Cultura Arte & pop
Se cumplen 85 años de la muerte de Alfonsina Storni en Mar del Plata.
Este miércoles 25 de octubre de 2023 se cumplen 85 del fallecimiento de Alfonsina Storni. La poeta argentina, nacida el 29 de mayo de 1892, se quitó la vida en una playa de la zona de La Perla, en la costa marplatense, el martes 25 de octubre de 1938 cuando tenía 46 años.
Considerada una de las poetisas más importantes dentro de la literatura argentina, Alfonsina Storni se convirtió en una leyenda, tanto por su obra como por su trágico final. El 25 de octubre de 1938 decidió quitarse la vida dentro del mar y así nació el mito en torno a una de las plumas hispanoamericanas más importantes del siglo.
Alfonsina Storni tuvo una vida tan dura como apasionante. Vivió marcada por las estrecheces económicas, condicionada en la infancia por el alcoholismo de su padre y obligada a sobrevivir por sí misma desde pequeña. Era una niña tan distinta que su madre vio en ella cualidades diferentes de las de sus hermanos y fue a la única a la que escolarizó.
Alfonsina Storni Martignoni nació en Capriasca, Suiza, el 29 de mayo de 1892, pero cuando tenía cuatro años, su familia regresó a la provincia de San Juan donde sus padres y tíos eran dueños de la fábrica de Cerveza Los Alpes. En 1901, la familia se mudó a la ciudad de Rosario, y con la muerte de su padre alcohólico, comenzó a escribir sus sentimientos en forma de prosa.
Con 12 años Alfonsina escribió su primer poema, marcado por la tristeza de la vida que ve alrededor y centrado en la muerte. Lo dejó debajo de la almohada de su madre para que lo leyera, y a la mañana siguiente, su madre, enfadada, le riñe explicándole que la vida es dulce.
En esos años la madre de Alfonsina intentó dirigir una escuela privada con 50 niños, pero el padre decidió que era mejor dirigir un café pequeño en el que la pequeña Storni servía y fregaba. Todo falló y las condiciones empeoraron cuando murió el padre en 1906.
Alfonsina Storni decide que tiene que sobrevivir por ella misma y con 14 años se traslada a Coronda para estudiar Magisterio. Trabaja en una empresa de gorras, en otra de aceites y también como celadora en una escuela, pero el dinero que le queda tras pagar la pensión no le da para vivir y hace escapadas a Rosario para cantar en un teatrillo como corista. Cuando descubren su trabajo como cantante Alfonsina piensa en suicidarse arrojándose al río. Sin embargo, al año siguiente obtiene el título de maestra rural y ejerce ese otoño en una escuela de Rosario, que incluso llega a dirigir, pero sus ataques de nervios la obligan a dejar el trabajo.
Como ya tiene clara su vocación de escritora, publica sus primeros versos en las revistas Mundo rosariano y Monos y monadas, pero a la vez sufre su primer desengaño amoroso con un hombre casado, 24 años mayor que ella, y que además la deja embarazada. Alfonsina, avergonzada, se refugia en Buenos Aires, pero decide tener al hijo que lleva dentro y con 20 años da a luz a Alejandro.
El primer libro de Alfonsina Storni se publicó en 1916, cuando era pobre, madre soltera, sin contactos adecuados y considerada poco atractiva según los estándares de la época. Se publicaron quinientas copias por 500 pesos. Sus siguientes obras, El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), y Languidez (1920) expresan sus frustraciones con los estereotipos de las mujeres. Precisamente en este último proclamó en uno de los versos: “Señor, el hijo mío que no me nazca varón”.
En la obra Tú me quieres blanca expresa su descontento con el hombre hispanoamericano que quiere que las mujeres sean puras. O en Hombre pequeñito habla sobre la prisión que la mujer puede sentir por las relaciones con los hombres. Storni habló en nombre de muchas mujeres al sugerir que las relaciones entre hombres y mujeres fueran intelectuales y más equilibradas. Instó al gobierno a otorgar el voto a las mujeres y escribió artículos y ensayos sobre los derechos de las mujeres. El diario La Nación de Buenos Aires publicó varios artículos suyos que escribió con seudónimo y se convirtió en parte de un grupo de escritores, poetas, artistas y músicos de la época que juntos visitaban La Peña, un restaurante donde Alfonsina recitaba su poesía.
