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Sociedad Relatos de Vida

Una sanjuanina que atravesó el océano en busca de su destino, de Sierra de Chávez a Salamanca-España.

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Ahora San Juan tuvo el placer de conocer a una gran sanjuanina. Todo aquel que alguna vez se la cruzó recuerda su creatividad, alegría y poder de resiliencia. Marití Martín, una mujer difícil de encasillar , ya que podría ser denominada como polifacética… sin embargo con el don de compartir conocimiento con otros la llevan a dedicarse a la docencia en distintos aspectos. De San Juan a España, dejando huella.

Algo que marcó la carrera profesional de esta licenciada en Artes Visuales, egresada de la Universidad Nacional de San Juan, fue su experiencia como docente en el Plan Mejora en el que se desempeñó como decente en una escuela albergue en Sierra de Chavez, Valle Fertil.

El Plan Mejora pretendía llevar asignaturas que los estudiantes de escuelas rurales no tenían, tales como ingles, arte, teatro, música, informática. “En las escuelas rurales, como en la que yo estuve, a los estudiantes se les da materias básicas como Lengua y Matemática, y algo, pero muy poco, de gegrafía, historia. Yo di Teatro e ingles”.

Contando sus incios en la docencia, Marití recuerda que “Yo había hecho teatro, entonces hice una capacitación docente y empecé a dar teatro y expresión corporal en inglés en un instituto en el 2006, así empecé a incursionar en la docencia, allí estuve trabajando 11 años”. Aquellos primeros pasos que la llevarían a tener un trabajo que dejaría grabados momentos para siempre en su vida y en la de quienes fueron sus estudiantes.

La polifacética mujer inció en el Plan Mejora por recomendación de una colega “presenté el Curriculum y quedé”. “Este es un trabajo que no es para cualquiera, no era consciente de todo lo que significaba, me dijeron “mirá que es lejos, mirá que tenemos que ir a la sierra” y yo sólo decía “qué lindo, qué lindo”. Tenía otros trabajos en la ciudad, entonces tuve que coordinar para que buscaran reemplazante”, así emprendió viaje.

La escuelas de las sierras, como muchas escuelas rurales, tienen un funcionamiento de “Escuela Albergue”, es decir que estudiantes y docentes, como personal no docente, conviven en la institucion durante un periodo y luego regresan a sus hogares.

“La mayoría de los estudiantes viven cerca en la sierra pero esa cercanía es diferente a la que uno supone en la ciudad. Son bastantes kilómetros que tienen que hacerse caminando. No se puede pensar en “llegar a las 8 de la mañana y me voy a las 12 del mediodía” como suele ser en la mayoría de las escuelas primarias. Es un sistema de escuela albergue, donde los chicos conviven ahí, se quedan a dormir. El director suele ser, también, un maestro y algunas maestras/os y los celadores que tienen varias funciones como portero, cuidadores, cocineros”, explica Mariti.

¿Cómo era el llegar hasta la escuela?, le preguntó Ahora San Juan a la docente. “Nos íbamos desde la terminal de San Juan en el colectivo de la noche hasta  Valle Fértil. Llegamos alrededor de las 22hs, comíamos un sanguchito y tomábamos una mula ahí, que por lo general había problemas de logística y las mulas no aparecían”

