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Opinión

Violencia política en la Argentina del siglo XX: la Resistencia Peronista, la reacción de los de abajo.

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La presente es la décimo cuarta entrega que forma parte de una serie de notas sobre la violencia política en la Argentina, en las que intento un análisis del contexto, la oportunidad, los costos, y los limites de la violencia política. 
Aldo Duzdevich

La Resistencia Peronista. La reacción de los de abajo.

El 19 de Octubre de 1961 el Teniente Coronel Hamilton Alberto Diaz, Jefe del Servicio de Informaciones del Ejército, en su Conferencia sobre Guerra Contrarrevolucionaria en la Escuela Superior de Guerra expresó: “La intervención a los organismos gremiales, la proscripción del partido peronista y confiscación de sus bienes, la represión de junio de 1956, la derogación de la Constitución de 1949 (…) Esta serie de hechos políticos que se encadenan durante el gobierno revolucionario, inducen al movimiento peronista hacia un camino subversivo: la agitación gremial y el sabotaje con vistas a crear el clima propicio a la rebelión.

El Tte Cnel. Diaz comienza reconociendo algo, que es repetido en la historia de las dictaduras: cuando al pueblo se le cierran las posibilidades de elegir democráticamente a sus gobernantes, solo le queda el camino de apelar a la insurrección y la violencia.

En 1951 Peron fue electo por el 63,5% , y vuelto a ratificar en la elección de Vicepresidente en 1953. Pero, en 1955 una oposición que no reunía mayorías electorales pero sí mucho odio, mucho dinero, y el apoyo británico-norteamericano, logró quebrar las fuerzas armadas y derrocar al gobierno constitucional.

Como dije en mi nota anterior, ante la crueldad de las fuerzas sediciosas que en julio no vacilaron en bombardear Plaza de Mayo asesinando 300 civiles y en septiembre apostaron la Flota de Mar para bombardear Buenos Aires y la destilería Dock Sud, Perón, puesto ante la disyuntiva de desatar un guerra civil, eligió preservar la vida de su pueblo (partidarios y opositores), depuso armas y marchó al exilio.

Muchos dirigentes peronistas terminaron en la cárcel, y otros como el propio Vicepresidente Tessaire se ofrecieron presurosos a pactar con los golpistas. Entonces el pueblo “de a pie”, los trabajadores que sufrieron la brutalidad del despojo; los que sabían que esa “revolución” se hacía para terminar con sus derechos y su bienestar y volver a la década del 30, tomaron en sus manos la lucha por el retorno de Peron. Así nació la Resistencia Peronista, sin jefes, sin líderes visibles, sin una organización única, muy improvisadamente pero con una enorme dosis de valor y entrega a un causa.

No hubo universitarios, ni grandes intelectuales. Fueron militantes de base de los sindicatos, gente de barrio, la mayoría de ellos anónimos. Lucharon sufrieron cárcel, torturas y algunos la muerte. Sus nombres casi no se conocen. Han sido olvidados y excluidos injustamente de la historia. En 1973 cuando el peronismo volvió al poder, había una nueva generación, que había luchado esos últimos años, y que ya tenía sus propios héroes y mártires a quienes reivindicar. La Resistencia quedó entonces sólo como una lejana referencia, el antecedente de la lucha de estos jóvenes que venían a reclamar su lugar en la historia. 

El Decreto 4161. Desperonizar a sangre y fuego.

La mal llamada “Revolución Libertadora” mediante el decreto 3855/55  proscribió y disolvió  el partido peronista  alegando “su vocación liberticida”. Esta proscripción del peronismo duró 18 años, hasta 1973.

En marzo de 1956, Aramburu dictó el Decreto 4161 prohibiendo “la utilización de la fotografía retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes, las expresiones “peronismo”, “peronista”, ” justicialismo”, “justicialista”, “tercera posición”, la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales “Marcha de los Muchachos Peronista” y “Evita Capitana” o fragmentos de las mismas” . Violar estas prohibiciones tenían penas de un mes a seis años  de prisión. El Decreto 4161 fue promulgado el 5 de marzo de 1956 y derogado recién el 18 de noviembre de 1964. Fue un experimento de supresión político cultural, que duró (sin éxito) ocho años. Quienes no lo sufrimos no cobramos dimensión de la violencia que contenía.

