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Sociedad Relatos de Vida

Pepe Pascual, un sanjuanino ejemplar.

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Pepe Pascual, un sanjuanino ejemplar.

Todo lugar está plagado de historias valiosas. Normalmente sólo nos llega un eco superficial de las más ruidosas. Desde Ahora San Juan nos acercamos a El Pascual, negocio familiar sanjuanino. Hablamos con Pepe, quien es un ejemplo de honradez, lucha y amor. Lleva toda la vida trabajando desde sus valores y desde hace unos años peleando contra el cáncer. “La vida es un camino por el que vas, a veces te salen obstáculos. Hay que estar preparado para esquivarlos y seguir”. Así lo piensa Pepe. No sólo eso, sino que lo pone en práctica. Como bien afirma: “no hay que decir tanto, hay que hacer”.

Por Antonio Morente.

Estamos acostumbrados a pensar en la idea del éxito cómo algo que es posible medir en posición social, bienes materiales, reconocimiento, etc. Pero el éxito también es llevar una vida acorde a lo que uno piensa, a sus valores. Trabajar por mantenerse en aquello que uno siente que es lo que está bien. Esto ya no es tan fácil de medir, está en otras cosas más intangibles: la conciencia tranquila, el cariño de los que lo rodean, lo ganado con esfuerzo propio… Estas historias no son tan conocidas, pero están ahí, existen. La vida de Pepe es una de ellas.

“Nací pal culo”, cuenta entre risas. Así empezamos. Nacido en San Juan, un 7 de septiembre del año 1956. José Antonio Pascual Laria, para todos “Pepe” o “El Pascual”. El tercero de cuatro hermanos, a su madre se le complica el parto. Nace de nalgas, que se decía. Estaba apurado por llegar al mundo, así que primero iban los pies, como si ya quisiera ponerse a caminar. Pepe ya sale con un brazo que le queda en otra posición, primer obstáculo en su camino.

 Los padres de Pepe eran inmigrantes. Por parte de madre de Italia, de padre de España. Como muchos en aquellos años, vinieron sin nada. A no sabían dónde y a trabajar desde cero. “Es la cultura que uno ha mamado”, dice Pepe. “Mi viejo, que lo tengo allí arriba, nos enseñó que había que tener respeto. Primero estudiar, pero aparte de estudiar, nos enseñaron de chiquitos a trabajar. Trabajar es parte de la dignidad de la persona, nos decía”, recuerda con nostalgia.

Hoy Pepe lleva su negocio, El Pascual, situado en la esquina de Mendoza y Abraham Tapia. Allá, junto a lo que hoy es el local del almacén, vivían cuando era niño. Tenían unas piecitas de adobe en las que se las arreglaban sus padres y hermanos. Pepe nace en el 56, en el año 58 su papá logra comprar el terreno de la esquina. No había nada. Ahí empezaron a construir lo que sería el futuro del sustento familiar. Cuando Pepe empieza a caminar a la par también empieza la andanza del negocio. Al principio será una carnicería y panadería.

El negocio antiguamente.

Pepe crece viendo a su padre y a su madre trabajar codo a codo para llevar todo hacia delante. Recuerda como su papá se iba en triciclo a la feria a las cinco de la mañana, cuando pudieron incluir verdulería. Desde muy chico ve el esfuerzo y el orgullo del trabajo honrado. No se lo dicen, lo hacen. Él observa y aprende. Va a la escuela cerca, a un par de cuadras. Ya con 8 años comienza a ayudar en el negocio. No como algo impuesto y obligado, sino natural. Le gusta ayudar, es lo que hay que hacer. Es algo de la familia. El chiquito ya tiene la pasión por el fútbol, algo que le acompañará toda la vida. Su padre lo pone al final del local, a llenar bolsitas de azúcar o yerba, para vender suelto. Le prende la radio para poder escuchar los partidos. Gesto de amor del padre al hijo, el cual no olvida.

De a poco van arreglando más el local. El chico va creciendo y sigue ayudando. Por otro lado, continúa con los estudios. Termina la primaria, la secundaria. Sus padres le dan mucha importancia a que estudie, a que pueda tener la oportunidad de estudiar más que ellos. Pepe incluso ingresa en la Facultad, pero después de un tiempo le confiesa al padre: «Esto no es para mí. Mirá no quiero perder tiempo ni hacerte perder plata a vos«. Sus hermanas si continúan, se reciben. Pero Pepe se dedica a trabajar, él sabe que ninguna cosa es más que la otra, que lo que él pueda hacer con sus manos tiene la misma dignidad que lo puedan hacer otros con un título.