Las mulas merecen un capitulo, o libro entero, en la vida de la docencia rural. “Una señora tenía a las mulas en el lugar, que era de Sierra Elizondo, un chico las bajaba y después las mulas mismas volvían a sus casas”. La docente cuenta las mulas normalmente vivian cerca de las escuelas y por eso solo ellas debían “volver a casa”, por eso sabían el camino de memoria. Los viajes de entre 7 a 8 horas arriba de la mula eran complicados “el paisaje es hermoso, creo nunca haber visto algo igual. Pero es peligroso, hay partes que es la montaña y el precipicio. Las mulas son el único medio ‘seguro’ para llegar. Ningun vehículo de 4 ruedas puede ingresar, porque el camino lo impide, los burros son animales torpes entonces pueden caer por el precipicio, y los caballos son muy grandes. Una vez me contaron que un docente trató de hacer un circuito de motocross para llegar de San Agustín hasta la escuela, llegó muy cerca; dicen que dejó la moto tirada hasta donde el camino lo dejó y que llegó a la escuela caminando, lo hizo una sola vez por que es riesgoso. En fin, la mula es el único animal que sabe como poner la patita entre las rocas para no caer”, afirma Mariti. “Es más, muchos de los directivos de las escuelas en las sierras con sus primero sueldos invertían en comprarse una mula”, agrega.

“Apenas llegás la gente te recibe con un amor descomunal, era hermoso, dábamos las clases. Íbamos alrededor de 10 días y convivimos entre todos, dormíamos en las mismas habitaciones, hay una habitación para varones y otra para mujeres”, más que un trabajo ir a Sierra de Chávez se convertía en el segundo hogar de todos los que allí compartían 10 días de aprendizaje.

Una imagen queda grabada en la mente de la docente “recuerdo que el último día hicimos un fogon a modo de despedida, los chicos mostraron una obra de teatro que habiamos preparado en esos 10 días, realmente era muy gratificante”.

Lamentablemente “en el 2011 agotaron el presupuesto. Empezamos a ir 10 días cada tres meses a Sierra Elizondo, y los niños de las otras sierras se tenían que trasladar hasta Elizondo  para que todos juntos tuvieran las clases, así el gobierno no tenía que pagar tantas horas a los docentes. Los estudiantes llegaban por su cuenta, la mayoría caminando y muy pocos contaban con mulas”.

Enfermarse, una situación compleja. “En las tres escuelas hay un enfermero que está designado a la zona y vive cerca, tiene la sala cerca. Tiene varios elementos de primeros auxilio, entre las cosas que tienen para los primeros auxilios es una inyección contra la picadura de la víbora cascabel porque hay muchas en la zona. Me contaron que hubo una época en la que se morían muchos niños por la picadura de la cascabel porque no les daba el tiempo para llegar por un antídoto, el veneno es muy fuerte. Estos enfermeros están casi todo el año, hay momentos en los que no hay nadie, pero suele ser siempre. El helicóptero sanitario de la provincia si puede llegar a la zona, cerca de las escuelas aplanaron una zona para que pudiese bajar para casos de extrema necesidad. En ese helicóptero una vez fue el gobernador José Luis Gioja, en aquel entonces fue para inaugurar los paneles solares. También suelen usar el helicóptero para hacer mantenimiento a los paneles solares. El uso es solo para uso gubernamental o de extrema urgencia. Recuerdo que nosotros una vez lo pedimos, porque para nosotros era una urgencia: teníamos que subir a dar clases y no teníamos mulas ni cómo conseguir algo para llegar, el helicóptero estaba ahí libre y lo pedimos y nos dijeron “no, solo en casos extremos”.

Marití recuerda aquellos años trabajando con estudiantes de las sierras en Valle Fértil como unos momentos “maravillosos”.

“La sonrisa de los niños cuando llegas, la calidez de la gente, ir en el camino y que las personas te conozcan, te espera y te van dando mates dulces con albahaca, el cariño, el respeto. Tantos niños con ganas de aprender otras cosas, que absorben el aprendizaje, quieren seguir aprendiendo, quieren seguir creciendo y lamentablemente muchas veces se les da tan poco y tan poca importancia, se los ve solo estadísticamente como “ah, pero es una escuela que tiene menos de 10 niños, la tendríamos que cerrar, no es rentable”, se olvidan que son personas, que son niños que aman aprender, quieren conocer qué hay detrás de las sierras”, envia como mensaje para recapacitar.

