima de nueva Guerra Fría.
- Un esquema más global con China también en el centro además de EEUU rivalizando pero sin llegar a tener una “cortina de hierro” que permitiría espacios de participación del resto de las naciones, Europa y Rusia incluidas.
EEUU sueña con la primera y China quiere la tercera.
China ya dio todas las señales de que no cederá ante las presiones de EEUU y que su alianza con Rusia es estratégica. Recordemos que este pacto se selló con la visita de Putin a Beijing por las olimpíadas.
La guerra del relato acompaña al campo de batalla real
Mientras, los ciudadanos terminamos sufriendo estos juegos económico-políticos gigantes, no solamente por el evidente impacto de la guerra en vidas y el pago del costo económico, sino también como víctimas de la manipulación psicológica e ideológica a la que nos vemos sometidos a diario por los medios en todas sus expresiones y plataformas.
La guerra en todas sus formas está ante nosotros: la militar, la comercial, la financiera y la cultural-comunicacional. Esta última es la enorme batalla por el relato cuyo objetivo es validar con la aceptación mayoritaria la acción propia y minimizar el apoyo al adversario.
Esta lucha por el relato, que es una combinación entre ideológica, cultural y comunicacional, se expresa en todos los órdenes y es parte de la vida de las sociedades.
Cuando esta disputa se da sin mayores inconvenientes en una sociedad entendemos que hay democracia, que se puede debatir, opinar y expresar. Occidente se considera así mismo como el baluarte de la democracia y la libertad de prensa y expresión y condena desde ese pedestal a “quienes no cumplen” con estas reglas.
Este conflicto ha demostrado nuevamente que quienes mandan en Occidente no tienen principios sino que tienen intereses que arropan con palabras bonitas.
Han demostrado su carácter no solamente hegemónico, de pretender ser el único que manda, sino que ha revelado su peor perfil antidemocrático una vez más: el pensamiento único que es el embrión del que surge el totalitarismo.
¿No es acaso algo digno de un régimen totalitario prohibir, censurar todos los medios que no le simpaticen? ¿No es esto lo que han hecho con los medios estatales rusos y sus redes sociales en Europa y gran parte de Occidente estigmatizado su cultura y promoviendo una clara rusofobia de tinte racista?.
Al hacer esto ya no hay pluralidad, no hay otras voces, es imponer un mensaje único e indiscutible, y por ende, esencialmente totalitario.
Supongamos que Putin y los rusos se volvieron locos, que son criminales patoteros que buscan guerras de rapiña y que Occidente fuese el defensor de libertades y tuviese razón en todo, entonces, ¿por qué callar lo que confirmaría lo que dicen?.
Estos medios fueron erradicados de Europa por ser “agentes de propaganda”, y ¿los grandes medios occidentales qué son?.
¿Por qué los habitantes europeos y de gran parte de occidente no pueden discernir y elegir?. ¿Dónde está la libre expresión y el derecho a informarse?.
Esto muestra el desprecio de estas élites por sus pueblos a los que consideran, al menos incultos, tontos o ingenuos. Esto se da justamente en el espacio de quienes se auto titulan los grandes civilizatorios de la humanidad.
Paradójicamente, en los medios rusos es posible encontrar las principales posturas occidentales, no por buenos o respetuosos de la pureza, sino porque necesitan comunicacionalmente ese contrapunto. Deben explicar una y otra vez el por qué y reafirmar su posición en este debate que es más abierto de lo que creemos.
Si no fuese que los que mandan en occidente tienen pensamientos de raíz totalitaria la mayoría sabría que hay una guerra civil en Ucrania de larga data, donde hay batallones y regimientos neonazis con su simbología incluida, que hay una limpieza cultural y de inexplicable razón anti étnica entre eslavos que llevó a la supresión del ruso como lengua oficial (hablado por casi la mitad de ucranianos), al cierre de todos los medios “pro rusos” con encarcelamiento y proscripción de la oposición.
Si no sabemos esto, entre otras cosas, no podríamos entender cabalmente parte de lo que está pasando y eso es manipulación. Ni hablar de la enorme cantidad de noticias falsas que es otro punto que sería largo de tratar.
En el relato occidental Rusia y los rusos, en todo sentido, son los únicos culpables, merecen todas las sanciones, anular cualquier expresión cultural, que les incauten y pirateen empresas y fondos, que destruyan su economía para empobrecerlos de tal manera que haya un estallido social.
Las condenas de tono cada vez más agresivo llevan sin dudas a una radicalización que da pie a la segregación, discriminación o expulsión de donde sea que estén.
Esto motiva a los más extremistas a ir aún más allá y piden matarlos a todos para erradicarlos como nación. No exagero, lo dijo abiertamente un presentador en un canal ucraniano recordando frases del criminal nazi Eichmann, culpable de exterminio de judíos en europa y que planteaba esas cosas. Eichmann fue capturado en Argentina por el Mossad israelí en 1960.
Claramente cada acción tiene una reacción, se cierran medios europeos en Rusia en respuesta y además, esta actitud comunicacional occidental no parece estar dividiendo el apoyo de gran parte de la ciudadanía rusa y aparentemente esto fortalecería el propio relato ruso puertas adentro que apela al patriotismo. Solo basta que un medio ruso publique expresiones de los ministros ingleses o polacos para que ese sentimiento nacionalista se profundice.
Este pensamiento único es tal que la postura de “estás con nosotros o sos de ellos” para condenar y sancionar ha impregnado todo y está postura deja afuera al menos al 80% de la población mundial.
La llamada “comunidad internacional” no contempla a Latinoamérica, África y casi toda Asia incluyendo a la India y China.
Estados Unidos, Europa, Reino Unido, Canadá, Australia y Japón comandados por Washington es la expresión de esta “comunidad internacional”. El resto trata de hacer malabares sin perder contactos y negocios con China y Rusia.
He aquí un tweet de un vocero de la cancillería china que grafica esto.
Dejo de cierre las definiciones sobre la Libertad de Prensa que en teoría debería aplicarse en la Unión Europea, los Estados Unidos y el mundo en general, pero que esta guerra demostró que para Occidente no tienen valor alguno.
Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea
Artículo 11 – Libertad de expresión y de información
1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.
2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.
https://fra.europa.eu/es/eu-charter/article/11-libertad-de-expresion-y-de-informacion
Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 establece:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Las diez primeras enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos, conocidas como la Carta de Derechos de los Estados Unidos (Bill of Rights), fueron aprobadas el 15 de diciembre de 1791. La primera enmienda dice:
El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohiba practicarla libremente, o que coarte la libertad de palabra o de imprenta, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al gobierno la reparación de agravios.
https://es.wikipedia.org/wiki/Libertad_de_prensa
*La imagen de portada es del periodista gráfico mexicano Antonio Rodríguez
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