El joven conoce a otra jovencita. Una chica que vive cerca y va la escuela del Tránsito, a una cuadra del negocio. María, con la que se pone de novio. Ella recuerda la anécdota de cuando estaban de noviecitos, salió de la escuela y fue a verlo. Pepe tenía una gallina en la mano. Ella llegó y él estaba por matarla para preparar el pollo. Fue a partirle el pescuezo, pero se pasó de fuerza. Pepe se quedó con la cabeza en la mano y María con el guardapolvo bañado en sangre. A pesar de eso siguieron juntos, y lo siguen estando. Se casaron jóvenes y formaron familia. Tuvieron cuatro hijos. María sigue estando en el negocio y hoy es la luz que ilumina la esquina con su sonrisa. Ahora es ella la que martillea pollo para preparar supremas.

La Familia Pascual. Pablo, María, Pepe y Sergio.

Por otro lado, la pasión de Pepe sigue su curso. Es fanático de San Lorenzo. Juega al fútbol desde chiquito. Jugaba con un brazo que no estaba bien. Con trece años lo llevan a San Martín. Consigue que lo suban a primera. Pero termina de suplente. No entiende, hasta que un compañero lo llama aparte y le dice la verdad. Le cuenta que es buen jugador, pero que nunca lo pondrán de titular. Por su brazo.“Fue una bomba, dice. Pero Pepe es un luchador, no se va a rendir. Se opera del brazo, vuelve. Primer partido y se lleva un golpe tremendo en la nariz. Es lo último que vio. Se desmayó, lo llevaron al hospital y lo operaron. Dice que ahí empieza a tomar conciencia. Igual vuelve al fútbol. Lo llevan a Alianza. Sigue jugando, pero vuelven los percances. Se ve en la encrucijada de tomar una decisión: “hay que saber darse cuenta a tiempo de lo que te puede suceder más tarde”, saca como aprendizaje. Por duro que fuese, toma la decisión responsable de dejar de jugar. La pasión no afloja. Pepe sigue viendo todos los partidos y no desperdicia si se presenta la oportunidad de charlar de fútbol con cualquiera.

Pepe en sus años de fútbol, el cuarto desde la izquierda.

En el negocio los golpes también llegan. Uno de los más importantes es en el 77, con el terremoto. En aquel momento tienen todo tipo de mercadería. Aceite, vino y otras bebidas en cajas es lo que inunda los productos al romperse con la sacudida. Pierden todo. Hay que volver a empezar. Pepe ya está formando familia, así que su papá divide el local. Construyen de nuevo, entre todos. Porque para las buenas siempre está todo el mundo, pero cuando se miden las cosas de verdad es cuando las papas queman.

Al igual que cuando él era niño, Pepe tiene en el negocio a sus hijos. Se pasean, juegan, hacen vida ahí. Crecen viendo a su papá y mamá trabajar juntos para llevar todo hacia delante. Ayudan desde chicos. El más compañero es Pablito que intenta imitar a su papá. Hasta en cómo tratar a los demás. Los Pascual tienen su clientela. Las cosas van cambiando y el barrio con ellas. La familia de Pepe ha podido ir haciendo frente a todas las malas épocas. Lo que les ha hecho seguir en pie y continuar ha sido el trabajo duro, el esfuerzo y el apoyo mutuo.

Los padres de Pepe con Pablo de niño en el negocio.

La ciudad se ha expandido, y ahora ya forman parte del centro. Ya no hay tantas familias alrededor. Pero ellos siguen manteniendo una clientela fija. Para Pepe es un valor fundamental el tratar bien a los clientes, y se ha asegurado que sus hijos aprendan esto. Con el tiempo les ha salido mucha competencia alrededor, lo que no ha hecho que ellos cambien el hacer las cosas de la forma que creen que está bien. Humildad, respeto, educación, esfuerzo, generosidad. Los valores no son negociables. No pretenden hacerse ricos. Sino vivir en paz y poder ganarse el pan con sus manos.

Pepe con una «clienta de toda la vida».

A pesar de todo, la vida sigue poniendo pruebas. Una de las últimas y más dura se le presenta a Pepe en año 2019. Le descubren a Pepe un tumor en el colon. Cáncer. Como siempre han hecho, se juntan todos y se preparan para pelearla. Familia y amigos. Pepe es fuerte, tiene un ánimo envidiable y fortaleza de espíritu. Pero en estas situaciones el apoyo es invaluable. Puede que uno esté dispuesto a luchar con todo, pero es natural en ocasiones sentirse débil, flaquear, o desgastarse con cuestiones secundarias. Ahí entran María y sus hijos, a ser una roca cuando se necesita.