“Otra cosas maravillosa es el clima de trabajo, como convivis se torna muy intenso. Todos comemos lo mismo, nos bañamos en los mismos lugares, dormimos bajo las mismas condiciones, por eso se forma un clima de mucha igualdad, de muchísimo respeto, eso es muy bonito”.

“Lo complicado es el tema del acceso, es muy duro llegar hasta allá. El tema de la electricidad, el tener tan poca energía con los paneles solares hace que haya cosas que no se pueden utilizar. Arriba (en la sierra) hay computadoras y la profesora que subía para dar informática no podía dar su materia porque no se podían prender la computadoras por la falta de energía, entonces: ¿qué sentido tiene que el gobierno les dé computadoras/notebooks/netbooks si no lo pueden encender porque no hay energía?. Hay que buscar soluciones un poco más atrás, buscar la raíz del problema, asesorarse un poco más. Cosas básicas, como asegurar el agua caliente”, expresa como alguien que lo vivió en carne propia, quien convivió con la comunidad.

A lo que suma: “a nivel docente, te aseguro, muchas veces no tuvimos que ir a dedo desde San Juan Capital hasta Valle Fertil, porque los sueldos los veníamos a ver muchos meses después. Empezamos a trabajar en aquel plan en febrero y el primer sueldo lo recibimos en octubre, llega un momento que no tenés dinero ni para la mula, ni para el pasaje de colectivo, ni para nada. Hay tanta burocracia, tanto trámite, que había que esperar porque era un plan educativo que venía desde Nación, al final pasan demasiados meses para cobrar”.

 “Siguiendo con mi vida de docente rural, estuve como docente de portugues en la villa cabecera de Iglesia, en el 2017 y 2018, y era una asignatura que habían puesto a prueba por dos años porque había mucho turismo en el lugar y querían probar un idioma nuevo. Estuve durante esos dos años dando clases a chicos de secundaria y luego no renovaron portugues, entonces me quedé sin trabajo. Como también soy profesora de Yoga en ese época me la rebusqué dando clases de esta disciplina”, relata como uno de los últimos trabajos que tuvo en San Juan, antes de emprender viaje a su residencia actual: Salamanca-España.

“Tengo una hermana que hace diez años vive en España, específicamente en Salamanca, mi hermana vino por una beca de la UNSJ y luego hizo un doctorado acá y ya se quedó. Mi hermana en el 2019 se casaba, yo tenía unos “ahorrillos” y me pagué el pasaje para venir, solo al casamiento”, cuenta como la situación que la llevó a cruzar el océano.

“Estando acá, organizando todo ya para volver (enero 2020) se empezaron a  escuchar rumores sobre el coronavirus, se empezaron a  suspender algunos vuelos. Ante esa situación, medio alarmada dije “¿qué hago? ¿me vuelvo ya? o ¿empiezo a buscar algún trabajo por si me tengo que quedar?”, conseguí trabajo muy rápido como profesora de Yoga, también daba clases de Arte, de fotografía, manualidades, todo dependiente de la municipalidad de Salamanca, que da clases gratuitas a jubilados. En marzo del 2020 cerraron todo en España y yo me quedé acá, afortunadamente ya tenía trabajo para ese entonces me corresponden ayudas del gobierno y eso hizo que la pandemia en España fuese más llevadera”, la pandemia por coronavirus estiraron su estadía y sentaron las bases para su nueva vida.

“Mi pareja, sanjuanino, se iba a venir a España conmigo pero a raíz de la pandemia el viaje se atrasó más de lo esperado y recién llegó a fines del 2020. Durante el 2021 nos instalamos definitivamente acá, nos quedamos embarazados y fuimos papas en diciembre del 2021, muy felices y contentos”, finaliza.

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Piloto le propone casamiento a su novia en el lanzamiento del Safari.

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Surgió el amor en Valle Fértil, exactamente en la simbólica largada del evento deportivo Safari Tras la Sierra. Las imagenes se viralizaron rapidamente.