En 1920 Alfonsina Storni ganó el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por Languidez. En 1921, el Teatro Infantil Municipal Labardén creó un puesto para ella y en 1923 se convirtió en profesora de Lectura y Declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. Poco después obtuvo una cátedra en el Nacional de Música y Declamación.
Sin dejar de escribir, sus obras Ocre (1925) y Poemas de amor (1926) expresan el resentimiento femenino hacia el hombre que simplemente busca la comodidad. Comparadas con sus trabajos anteriores, estos son poemas más cínicos e irónicos que expresan su actitud cada vez más mordaz hacia los hombres.
Sus recurrentes viajes a Uruguay la acercaron a colegas como Juana de Ibarbourou y Horacio Quiroga, con quien mantuvo una profunda amistad. En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos, donde asistían figuras importantes de las letras como Federico García Lorca y Ramón Gómez de la Serna.
En el verano de 1935 Alfonsina descubrió que tenía cáncer de mama. Bañándose en el mar, una ola fuerte y alta la golpeó en el pecho sintiendo un dolor muy fuerte y perdiendo el conocimiento. Descubrió un bulto en el pecho que hasta el momento no se había notado. Fue operada y, aunque se pensaba que era un tumor benigno, en realidad tenía ramificaciones, por lo que la mastectomía le dejó grandes cicatrices físicas y emocionales.
Un año y medio después de que su amigo Quiroga se suicidara en 1937 y atormentada por la soledad, Alfonsina Storni comenzó a llamar al mar en sus poemas y habló sobre el abrazo del mar y la casa de cristal esperándola allí en el fondo. En 1938 le reveló a su hijo que el cáncer había llegado a su garganta y que se negó a someterse nuevamente a una cirugía.
El 18 de octubre tomó un tren a Mar del Plata y se quedó en un pequeño hotel, dónde escribió su último poema Me voy a dormir y lo envió a la redacción de La Nación. Mientras el público leía su poema, ella se suicidó en la playa La Perla en Mar del Plata en la madrugada del 25 de octubre, cuando tenía 46 años.
Hay dos versiones sobre el suicidio de Alfonsina: una de tintes románticos, que dice que se internó lentamente en el mar, y otra, la más apoyada por los investigadores y biógrafos, que afirma que se arrojó a las aguas desde una escollera.
Su suicidio inspiró la canción Alfonsina y el mar, de Ariel Ramírez y Félix Luna, que ha sido interpretada por innumerables músicos de lengua española, destacando la versión de Mercedes Sosa y la de Chabuca Granda. Desde 1996 hasta 2010, la actriz Amelia Bence, que fue alumna de Storni en el Teatro Infantil Labardén, la interpretó en diversos teatros de Hispanoamérica con la obra Alfonsina, el mar y yo, que intercalaba música y poesía.
Varias calles llevan su nombre en localidades de Argentina, por ejemplo, en el barrio porteño de Saavedra, en el barrio Paso Piedras de Junín, en Rosario, en Concepción de Uruguay y, por supuesto, en Mar del Plata, donde tiene hasta un monumento en la playa.
Sus restos se encuentran enterrados en el cementerio de la Chacarita y su obra poética y teatral es su mejor legado, tanto por su originalidad y relevancia como por su estilo posmodernista que culminó con alguna obra vanguardista
Cultura Arte & pop
Dillom triunfó en los premios MTV Europe Music Awards 2024
El cantante, que también está nominado al Latin Grammy, celebró la estatuilla la cual es votada por millones de seguidores alrededor del mundo. El reconocimiento se da luego de que el compositor se cruzara con «La Pistarini», el militante libertario que lo insultó en un vuelo.