Cuando en los años setenta,  en las cocinas de las casas humildes reaparecían los viejos cuadros de Peron y Evita, pocos jóvenes sabían que conservar esas imágenes 18 años atrás, era un acto de sedición  ante el régimen, que estaba penado con cárcel.

Como sostiene Galasso “ no solo  de la clase alta, sino también amplios sectores de la clase media vivieron un frenesí antiperonista”. Sindicatos e instituciones asaltadas por comandos civiles a punta de pistola. Quema de libros, retratos y destrucción de los bustos de Eva Peron. Exhibición de vestidos y joyas. Se abrieron 121 causas penales contra Perón. Muchas por supuesta corrupción y del robo de millones de dólares. La Federación Universitaria Argentina (FUA), los partidos conservadores liberales unidos a la ordalía contra la “barbarie” peronista.

En cuarteles, comisarías y hasta en el mismísimo Congreso Nacional se picaneaba sin piedad a militantes de ambos sexos. Quienes se dedicaban entusiastamente a estos macabros suplicios eran oficiales jóvenes de las tres armas acompañados por comandos civiles.

Se estableció una rígida censura de prensa. Se persiguió artistas y deportistas que habían manifestado su adhesión al peronismo. Se crearon “listas negras”, en el plano cultural, científico y educativo.

La mayoría de los dirigentes sindicales hasta tercer nivel fueron encarcelados. Se intervino la CGT se derogo la Ley de Asociaciones Profesionales y el derecho a huelga. En los principales gremios se nombraron interventores militares. Se disolvieron las comisiones internas. Los sindicatos fueron  ocupados por la fuerza por los comandos civiles socialistas y radicales.

El 23 de noviembre de 1955, el dictador Pedro Eugenio Aramburu, ordenó el robo del cuerpo de Evita del local de la CGT, que permaneció desaparecido por 16 años.

La Ciudad Infantil Evita fue arrasada. La Fundación Eva Perón clausurada. Su interventora  Marta Ezcurra descubre con escándalo que en Escuelas Hogar, “la atención de los menores era suntuosa, incluso excesiva(…) aves y pescado se incluían en los variados menús diarios. Y en cuanto a vestuario era renovado cada seis meses”. La interventora hace arder pilas de frazadas, sábanas, colchones, pelotas y juguetes diversos con el logo de la Fundación. Ordena el desalojo inmediato de todos los niños y niñas internados en la Clínica de Recuperación Infantil Termas de Reyes, en Jujuy y la transforma en un casino para la oligarquía. Manda tirar al río Mendoza, toda la vajilla y cristalería (importada de Finlandia y Checoslovaquia) con la que han comido los “cabecitas negras” en las unidades turístico termales de alta montaña de Puente del Inca y Las Cuevas. Manda destruir todos los frascos de los Bancos de Sangre de los Hospitales de la Fundación porque contenían sangre “peronista”. Manda secuestrar todos los pulmotores porque tienen placas metálicas con las palabras “Fundación Eva Perón”. Ordena el asalto militar contra la Escuela de Enfermeras, y dispone su cierre definitivo. Era el odio sin límites.

Sin dirigentes la Resistencia surge desde abajo

Pancho Gaitan, que era operario en la Fabrica IAME de Córdoba. Recuerda: “Cuando yo volví a la fábrica el 23  de setiembre del 55, charlamos muchísimo con mi compañero de trabajo. Me tiró la lengua tres días seguidos. Nuestra conclusión era – si nos echaron por la fuerza, hay que volver por la fuerza-.  Al tercer día,  me preguntó si quería participar. Ahí entendí que ya desde el primer intento de golpe en Julio, los compañeros militantes sindicales habían empezado a armar la Resistencia en la fábrica

Juan Carlos Cena y su padre Porfirio Cena fueron miembros activos de la Resistencia en la provincia de Córdoba. Juan Carlos afirma: “No hubo ningún ideólogo, intelectual o político que armara la Resistencia Peronista. No tiene padres, en realidad el Movimiento Obrero es el padre de la Resistencia Peronista”.