El Safari Tras la Sierra reune afisionados y turistas no solo de San Juan,sino tambien de todo el país y otros paises, miles de personas llegan a la majestuasidad del rio de Valle Fértil para disfrutar los dias de este evento deportivo.

Frente a todas estas miles de personas el piloto sanjuanino Javier Marcial se arrodillo frente a su enamorada, Johana Contreras, para proponerle casamiento.

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“La profe”: Romina, la multifacética sanjuanina que reluce desde lo educativo y lingüístico hasta lo cultural y artístico.

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Todos los 17 de septiembre es celebrado el Día del Profesor en nuestro país y la conmemoración nace para ensalzar la labor de los docentes encargados de la educación secundaria y superior. La fecha supone un homenaje a la figura de José Manuel Estrada, un reconocido escritor e intelectual argentino que destacó por su gran dedicación y compromiso en la labor de profesor. Desde Ahora San Juan destacamos el relato de vida de la profe Romina.

Romina Pereyra, es una joven que tiene más de una disciplina que la apasiona en la vida. Comenzó siendo Profesora de Educación Física, es intérprete de lengua de señas hace más de una década, y luego se recibió de Profesora de Teatro, al mismo tiempo que practica la actuación en variados personajes y en distintas puestas. Desde Ahora San Juan hablamos con ella, para conocer acerca de estas vocaciones y de su amor por cada una de ellas.

En muchas etapas de nuestras vidas se nos intenta encasillar para una sola actividad o debemos elegir una profesión o vocación. Romina, es un caso muy especial, ella siempre ha hecho y hace todo lo que su corazón le demanda y lo que ha podido cumplir. Es una gran hacedora de sueños, que lucha por ellos. Simpática, organizada, sencilla y sobre todo una buena aprendiz y maestra.

Tiene 39 años, y nos cuenta cómo se fueron relacionando sus carreras y hobbies. ‘’En mi residencia de Eduación Física teníamos una parte, que era la de educación especial, en ese momento se llamaba así, y mi residencia me toca en la Escuela Bilingue de San Juan. Cuando llego a mis primeras observaciones de las clases, me encuentro con un mundo que yo desconocía totalmente, para todo se comunicaban con señas. Me toca el nivel inicial de la escuela y estaba frustrada, angustiada. Yo era la única en la escuela que no sabía señas y no me podía comunicar con quienes iban a ser mis alumnos por un buen tiempo‘’.

‘’El profe de ese entonces, Guillermo Basañez, nos calmó y nos dijo que ya ibamos a aprender. Me pasó las señas básicas para ir aprendiendo a comunicarme y comenzar con las intervenciones de a poquito porque esa era la estructura: observaciones de clases, intervenciones y en un tiempo más daba la clase completa para los chicos‘’.

‘’Comencé a aprender las primeras señas y después busque dónde estudiar porque me encanto. Vi la inmediatez de la comunicación, la repuesta de los chicos. Me enamore de la lengua de señas en esa instancia de mi carrera y comencé e estudiar en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de San Juan cumpliendo con los tres años de estudio. Hasta el día de hoy, me desempeño como profe y como interpréte y año a año me voy actualizando en cuanto a las señas porque van cambiando, incluso con la Pandemia, se agregaron muchas y se van actualizando‘’. Así es cómo nuestra protagonista, logra unir dos de sus grandes pasiones en una sola actividad, tan motivadora como desafiante.

Romina, se recibió de Profesora de Eduación Física en el 2007, trabajó en gimnasios, como profe de pilates y en escuelas estatales. Pero nos dice que tiene una preferencia muy particular que la une con los más pequeños.‘’Trabaje con una franja etaria bastante amplia, pero lo que más me gusta es trabajar con los chicos de primaria. En este momento y desde hace siete años, trabajo en la escuela Timoteo Maradona, en Rivadavia, con chicos desde primer año hasta sexto de la primaria.Siempre cuento que soy una afortunada de trabajar de lo que me gusta, porque amo trabajar con los niños que tienen, para mí, una energía muy especial‘’.