A los días movidos que tuvo, ahora se le suma un gran triunfo: el cantante y rapero Dillom ganó su primer premio MTV: en esta ocasión, triunfó como «Mejor Artista Latinoamericano Sur» en los Europe Music Awards 2024 (EMAs), que se celebraron en Manchester, Inglaterra.
Gracias a su álbum conceptual Por Cesárea, el cual fue aclamado por la crítica especializada por jugar con el postrock, el hip hop y el pop con tonos oscuros y sombríos, el compositor venció a sus colegas de la categoría como Emilia Mernes, Luck Ra, María Becerra y Trueno.
A su manera, el intérprete mandó un video en vertical, mientras que él está posicionado de manera horizontal, y agradeció a todos sus fanáticos y seguidores que lo votaron en la terna. «Muchísimas gracias a toda la gente que me votó, vamos Argentina y gracias por este hermoso premio», sentenció.
Y esta semana recién empieza para el también productor, ya que está nominado por primera vez a los Latin Grammy en la categoría «Mejor Álbum de Música Alternativa». La gala será este jueves 14, desde el Kaseya Center de Miami.
El más que reconocido merecimiento, que se da en medio de una intensa gira por el país y por otros países de América Latina, sucede luego del cruce con el troll libertario «La Pistarini».
Resulta que el twittero ultraderechista había subido a la red social una foto del cantante sentado en el avión, acompañada de insultos hacia su persona. El momento en el que el cantante se acercó a increparlo se volvió viral.
«Lo último que me faltaba, coincidir en el vuelo con el pelotudo de Dillom«, había escrito en su cuenta el usuario @La_Pistarini —en la vida real, se llama Juan Carlos Siber—, quien en posteos anteriores había manifestado opiniones en contra de los inmigrantes, a favor de Javier Milei y Donald Trump. Sin embargo, no tuvo en cuenta que el rapero de 23 años advirtió enseguida ese contenido y quedarse en silencio no era una opción
La respuesta de Dillom
Primero, Dillom comentó el mismo posteo e invitó al twittero a un intercambio cara a cara. «Deci qno tenes foto de la cara sino te busco y te doy un sopapo (sic)», comentó el rapero y aseguró que ante una primera ronda de preguntas respecto a quién había sido el autor del contenido «no se hizo cargo ninguno».
Con celular en mano y después de intercambiar mensajes con algunos de sus seguidores, que lo ayudaron a identificar al provocador, el autor del hit «Cirujía» se levantó de su asiento para dar con él. «¿Vos sos Pistarini? ¿El que sube fotos mías a Twitter? ¿Tenés algún problema?», le dijo Dillom al twittero libertario.
«Ninguno capo, andá tranquilo», le respondió el hombre, que siempre permaneció sentado en su butaca, intentó dejar de ser grabado al tapar con su mano la cámara y estaba visiblemente incómodo por la reacción del cantante.
«Te arranco la cabeza, ah mira que guapo que sos, pelotudo, portate bien, ¿dale?», fueron las últimas palabras de Dillom para cerrar el intercambio. «Así de guapos son en persona», fue la reflexión final del artista unos momentos más tarde.
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Cultura Arte & pop
Prendas tradicionales rusas en el Museo Provincial de Bellas Artes de San Juan.
Se exhibieronn prendas tradicionales para niñas y mujeres, junto a reproducciones fotográficas de cuadros clásicos del siglo XIX y XX donde está presente el uso del “kokoshnik” – diadema rusa – acompañados de texto explicativo.
La muestra estuvo en pensada inicialmente del 1 al 15 de Octubre, pero se extendió hasta el lunes 21. La misma se realizó en el Hall Central Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson con entrada libre y gratuita.
Los trajes típicos se basan en el “sarafán”, un vestido sin mangas, largo y de línea trapezoidal con tirantes que se usa con una camisa blanca de mangas largas.
Está presente la “rubakha”, variante antigua de la camisa contemporánea que podían usar tanto hombres como mujeres..