A pocos días del golpe por indicación de Perón se establece el Comando Nacional Peronista CPN integrado por John William Cooke, Cesar Marcos y Raul Lagomarsino. Pero su mandato es efímero porque son todos detenidos. Cesar Marcos un suboficial militar retirado, fue una suerte de “padre politico” de Cooke, y luego un activo luchador de la Resistencia. A fines de los 60, su departamento de la calle Azcuenaga, se convirtió en una especie de oráculo por donde pasaron a beber peronismo, desde Carlos Mugica a Pino Solanas y gran parte de los jóvenes militantes setentistas. Cesar Marcos, es uno de los  nombres injustamente olvidados.

A comienzos de 1956, Perón redactó las “Directivas Generales para todos los Peronistas”, con instrucciones para la resistencia: “Es menester no dar tregua a la tiranía. El trabajo a desgano, el bajo rendimiento, el sabotaje, la huelga, el paro, el desorden, la lucha activa por todos los medios y en todo lugar debe ser la regla.

El rol fundamental de la lucha lo asumió el movimiento obrero. Aramburu reemplaza a Lonardi y lo recibe un paro nacional.  El 15 de noviembre de 1955, el  gobierno admitió un 95% de ausentismo en las principales industrias. Y tan sólo en el primer día hubo unas mil detenciones.

Durante el inicio del año 56 comenzó  la resistencia en las fábricas. Los obreros se reunían para buscar formas que frenaran el revanchismo patronal. En todo el país surgían militantes que tomaban sobre sí la responsabilidad de dar una lucha desigual. Aparecieron nuevos dirigentes que dividían su tiempo entre las actividades ilegales de la resistencia, y el también ilegal accionar sindical.

Armando Cabo, Avelino Fernandez, Sebastian Borro, Agusto Timoteo Vandor, Jose Ignacio Rucci, Andres Framini, Dante Viel, Luis Natalini, Miguel Gazzera, Amado Olmos,  Raimundo y Rolando Villaflor,  Juan Salazar , Domingo Blajaquis, Carlos Villagra, son algunos de los protagonistas de la lucha.

A fines de 1956, los metalúrgicos paralizan las fábricas durante seis semanas. Más de mil trabajadores son despedidos y centenares de delegados y activistas encarcelados. A inicios del 57 se creó la Intersindical de la cual van a salir las 62 Organizaciones Peronistas. La Intersindical el 12  julio del 57, convocó a un paro nacional por la libertad de los presos y la normalización de los gremios, huelga acatada por dos millones y medio de trabajadores.

Los Comandos de Resistencia

Por todo el país nacen cientos, tal vez miles de grupos de resistencia, por fábricas, por barrios. La mayoría solo realizaban pintadas o reparto de volantes peronistas, que era una actividad ilegal y por ende debía ser clandestina. Algunos cometían pequeños sabotajes a la producción. Y los más audaces fabricaban y colocaban bombas de estruendo llamadas “caños”.

Los comandos civiles habían llenado las paredes  con la V y la Cruz,  símbolo de “Cristo Vence”. Los peronistas con tiza y carbón, con alquitrán o lo que fuera, convertían la cruz en una P expresando así el “Perón Vuelve”.

Juan Vigo, un organizador de la resistencia, estimaba que en abril de 1956 existían, sólo en el Gran Buenos Aires, cerca de 200 comandos que estaban conformados por una cifra estimada de 10.000 personas.

Juan Carlos Cena, cuenta que en el norte existió el CIPON ( Comando Interseccional Peronista de Obreros del Norte) con centro en los Talleres de Tafí Viejo. Al grupo de Tafi Viejo se los conocía como los Mau Mau, en referencia a  los guerrilleros negros de Kenya que luchaban contra los ingleses. Cada 17 de Octubre, colocaban 17 bombas de estruendo, y nunca los pudieron apresar, aunque la policía ya estaba advertida. Esas 17 bombas eran un divertimento, y una burla al sistema para demostrar que el peronismo seguía vivo.”