Lo más curioso de esta nota es saber cómo siguió sumando aprendizajes. ‘’Y lo de Teatro tiene que ver con lengua de señas, porque en el estudio de esta lengua, me hice amiga de un joven sordo y el quería estudiar teatro y no podía hacer ningún taller porque no tenía quién lo acompañase, entonces me pregunta si lo quería acompañar y comenzamos en un taller de Marcelo Meyer, que es un genio, no tuvo ningún inconveniente con que estuvieramos los dos y comencé de intérprete y me quedé como alumna. Y así empecé con esta locura del teatro”, expresó la profe.

‘’En el 2017, cuando se abre la carrera, se me ocurrió empezar para incorporar herramientas nuevas a mi carrera de docente. En lo que es Teatro, me ayudó mucho, coseché amistades muy bonitas y me abrió la cabeza, amplie mi mirada.

Y trabajo a veces como actriz también, he actuado en la Fiesta del Sol, en obras independientes, en musicales y creo que es otra cosa más para agradecer a Dios, al universo o a lo que cada uno crea‘’, nos dijo Romina.

Hay dos Fiestas del Sol que han marcado la vida de Romi, una fue ‘’Sueños de Libertad‘’ y la otra fue ‘’Evolución‘’ en la que tuvo un co-protagonico en el que actúo de mamá de un niño y considera que los personajes que les tocaron, tenían una magia muy especial.

Y a nivel nacional, tuvo una participación con una cantante de opera, Claudia Lepez, que hizó la presentación de su libro de canciones de cuna. Se combinó la interpretación teatral y la lengua de señas.

En el 2021, el prestigioso Teatro Nacional Cervantes, a través de su programa Cervantes Educación, lanzó una convocatoria abierta a personas sordas y oyentes de todo el país para su “1er Laboratorio de Actuación. Lengua de señas en escena”, y Romina no dudó en presentarse.

El proceso de postulación, que constó de tres instancias evaluadas por gente experimentada en estos campos, no era sencillo.Romina Pereyra se convirtió en la única sanjuanina dentro de un seleccionado nacional de 20 nombres (pares de Corrientes, Jujuy, San Luis, Buenos Aires, Santa Fe, Catamarca, Tierra del Fuego, Córdoba y Chaco).

Quienes la conocen, pueden definir a nuestra protagonista como empática, apasionada, detallista y muy sociable, es que dónde va deja una huella imborrable. Hoy, se encuentra pasando uno de los momentos más díficiles de su vida: la pérdida de su papá, un papá presente que marcó y forma parte aún hoy de lo que es ella como persona.

Y aún así, en la amabilidad que la caracteriza cuando le preguntamos acerca de sus próximos proyectos, no dudó en respondernos que va a seguir avanzando a pesar de que ahora le cueste pensar en algo por la situación que esta atravesando junto a su mamá, pero que en un futuro próximo desea aprender la técnica de clown y danza-teatro. ” Y un gran sueño pendiente es llevar la lengua de señas al teatro para incluir a la comunidad sorda. Son las dos cosas que me gustaría fusionar y con todas estas herramientas mejorar mi profesión de docente”, nos comentó.

Romina ha logrado mezclar su vocación profesional con sus pasiones y habilidades, sus deseos de desarrollo personal que le han permitido cambiar su mirada en todos los sentidos y también ser una profesora inclusiva. Ella se define como una persona que persigue sus sueños, que insiste para concretarlos y que es muy organizada y calma para lograrlos.

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Sociedad Relatos de Vida

El guardián de libros en San Juan. Ricardo Aguilera, bibliotecario de corazón.

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Hoy, 13 de septiembre es el Día del Bibliotecario, para felicitar a todos aquellos que realizan la noble labor de trabajar con nuestros libros, es que retomamos el relato de vida que realizamos a Ricardo, uno de los grandes bibliotecarios que tenemos en San Juan.

