El Principado de Sealand es un micro-Estado de poco más de 500 metros cuadrados y está ubicado sobre una ex base naval que se utilizó durante la Segunda Guerra Mundial. Sus propietarios aseguran que es un país, aunque otros Estados nunca lo reconocieron.
A fines de los años 60, Paddy Roy Bates, ex mayor del Ejército Británico, buscaba un lugar donde asentarse para continuar con sus transmisiones ilegales de radio. Luego de varios conflictos con los tribunales de Reino Unido, en 1966 se trasladó junto con su familia a la plataforma marítima abandonada llamada HM Fort Roughs.
Ésta había sido utilizada por el Ejército de Reino Unido en la defensa aérea contra los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, pero nunca fue destruida después de su uso.
El 2 de septiembre de 1967, Bates decidió proclamar la plataforma como territorio soberano y dictaminar la creación del Principado de Sealand, del cual se declaró soberano.
El micro-Estado cuenta con una bandera, una constitución y una moneda oficial, además de 12 millas náuticas de aguas territoriales. Lo que llama la atención de la gente que lo visita es la idea de cansarse de lo establecido, ir contra la corriente alejándose de todo y aplicar nuevas leyes en un territorio propio, una idea anhelada por muchos.
Este país, que rara vez tiene más de treinta habitantes al año, tiene un lema escrito en la parte inferior de su escudo: «E Mare Libertas» (Desde el mar, libertad), que trata de simbolizar los ideales bajo los que fue creado.
El príncipe de Sealand falleció el 9 de octubre de 2012 en una residencia de ancianos de Essex, después de haber padecido de Alzheimer durante varios años.
Su hijo Michael Bates, quien ya se hacía cargo de la administración del territorio, fue el heredero del micro-Estado.
Vacíos legales.
Una gran interrogante acerca de este pequeño país que se erige sobre una estructura de concreto en las aguas del Mar del Norte es de qué forma se sustenta económicamente. Michael Bates, actual príncipe, aseguró en una entrevista a la BBC: «Vendemos títulos nobiliarios, camisetas, tazas, estampillas, monedas y casi cualquier cosa que tenga que ver con nuestro pequeño mini-Estado».
Y agregó: «También viajo por negocios, tengo otros intereses comerciales relacionados con frutos del mar y otros asuntos de internet«. Bates también asegura que Sealand tiene teléfono, internet, pasaportes (aunque dejaron de emitirlos después de los atentados del 11 de septiembre) e incluso una empresa de almacenamiento de datos llamada HavenCo.
Un dato que vale la pena destacar es que la plataforma naval fue creada por Reino Unido cerca de la costa de Essex, durante la Segunda Guerra Mundial, en aguas internacionales. Es decir, que se construyó ilegalmente fuera de las aguas territoriales británicas durante el conflicto bélico, pero luego de éste no fue destruida. Lo que generó un vacío legal perfecto que derivó en su independencia.
Sealand también tuvo episodios controvertidos en su historia.
En 1978 un grupo de mercenarios alemanes y holandeses interrumpió en la base naval durante la noche e intentó hacerse del lugar. Los asaltantes fueron detenidos por la familia Bates, que luego los tomó como prisioneros de guerra.
Al poco tiempo, el embajador alemán y una delegación oficial británica llegaron al lugar para negociar la liberación de los secuestrados. Generando inmediatamente, según la familia Bates, un reconocimiento de facto al Principado de Sealand por parte de Alemania.
El otro conflicto que tuvo esta particular monarquía fue en 1968 cuando un buque de la armada británica, que circulaba cerca de la plataforma, fue atacado por Michael Bates que le disparó como advertencia para que no se acercara. Esto fue llevado a la Justicia británica, que decidió que no podía juzgar ya que se trataba de aguas internacionales y no de un territorio británico.
Actualmente Michael Bates vive con su familia en Reino Unido y solo residen en Sealand entre 2 y 30 personas, dependiendo del momento del año. Todas son contratadas por la familia Bates y se dedican a tareas de mantenimiento de la base.