El fuerte de la Resistencia Peronista en Córdoba estaba en la Fabrica Militar de Aviones, Talleres Cordoba y la Union Obrera Metalúrgica, pero nosotros los ferroviarios nos coordinabamos por todo el país. Es la particularidad del oficio ferroviario, la de viajar y conectarse.” El “Tuerto” Longo, el “medio pollo” Perez, Don Francisco Mor, el “Cutiti” Diaz, el “Chichilo” Diaz, el Toto Romero, Raul Lechessi, el “Tableta” Gutierrez y Cacho, Porfirio Cena” son algunos nombres de los resistentes que recuerda Cena.

Enrique Oliva fue uno de los fundadores de los Comandos Coronel Perón. Recuerda: “Eso de “Coronel” era para recordar los tiempos de la militancia que hizo el 17 de octubre. Con las banderas fundacionales de soberanía política, independencia económica y justicia social, enarboladas por el querido Coronel, se volvía a los orígenes de un movimiento popular que dignificó a los trabajadores e hizo grande a la Argentina”

En los países limítrofes actuaban los comandos de exiliados. En Paraguay  el periodista Américo Barrios  y Raúl Conrado Bevacqua. En Chile actuaban Cesar Albistur Villegas y Ricardo Guardo.

En Bolivia Alberto Iturbe. En Brasil Valentín Irigoyen y Emilio Terán. En  Uruguay estaban radicados Eduardo Colom, Arturo Jauretche y Francisco  Capelli. Algunos de estos comandos montaron radios clandestinas que emitían noticias y consignas para algunas provincias limítrofes.

Los intelectuales del peronismo, también desplegaron un gran esfuerzo. José María Castiñeira de Dios creó el CEIPAP, Centro de Escritores, Intelectuales, Periodistas y Artistas del Pueblo. Fermín Chavez con Héctor Tristan y otros editaban la revista De Frente. El periódico Mayoría  publicaba el trabajo de Rodolfo Walsh, Operación Masacre, donde se denunciaban los asesinatos en los basurales de León Suarez. Y circulaban una cantidad de periódicos peronistas clandestinos como: El 45, El Líder, Lucha Obrera, El Federalista, Rebeldía, Palabra Argentina, Resistencia Popular, Combate, Santo y Seña, Soberanía Palabra Prohibida, Palabra Obrera y muchos otros.

Los caños de la Resistencia

Surgió “el caño”, explosivo casero, que implicaba un peligro mayor para quién lo manipulaba que para la supuesta víctima del atentado, estas fueron muy pocas, pues los militantes de la resistencia se esforzaban para limitar la explosión a provocar exclusivamente daños materiales. Cabe destacar que en ningún momento los militantes organizaron atentados que tuvieran por objetivo el asesinato.

El 11 de mayo de 1957, Cooke escribió desde Santiago de Chile que sobraban voluntarios para luchar y colocar bombas, aunque puntualizaba que la fabricación de bombas era muy deficiente al extremo que dos militantes peronistas habían resultados heridos gravemente al manipularlas. Además agregaba que el 30 de abril se habían colocado setenta bombas de las cuales sólo habían explotado veinte.

El extenso informe de Tte Cnel Diaz detalla una gran cantidad de acciones de la Resistencia, su organización y sus partícipes. Dejo para una próxima nota su análisis y reproduzco el listado de nombres de los resistentes señalados:  Alberto Campos,  Américo Barrios, ex-general Miguel Angel Iñiguez, el dirigente metalúrgico Moya, Srta. Araoz de Lamadrid,  Oscar Romualdo Ayala, Magin del Carmen Guzman, Hector Hernando Herrera, Julio Troxler  , Jose Benigno Parla, ex-coronel Federico Gentiluomo, Jose Normando Castro,  Argentino Cassatti,  Fernando Lazarte,  Alfonso Cuomo, Tcnel. (r.e.) Eloy Prieto, suboficial retirado Wallnoffer. Ciro Ahumada, suboficial retirado Hector Bringa, Rodolfo Gringoli, Juan Carlos Brid, Justo Eduardo Acosta, Roberto Marcelo Passant, Armando Nicolella, Nelida Renee Calviño y Urbelinda Aranda.