Una biblioteca es pilar fundamental para el saber y la cultura de un lugar. Y detrás de una buena biblioteca siempre hay un buen bibliotecario. Los sanjuaninos tenemos ambas cosas por suerte. Desde Ahora San Juan nos acercamos a hablar con Ricardo Aguilera, bibliotecario desde hace más de un cuarto de siglo en la Biblioteca Franklin, la biblioteca popular más antigua de América del Sur.

Ricardo lleva desde el año 1995 trabajando en la Biblioteca Franklin. Veintisiete años, que se dice pronto. La vida entre libros. Bibliotecario es una profesión que no siempre es justamente valorada, pero fundamental para el sostenimiento cultural. Una biblioteca requiere de un gran trabajo humano del que nos beneficiamos todos, Charles Medawar hacía referencia a esto cuando decía: “Los bibliotecarios son casi siempre muy útiles y a menudo casi absurdamente bien informados. Sus habilidades son probablemente muy subestimadas y en gran medida subempleadas”.

Ricardo nació en Las Flores, localidad de Iglesia. Allá empezaron a crear una biblioteca popular.  A Ricardo le quedaba cerca de su casa: “cómo no había nadie que la atendiera, me preguntaron y la atendí yo” nos cuenta. Sin nada, el presidente iba buscando, y con las donaciones que recibieron pudieron empezar con la biblioteca. Poco a poco fueron avanzando y se trasladaron de una piecita a un local más grande, donde es hoy es la Biblioteca de Las Flores, construyeron algunas estanterías e iban creciendo. Les habían donado el terreno, “todo con base a donaciones, todo era trabajo voluntariado de todo el mundo” subraya Ricardo.

“Allá, cuando te conocen, te van a buscar a tu casa hasta los días domingo para que les prestes un libro”, recuerda. Y así, un domingo llega a su casa la Directora de la Biblioteca de la Provincia, estaban censado las bibliotecas populares. Ricardo le muestra la biblioteca y el trabajo que venían haciendo. La Directora le cuenta que existe la carrera y lo anima a estudiarla. El joven se entusiasma, lo habla con sus padres y se viene a San Juan a anotarse para estudiar para Bibliotecario Nacional, hoy Bibliotecología. La Biblioteca de Las Flores no disponía de fondos para pagarle un sueldo, pero haciendo un esfuerzo el Presidente ayudaba cuando podían para pagarle algún pasaje para venir a la Capital.

Ricardo empieza a cursar a distancia. Le resulta complicado. Hay un choque cultural grande en cómo se estudiaba en Las Flores y pasar a la Capital al Colegio Superior Sarmiento. Al segundo año ya se queda en la Capital para seguir con sus estudios. Se esfuerza mucho y llega a formar parte del cuerpo de bandera. No solo eso, sino que de su promoción fue el mejor promedio. Lo que le otorga un premio por parte del Colegio de Bibliotecarios Graduados de la República Argentina, y el viaje a Buenos Aires para recibirlo.

La residencia la realiza en la biblioteca de la Alianza Francesa. Posteriormente a eso, comienza a trabajar en la biblioteca Camilo Rojo. No podían pagarle mucho, “el problema de todas las bibliotecas populares es los fondos”, dice. A veces juntaba un poco más saliendo a cobrar las cuotas a los socios. Es poco tiempo después que consigue entrar en la Biblioteca Franklin, la cual era muy distinta a lo que es hoy.

