La vicepresidenta Victoria Villarruel le pidió hoy al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que deje de «sexualizar a los chicos», en referencia a algunos contenidos de un plan de lectura de la Dirección General de Cultura y Educación dirigido a estudiantes de educación secundaria y superior. “Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse», expresó la vicepresidenta.
Desde su cuenta de X, la titular del Senado citó fragmentos del libro «Cometierra», una novela de la autora Dolores Reyes, al tiempo que pidió que «¡dejen de sexualizar a nuestros chicos», que «saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas» y que «respeten la inocencia de los niños, ¡¡Con los chicos no!!«, exclamó. Sin embargo, el programa “Identidades bonaerenses” consiste en la distribución de más de 100 obras en más de 2.000 escuelas secundarias, institutos de formación docente y bibliotecas municipales.
Por la tarde, Villarruel había participado en el Anexo del Senado de un seminario de identidad y género infantil titulado «El problema de la sexualización infantil», al que también concurrió la Asociación MANADA que nuclea a madres de niños y adolescentes con “disforia de género”, una terminología que usó la medicina durante décadas para explicar la existencia de las personas trans desde la patologización.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Si bien no pronunció ningún discurso allí, la vice posteriormente publicó en sus redes: «¡No les vamos a permitir que perviertan el futuro de la Argentina!». También destacó que, en ese encuentro, «madres y especialistas del Derecho, la medicina y el periodismo analizaron la creciente y constante sexualización a la que son sometidos nuestros chicos en el sistema educativo«. Tras definir a esto como “de vital importancia”, resaltó: «Uno mi voluntad a la de todos los que están luchando para que nuestros chicos sean respetados en su inocencia y pudor«.
Villarruel está firmemente en contra de la Educación Sexual Integral (ESI) bajo la justificación de que es un “modo de adoctrinamiento» a los más chicos por parte de los grupos de izquierda. Asimismo, plantea que no había necesidad de legalizar el matrimonio igualitario ya que «estaba garantizada la unión civil» desde la iglesia y, al igual que Javier Milei, está en contra de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), algo que interpretan como “asesinato agravado por el vínculo”.
Alberto Sileoni defendió los libros de educación sexual: «No son para chicos de 11 años»
En contraposición, el director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Alberto Sileoni, habló esta semana sobre la controversia y desmintió la idea de que el material esté dirigido a niños de 11 años. «No son libros para 11 años como nos quieren hacer creer algunos sectores que se están quejando, no son para eso», sostuvo, y reiteró que se trata de una “colección muy cuidada” destinada a alumnos mayores, específicamente aquellos de 16 y 17 años.
Sileoni también aclaró que el contenido, aunque pudiera incluir escenas explícitas o un lenguaje fuerte, cuenta con un respaldo orientativo que permite una correcta interpretación y acompañamiento docente. “Pueden tener escenas de sexo, vocabulario soez, son libros que van muy explicados en la guía”, explicó en una entrevista con María O’Donell por Urbana Play, y marcó que estos recursos pretenden ofrecer una comprensión contextualizada de temas complejos. “No tenemos vocación de provocar”, aclaró.
Encuesta: la imagen positiva de Javier Milei llega al 50% y solo 1 de cada 10 votantes está «arrepentido»
Asimismo, Sileoni comparó la situación con el acceso libre que los adolescentes tienen a contenidos explícitos en internet. “Cualquiera sabe que los pibes a partir de los 12, 13, están a un toque de tecla del teléfono y la computadora y pueden mirar la pornografía más fuerte sin la mediación de nadie; eso no provoca la menor reacción social”, recriminó. El funcionario detalló que el material se orienta a reforzar el trabajo de los docentes y subrayó que no se trata de libros que se entregan directamente a los estudiantes sino que “llegan a la biblioteca de la escuela», afirmó.
Entre los títulos seleccionados están «Las primas» de Aurora Venturini, «Cometierra» de Dolores Reyes, «Piedra papel o tijera» de Inés Garland, «Berazachussetts» de Leandro Ávalos Blacha, «Donde no hago pie» de Belén López Peiró y «Graymoor» de Sebastián Vargas. La inclusión de estas obras generó un debate en la comunidad educativa. Por un lado, se argumenta que estos textos permiten una mejor comprensión de cuestiones de género y relaciones humanas complejas; por otro, algunas voces critican su contenido como inapropiado para el público juvenil, argumentando que es por su “lenguaje fuerte y directo”.
ML/HB