Las bombas que sobraban a la casa de Balbin

Recuerda Jorge Rulli sobre un de los grupos de JP . “Otros sectores como el que integraba Carlos Villagra, que tenía como radio de la acción la zona de La Plata, Berisso y Ensenada; repartía su tiempo en tareas propias de la resistencia, tal como el apoyo a los sindicalistas para la recuperación de los gremios y las Comisiones Internas de las fábricas. Contaba Villagra: “Las reuniones de la J. P. no eran ideológicas, eran para ver a quién se le iba a poner una bomba. Nosotros le poníamos una bomba al Jefe de la Destilería de La Plata porque había cagado a varios trabajadores, pero pasábamos tres o cuatro veces por la casa en bicicleta para ver que no matara a nadie. Hasta aprendimos dónde iba la expansión cosa que nos costó muchísimo… También le poníamos a militares y marinos, que eran los objetivos nuestros más importantes. A veces, cuando nos sobraba alguna, la metíamos en la casa de Don Balbín, que después nos llamaba y nos decía: “pero déjense de joder, muchachos”. Esa es la verdad, Balbín vivía en La Plata, y el enemigo acérrimo era él. Cada vez que nos sobrara una bomba iba a la casa de Balbín… Para nosotros, tanto Balbín como los otros políticos, como los milicos, sobre todo los marinos, eran todos gorilas.”


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan

Opinión

Jorge Elbaum cuestionó el apoyo de Javier Milei a Israel: “Está involucrándose de forma irresponsable”

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“En vez de ser neutral, está sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, añadió el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio.

El Presidente Javier Milei mostró su completo apoyo hacia Israel tras el ataque sufrido desde irán, sin embargo, hay varias cuestiones a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo lo que se refiere a un alineamiento bélico. Es por eso que para desarrollar este tema en profundidad, Canal E se comunicó con el sociólogo y primer presidente del Llamamiento Argentino Judio, Jorge Elbaum.

“La justicia argentina, específicamente la sala de la Cámara de Casación, no se expidió sobre la causa del atentado, sino sobre la causa del ocultamiento del mismo, en el cual fue llevado a juicio y condenado el juez de instrucción de la causa Galeano”, comentó Jorge Elbaum. “Esa es la causa en la cual 3 jueces de casación se expidieron”, agregó.

No se llevaron a cabo las testimoniales del caso AMIA

Posteriormente, Elbaum planteó: “Uno de ellos sugirió, por fuera de la causa de su tratamiento, referirse a otra causa, específica del atentado, que no ha habido juicio hasta ahora porque no se llevaron a cabo las testimoniales de los 8 acusados”. Luego, manifestó que, “estamos viendo un alineamiento político estratégico muy irresponsable por parte del Gobierno argentino, ya que cualquier vinculación estratégica bélica tiene que ser decidida por el Congreso”.

El Gobierno argentino hace un alineamiento y una sobrevaloración muy irresponsable, llamando al representante diplomático de Israel a presenciar una reunión de gabinete, en el marco de un alineamiento que Argentina históricamente no posee”, sostuvo el entrevistado. “Argentina, tradicionalmente, busca la paz, ha sido un ejemplo de no alineamiento, salvo en la época de Menem”, complementó.

El desconocimiento de Milei sobre lo establecido en la Constitución

Por otro lado, el sociólogo señaló: “El tema no es si Milei toma la decisión como Presidente de hacer una alianza diplomática, el problema es que está participando de una situación de guerra y no estaría mal en el caso de que fuese una decisión tomada por el Congreso”. A su vez, remarcó que, “lamentablemente, el Presidente desconoce la Constitución y se toma atribuciones que tendrán que ser juzgadas”.