El comienzo es difícil, lo operan, tratamientos, estudios, etc. Pero sigue. Por suerte logran extirparle el tumor. Tiene que hacer quimioterapia y esa es una lucha de gran calado. La mente ha de empujar al cuerpo para que pueda tolerar el tratamiento invasivo. Una de las recetas de Pepe es no quedarse quieto, seguir haciendo.

A pesar de todas las dificultades, Pepe no ha dejado de trabajar. Ni de ir al almacén. Incluso va a la feria, al igual que antaño lo hizo su padre. Su fortaleza se basa en mirar a su familia y sentir el orgullo del trabajo bien hecho. Ver a María y a sus hijos hace que nunca afloje. Ahora también a sus nietos. Tiene cuatro, la más chiquita se llama María Paz. Es hermosa. Pepe dice que le han puesto ese nombre y es lo que le da a él. Ha encontrado la Paz.

Con su nieta María Paz.

Pablo ahora es el que lleva el almacén. Igual que el padre de Pepe se lo pasó cuando formó familia, ahora va pasando a manos del hijo. Es igual de trabajador y buena persona, como sus padres. Sigue el ejemplo como sólo podría hacerse con un corazón enorme. Con la ayuda de María y Pepe, que siguen trabajando igual que antes, pues todo es de todos y trabajar en conjunto es lo que mejor hacen. También del hermano más chico, Sergio. El cual, a pesar de tener otro trabajo de docente, en las mañanas trabaja con su familia con una sonrisa permanente y rezumando bondad.

Pablo Pascual atendiendo.

A los hijos de Pablo también se los puede ver ahora haciendo vida en el local. El más grande sigue al padre e intenta copiarlo y ayudar en lo que pueda. Es la cuarta generación de Pascuales que empieza a apuntar a mantener valores y una línea de orgulloso trabajo. Día a día siguen estando y luchando por ganarse la vida, poniéndole el pecho a la que venga. ¿No es esto un éxito?

Uno puede ir hoy y encontrar a la familia Pascual atendiendo con una sonrisa. Cuando el ritmo de clientes está tranquilo, a veces en un rincón está Pepe. En un banquito donde da el Sol, sentado cargándose de energía y disfrutando su propia forma de Paz. Sigue en el camino y esquivando obstáculos.

El negocio hoy.

Continúa la lucha por vencer a la enfermedad, no se rendirá. Es todo un ejemplo de vida, solo hay que pararse a verlo y escucharlo.

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Festejaron cumpleaños en la Residencia de Adultos Eva Perón.

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Festejaron cumpleaños en la Residencia de Adultos Eva Perón.

El pasado viernes 19 de julio, fue un día que quedpo en la memoria de las personas mayores que residen en el Residencia del Adulto Mayor. Es que en esa jornada se hizo un festejo de cumpleaños para 10 ancianos que nacieron en los meses de junio y julio. “Desde esta nueva gestión se realizarán los festejos cada fin de mes”, señaló la directora de la Residencia, Fernanda Vives.

En total fueron 5 hombres y 5 mujeres los agasajados con mucho cariño de parte de sus compañeros y del personal de la Residencia. El festejo se llevó a cabo durante la mañana. Los agasajados disfrutaron con música, el infaltable canto de “Feliz cumpleaños”, soplaron las velas y desayunaron en el comedor central donde se comparten las comidas a diario.

No faltó una torta de gran tamaño que todos compartieron. Durante el festejo, varias personas mayores se emocionaron por los momentos que estaban viviendo y que atesorarán entre sus recuerdos. Según agregó Vives, todos los fines de mes continuarán los festejos para los cumpleañeros.

Los cumpleañeros en esta oportunidad fueron: Caputo Cesar (5 de junio), Mirta Penz (8 de junio), Videla Guillermo (25 de junio), Lucía Nuñez (1 de julio), Fany Andino (8 de julio), Hilda Cortinez (12 de julio), Aguirre Faustino (18 de julio), José Quiroga (20 de julio), Noema Figueroa (22 de julio) y Miguel Ochova (27 de julio).

@SiSanJuan

/Fuente de imagen: SiSanJuan

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro», expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su «1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena», y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. » Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente», nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como «una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos«.

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