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Opinión

Sasetru, otra víctima de la rapiña de la dictadura contra la industria nacional.

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Por Ailín Bullentini.

“Hace casi diez años que estoy buscando que se haga Justicia y que se indague a los responsables. Esperemos que la fiscal avance en este sentido.” Quien habla es Jorge Salimei (h), hijo de uno de los tres fundadores de la empresa de alimentos Sasetru, e impulsor de una denuncia que busca que se investigue como crimen de lesa humanidad la quiebra de esa compañía, una de las más importantes del rubro hasta la década de 1970.

“Nos obligaron a pedir concurso de acreedores bajo amenaza de que nos iban a detener, nos obligaron a vender nuestro banco y no nos dieron un centavo, y de todas maneras nos detuvieron”, resumió Salimei, quien atribuyó esos hechos a Alejandro Reynal, vicepresidente del Banco Central de Argentina durante buena parte de la última dictadura cívico militar eclesiástica.

En diciembre pasado, la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad recomendó a la titular de la Fiscalía federal n° 10, Paloma Ochoa, a cargo de la causa, tomar una serie de medidas de prueba para determinar si el expediente se encuentra frente a esa clase de hechos imprescriptibles.

Sasetru no existe más. Su último estertor fue a comienzos de la década de 2000, cuando un puñado de sus trabajadores intentaron transformar la planta que tenía en Avellaneda en una fábrica recuperada de fideos. Para entonces, se desangraba por la herida de muerte que había sufrido en 1981 en manos de funcionarios civiles de la última dictadura.

En 2013, Salimei y la Comisión Nacional de Obreros y Empleados de Sasetru impulsaron pedidos para que la Justicia y el Poder Ejecutivo investiguen lo ocurrido con esa compañía durante el terrorismo de Estado, cuando fue impulsada a una quiebra plagada de irregularidades que constituyó un despojo, informó el periodista Leonardo Castillo de la agencia pública Telam.

Hubo una presentación administrativa ante la Secretaría de Derechos Humanos y luego una denuncia ante la Justicia del fuero comercial que, años después, terminó en el fuero criminal y correccional. No bien recibió el expediente, el juez Rodolfo Canicoba Corral lo delegó en la Fiscalía 10, primero a cargo de Miguel Angel Osorio y luego de Paloma Ochoa.

Fue Ochoa la que le dio “un empuje mayor” a la investigación, detalló Salimei. Y la que, antes de continuar avanzando en el expediente, decidió remitirlo a la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad, a cargo de la fiscal Ángeles Ramos, “a fin de definir un curso de acción que preserve la eficacia de la investigación”, postuló la titular de la Fiscalía 10.

A fines de diciembre pasado, Ramos emitió un dictamen en respuesta de aquel pedido. Allí, recomendó a Ochoa la puesta en marcha de una veintena de medidas con el objetivo de recolectar pruebas que le permitieran confirmar si los hechos bajo análisis constituían delitos de lesa humanidad o no. Entre todas las medidas, se destacan la ampliación de testimonios, la convocatoria a testigos nuevos, la solicitud de una gran cantidad de información al Banco Central, Ministerio de Economía y Ministerio de Defensa, y la asistencia de la Dirección General de Asesoramiento Económico y Financiero en las Investigaciones (DAFI) así como de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), ambas áreas de la Procuración General, así como la consulta a la Unidad Especial de investigación de delitos de lesa humanidad cometidos con motivación económica, de la Secretaría de Derechos Humanos, sobre antecedentes de los hechos bajo investigación.

Los hechos.

Sasetru fue fundada por Jorge Salimei, Ángel Seitún y Fermín Trucco Aguinaga en 1948. Para 1970, era la compañía de alimentos más grande del país: empleaba a más de 10 mil personas, tenía un holding con más de 140 empresas, contaba con 10 fábricas en Buenos Aires, Mendoza y en Europa, gerenciaba un banco.

“Era un modelo de compañía que no le caía simpático a los planes de la dictadura. Acá hubo una decisión ideológica y política de destruir el grupo”, subrayó Salimei hijo.

Tras el Rodrigazo, reseñó Télam, la compañía comenzó a tener problemas. Luego la dictadura metió sus manos: las denuncias apuntan contra el dictador Jorge Rafael Videla, su ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz y el alfil de ambos en el Banco Central, Alejandro Reynal. Él, que fue vicepresidente del Central entre 1979 y 1981, es el único que está vivo y acumula varias denuncias similares a ésta, por su rol protagónico en los delitos económicos que la última dictadura realizó en usufructo del poder del Estado.

En este caso, los hechos principales a investigar son tres, según resumió Ramos en su dictamen de diciembre. Por un lado, “la firma mediante intimidación de la cesión de todas las acciones del grupo Sasetru, a favor de un fideicomiso comandado por Roberto Bullrich y Alejandro Reynal, que fuera suscripto en contra de la voluntad de los firmantes el día 28 de abril de 1980 a las 16;30 horas, en el Ministerio de Economía”. Luego, “las detenciones ilegales” de unos 14 directivos de la compañía incluido Seitun, uno de los fundadores. Fueron detenidos en el marco de una denuncia penal de Reynal en representación del Banco Central por defraudación, querella que la Justicia tardó décadas en hallar. Por último, “la venta ilegítima del Banco Internacional (BISA, potestad de Sasetru) al Bankamerica International Financial Corporation (Bank of America) por la suma aproximada de 150 Millones de dólares”, enumera el dictamen de la PCCDH.

No solo nos obligaron a pedir la quiebra de la compañía, sino que en el camino nos obligaron a vender el banco y se quedaron con 150 millones de dólares porque de ese dinero, que fue lo que se pagó por el BISA, nosotros no vimos un peso”, concluyó Salimei, quien insistió en enmarcar lo que sufrieron él, sus hermanos, los socios de su padre y las 10 mil familias que se quedaron en la calle” en “una matriz ideológica antiindustrial que la dictadura vino a aplicar”. “Fue una tragedia nacional”, definió. 


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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