El Presidente no puede establecer los alineamientos que está realizando en términos bélicos, apoyando a aquellos países como Israel y Estados Unidos, que son los que votan en contra de Argentina en los foros internacionales relativos a Malvinas”, expresó Elbaum. “En vez de ser neutral, está involucrándose de forma irresponsable, sobreactuando un aspecto ideológico, Milei no entiende lo que son los intereses de nuestro país”, concluyó.

@Perfil.

/Imagen principal: Archivo/

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La misión es responsabilidad de todos. 

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo

Así lo entendieron y vivieron los primeros cristianos.

En la Biblia, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra a quienes abrazaban la fe poniendo todo en común y atendiendo a las necesidades de los más pobres y excluidos. El testimonio de vida acompañaba la predicación, ya que “la multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo era común entre ellos (…) Ninguno padecía necesidad”. (Hechos 4, 32)

Y esta práctica no solo era promovida entre las personas de la misma comunidad, sino también entre las de diversas geografías. De este modo, vemos a San Pablo organizando una colecta entre las iglesias ubicadas en ciudades más prósperas para auxiliar a las más pobres de Jerusalén.

Con el tiempo se ha ido perdiendo esa conciencia, junto al abandono de la intensa actividad misionera y la disponibilidad a la entrega generosa de la vida. Una manera más cómoda e inocua de vivir la fe en algunas regiones del mundo, fue reemplazando a la audacia y la confianza en la Providencia de Dios.

A los obispos, sacerdotes, diáconos y otros agentes pastorales nos cuesta hablar con franqueza de las cuestiones económicas. Nos da cierto pudor o vergüenza, pero tampoco damos cabida a los laicos para que lo hagan.

A esto se suma que más de la mitad de las Parroquias de la Arquidiócesis (me animo a decir que del país) no tienen formado el Consejo de Asuntos Económicos, y las que sí lo han convocado, no siempre logran que funcione de modo adecuado.

La falta de Catequesis sobre el Precepto del sostenimiento del culto hace que se instalen algunos mitos. Entre ellos, los más frecuentes son que los sacerdotes reciben su sueldo del Estado o del Vaticano; que las parroquias no tienen los gastos habituales de las familias en energía eléctrica, gas, internet y otros servicios; que los libros de catequesis son gratuitos; que el combustible que utilizan para recorrer las capillas va de regalo; y otras cosas más en las cuales no abundo en razón de la brevedad.

Una de las actitudes evasivas que a veces he escuchado es “que primero pongan otros”. La avaricia de los ricos no puede ser excusa que justifique la falta de compromiso personal.

Es bueno preguntarnos: ¿cómo es mi vínculo con el dinero?

San Pablo nos dice que debemos cuidarnos de la avaricia para no caer en la idolatría del dinero. Es bueno dejarnos interpelar por las enseñanzas en la Palabra de Dios acerca de lo económico. “Dios bendice al que da con alegría.” “Hay más alegría en dar que en recibir.” “Lo tenían todo en común.” “La avaricia es una idolatría.” “No se puede servir a Dios y al dinero.”

Este fin de semana en todas las iglesias de la Argentina estamos realizando esta campaña de conciencia y compromiso con el sostenimiento de la misión evangelizadora que todos tenemos por ser bautizados. Lo llamamos “Domingo del compartir”.

Como dice el mensaje de la Conferencia Episcopal para este año 2024, “es necesario fortalecer la pastoral económica en nuestras comunidades, impulsar la catequesis sobre el sostenimiento económico de la misión de la Iglesia, buscar una gestión eficiente de nuestros recursos y animar la transparencia y rendición de cuentas”.

Te propongo preguntar qué necesidad concreta hay en tu comunidad. 

Sostengamos entre todos lo que es de todos, compartiendo el compromiso por la misión evangelizadora de la Iglesia. 

Durante la semana que comienza estaremos reunidos en Pilar, Provincia de Buenos Aires, todos los obispos de la Argentina. Acompañanos con tu oración para que en las deliberaciones y decisiones nos dejemos mover por el Espíritu Santo.


Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de Ahora San Juan.

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Las heridas abiertas de Jesús

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NOTA de OPINION de monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo.

Rezamos en el Salmo 62: “Tengo sed de Ti como tierra reseca, agotada y sin agua”.

Todos tenemos heridas que vamos adquiriendo a lo largo de la vida. Hablo de las del alma, aquellas que se producen por amar y no ser amados. Recuerdo la letra del tango tan expresivo: “de cada amor que tuve tengo heridas/ heridas que no cierran y sangran todavía”. (Julio Sosa, “Tarde”)

En este sentido, me conmueve también el poema de Miguel Hernández que con suma belleza y hondura nos comparte “llegó con tres heridas, la del amor, la de la muerte, la de la vida”.

Acojamos nuestras experiencias.
La herida de la soledad, del abandono.
Herida de la pobreza y el hambre del desamparo.
Heridas de la guerra que mutila, destruye y mata, no sólo los cuerpos; también los sueños, los proyectos…

Heridas en la familia por historias no resueltas, en que el egoísmo, la avaricia por la herencia, la traición, provocan golpes muy hondos y dolorosos.
Heridas en la Iglesia o con la Iglesia. No haber sido recibidos, ni acompañados, ni escuchados. Experiencia de negación de consuelo y aliento. Lo que te cobran en algunos lugares por bautizar un niño.
Heridas en la fe. Le pedí a Dios y no me respondió.
Heridas con los amigos porque juzgan sin escuchar.
La herida de la indiferencia y la no comprensión.

Y seguramente vos podrías sumar unas cuántas heridas más de tu propia vida, y realizar un largo elenco de las llagas que siempre quedaría incompleto. 

Sabernos heridos es algo muy común. Sin embargo, nos cuesta hablar de lo que nos lastima. Solemos conversar acerca de los logros, talvez de algunos fracasos, pero no de las heridas. Pensamos que nos hace vulnerables, débiles ante los demás.

Te comparto una experiencia que he atesorado especialmente en los Santuarios. Allí podemos acercarnos como peregrinos heridos o simplemente como turistas curiosos. Los peregrinos buscan consuelo y, si se puede, respuesta a cuestionamientos existenciales. 

En el Evangelio que proclamamos este fin de semana se presenta Jesús Resucitado ante sus discípulos, pero está ausente el Apóstol Tomás que se negaba a creer en el testimonio de los demás. Les dijo: “Si no veo la marcade los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré”. (Juan 20, 25) A la semana siguiente Jesús se aparece nuevamente y cumple el deseo de Tomás.

A Jesús lo encontramos vivo en sus llagas, ellas representan distintas formas de sufrimiento y exclusión. Por eso quise iniciar esta reflexión volviendo la mirada a nuestras heridas, para reconocer en ellas al Señor. Lo llamamos Jesús Misericordioso porque Él sabe lo que es sufrir, y se presenta mostrando sus heridas luminosas y su costado abierto por la lanza del soldado.

Miremos nuevamente a Jesús en la cruz. Recordemos sus Palabras.
Aparta de mí este cáliz. 
Uno de ustedes me entregará.
Tengo sed.
Por qué me has abandonado.
Todo se ha cumplido.

Te propongo que hablemos con los amigos más cercanos de las heridas que habitualmente escuchamos, que recibimos, ¿qué actitud tomamos? ¿Damos espacio? ¿Encontramos espacio? ¿Reconozco con humildad que soy indigente? ¿Qué me dice la fe?

Aprendamos, como nos enseña San Pablo, llorar con el que llora y reír con el que ríe. (Rm 12, 15)

Comentando el Evangelio de este domingo, nos dice San Agustín que Jesús “sabía que en el corazón de sus discípulos quedaban heridas, y para sanarlas conservó las cicatrices de su cuerpo”.

Como canta Cristóbal Fones, “al final de la vida llegaremos, con la herida convertida en cicatriz”.

¡Feliz Pascua, nuevamente!


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