Kokóshnik: la evolución de la diadema rusa
En la antigua Rus las mujeres no llevaban sombrero, eran cosa de hombres. Las mujeres tenían sus propios tocados, más bellos y cómodos: los ‘kokóshnik’. Estaban hechos de materiales delicados, como seda o terciopelo y se decoraban con perlas, encajes, piedras y bordados de hilo de oro.La palabra kokóshnik viene del término eslavo kokosh, que significa “pollo” o “gallo”. Esos antiguos tocados rusos en forma de cresta (de abanico o de pantalla circular) han sido durante mucho tiempo un símbolo de la moda rusa.
En su estructura, el kokóshnik es un abanico ligero hecho con papel grueso y una cinta metálica o corona, cosidas a un sombrero o una redecilla. La base estaba hecha de damasco (tejido con brocados ornamentales) o terciopelo rojo sobre una superficie dura hecha de tela o cartón, que o bien se pegaban o bien se acolchaban juntas.
En la parte superior, la cresta se decoraba con ornamentos: flores frescas o artificiales, brocados, encajes, cuentas, perlas de río (a partir del siglo XVI se recolectaban en el lago Ilmen), hilos de oro, láminas, vidrio o piedras preciosas. El cuello solía cubrirse con hilos de oro bordados.El kokóshnik tenía un fondo de tela. Se fijaba por detrás a la cabeza mediante cintas. Al colocarlo, el kokóshnik solía empujarse ligeramente hacia la frente, mientras que la parte de atrás solía cubrirse con una tela o una pieza añadida de terciopelo carmesí, y se sujetaba con cintas.
Sobre los kokóshnik se solían poner chales de seda o lana que se bordaban con frondosos adornos hechos con unos pañuelos de oro o plata, es decir, losubrús; una manta ligera y delgada decorada con encajes bordados o un velo. El pañuelo se ponía en diagonal y se sujetaba bajo la barbilla. Un largo velo hecho de gasa o seda se fijaba bajo la barbilla o bajaba desde la parte superior del kokóshnik hasta el pecho, los hombros o la espalda.
La forma del kokóshnik variaba mucho de una región a otra, pero tendía a depender de las particularidades de la costumbre de recoger el pelo en un arnés o dos trenzas: alrededor de la cabeza sobre la frente, por el cuello y las sienes, etc.Varias láminas, cortes, coberturas del cuello y otros detalles, que variaban mucho según la región rusa, servían de diseños y decoraciones adicionales. Sin embargo, todas se mantenían sobre una base dura, el kokóshnik. En tiempos más recientes, la tradición de vestir el kokóshnik perduró como complemento nupcial hasta la década de 1920. La joven novia vestía este tradicional tocado desde el día de su boda hasta el día en que nacía su primer hijo. Entonces, solo podía lucir el kokóshnik en ceremonias especiales o los días festivos.
Pedro el Grande prohibió a las mujeres nobles que vistieran el kokóshnik mediante un decreto real. Pero regresó a la moda de la corte femenina de la mano de Catalina la Grande, quien promovió la moda à la russe en la conciencia del siglo XVIII, y lo trajo de vuelta a las fiestas de disfraces.
Las guerras napoleónicas inspiraron un renovado interés por las vestimentas tradicionales. Entre 1812 y 1814, los vestidos rusos rojos y azules (los sarafán) volvieron a estar de moda./ La emperatriz María Fiódorovna con un kokóshnik con tiara de diamantes, alrededor de 1880.
Los vestidos de baile de la corte de principios del siglo XX y la imaginación de los diseñadores rusos y los modistos emigrados incrementaron de forma significativa la popularidad de los kokóshnik.
El Sarafán: Un símbolo de la feminidad rusa
El sarafán es una prenda femenina rusa tradicional que ha sido usada por las niñas y mujeres en las zonas rurales de Rusia desde el siglo XVIII. Este vestido sin mangas es largo y tiene una línea trapezoidal, con tirantes. Se acompaña de una camisa blanca de manga larga y a menudo se ceñía a la cintura con un cinturón de tela. El sarafán fue especialmente popular en el centro y norte de Rusia, así como en las regiones del Volga.El nombre sarafán proviene del persa sarapa, que significa de la cabeza a los pies. El sarafán fue usado por las mujeres campesinas, pero las clases altas abandonaron esta prenda en favor de la moda europea occidental.