Empezó como bibliotecario, pero además entre los años 2000 y 2004 fue Vicedirector. Fue una experiencia, reconoce. Aunque después de cuatro años prefirió seguir con su oficio. En el año 2011 lo becan para viajar a Estados Unidos. A través del Departamento de Estado y el Instituto de Educación de EE.UU. lo becan para el programa Bibliotecas y Museos como recursos comunitarios. Primero a visitar la Biblioteca del Congreso en Washington. No solo eso, sino que después visitó otras ciudades con sus respectivas bibliotecas: Kansas, Cincinnati, Wyoming y terminando en Los Ángeles. “Las bibliotecas eran enormes, hermosas. Muy limpias, pero excepto la de Los Ángeles, una biblioteca pública en un barrio chino, en ninguna vi a la gente como acá, estudiando”.

Ricardo es honesto, confiesa que no es un devorador de libros, pero sí que se preocupa en saber de todo lo que puede. Es imposible que hubiese leído todos los libros de la biblioteca, pero si tiene una idea sobre qué trata cada uno, como para poder aconsejar a todo aquel que venga a la Franklin, ya que como decía Borges: “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo modesto y silencioso, el arte de la crítica”.

La Biblioteca Franklin es la biblioteca popular más antigua de Sudamérica. Fundada por Sarmiento en 1866. Son más de 150 años abierta, sin perder ese carácter popular. Con todas las dificultades que ello implica, pero ha podido mantenerse gracias a la labor de personas como Ricardo, que entienden la importancia que tiene para la cultura de San Juan el que una gran biblioteca siga funcionando. Desde que él entro la biblioteca también ha ido cambiando. En el año 2004 finalizaron las obras de remodelación. La Franklin se ha ido acompasando a los tiempos y a las nuevas tecnologías, con las tareas de digitalización y el paso de un servicio tradicional al de biblioteca híbrida, integrando lo físico con lo electrónico.

Hoy cuenta con un gran número de servicios, que pueden consultarse a través de su página web (http://bibliotecafranklin.org.ar/) además de contar con unos 80.000 volúmenes. Hacerse socio es bastante sencillo, la cuota es trimestral y mínima. Tristemente, hoy en día, el libro en nuestro país tiene un precio que acerca la lectura a casi producto de lujo. Para un argentino comprar libros es algo prohibitivo, puesto que no se entiende como una necesidad básica y no hay ningún interés en que leamos y pensemos por nosotros mismos. Gracias al trabajo de personas como Ricardo y sus compañeros existe la Biblioteca Franklin y tenemos la oportunidad de poder leer, expandir nuestros horizontes y generar un pensamiento crítico. Para que se hagan una idea: con lo que sale la cuota de un año entero no alcanza casi ni para comprar un libro nuevo. La biblioteca ofrece todos los libros que uno sea capaz de leer en ese año.

La lucha de una biblioteca popular por mantenerse es ininterrumpida, depende de varios factores. No siempre es fácil, sobre todo si cuenta con empleados. Tal como señala Ricardo, “es lindo crear cosas nuevas, pero después hay que mantenerlas”.

De lunes a sábado uno puede acercarse por la Franklin. Allá estará Ricardo y sus compañeros trabajando. La sala suele estar llena de jóvenes estudiando y simultáneamente los diversos talleres que ofrecen, desde el rincón infantil, ajedrez, teatro, club de lectura, etc. Es un claro de luz en pleno centro sanjuanino. “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”, volviendo a citar a Borges. Nosotros tenemos el nuestro, gracias a Ricardo y muchos otros como él. Ya que, si las bibliotecas son un tipo de Paraíso, Ricardo vendría a ser uno de esos ángeles guardianes.

Tal vez, la profesión de bibliotecario no sea la más deslumbrante hoy en día para nuestra sociedad a simple vista. Al contrario de esto, es una de las más valiosas y necesarias. Por último, los dejamos con la defensa de los bibliotecarios de Umberto Eco: “El libro es una criatura frágil, se desgasta con el tiempo, teme a los roedores, resiste mal la intemperie y sufre cuando cae en manos inexpertas… Por tanto, el bibliotecario los defiende no solo de los hombres sino también de la naturaleza, y consagra su vida contra las fuerzas del olvido, que es enemigo de la verdad”.

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