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Opinión

¿Qué hay detrás del discurso de los autoconvocados? ¿Antisindicalismo y macrismo?

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NOTA DE OPINIÓN POR JULIO BENEDETTO.

La lógica que está detrás de la palabra “autoconvocados”, significa negar la representatividad sindical y negar el rol fundamental de los sindicatos en la defensa de los trabajadores. Intentan destruir a los sindicatos debido a las conducciones que no les agradan. Presionan de una forma completamente antidemocrática en un todo o nada, sin ningún tipo de negociación, y al margen de todas las estructuras que le son beneficiosas. Este espacio de los autoconvocados se produce por la pésima dirigencia sindical. Descalifican a las malas conducciones sindicales, no para democratizarlas y mejorar la lucha gremial, sino para hacer desaparecer los sindicatos. Eso es lo que está en la mente de quienes lideran ideológicamente este fenómeno. El apoyo del macrismo, que en San Juan personifica Orrego, da para plantearse qué hay detrás de todo esto. Los docentes tenían la oportunidad de dar un ejemplo doble: trabajar y luchar. Pero terminan utilizando a los niños, niñas y adolescentes como medida de presión.

Los llamados docentes autoconvocados llevan más de una semana de paro y protestas. Los reclamos de un sueldo digno y de un aumento que llegue antes de lo pactado, se entrecruzan con otras lógicas y cuestiones que están sobre la mesa.

La defensa de los derechos de los trabajadores es algo fundamental en nuestra sociedad. Pedir sueldos más dignos, mejoras de condiciones de trabajo, luchar contra la discriminación laboral son cuestiones que nos han hecho avanzar históricamente. Por ello es algo que resulta tan importante analizar en sus procesos.

A través del método de protesta de los “autoconvocados” se están planteando otras lógicas que no se pueden perder de vista. La crítica a los sindicatos ha ido más allá, tratándose de imponer la negociación dejando a éstos por fuera. ¿A quién beneficia dejar a los sindicatos fuera de la discusión laboral?

Las paritarias son el método definido por ley que su objetivo principal es que el patrón no pueda decidir unilateralmente cuánto quiere pagar. En ellas los sindicatos tienen un papel clave, es dónde pueden defender los derechos de los trabajadores. Las paritarias en lo laboral son fundamentales porque es la herramienta que permite equilibrar la balanza entre las diferencias de poder que se pueden dar entre empleador y trabajadores.

Los docentes autoconvocados se arrogan con la bandera de defender los derechos de los trabajadores, pero lo cierto es que su planteamiento juega en contra de ello. Dejar a los sindicatos fuera es abrir la puerta a una mayor flexibilización laboral. Por ello no es sorpresa para nadie que a estos docentes los apoye tan abiertamente la derecha nucleada alrededor del macrismo y su representeante en San Juan, Orrego. Históricamente a nivel mundial la defensa de los derechos laborales ha sido comandada por la izquierda, pero ahora la derecha más liberal es quien se “solidariza” con los trabajadores, ¿no les parece sospechoso?

Si se rompen los esquemas de negociación fijados por ley y se destrozan los sindicatos lo que queda es una tierra de nadie en la cual cualquier patrón puede elegir lo que le convenga y decir que “negocia” con cualquiera que se autoproclame “representante de los trabajadores”.

Los docentes autoconvocados podrían formar su propio sindicato para luchar por lo que están pidiendo. Cierto es que hubiesen tenido el tiempo para organizarse desde las anteriores protestas, si el problema principal eran los dirigentes sindicales. Así, habrían estado en la mesa de las paritarias y defendido lo que están exigiendo.

Se puede argumentar que es complicado conseguir la personería jurídica para crear el sindicato, pero también habrían podido (siendo gran número según ellos) afiliarse a algún sindicato (UDAP u otro), presentarse a las elecciones, ganarlas, tomar la conducción y estar en las paritarias.

Aquellos que protestan estos días parecen no darse cuenta que desprestigiando a los sindicatos están socavando el derecho de todos los otros trabajadores de defender lo suyo. La lógica que va detrás no es de solidaridad, sino de egoísmo. Deja lugar a que un grupo de personas se autoproclame representante de la totalidad y fuerza a los demás a aceptarlo como legítimo. Imaginen que pasaría si esa lógica se aplica no a un gremio, sino a todos los ciudadanos.

Los “autoconvocados” llevan adelante una pelea cuyo contenido discursivo responde ideológicamente al pensamiento neoliberal. No es de sorprender de que los políticos del macrismo, cuyo referente en San Juan es Orrego, no solo los estén apoyando, sino que además militan y dirigen activamente en todos los planos: políticos, discursivos, mediáticos, logístico y con su aparato de trolls en redes.

“Autoconvocados” parece una forma pensada y usada por el macrismo para destruir las instituciones sindicales, en vez de afiliarse, votar y ganar espacios democráticamente y dentro del marco legal. No les importa, porque lo que más quisieran es que no existan los sindicatos, que los trabajadores queden como parias a la deriva.

La masividad da cuentas clara que hay un problema triple: una dirigencia sindical nefasta y percibida como corrupta, un discurso dominante anti trabajador y anti pobres y una inflación que afecta a todos.

Tampoco se puede dejar de señalar la hipocresía que se manifiesta estos días. La mayoría de los docentes pertenecen al sector medio de la sociedad, que no olvidemos que suelen ser los mismos que después critican (y no se cortan en insultar) cuando son otros quienes cortan la calle. Criticaban a los que reclamaban por ayudas sociales, pero utilizan las mismas técnicas. En el lugar que estaba a la que llamaban “negra planera” ahora se puede ver a una persona cebando mate en un termo de casi cuarenta mil pesos.

Igualmente es imposible que a uno no le haga ruido ciertas contradicciones. Algunos en vez de preocuparse en cómo organizarse mejor para conseguir sus objetivos y exigencias, están más preocupados en que nadie más que ellos se vaya a beneficiar si consiguen algo. Por un lado se llenan la boca hablando de solidaridad pero por otro llevan pancartas con lemas de “Aumento SOLO para docentes”. Exigen el apoyo de la sociedad pero se niegan a que alguien más aparte de ellos se pueda beneficiar del aumento que piden.

La solidaridad ha sido algo cuasi sagrado en la historia de las luchas laborales. No es una palabra para ensuciar mezclándola con egoísmos e intereses electorales de ciertos sectores. No es algo que se pueda forzar a que se les dé, porque la solidaridad es algo que hay que ganarse, pero para ello es necesario tener fuerza moral.

Los docentes por su actividad tienen la responsabilidad de dar ejemplo. Tenían la oportunidad de dar ejemplo doble, continuar con su actividad en las aulas y seguir pidiendo sus mejoras. Trabajar y protestar les habría dado la fuerza moral suficiente como para conseguir ese apoyo que reclaman casi a presión.

Las huelgas (o paros) son una herramienta histórica de lucha laboral. Esto es así, porque de esta forma se presionaba, al darle al patrón dónde más le dolía: en sus beneficios. Pero lo cierto es que ahora estamos viendo algo muy diferente. En la educación pública no hay un patrón que obtenga beneficios, porque los beneficios son para todos. Ahora quienes más están sufriendo son los niños, niñas y adolescentes que se ven privados del derecho a su educación. Ellos son utilizados como lanza principal para presionar. ¿Qué ejemplo pueden dar los docentes usando a los chicos como herramienta de presión?

La lógica que se está planteando por los docentes autoconvocados no sólo amenaza con socavar los derechos de todos los trabajadores, sino que usando la educación de los chicos, es a la sociedad en su conjunto que nos pega donde más nos duele.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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