El sarafán es una prenda icónica en la vestimenta tradicional rusa y tiene un significado simbólico en la cultura del país. Este vestido delantal era considerado un símbolo de feminidad y se asociaba con la modestia y la pureza. Las mujeres rusas solían usar sarafanes de colores vivos para ocasiones especiales como bodas y festivales, mientras que los sarafanes de uso diario eran más simples y de colores más apagados.
El sarafán también era una forma de expresar la identidad regional y social. Cada región de Rusia tenía su propio estilo y diseño de sarafán, con diferentes adornos y detalles. Por ejemplo, los sarafanes utilizados en los Urales tenían una forma trapezoidal y estaban decorados con botones o listones en el frente, mientras que los sarafanes sordos no tenían costuras en el frente y estaban hechos de una sola pieza de tela.Hoy en día, el sarafán se usa principalmente en representaciones de folclore ruso. Sin embargo, todavía se pueden encontrar versiones modernas de esta prenda en la moda contemporánea, con diseñadores que se inspiran en el sarafán para crear piezas únicas y elegantes.
La Rubakha
La vestimenta de los hombres era sencilla y constaba de algunas prendas básicas. Estos eran comunes tanto a los campesinos como a los nobles adinerados, aunque estos últimos a menudo tenían sus ropas hechas de materiales más caros, podían usar diseños sofisticados y también tenían sus ropas generosamente decoradas con piedras semipreciosas y bordados elaborados. Rubakha, o sorochka, era el nombre de la camisa que estaban hechas de lino o algodón, podían no tener cuello y, en la mayoría de los casos, tenían un «cuello torcido» (es decir, abierto hacia un lado); este tipo de camisa se llamaba kosovorotka. El cuello y los adornos de la camisa a menudo estaban bordados con hermosos diseños.La rubakha es el elemento básico de cualquier vestuario tradicional ruso, que podían usar tanto hombres como mujeres.
Por lo general, la rubakha se usaba con una faja o correa en la cintura que podía estar hecha de seda o lana y, a menudo, tenía borlas en los extremos. Los hombres mayores solían vestirse de manera más humilde que los jóvenes solteros. Aunque la vestimenta de los hombres no era tan elaborada como la de las mujeres, aún reflejaba la identidad y la cultura rusa
Las prendas pertenecen a la Casa Rusa de Buenos Aires, que es el centro de la cultura y las ciencias rusas en Argentina. Organizó Fundación FIPPE
Cultura Arte & popTendencias
El oscuro legado de ‘El Cuervo’: cómo un disparo mortal consagró una de las películas de culto más relevantes
A 30 años desde su estreno, la historia de ‘El cuervo’ perdura entre sus seguidores con su profundo mensaje, en el que el amor verdadero es más fuerte que la muerte.
30 años después de su rotundo éxito, llega a los cines una nueva versión de ‘El cuervo’, protagonizada por Bill Skarsgard. Aunque el director, Rupert Sanders, aseguró que la película es más fiel a la novela gráfica original de James O’Barr, difícilmente alcanzará el nivel de éxito de la película de 1994, un clásico de culto que marcó un ‘legado maldito’ en la historia de Hollywood.
La película, estrenada el 13 de mayo de 1994, cautivó al público por la oscura atmósfera gótica recreada por el director Alex Proyas y la interpretación de Brandon Lee, que le aseguraron un lugar en la historia del cine. Sin embargo, fue igualmente recordada por la tragedia ocurrida durante su producción: la prematura muerte de su actor principal.
‘El cuervo’ cuenta la historia de Eric Draven, un músico que es brutalmente asesinado junto con su prometida. Un año después, es resucitado por un misterioso cuervo para vengarse de quienes le hicieron daño. El amor, la muerte y la sed de venganza fueron temas que calaron hondo en los espectadores, con un estilo visual marcado por paisajes urbanos lluviosos, más una banda sonora inquietante, que se desmarcó de varias superproducciones de la época.
‘El cuervo’ por siempre
Brandon Lee, hijo de la leyenda de las artes marciales Bruce Lee, que había empezado a hacerse lugar en Hollywood, fue el protagonista de ‘El cuervo’. Sin embargo, en marzo de 1993, durante el rodaje de una escena, Lee, de 28 años, resultó herido de muerte cuando el actor Michael Massee, que interpretaba a uno de los maleantes, disparó una pistola de utilería en la cual accidentalmente una bala había quedado en el cañón.
El tiroteo fue considerado un accidente. Sin embargo, Massee se tomó un largo año sabático. «Creo que nunca se supera algo así», declaró al programa de noticias Extra en 2005.
El incidente conmocionó a Hollywood y provocó cambios generalizados en los protocolos de seguridad de los sets de rodaje, especialmente en lo relativo al manejo de armas de fuego. A pesar de la tragedia, se tomó la decisión de completar la película, utilizando dobles y tecnología CGI para terminar las escenas restantes de Lee.
El éxito de la cinta fue agridulce, ya que tanto el público como la crítica alabaron el trabajo del actor al tiempo que lloraron la pérdida de una estrella que había estado a punto de alcanzar la grandeza.
Legado oscuro
A lo largo de los años, la trágica muerte de Lee ha desencadenado numerosas teorías conspirativas, con algunos fans y especuladores cuestionando el relato oficial de los hechos.
Una de las teorías más persistentes es la de que la muerte de Brandon fue parte de una «maldición» sobre la familia Lee. Esta teoría sugiere que las muertes prematuras tanto de Brandon como de su padre no fueron meros accidentes, sino parte de algo sobrenatural. El repentino fallecimiento de Bruce Lee en 1973 alimentó la especulación de que estaba maldito debido a sus supuestas conexiones con las artes marciales o porque desafiaba las prácticas tradicionales chinas. La teoría se extiende a Brandon, postulando que su muerte fue una continuación de esta supuesta maldición.
Las teorías de conspiración también fueron alimentadas por los extraños paralelismos entre la ficción y la vida real, con la trágica historia de fondo de O’Barr -quien creó el cómic luego de que su prometida fuera asesinada por un conductor ebrio- o la inminente boda del protagonista principal Eric y su novia Shelly, descrita en ‘El cuervo’, con el hecho de que Lee debía casarse con su propia prometida, Eliza, el 17 de abril de ese año.
Otro suceso que ha llamado la atención de muchos cinéfilos, es la gran similitud entre la muerte de Lee en el rodaje de ‘El cuervo’ y la muerte de la directora de fotografía, Haylna Hutchins, por el disparo de Alec Baldwin en el set de ‘Rust’. Ambas producciones cinematográficas se vieron ensombrecidas por tiroteos mortales que conmocionaron al público y suscitaron amplios debates sobre la seguridad en la industria.
«Ver que en los casi 30 años transcurridos entre las películas no habíamos mejorado eso fue ciertamente devastador», comentó Jeff Most, productor de ‘El cuervo’ (1994) en una entrevista concedida a The Guardian. «Como productor con más de 30 años de experiencia y numerosas películas de acción a sus espaldas, puedo asegurar que no hay lugar en el mundo en el que un actor sea responsable del arma que maneja», añadió, en defensa de Baldwin.
Tras el éxito de Lee como ‘El cuervo’, hubo secuelas olvidables. En algunas ocasiones, Bradley Cooper o Jason Momoa estaban previstos para interpretar a Eric. Aunque ningún proyecto ha logrado lo que la película inicial sí.
La historia de ‘El cuervo’ perdurará con su profundo mensaje, en el que se promete que el amor verdadero es más fuerte que la muerte.
@RT.
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